Bienaventurados los que creen [Presentación] — Estudia la Biblia Hoy





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Bienaventurados los que creen

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 CONTENIDO 

- 1. Sábado — Bienaventurados los que creen

- Verso clave

“Jesús le dijo: ‘Porque me has visto, Tomás, creíste. ¡Dichosos los que no vieron y creyeron!’” Juan 20:29
RVR1960 29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. NTV 29 Entonces Jesús le dijo: — Tú crees porque me has visto; benditos son los que creen sin verme.

- Introducción

A lo largo de su Evangelio, Juan presenta una diversidad de personas con distintos trasfondos, creencias y experiencias que dan testimonio de quién era Jesús. Estas personas, con sus testimonios y experiencias, confirman que Jesús es el Mesías y el Hijo de Dios. Esta semana, exploraremos algunos de estos testimonios y lo que revelan sobre la identidad de Cristo, resaltando el contraste entre quienes creyeron sin ver y aquellos que requerían evidencias físicas para su fe.

- Reflexión inicial

La fe es una constante en el Evangelio de Juan. Jesús alaba a aquellos que creen sin necesidad de ver señales. En un mundo donde muchos dependen de pruebas físicas, ¿cómo podemos cultivar una fe sólida basada en la Palabra de Dios y en el testimonio del Espíritu Santo?

- 2. Domingo — Remontándonos a Abraham

- Lectura bíblica

Juan 8:56
RVR1960 56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. NTV 56 Abraham, el padre de ustedes, se alegró mientras esperaba con ansias mi venida; la vio y se llenó de alegría.
Génesis 12:3
RVR1960 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. NTV 3 Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti».
Génesis 18:16-18
RVR1960 16 Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos. 17 Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, 18 habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? NTV 16 Después de haber comido, los hombres se levantaron y miraron hacia Sodoma. Cuando salieron, Abraham caminó un tramo con ellos para despedirlos. 17 «¿Ocultaré mis planes a Abraham? — preguntó el Señor — . 18 Pues Abraham sin duda llegará a formar una nación grande y poderosa, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas por medio de él.
Romanos 4:1-5
RVR1960 1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? 2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. 3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. 4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; 5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. NTV 1 Humanamente hablando, Abraham fue el fundador de nuestra nación judía. ¿Qué descubrió él acerca de llegar a ser justo ante Dios? 2 Que si sus buenas acciones le hubieran servido para que Dios lo aceptara, habría tenido de qué jactarse; pero esa no era la forma de actuar de Dios. 3 Pues las Escrituras nos dicen: «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe». 4 Cuando la gente trabaja, el salario que recibe no es un regalo sino algo que se ha ganado; 5 pero la gente no es considerada justa por sus acciones sino por su fe en Dios, quien perdona a los pecadores.

Jesús habla del patriarca Abraham como un testigo que anticipó su venida: “Abraham, el padre de ustedes, se gozó en que vería mi día. Y lo vio, y se gozó”. Abraham, al obedecer a Dios con fe, se convirtió en padre de todos los que viven por fe, demostrando que la salvación es solo por la fe y no por las obras de la Ley. Su disposición a sacrificar a Isaac es un símbolo del sacrificio de Cristo, el Cordero de Dios.

- Pregunta de reflexión

¿Qué nos enseña el ejemplo de Abraham sobre la salvación solo por fe y la importancia de confiar en las promesas de Dios?

- Aplicación personal

Abraham creyó en las promesas de Dios incluso sin verlas cumplidas. Reflexiona sobre cómo puedes fortalecer tu fe al confiar en la fidelidad de Dios, aun cuando no veas el cumplimiento inmediato de sus promesas.

- 3. Lunes — El testimonio de María

- Lectura bíblica

Juan 12:1-3
RVR1960 (Mt. 26.
6-13; Mr. 14.
3-9) 1 Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. 2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. 3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
NTV 1 Seis días antes de que comenzara la celebración de la Pascua, Jesús llegó a Betania, a la casa de Lázaro, el hombre a quien él había resucitado. 2 Prepararon una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro estaba entre los que comían con él. 3 Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume.

María, en una expresión de gratitud y amor, unge a Jesús con un perfume costoso, mostrando su devoción y fe en él. Este acto de humildad y sacrificio sirve como un testimonio de quién es Jesús. Aunque Judas critica a María, Jesús la defiende, valorando su sincera devoción. Este acto no solo honra a Jesús en vida, sino que también anticipa su muerte y sepultura.

