Bienaventurados los que creen — Estudia la Biblia Hoy





7/13          37 - 58 minutes
Bienaventurados los que creen
Bienaventurados los que creen
Bienaventurados los que creen



Escuela Sabática


Click me to expand

 CONTENIDO 

Bienaventurados los que creen

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA

Juan 8:54-58
RVR1960 54 Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios. 55 Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra. 56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. 57 Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? 58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. NTV 54 Jesús contestó: — Si yo buscara mi propia gloria, esa gloria no tendría ningún valor, pero es mi Padre quien me glorificará. Ustedes dicen: “Él es nuestro Dios” , 55 pero ni siquiera lo conocen. Yo sí lo conozco; y si dijera lo contrario, ¡sería tan mentiroso como ustedes! Pero lo conozco y lo obedezco. 56 Abraham, el padre de ustedes, se alegró mientras esperaba con ansias mi venida; la vio y se llenó de alegría. 57 Entonces la gente le dijo: — Ni siquiera tienes cincuenta años. ¿Cómo puedes decir que has visto a Abraham? 58 Jesús contestó: — Les digo la verdad, ¡aun antes de que Abraham naciera, Yo Soy!
Génesis 12:3
RVR1960 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. NTV 3 Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti».
Romanos 4:1-5
RVR1960 1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? 2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. 3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. 4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; 5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. NTV 1 Humanamente hablando, Abraham fue el fundador de nuestra nación judía. ¿Qué descubrió él acerca de llegar a ser justo ante Dios? 2 Que si sus buenas acciones le hubieran servido para que Dios lo aceptara, habría tenido de qué jactarse; pero esa no era la forma de actuar de Dios. 3 Pues las Escrituras nos dicen: «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe». 4 Cuando la gente trabaja, el salario que recibe no es un regalo sino algo que se ha ganado; 5 pero la gente no es considerada justa por sus acciones sino por su fe en Dios, quien perdona a los pecadores.
Juan 12:1-8
RVR1960 (Mt. 26.
6-13; Mr. 14.
3-9) 1 Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. 2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. 3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. 4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: 5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? 6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. 7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. 8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.
NTV 1 Seis días antes de que comenzara la celebración de la Pascua, Jesús llegó a Betania, a la casa de Lázaro, el hombre a quien él había resucitado. 2 Prepararon una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro estaba entre los que comían con él. 3 Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume. 4 Sin embargo, Judas Iscariote, el discípulo que pronto lo traicionaría, dijo: 5 «Ese perfume valía el salario de un año. Hubiera sido mejor venderlo para dar el dinero a los pobres». 6 No es que a Judas le importaran los pobres; en verdad, era un ladrón y, como estaba a cargo del dinero de los discípulos, a menudo robaba una parte para él. 7 Jesús respondió: «Déjala en paz. Esto lo hizo en preparación para mi entierro. 8 Siempre habrá pobres entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán».
Juan 19:4-22
RVR1960 4 Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él. 5 Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre! 6 Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él. 7 Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios. 8 Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo. 9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta. 10 Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? 11 Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene. 12 Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a este sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone. 13 Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata. 14 Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey! 15 Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César. 16 Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron. (Mt. 27.
32-50; Mr. 15.
21-37; Lc. 23.
26-49) 17 Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; 18 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. 19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. 20 Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. 21 Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos. 22 Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
NTV 4 Pilato volvió a salir y le dijo al pueblo: «Ahora lo voy a traer, pero que quede bien claro que yo no lo encuentro culpable de nada». 5 Entonces Jesús salió con la corona de espinas sobre la cabeza y el manto púrpura puesto. Y Pilato dijo: «¡Miren, aquí tienen al hombre! ». 6 Cuando lo vieron, los principales sacerdotes y los guardias del templo comenzaron a gritar: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! ». — Llévenselo ustedes y crucifíquenlo — dijo Pilato — . Yo no lo encuentro culpable. 7 Los líderes judíos respondieron: — Según nuestra ley, debe morir porque afirmó que era el Hijo de Dios. 8 Cuando Pilato oyó eso, tuvo más miedo que nunca. 9 Llevó a Jesús de nuevo a la residencia oficial y le preguntó: «¿De dónde eres? ». Pero Jesús no le dio ninguna respuesta. 10 — ¿Por qué no me hablas? — preguntó Pilato — . ¿No te das cuenta de que tengo poder para ponerte en libertad o para crucificarte? 11 Entonces Jesús le dijo: — No tendrías ningún poder sobre mí si no te lo hubieran dado desde lo alto. Así que el que me entregó en tus manos es el que tiene el mayor pecado. 12 Entonces Pilato trató de poner en libertad a Jesús, pero los líderes judíos gritaron: «Si pones en libertad a ese hombre, no eres “amigo del César”. Todo el que se proclama a sí mismo rey está en rebeldía contra el César». 13 Cuando dijeron eso, Pilato llevó de nuevo a Jesús ante el pueblo. Entonces Pilato se sentó en el tribunal, en la plataforma llamada el Empedrado (en hebreo, Gabata ). 14 Ya era el día de preparación para la Pascua, cerca del mediodía. Y Pilato dijo al pueblo: «¡Miren, aquí tienen a su rey! ». 15 «¡Llévatelo! ¡Llévatelo! — gritaban — . ¡Crucifícalo! ». — ¿Cómo dicen? ¿Que yo crucifique a su rey? — preguntó Pilato. — No tenemos otro rey más que el César — le contestaron a gritos los principales sacerdotes. 16 Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran. Así que se llevaron a Jesús. 17 Él, cargando su propia cruz, fue al sitio llamado Lugar de la Calavera (en hebreo, Gólgota ). 18 Allí lo clavaron en la cruz. También crucificaron a otros dos con él, uno a cada lado, y a Jesús, en medio. 19 Y Pilato colocó un letrero sobre la cruz, que decía: «Jesús de Nazaret, el Rey de los judíos». 20 El lugar donde crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad, y el letrero estaba escrito en hebreo, en latín y en griego, para que muchos pudieran leerlo. 21 Entonces los principales sacerdotes se opusieron y le dijeron a Pilato: — Cambia la inscripción “El Rey de los judíos” por una que diga “Él dijo: ‘Yo soy el Rey de los judíos’”. 22 — No — respondió Pilato — . Lo que he escrito, escrito está y así quedará.
Juan 20:19-31
RVR1960 (Mt. 28.
16-20; Mr. 16.
14-18; Lc. 24.
36-49) 19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. 20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos. 24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. 26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. 30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
NTV 19 Ese domingo, al atardecer, los discípulos estaban reunidos con las puertas bien cerradas porque tenían miedo de los líderes judíos. De pronto, ¡Jesús estaba de pie en medio de ellos! «La paz sea con ustedes», dijo. 20 Mientras hablaba, les mostró las heridas de sus manos y su costado. ¡Ellos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor! 21 Una vez más les dijo: «La paz sea con ustedes. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes». 22 Entonces sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban al Espíritu Santo. 23 Si ustedes perdonan los pecados de alguien, esos pecados son perdonados; si ustedes no los perdonan, esos pecados no son perdonados». 24 Tomás, uno de los doce discípulos (al que apodaban el Gemelo), no estaba con los otros cuando llegó Jesús. 25 Ellos le contaron: — ¡Hemos visto al Señor! Pero él respondió: — No lo creeré a menos que vea las heridas de los clavos en sus manos, meta mis dedos en ellas y ponga mi mano dentro de la herida de su costado. 26 Ocho días después, los discípulos estaban juntos de nuevo, y esa vez Tomás se encontraba con ellos. Las puertas estaban bien cerradas; pero de pronto, igual que antes, Jesús estaba de pie en medio de ellos y dijo: «La paz sea con ustedes». 27 Entonces le dijo a Tomás: — Pon tu dedo aquí y mira mis manos; mete tu mano en la herida de mi costado. Ya no seas incrédulo. ¡Cree! 28 — ¡Mi Señor y mi Dios! — exclamó Tomás. 29 Entonces Jesús le dijo: — Tú crees porque me has visto; benditos son los que creen sin verme. 30 Los discípulos vieron a Jesús hacer muchas otras señales milagrosas además de las registradas en este libro. 31 Pero estas se escribieron para que ustedes continúen creyendo que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, al creer en él, tengan vida por el poder de su nombre.
Daniel 2
RVR1960 1 En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño. 2 Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey. 3 Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño. 4 Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación. 5 Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares. 6 Y si me mostrareis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí dones y favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación. 7 Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos la interpretación. 8 El rey respondió y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido. 9 Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar su interpretación. 10 Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo. 11 Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne. 12 Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos los sabios de Babilonia. 13 Y se publicó el edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte; y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos. 14 Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. 15 Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había. 16 Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey. 17 Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, 18 para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia. 19 Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo. 20 Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. 21 El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. 22 El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz. 23 A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey. 24 Después de esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios de Babilonia, y le dijo así: No mates a los sabios de Babilonia; llévame a la presencia del rey, y yo le mostraré la interpretación. 25 Entonces Arioc llevó prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado un varón de los deportados de Judá, el cual dará al rey la interpretación. 26 Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación? 27 Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. 28 Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama: 29 Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. 30 Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón. 31 Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. 32 La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; 33 sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. 34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. 35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra. 36 Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey. 37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. 38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. 39 Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. 40 Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. 41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. 42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. 43 Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. 44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, 45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación. 46 Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso. 47 El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio. 48 Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia. 49 Y Daniel solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey. NTV 1 Una noche, durante el segundo año de su reinado, Nabucodonosor tuvo unos sueños tan desconcertantes que no pudo dormir. 2 Mandó llamar a sus magos, brujos, hechiceros y astrólogos, y les exigió que le dijeran lo que había soñado. Cuando se presentaron ante el rey, 3 les dijo: — He tenido un sueño que me desconcierta mucho y necesito saber lo que significa. 4 Entonces los astrólogos respondieron al rey en arameo: — ¡Que viva el rey! Cuéntenos el sueño y nosotros le diremos lo que significa. 5 Pero el rey respondió a los astrólogos: — Les digo esto en serio. Si no me dicen lo que soñé y lo que significa, ¡los haré despedazar y convertiré sus casas en un montón de escombros! 6 Pero si me dicen lo que soñé y lo que significa, les daré muchos honores y regalos maravillosos. ¡Solo díganme lo que soñé y lo que significa! 7 Ellos volvieron a decirle: — Por favor, su majestad, cuéntenos el sueño y nosotros le diremos lo que significa. 8 El rey respondió: — ¡Ya sé lo que se proponen! Están tratando de ganar tiempo porque saben que hablo en serio cuando digo: 9 “¡Si no me cuentan el sueño, están condenados!”. Así que han conspirado para mentirme, con la esperanza de que yo cambie de idea, pero cuéntenme el sueño y entonces sabré que pueden explicarme el significado. 10 Los astrólogos respondieron al rey: — ¡No hay nadie en la tierra que pueda decirle al rey lo que soñó! ¡Y ningún rey, por grande y poderoso que sea, jamás pidió tal cosa a sus magos, brujos o astrólogos! 11 Es imposible cumplir con lo que el rey exige. Nadie, excepto los dioses, puede contar al rey su sueño, pero los dioses no habitan entre los hombres. 12 Cuando el rey oyó esto, se enfureció y mandó a ejecutar a todos los sabios de Babilonia. 13 Entonces, debido al decreto del rey, enviaron hombres para que encontraran y mataran a Daniel y a sus amigos. 14 Cuando Arioc, comandante de la guardia real, llegó con la intención de matarlos, Daniel manejó la situación con sabiduría y discreción. 15 Le preguntó a Arioc: «¿Por qué emitió el rey un decreto tan severo? ». Entonces Arioc le contó todo lo que había sucedido. 16 Daniel fue a ver al rey inmediatamente y le pidió más tiempo para comunicarle el significado del sueño. 17 Entonces Daniel regresó a casa y contó a sus amigos Ananías, Misael y Azarías lo que había ocurrido. 18 Les rogó que pidieran al Dios del cielo que tuviera misericordia y les revelara el secreto, para que no fueran ejecutados junto con los demás sabios de Babilonia. 19 Esa noche el misterio le fue revelado a Daniel en una visión. Entonces alabó al Dios del cielo 20 y dijo: «Alabado sea el nombre de Dios por siempre y para siempre, porque a él pertenecen toda la sabiduría y todo el poder. 21 Él controla el curso de los sucesos del mundo; él quita reyes y pone otros reyes. Él da sabiduría a los sabios y conocimiento a los estudiosos. 22 Él revela cosas profundas y misteriosas y conoce lo que se oculta en la oscuridad, aunque él está rodeado de luz. 23 Te agradezco y te alabo, Dios de mis antepasados, porque me has dado sabiduría y fortaleza. Me revelaste lo que te pedimos y nos diste a conocer lo que el rey exigía». 24 Entonces Daniel fue a ver a Arioc, a quien el rey había ordenado ejecutar a los sabios de Babilonia. Daniel le dijo: «No mates a los sabios. Llévame ante el rey y le explicaré el significado de su sueño». 25 Enseguida Arioc llevó a Daniel ante el rey y anunció: «¡Entre los cautivos de Judá, encontré a uno que le dirá al rey el significado de su sueño! ». 26 Entonces el rey le preguntó a Daniel (también llamado Beltsasar): — ¿Es cierto? ¿Puedes decirme lo que soñé y lo que mi sueño significa? 27 Daniel contestó: — No hay sabios, brujos, magos ni adivinos que puedan dar a conocer el secreto del rey; 28 pero hay un Dios en el cielo, quien revela secretos y le ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que ocurrirá en el futuro. Ahora le diré lo que soñó y las visiones que vio mientras estaba acostado en su cama. 29 »Mientras su majestad dormía, soñó sobre sucesos futuros. Aquel que da a conocer los secretos le ha mostrado a usted lo que ocurrirá. 30 Y no es porque yo sea más sabio que los demás que conozco el secreto de su sueño, sino porque Dios quiere que su majestad entienda lo que estaba en su corazón cuando soñó. 31 »En su visión, su majestad vio frente a sí una enorme estatua resplandeciente de un hombre; daba terror verla. 32 La cabeza de la estatua era de oro fino. El pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos de bronce, 33 las piernas eran de hierro y los pies eran una mezcla de hierro y barro cocido. 34 Mientras usted observaba, una roca de una montaña fue cortada, pero no por manos humanas. La roca golpeó los pies de hierro y barro, y los hizo pedazos. 35 La estatua quedó reducida a pequeños trozos de hierro, barro, bronce, plata y oro. Luego el viento se los llevó sin dejar rastro alguno, como la paja cuando se trilla el grano. Sin embargo, la roca que derrumbó la estatua se convirtió en una gran montaña que cubrió toda la tierra. 36 »Ese fue el sueño. Ahora explicaremos al rey el significado. 37 Su majestad, usted es supremo entre los reyes. El Dios del cielo le ha dado soberanía, poder, fuerza y honra. 38 Dios lo ha puesto como gobernante sobre todo el mundo habitado y le ha dado dominio aun sobre las aves y los animales salvajes. Usted es la cabeza de oro. 39 »Ahora bien, después de que termine su reino, surgirá otro reino, inferior al suyo, y ocupará su lugar. Cuando este caiga, un tercer reino, representado por el bronce, surgirá para gobernar el mundo. 40 Después vendrá un cuarto reino, tan fuerte como el hierro. Ese reino destrozará y aplastará a todos los imperios anteriores, así como el hierro destroza y aplasta todo lo que golpea. 41 Los pies y los dedos que usted vio eran una combinación de hierro y barro cocido, lo cual demuestra que ese reino se dividirá. Por ser barro mezclado con hierro, tendrá algo de la fuerza del hierro. 42 No obstante, si bien algunas de sus partes serán tan fuertes como el hierro, otras serán tan débiles como el barro. 43 Esta mezcla de hierro con barro también demuestra que esos reinos procurarán fortalecerse al hacer alianzas matrimoniales; pero no se mantendrán unidos, así como el hierro y el barro no se mezclan. 44 »Durante los gobiernos de esos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido o conquistado. Aplastará por completo a esos reinos y permanecerá para siempre. 45 Ese es el significado de la roca cortada de la montaña, aunque no por manos humanas, que hizo pedazos la estatua de hierro, bronce, barro, plata y oro. El gran Dios estaba mostrando al rey lo que ocurrirá en el futuro. El sueño es verdadero y el significado, seguro. 46 Entonces el rey Nabucodonosor se postró ante Daniel y le rindió culto, y mandó al pueblo que ofreciera sacrificios y quemara incienso dulce frente a Daniel. 47 El rey le dijo: «En verdad tu Dios es el más grande de todos los dioses, es el Señor de los reyes, y es quien revela los misterios, porque tú pudiste revelar este secreto». 48 Entonces el rey puso a Daniel en un puesto importante y le dio muchos regalos valiosos. Nombró a Daniel gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe de todos los sabios del rey. 49 A petición de Daniel, el rey puso a Sadrac, Mesac y Abed-nego a cargo de todos los asuntos de la provincia de Babilonia, mientras Daniel permaneció en la corte del rey.
Daniel 7
RVR1960 1 En el primer año de Belsasar rey de Babilonia tuvo Daniel un sueño, y visiones de su cabeza mientras estaba en su lecho; luego escribió el sueño, y relató lo principal del asunto. 2 Daniel dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar. 3 Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar. (A) 4 La primera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre. 5 Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne. 6 Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio. (B) 7 Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos. (C) 8 Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas. (D) 9 Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, (E) y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; (F) su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. 10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; (G) el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. (H) 11 Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego. 12 Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo. 13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, (I) que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; (J) su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. 15 Se me turbó el espíritu a mí, Daniel, en medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me asombraron. 16 Me acerqué a uno de los que asistían, y le pregunté la verdad acerca de todo esto. Y me habló, y me hizo conocer la interpretación de las cosas. 17 Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra. 18 Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre. (K) 19 Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; 20 asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos, y boca que hablaba grandes cosas, y parecía más grande que sus compañeros. 21 Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía, (L) 22 hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; (M) y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino. 23 Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. 24 Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; (N) y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. 25 Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. (O) 26 Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, 27 y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, (P) cuyo reino es reino eterno, (Q) y todos los dominios le servirán y obedecerán. 28 Aquí fue el fin de sus palabras. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demudó; pero guardé el asunto en mi corazón. Daniel 7: 3 : Ap. 13.
1; 17.
8. Daniel 7: 6 : Ap. 13.
2. Daniel 7: 7 : Ap. 12.
3; 13.
1. Daniel 7: 8 : Ap. 13.
5-6. Daniel 7: 9 : Ap. 20.
4. Daniel 7: 9 : Ap. 1.
14. Daniel 7: 10 : Ap. 5.
11. Daniel 7: 10 : Ap. 20.
12. Daniel 7: 13 : Mt. 24.
30; 26.
64; Mr. 13.
26; 14.
62; Lc. 21.
27; Ap. 1.
7,13; 14.
14. Daniel 7: 14 : Ap. 11.
15. Daniel 7: 18 : Ap. 22.
5. Daniel 7: 21 : Ap. 13.
7. Daniel 7: 22 : Ap. 20.
4. Daniel 7: 24 : Ap. 17.
12. Daniel 7: 25 : Ap. 12.
14; 13.
5-6. Daniel 7: 27 : Ap. 20.
4. Daniel 7: 27 : Ap. 22.
5.
NTV 1 Anteriormente, durante el primer año del reinado de Belsasar en Babilonia, Daniel tuvo un sueño y vio visiones mientras estaba en su cama. Puso el sueño por escrito y esto es lo que vio: 2 Esa noche, en mi visión, yo, Daniel, vi una tempestad que agitaba la superficie de un mar grande, con vientos fuertes soplando de todas direcciones. 3 Del agua surgieron cuatro bestias enormes, cada una diferente de la otra. 4 La primera bestia era como un león con alas de águila. Mientras yo observaba, le fueron arrancadas las alas y quedó de pie en el suelo sobre sus dos patas traseras, como un ser humano; y se le dio una mente humana. 5 Luego vi a una segunda bestia que se parecía a un oso. Se levantó sobre uno de sus costados y llevaba tres costillas entre los dientes; y oí una voz que le decía: «¡Levántate! ¡Devora la carne de mucha gente! ». 6 Después apareció la tercera de estas extrañas bestias y se parecía a un leopardo. Tenía cuatro alas de ave sobre la espalda y cuatro cabezas. A esta bestia se le dio gran autoridad. 7 Luego, en mi visión de esa noche, vi a una cuarta bestia, aterradora, espantosa y muy fuerte. Devoraba y aplastaba a sus víctimas con enormes dientes de hierro y pisoteaba los restos bajo sus pies. Era diferente a las demás bestias y tenía diez cuernos. 8 Mientras yo miraba los cuernos, surgió de pronto otro cuerno pequeño entre ellos. Tres de los primeros cuernos fueron arrancados de raíz para darle lugar al nuevo. Este cuerno pequeño tenía ojos que parecían humanos y una boca que presumía con arrogancia. 9 Observé mientras colocaban unos tronos en su lugar, y el Anciano se sentó a juzgar. Su ropa era blanca como la nieve; su cabello se parecía a la lana más pura. Se sentó sobre un trono ardiente con ruedas en llamas, 10 y un río de fuego brotaba de su presencia. Millones de ángeles le atendían; muchos millones se pusieron de pie para servirle. Entonces comenzó la sesión del tribunal y se abrieron los libros. 11 Yo seguí mirando porque podía oír las palabras arrogantes del cuerno pequeño. Seguí mirando hasta que mataron a la cuarta bestia y su cuerpo fue destruido por el fuego. 12 A las otras tres bestias les quitaron la autoridad, pero se les permitió seguir con vida un poco más. 13 Mientras continuó mi visión esa noche, vi a alguien parecido a un hijo de hombre descender con las nubes del cielo. Se acercó al Anciano y lo llevaron ante su presencia. 14 Se le dio autoridad, honra y soberanía sobre todas las naciones del mundo, para que lo obedecieran los de toda raza, nación y lengua. Su gobierno es eterno, no tendrá fin. Su reino jamás será destruido. 15 Yo, Daniel, quedé muy angustiado por todo lo que había visto, y las visiones me aterrorizaron. 16 Así que me acerqué a uno de los que estaban de pie junto al trono y le pregunté lo que significaba todo eso. Entonces me lo explicó así: 17 «Estas cuatro bestias enormes representan a cuatro reinos que surgirán de la tierra; 18 pero al final, el reino será entregado al pueblo santo del Altísimo y los santos gobernarán por siempre y para siempre». 19 Entonces quise conocer el verdadero significado de la cuarta bestia, que era tan diferente a las demás y tan espantosa. Había devorado y aplastado a sus víctimas con dientes de hierro y garras de bronce y pisoteaba los restos bajo sus pies. 20 También pregunté acerca de los diez cuernos que había en la cabeza de la cuarta bestia y por el cuerno pequeño que surgió después y destruyó a tres de los otros cuernos. Este cuerno parecía más grande que los demás y tenía ojos humanos y una boca que presumía con arrogancia. 21 Mientras miraba, ese cuerno hacía guerra contra el pueblo santo de Dios y lo vencía, 22 hasta que vino el Anciano — el Altísimo — y emitió un juicio en favor de su pueblo santo. Entonces llegó el tiempo para que los santos tomaran posesión del reino. 23 Despúes me dijo: «Esta cuarta bestia es la cuarta potencia mundial que gobernará la tierra. Será diferente a todas las demás. Devorará al mundo entero, pisoteando y aplastando todo lo que encuentre a su paso. 24 Sus diez cuernos son diez reyes que gobernarán ese imperio. Luego surgirá otro rey, diferente a los otros diez, y someterá a tres de ellos. 25 Desafiará al Altísimo y oprimirá al pueblo santo del Altísimo. Procurará cambiar las leyes de los santos y sus festivales sagrados y ellos quedarán bajo el dominio de ese rey por un tiempo, tiempos y medio tiempo. 26 »Sin embargo, después el tribunal dictará sentencia, se le quitará todo su poder y quedará totalmente destruido. 27 Entonces se dará al pueblo santo del Altísimo la soberanía, el poder y la grandeza de todos los reinos bajo el cielo. El reino del Altísimo permanecerá para siempre y todos los gobernantes le servirán y obedecerán». 28 Aquí termina la visión. Yo, Daniel, estaba espantado por mis pensamientos y mi rostro estaba pálido de miedo, pero no le dije nada a nadie.

VERSÍCULO DE MEMORIA

Juan 20:29
RVR1960 29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. NTV 29 Entonces Jesús le dijo: — Tú crees porque me has visto; benditos son los que creen sin verme.

SÁBADO — INTRODUCCIÓN

A lo largo de su Evangelio, Juan presenta una diversidad de personas con diferentes antecedentes, creencias y experiencias que dan testimonio de quién era Jesús.

“¡Este es el Cordero de Dios!” Juan 1:36
RVR1960 36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. NTV 36 Al pasar Jesús, Juan lo miró y declaró: «¡Miren! ¡Ahí está el Cordero de Dios! ».
“Hemos hallado al Mesías” Juan 1:41
RVR1960 41 Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). NTV 41 Andrés fue a buscar a su hermano Simón y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías» (que significa «Cristo»).
“Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés” Juan 1:45
RVR1960 45 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. NTV 45 Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo: — ¡Hemos encontrado a aquel de quien Moisés y los profetas escribieron! Se llama Jesús, el hijo de José, de Nazaret.
“¡Rabí! ¡Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel!” Juan 1:49
RVR1960 49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel. NTV 49 Entonces Natanael exclamó: — Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel!
“¿No será el Cristo?” Juan 4:29
RVR1960 29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo? NTV 29 «¡Vengan a ver a un hombre que me dijo todo lo que he hecho en mi vida! ¿No será este el Mesías? ».
“Nosotros mismos lo hemos oído, y sabemos que en verdad este es el Salvador del mundo” Juan 4:42
RVR1960 42 y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo. NTV 42 Luego le dijeron a la mujer: «Ahora creemos, no solo por lo que tú nos dijiste, sino porque lo hemos oído en persona. Ahora sabemos que él es realmente el Salvador del mundo».
“Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” Juan 6:68
RVR1960 68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. NTV 68 Simón Pedro le contestó: — Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes las palabras que dan vida eterna.
“Yo era ciego y ahora veo” Juan 9:25
RVR1960 25 Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. NTV 25 — Yo no sé si es un pecador — respondió el hombre — , pero lo que sé es que yo antes era ciego, ¡y ahora puedo ver!
“Yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo” Juan 11:27
RVR1960 27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. NTV 27 — Sí, Señor — le dijo ella — . Siempre he creído que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que ha venido de Dios al mundo.
“¡Aquí está su rey!” Juan 19:14
RVR1960 14 Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey! NTV 14 Ya era el día de preparación para la Pascua, cerca del mediodía. Y Pilato dijo al pueblo: «¡Miren, aquí tienen a su rey! ».
“Yo no hallo delito en él” Juan 19:6
RVR1960 6 Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él. NTV 6 Cuando lo vieron, los principales sacerdotes y los guardias del templo comenzaron a gritar: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! ». — Llévenselo ustedes y crucifíquenlo — dijo Pilato — . Yo no lo encuentro culpable.
“¡Señor mío y Dios mío!” Juan 20:28
RVR1960 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! NTV 28 — ¡Mi Señor y mi Dios! — exclamó Tomás.

¿Quiénes eran algunas de estas personas y por qué dieron testimonio acerca de la identidad de Jesús?

DOMINGO — Remontándonos a Abraham

Jesús no tuvo reparos en declarar quién era, ni tampoco en llamar a testigos para que dieran testimonio de quién era, incluso a testigos que habían desaparecido hacía mucho tiempo; Abraham, entre ellos: “Abraham, el padre de ustedes, se gozó en que vería mi día. Y lo vio, y se gozó” Juan 8:56
RVR1960 56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. NTV 56 Abraham, el padre de ustedes, se alegró mientras esperaba con ansias mi venida; la vio y se llenó de alegría.

¿Por qué fue el testimonio de Abraham tan importante como para ser incluido en el Evangelio de Juan?

Génesis 12:3
RVR1960 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. NTV 3 Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti».
Génesis 18:16-18
RVR1960 16 Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos. 17 Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, 18 habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? NTV 16 Después de haber comido, los hombres se levantaron y miraron hacia Sodoma. Cuando salieron, Abraham caminó un tramo con ellos para despedirlos. 17 «¿Ocultaré mis planes a Abraham? — preguntó el Señor — . 18 Pues Abraham sin duda llegará a formar una nación grande y poderosa, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas por medio de él.
Génesis 26:4
RVR1960 4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, NTV 4 Haré que tus descendientes sean tan numerosos como las estrellas de los cielos, y les daré todas estas tierras. Y mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas.
Mateo 1:1
RVR1960 1 Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. NTV 1 El siguiente es un registro de los antepasados de Jesús el Mesías, descendiente de David y de Abraham:
Hechos 3:25
RVR1960 25 Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. NTV 25 Ustedes son los hijos de esos profetas y están incluidos en el pacto que Dios les prometió a sus antepasados. Pues Dios le dijo a Abraham: “Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de tus descendientes”.

“Mediante símbolos y promesas, Dios ‘evangelizó antes a Abraham’ Gálatas 3:8
RVR1960 8 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. (A) NTV 8 Es más, las Escrituras previeron este tiempo en el que Dios haría justos a sus ojos a los gentiles por causa de su fe. Dios anunció esa Buena Noticia a Abraham hace tiempo, cuando le dijo: «Todas las naciones serán bendecidas por medio de ti».
Y la fe del patriarca se fijó en el Redentor que había de venir. Cristo dijo a los judíos: ‘Abraham, vuestro padre, se gozó de que había de ver mi día; y lo vio y se gozó’ Juan 8:56
RVR1960 56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. NTV 56 Abraham, el padre de ustedes, se alegró mientras esperaba con ansias mi venida; la vio y se llenó de alegría.
El carnero ofrecido en lugar de Isaac representaba al Hijo de Dios, que había de ser sacrificado en nuestro lugar. Cuando el hombre estaba condenado a la muerte por su transgresión de la ley de Dios, el Padre, mirando a su Hijo, dijo al pecador: ‘Vive, he hallado un rescate’” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 132).

Abraham fue el padre de la nación judía. Recibió la promesa de que todas las naciones serían bendecidas por medio de él. Esta bendición llegó a través del Mesías, nacido de su linaje.

Fue también el padre de los que responden a Dios con fe Hebreos 11:8
RVR1960 8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. NTV 8 Fue por la fe que Abraham obedeció cuando Dios lo llamó para que dejara su tierra y fuera a otra que él le daría por herencia. Se fue sin saber adónde iba.
Hebreos 11:17-19
RVR1960 17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, 18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; 19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir. NTV 17 Fue por la fe que Abraham ofreció a Isaac en sacrificio cuando Dios lo puso a prueba. Abraham, quien había recibido las promesas de Dios, estuvo dispuesto a sacrificar a su único hijo, Isaac, 18 aun cuando Dios le había dicho: «Isaac es el hijo mediante el cual procederán tus descendientes». 19 Abraham llegó a la conclusión de que si Isaac moría, Dios tenía el poder para volverlo a la vida; y en cierto sentido, Abraham recibió de vuelta a su hijo de entre los muertos.
Su voluntad de sacrificar a su hijo Isaac Génesis  22 el hijo de la promesa, no solo fue una prueba de fe, sino también una ventana al Plan de Salvación.

Cuando Jesús dijo: “Abraham, el padre de ustedes, se gozó en que vería mi día. Y lo vio, y se gozó” Juan 8:56
RVR1960 56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. NTV 56 Abraham, el padre de ustedes, se alegró mientras esperaba con ansias mi venida; la vio y se llenó de alegría.
los líderes respondieron: “Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?” Juan 8:57
RVR1960 57 Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? NTV 57 Entonces la gente le dijo: — Ni siquiera tienes cincuenta años. ¿Cómo puedes decir que has visto a Abraham?

La respuesta de Jesús fue asombrosa. “Les aseguro: Antes que Abraham existiera, yo soy” Juan 8:58
RVR1960 58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. NTV 58 Jesús contestó: — Les digo la verdad, ¡aun antes de que Abraham naciera, Yo Soy!

Jesús utiliza un lenguaje que recuerda el que Dios usó cuando se dirigió a Moisés en la zarza ardiente. Era una afirmación de divinidad, de existencia autónoma. Los dirigentes, sin duda, entendieron lo que eso implicaba en labios de Jesús, pues “tomaron piedras para apedrearlo” Juan 8:59
RVR1960 59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue. NTV 59 En ese momento, tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús desapareció de la vista de ellos y salió del templo.

Lee Romanos 4:1-5
RVR1960 1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? 2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. 3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. 4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; 5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. NTV 1 Humanamente hablando, Abraham fue el fundador de nuestra nación judía. ¿Qué descubrió él acerca de llegar a ser justo ante Dios? 2 Que si sus buenas acciones le hubieran servido para que Dios lo aceptara, habría tenido de qué jactarse; pero esa no era la forma de actuar de Dios. 3 Pues las Escrituras nos dicen: «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe». 4 Cuando la gente trabaja, el salario que recibe no es un regalo sino algo que se ha ganado; 5 pero la gente no es considerada justa por sus acciones sino por su fe en Dios, quien perdona a los pecadores.
¿Cómo utiliza Pablo esta historia de Abraham para revelar la gran verdad de la salvación solo por la fe, sin las obras de la Ley? ¿Cómo nos ayudan estos versículos a entender que Abraham es el padre de quienes viven por la fe?

LUNES — El testimonio de María

Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a visitar a María, Marta y su hermano Lázaro, a quien Jesús había resucitado. Simón, que había sido curado de la lepra, celebraba una fiesta en agradecimiento por lo que Jesús había hecho por él. Marta servía, y Lázaro estaba sentado a la mesa con los invitados Juan 12:1-8
RVR1960 (Mt. 26.
6-13; Mr. 14.
3-9) 1 Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. 2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. 3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. 4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: 5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? 6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. 7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. 8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.
NTV 1 Seis días antes de que comenzara la celebración de la Pascua, Jesús llegó a Betania, a la casa de Lázaro, el hombre a quien él había resucitado. 2 Prepararon una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro estaba entre los que comían con él. 3 Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume. 4 Sin embargo, Judas Iscariote, el discípulo que pronto lo traicionaría, dijo: 5 «Ese perfume valía el salario de un año. Hubiera sido mejor venderlo para dar el dinero a los pobres». 6 No es que a Judas le importaran los pobres; en verdad, era un ladrón y, como estaba a cargo del dinero de los discípulos, a menudo robaba una parte para él. 7 Jesús respondió: «Déjala en paz. Esto lo hizo en preparación para mi entierro. 8 Siempre habrá pobres entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán».

¿Qué significado tenían aquí las acciones de María? ¿En qué sentido daban testimonio de quién era Jesús? Juan 12:1-3
RVR1960 (Mt. 26.
6-13; Mr. 14.
3-9) 1 Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. 2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. 3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
NTV 1 Seis días antes de que comenzara la celebración de la Pascua, Jesús llegó a Betania, a la casa de Lázaro, el hombre a quien él había resucitado. 2 Prepararon una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro estaba entre los que comían con él. 3 Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume.

El perfume era muy caro. Su valor equivalía aproximadamente al salario anual de un trabajador común. María probablemente trajo este regalo como expresión de gratitud al Salvador por el perdón de sus pecados y por la resurrección de su hermano. Su intención era que sirviera algún día para el entierro de Jesús. Pero, al enterarse de que pronto sería ungido Rey, decidió ser la primera en rendirle honores.

María probablemente no tenía intención de que se notara su gesto, pero Juan señala que “la casa se llenó de la fragancia del perfume” Juan 12:3
RVR1960 3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. NTV 3 Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas respondió con una rápida reprimenda, afirmando que el perfume debería haberse vendido para dar el dinero resultante a los pobres. Jesús tranquilizó inmediatamente a María, diciendo: “ ‘Déjala [...]. Porque a los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán’ ” Juan 12:7-8
RVR1960 7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. 8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis. NTV 7 Jesús respondió: «Déjala en paz. Esto lo hizo en preparación para mi entierro. 8 Siempre habrá pobres entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán».

Un tema recurrente en el Evangelio de Juan es que Jesús conoce el interior de las personas Juan 2:24-25
RVR1960 24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, 25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre. NTV 24 pero Jesús no confiaba en ellos porque conocía todo acerca de las personas. 25 No hacía falta que nadie le dijera sobre la naturaleza humana, pues él sabía lo que había en el corazón de cada persona.
Juan 6:70-71
RVR1960 70 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? 71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque este era el que le iba a entregar, y era uno de los doce. NTV 70 Entonces Jesús dijo: — Yo los elegí a ustedes doce, pero hay uno de ustedes que es un diablo. 71 Se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, uno de los doce, quien más tarde lo traicionaría.
Juan 13:11
RVR1960 11 Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos. NTV 11 Pues Jesús sabía quién lo iba a traicionar. A eso se refería cuando dijo: «No todos están limpios».
Juan 16:19
RVR1960 19 Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? NTV 19 Jesús se dio cuenta de que querían preguntarle sobre eso, así que les dijo: — ¿Se están preguntando qué quise decir? Dije que, dentro de poco, no me verán más; pero tiempo después, volverán a verme.
En este caso, en la fiesta de Simón, Jesús sabe lo que hay en el corazón de Judas. En tal sentido, Juan deja en claro quién era Judas: un ladrón egoísta Juan 12:6
RVR1960 6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. NTV 6 No es que a Judas le importaran los pobres; en verdad, era un ladrón y, como estaba a cargo del dinero de los discípulos, a menudo robaba una parte para él.

“El don fragante que María había pensado prodigar al cuerpo muerto del Salvador, lo derramó sobre él en vida. En el entierro, su dulzura solo hubiese llenado la tumba, pero ahora llenó su corazón con la seguridad de su fe y amor. José de Arimatea y Nicodemo no ofrecieron su don de amor a Jesús durante su vida. Con lágrimas amargas, trajeron sus costosas especias para su cuerpo rígido e inconsciente. Las mujeres que llevaron sustancias aromáticas a la tumba hallaron que su diligencia era vana, porque él había resucitado. Pero María, al derramar su ofrenda sobre el Salvador, mientras él era consciente de su devoción, le ungió para la sepultura. Y cuando él penetró en las tinieblas de su gran prueba, llevó con sigo el recuerdo de aquel acto, anticipo del amor que le tributarían para siempre aquellos que redimiera” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 528).

Jesús sabía lo que había en el corazón de María y en el de Judas. También sabe lo que hay en el nuestro. ¿Qué debería decirnos esto acerca de nuestra necesidad de Cristo como nuestra justicia, tanto imputada como transformadora?

MARTES — El testimonio involuntario de Pilato

Juan registra una y otra vez los intentos de los líderes religiosos de apresar a Jesús, llevarlo a juicio y sentenciarlo a muerte. Un tema característico del Evangelio de Juan, expuesto a menudo por Jesús, es que aún no había llegado su tiempo, o su hora; es decir, el momento de su crucifixión Juan 2:4
RVR1960 4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. NTV 4 — Apreciada mujer, ese no es nuestro problema — respondió Jesús — . Todavía no ha llegado mi momento.
Juan 7:6
RVR1960 6 Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto. NTV 6 — Este no es el mejor momento para que yo vaya — respondió Jesús — , pero ustedes pueden ir cuando quieran.
Juan 7:8
RVR1960 8 Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido. NTV 8 Vayan ustedes; no iré al festival, porque todavía no ha llegado mi momento.
Juan 7:30
RVR1960 30 Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora. NTV 30 Entonces los líderes trataron de arrestarlo, pero nadie le puso las manos encima, porque aún no había llegado su momento.
Juan 12:7
RVR1960 7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. NTV 7 Jesús respondió: «Déjala en paz. Esto lo hizo en preparación para mi entierro.
Juan 12:23
RVR1960 23 Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. NTV 23 Jesús respondió: «Ya ha llegado el momento para que el Hijo del Hombre entre en su gloria.
Juan 12:27
RVR1960 27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. NTV 27 »Ahora mi alma está muy entristecida. ¿Acaso debería orar: “Padre, sálvame de esta hora”? ¡Pero esa es precisamente la razón por la que vine!
Juan 13:1
RVR1960 1 Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. NTV 1 Antes de la celebración de la Pascua, Jesús sabía que había llegado su momento para dejar este mundo y regresar a su Padre. Había amado a sus discípulos durante el ministerio que realizó en la tierra y ahora los amó hasta el final.
Juan 17:1
RVR1960 1 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; NTV 1 Después de decir todas esas cosas, Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo para que él, a su vez, te dé la gloria a ti.

Ahora había llegado la hora. Jesús fue arrestado en el huerto de Getsemaní, llevado ante Anás, luego ante el sumo sacerdote Caifás y dos veces ante Pilato.

Juan ha llamado a muchos testigos de todas las clases sociales para que den testimonio de que Jesús era el Cristo. Ahora Juan llama a Pilato, el gobernador que juzgó a Jesús. Este fue un testimonio importante porque Pilato era romano, gobernador y juez; la mayoría de los otros testigos eran judíos y plebeyos.

¿Cómo se relaciona el veredicto de Pilato con el tema del Evangelio de Juan?

Juan 18:38
RVR1960 38 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. NTV 38 — ¿Qué es la verdad? — preguntó Pilato. Entonces salió de nuevo adonde estaba el pueblo y dijo: — Este hombre no es culpable de ningún delito,
Juan 19:4-22
RVR1960 4 Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él. 5 Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre! 6 Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él. 7 Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios. 8 Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo. 9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta. 10 Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? 11 Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene. 12 Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a este sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone. 13 Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata. 14 Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey! 15 Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César. 16 Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron. (Mt. 27.
32-50; Mr. 15.
21-37; Lc. 23.
26-49) 17 Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; 18 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. 19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. 20 Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. 21 Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos. 22 Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
NTV 4 Pilato volvió a salir y le dijo al pueblo: «Ahora lo voy a traer, pero que quede bien claro que yo no lo encuentro culpable de nada». 5 Entonces Jesús salió con la corona de espinas sobre la cabeza y el manto púrpura puesto. Y Pilato dijo: «¡Miren, aquí tienen al hombre! ». 6 Cuando lo vieron, los principales sacerdotes y los guardias del templo comenzaron a gritar: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! ». — Llévenselo ustedes y crucifíquenlo — dijo Pilato — . Yo no lo encuentro culpable. 7 Los líderes judíos respondieron: — Según nuestra ley, debe morir porque afirmó que era el Hijo de Dios. 8 Cuando Pilato oyó eso, tuvo más miedo que nunca. 9 Llevó a Jesús de nuevo a la residencia oficial y le preguntó: «¿De dónde eres? ». Pero Jesús no le dio ninguna respuesta. 10 — ¿Por qué no me hablas? — preguntó Pilato — . ¿No te das cuenta de que tengo poder para ponerte en libertad o para crucificarte? 11 Entonces Jesús le dijo: — No tendrías ningún poder sobre mí si no te lo hubieran dado desde lo alto. Así que el que me entregó en tus manos es el que tiene el mayor pecado. 12 Entonces Pilato trató de poner en libertad a Jesús, pero los líderes judíos gritaron: «Si pones en libertad a ese hombre, no eres “amigo del César”. Todo el que se proclama a sí mismo rey está en rebeldía contra el César». 13 Cuando dijeron eso, Pilato llevó de nuevo a Jesús ante el pueblo. Entonces Pilato se sentó en el tribunal, en la plataforma llamada el Empedrado (en hebreo, Gabata ). 14 Ya era el día de preparación para la Pascua, cerca del mediodía. Y Pilato dijo al pueblo: «¡Miren, aquí tienen a su rey! ». 15 «¡Llévatelo! ¡Llévatelo! — gritaban — . ¡Crucifícalo! ». — ¿Cómo dicen? ¿Que yo crucifique a su rey? — preguntó Pilato. — No tenemos otro rey más que el César — le contestaron a gritos los principales sacerdotes. 16 Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran. Así que se llevaron a Jesús. 17 Él, cargando su propia cruz, fue al sitio llamado Lugar de la Calavera (en hebreo, Gólgota ). 18 Allí lo clavaron en la cruz. También crucificaron a otros dos con él, uno a cada lado, y a Jesús, en medio. 19 Y Pilato colocó un letrero sobre la cruz, que decía: «Jesús de Nazaret, el Rey de los judíos». 20 El lugar donde crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad, y el letrero estaba escrito en hebreo, en latín y en griego, para que muchos pudieran leerlo. 21 Entonces los principales sacerdotes se opusieron y le dijeron a Pilato: — Cambia la inscripción “El Rey de los judíos” por una que diga “Él dijo: ‘Yo soy el Rey de los judíos’”. 22 — No — respondió Pilato — . Lo que he escrito, escrito está y así quedará.

Jesús fue llevado ante Pilato el viernes de mañana, temprano Juan 18:28
RVR1960 (Mt. 27.
1-2,11-31; Mr. 15.
1-20; Lc. 23.
1-5,13-25) 28 Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua.
NTV 28 El juicio de Jesús ante Caifás terminó cerca del amanecer. De allí lo llevaron a la residencia oficial del gobernador romano. Sus acusadores no entraron porque, de haberlo hecho, se habrían contaminado y no hubieran podido celebrar la Pascua.
El plan de los conspiradores era enviar rápidamente al prisionero a la cruz. Pero el comportamiento de Jesús llamó la atención de Pilato. El gobernador interrogó atentamente a Jesús y escuchó de sus labios: “ ‘Yo para esto he nacido, para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad oye mi voz’ ” Juan 18:37
RVR1960 37 Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. NTV 37 Pilato le dijo: — ¿Entonces eres un rey? — Tú dices que soy un rey — contestó Jesús — . En realidad, yo nací y vine al mundo para dar testimonio de la verdad. Todos los que aman la verdad reconocen que lo que digo es cierto.

Aunque el gobernador condenó finalmente a Jesús a muerte, proclamó tres veces su inocencia Juan 18:38
RVR1960 38 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. NTV 38 — ¿Qué es la verdad? — preguntó Pilato. Entonces salió de nuevo adonde estaba el pueblo y dijo: — Este hombre no es culpable de ningún delito,
Juan 19:4-6
RVR1960 4 Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él. 5 Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre! 6 Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él. NTV 4 Pilato volvió a salir y le dijo al pueblo: «Ahora lo voy a traer, pero que quede bien claro que yo no lo encuentro culpable de nada». 5 Entonces Jesús salió con la corona de espinas sobre la cabeza y el manto púrpura puesto. Y Pilato dijo: «¡Miren, aquí tienen al hombre! ». 6 Cuando lo vieron, los principales sacerdotes y los guardias del templo comenzaron a gritar: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! ». — Llévenselo ustedes y crucifíquenlo — dijo Pilato — . Yo no lo encuentro culpable.
Y sobre la cruz escribió las palabras: “Jesús Nazareno, Rey de los judíos” Juan 19:19
RVR1960 19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. NTV 19 Y Pilato colocó un letrero sobre la cruz, que decía: «Jesús de Nazaret, el Rey de los judíos».
completando su testimonio acerca de quién era Jesús. Sin embargo, a pesar de su testimonio en favor de la inocencia de Cristo, lo condenó a muerte.

Pilato tenía ante sí a la Verdad misma. Sin embargo, dejó que la turba lo intimidara y condenó a muerte a Jesús. ¡Qué trágico ejemplo de lo que significa no seguir los dictados de la conciencia acerca de lo que es correcto!

¿Qué podemos aprender del ejemplo de Pilato sobre los peligros de permitir que el sentimiento popular y la presión grupal nos impidan hacer lo que creemos correcto?

MIERCOLES — El testimonio de Tomás

Lee Juan 20:19-31
RVR1960 (Mt. 28.
16-20; Mr. 16.
14-18; Lc. 24.
36-49) 19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. 20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos. 24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. 26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. 30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
NTV 19 Ese domingo, al atardecer, los discípulos estaban reunidos con las puertas bien cerradas porque tenían miedo de los líderes judíos. De pronto, ¡Jesús estaba de pie en medio de ellos! «La paz sea con ustedes», dijo. 20 Mientras hablaba, les mostró las heridas de sus manos y su costado. ¡Ellos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor! 21 Una vez más les dijo: «La paz sea con ustedes. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes». 22 Entonces sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban al Espíritu Santo. 23 Si ustedes perdonan los pecados de alguien, esos pecados son perdonados; si ustedes no los perdonan, esos pecados no son perdonados». 24 Tomás, uno de los doce discípulos (al que apodaban el Gemelo), no estaba con los otros cuando llegó Jesús. 25 Ellos le contaron: — ¡Hemos visto al Señor! Pero él respondió: — No lo creeré a menos que vea las heridas de los clavos en sus manos, meta mis dedos en ellas y ponga mi mano dentro de la herida de su costado. 26 Ocho días después, los discípulos estaban juntos de nuevo, y esa vez Tomás se encontraba con ellos. Las puertas estaban bien cerradas; pero de pronto, igual que antes, Jesús estaba de pie en medio de ellos y dijo: «La paz sea con ustedes». 27 Entonces le dijo a Tomás: — Pon tu dedo aquí y mira mis manos; mete tu mano en la herida de mi costado. Ya no seas incrédulo. ¡Cree! 28 — ¡Mi Señor y mi Dios! — exclamó Tomás. 29 Entonces Jesús le dijo: — Tú crees porque me has visto; benditos son los que creen sin verme. 30 Los discípulos vieron a Jesús hacer muchas otras señales milagrosas además de las registradas en este libro. 31 Pero estas se escribieron para que ustedes continúen creyendo que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, al creer en él, tengan vida por el poder de su nombre.

¿Qué podemos aprender de la historia de Tomás acerca de la fe y la duda? ¿Qué grave error cometió él?

Cristo apareció a los discípulos tras su resurrección, cuando estaban a puertas cerradas por temor. Tomás no estaba con ellos. Más tarde, escuchó los informes de la Resurrección de labios de los otros discípulos, pero aun así se desanimó. Aquello no coincidía con su idea acerca del Reino. Y seguramente se preguntó por qué Jesús se reveló a los demás cuando él no estaba allí.

Tomás dijo: “Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en la señal de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré” Juan 20:25
RVR1960 25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. NTV 25 Ellos le contaron: — ¡Hemos visto al Señor! Pero él respondió: — No lo creeré a menos que vea las heridas de los clavos en sus manos, meta mis dedos en ellas y ponga mi mano dentro de la herida de su costado.

Él estaba estableciendo sus propias condiciones para creer. Este planteamiento acerca de la fe en Jesús aparece con frecuencia en Juan. Nicodemo respondió a Jesús: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?” Juan 3:4
RVR1960 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? NTV 4 — ¿Qué quieres decir? — exclamó Nicodemo — . ¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo?
La mujer del pozo preguntó: “Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde tienes agua viva?” Juan 4:11
RVR1960 11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? NTV 11  — Pero señor, usted no tiene ni una soga ni un balde — le dijo ella — , y este pozo es muy profundo. ¿De dónde va a sacar esa agua viva?
La multitud que había sido alimentada con los panes y los peces preguntó: “¿Qué señal haces tú para que veamos y te creamos?” Juan 6:30
RVR1960 30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? NTV 30 — Si quieres que creamos en ti — le respondieron — , muéstranos una señal milagrosa. ¿Qué puedes hacer?

El Evangelio de Juan se opone a la perspectiva “Ver para creer”. Cuando Jesús se encontró con Tomás después de la Resurrección, lo invitó a venir, ver y tocar su cuerpo resucitado. Pero luego dijo: “¡Dichosos los que no vieron y creyeron!” Juan 20:29
RVR1960 29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. NTV 29 Entonces Jesús le dijo: — Tú crees porque me has visto; benditos son los que creen sin verme.

“Dios nunca nos exige que creamos sin ofrecernos suficientes evidencias en las cuales basar nuestra fe. Su existencia, su carácter, la veracidad de su Palabra, todo se halla establecido por abundantes testimonios que apelan a nuestra razón. Sin embargo, Dios no ha eliminado toda posibilidad de dudar. Nuestra fe tiene que re posar sobre evidencias, no sobre demostraciones” (Elena de White, El camino a Cristo, p. 158).

A través de la Palabra de Dios, de la Creación y de la experiencia personal, se nos ha dado una asombrosa cantidad de evidencia para nuestra fe en Jesús.

Si alguien te preguntara por qué crees en Jesús, ¿qué responderías?

JUEVES — Nuestro testimonio en favor de Jesús

Una y otra vez, cuando Juan presenta testigos de Jesús, su objetivo es llevarnos a una conclusión contundente: “También hizo Jesús muchas otras señales, en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro. Pero estas fueron escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que, creyendo, tengan vida por medio de él” Juan 20:30-31
RVR1960 30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. NTV 30 Los discípulos vieron a Jesús hacer muchas otras señales milagrosas además de las registradas en este libro. 31 Pero estas se escribieron para que ustedes continúen creyendo que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, al creer en él, tengan vida por el poder de su nombre.

Imagina lo que significó ser testigo presencial de los milagros de Jesús. De haber estado allí, estaríamos entre quienes creyeron, ¿verdad? Sin embargo, nuestras razones para creer en Jesús son mayores que las de quienes presenciaron sus milagros.

¿Por qué? ¿Con qué cosas contamos hoy que no tenían quienes vivieron en la época de Jesús y que deberían ayudarnos a creer?

Ver, por ejemplo, Mateo 24:2
RVR1960 2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. NTV 2 Pero él les respondió: «¿Ven todos esos edificios? Les digo la verdad, serán demolidos por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra! ».
Mateo 24:6-8
RVR1960 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores. NTV 6 Oirán de guerras y de amenazas de guerras, pero no se dejen llevar por el pánico. Es verdad, esas cosas deben suceder, pero el fin no vendrá inmediatamente después. 7 Una nación entrará en guerra con otra, y un reino con otro reino. Habrá hambres y terremotos en muchas partes del mundo. 8 Sin embargo, todo eso es solo el comienzo de los dolores del parto, luego vendrán más.
Mateo 24:14
RVR1960 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. NTV 14 Y se predicará la Buena Noticia acerca del reino por todo el mundo, de manera que todas las naciones la oirán; y entonces vendrá el fin.

No solo contamos con los poderosos relatos del Evangelio de Juan, sino también tenemos la gran ventaja de ver cómo se cumplió mucho de lo que Jesús y otros escritores bíblicos predijeron, como la destrucción del Templo Mateo 24:2
RVR1960 2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. NTV 2 Pero él les respondió: «¿Ven todos esos edificios? Les digo la verdad, serán demolidos por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra! ».
la proclamación del evangelio a todo el mundo Mateo 24:14
RVR1960 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. NTV 14 Y se predicará la Buena Noticia acerca del reino por todo el mundo, de manera que todas las naciones la oirán; y entonces vendrá el fin.
la gran apostasía 2 Tesalonicenses 2:3
RVR1960 3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, NTV 3 No se dejen engañar por lo que dicen. Pues aquel día no vendrá hasta que haya una gran rebelión contra Dios y se dé a conocer el hombre de anarquía, aquel que trae destrucción.
y que el mundo continúa siendo un lugar caído y malvado Mateo 24:6-8
RVR1960 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores. NTV 6 Oirán de guerras y de amenazas de guerras, pero no se dejen llevar por el pánico. Es verdad, esas cosas deben suceder, pero el fin no vendrá inmediatamente después. 7 Una nación entrará en guerra con otra, y un reino con otro reino. Habrá hambres y terremotos en muchas partes del mundo. 8 Sin embargo, todo eso es solo el comienzo de los dolores del parto, luego vendrán más.
Durante toda la vida y el ministerio de Jesús, sus seguidores siguieron siendo un pequeño y perseguido grupo de hombres y mujeres que, según todos los criterios humanos, deberían haber desaparecido de la historia hacía mucho tiempo. A diferencia de nosotros, ¿cómo podrían haber sabido que todas estas cosas sucederían? De hecho, nuestra propia fe es el cumplimiento de la profecía de Jesús según la cual el evangelio llegaría a todo el mundo.

Hoy, unos dos mil años después, también nosotros, como seguidores de Jesús, tenemos el privilegio de dar testimonio de Jesús y de lo que él ha hecho por nosotros. No es por los dichos de Natanael, Nicodemo, la mujer de Samaria o las enseñanzas de los fariseos que podemos conocer a Jesús como el Mesías. Es por la lectura de las Escrituras y la convicción producida por el Espíritu Santo que aceptamos a Jesús como el Salvador del mundo.

Cada uno de nosotros, a nuestra manera y a partir de nuestra propia relación con Dios, podemos tener una historia que contar. Puede ser que nuestra historia no sea tan espectacular como la resurrección de un muerto o la restauración de un ciego de nacimiento, pero lo que importa es que conozcamos a Jesús personalmente y demos testimonio de él como lo hicieron los testigos registrados en el Evangelio de Juan.

VIERNES - Para Estudiar y Meditar

Lee en Patriarcas y profetas, de Elena de White, el capítulo “La prueba de la fe” (pp. 125-134); y en El Deseado de todas las gentes, de la misma autora, el capítulo “En el tribunal de Pilato” (pp. 685-702).

“Entonces Tomás exclamó: ‘¡Señor mío y Dios mío!’ ” Juan 20:28
RVR1960 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! NTV 28 — ¡Mi Señor y mi Dios! — exclamó Tomás.

“Jesús aceptó este reconocimiento, pero reprendió suavemente su incredulidad: ‘Porque me has visto, Tomás, creíste. Bienaventurados los que no vieron y creyeron’. La fe de Tomás habría sido más grata a Cristo si hubiese estado dispuesto a creer por el testimonio de sus hermanos. Si el mundo siguiese ahora el ejemplo de Tomás, nadie creería en la salvación; porque todos los que reciben a Cristo deben hacerlo por el testimonio de otros.

“Muchos aficionados a la duda se disculpan diciendo que si tuviesen las pruebas que Tomás recibió de sus compañeros, creerían. No comprenden que no solamente tienen esa prueba, sino mucho más. Muchos que, como Tomás, esperan que sea suprimida toda causa de duda, no realizarán nunca su deseo. Quedan gradualmente confirmados en la incredulidad. Los que se acostumbran a mirar el lado sombrío, a murmurar y quejarse, no saben lo que hacen. Están sembrando las semillas de la duda, y segarán una cosecha de duda. En un tiempo en que la fe y la confianza son muy esenciales, muchos se hallarán así incapaces de esperar y creer” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 764).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

PREGUNTA 1

¿Cuál fue la diferencia esencial entre las expresiones de fe de Abraham y Tomás? ¿Qué podemos aprender de sus historias?

PREGUNTA 2

Demos voluntariamente testimonio acerca de Jesús en la clase siguiendo el ejemplo de los testigos presentados en el Evangelio de Juan. Aunque esos relatos difieren, ¿qué dice allí la gente y cómo testifican todos acerca del mismo Señor?

PREGUNTA 3

Pilato hizo una pregunta muy filosófica: “¿Qué es la verdad?” Da tu respuesta a esa pregunta a la luz de todo lo que hemos estudiado en el Evangelio de Juan.

PREGUNTA 4

Observa las profecías de Daniel  2 y 7. Aunque quienes vivían en la época de Jesús disponían de esos dos capítulos, ¿qué gran ventaja tenemos hoy, a diferencia de ellos, gracias al cumplimiento de esas profecías y en cuanto a nuestras razones para creer?

Repaso de la Lección

LECCIONES DE VIDA - Pr. Robert Costa

This page was produced by
Estudia la Biblia Hoy
estudialabibliahoy.com


Australia/Sydney : 20241116-143215 : 1626149781039 : 1727508936904

7/13