- Pregunta de reflexión

¿Qué nos enseña el gesto de María acerca de nuestra respuesta de adoración y gratitud hacia Jesús?

- Aplicación personal

María dio lo mejor que tenía en una expresión de amor y gratitud. Reflexiona sobre cómo puedes expresar tu amor y devoción a Cristo en tu vida diaria, ofreciendo lo mejor de ti en su servicio.

- 4. Martes — El testimonio involuntario de Pilato

- Lectura bíblica

Juan 18:38
RVR1960 38 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. NTV 38 — ¿Qué es la verdad? — preguntó Pilato. Entonces salió de nuevo adonde estaba el pueblo y dijo: — Este hombre no es culpable de ningún delito,
Juan 19:4-22
RVR1960 4 Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él. 5 Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre! 6 Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él. 7 Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios. 8 Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo. 9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta. 10 Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? 11 Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene. 12 Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a este sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone. 13 Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata. 14 Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey! 15 Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César. 16 Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron. (Mt. 27.
32-50; Mr. 15.
21-37; Lc. 23.
26-49) 17 Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; 18 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. 19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. 20 Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. 21 Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos. 22 Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
NTV 4 Pilato volvió a salir y le dijo al pueblo: «Ahora lo voy a traer, pero que quede bien claro que yo no lo encuentro culpable de nada». 5 Entonces Jesús salió con la corona de espinas sobre la cabeza y el manto púrpura puesto. Y Pilato dijo: «¡Miren, aquí tienen al hombre! ». 6 Cuando lo vieron, los principales sacerdotes y los guardias del templo comenzaron a gritar: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! ». — Llévenselo ustedes y crucifíquenlo — dijo Pilato — . Yo no lo encuentro culpable. 7 Los líderes judíos respondieron: — Según nuestra ley, debe morir porque afirmó que era el Hijo de Dios. 8 Cuando Pilato oyó eso, tuvo más miedo que nunca. 9 Llevó a Jesús de nuevo a la residencia oficial y le preguntó: «¿De dónde eres? ». Pero Jesús no le dio ninguna respuesta. 10 — ¿Por qué no me hablas? — preguntó Pilato — . ¿No te das cuenta de que tengo poder para ponerte en libertad o para crucificarte? 11 Entonces Jesús le dijo: — No tendrías ningún poder sobre mí si no te lo hubieran dado desde lo alto. Así que el que me entregó en tus manos es el que tiene el mayor pecado. 12 Entonces Pilato trató de poner en libertad a Jesús, pero los líderes judíos gritaron: «Si pones en libertad a ese hombre, no eres “amigo del César”. Todo el que se proclama a sí mismo rey está en rebeldía contra el César». 13 Cuando dijeron eso, Pilato llevó de nuevo a Jesús ante el pueblo. Entonces Pilato se sentó en el tribunal, en la plataforma llamada el Empedrado (en hebreo, Gabata ). 14 Ya era el día de preparación para la Pascua, cerca del mediodía. Y Pilato dijo al pueblo: «¡Miren, aquí tienen a su rey! ». 15 «¡Llévatelo! ¡Llévatelo! — gritaban — . ¡Crucifícalo! ». — ¿Cómo dicen? ¿Que yo crucifique a su rey? — preguntó Pilato. — No tenemos otro rey más que el César — le contestaron a gritos los principales sacerdotes. 16 Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran. Así que se llevaron a Jesús. 17 Él, cargando su propia cruz, fue al sitio llamado Lugar de la Calavera (en hebreo, Gólgota ). 18 Allí lo clavaron en la cruz. También crucificaron a otros dos con él, uno a cada lado, y a Jesús, en medio. 19 Y Pilato colocó un letrero sobre la cruz, que decía: «Jesús de Nazaret, el Rey de los judíos». 20 El lugar donde crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad, y el letrero estaba escrito en hebreo, en latín y en griego, para que muchos pudieran leerlo. 21 Entonces los principales sacerdotes se opusieron y le dijeron a Pilato: — Cambia la inscripción “El Rey de los judíos” por una que diga “Él dijo: ‘Yo soy el Rey de los judíos’”. 22 — No — respondió Pilato — . Lo que he escrito, escrito está y así quedará.

Aunque Pilato condena a Jesús, lo hace proclamando su inocencia tres veces y, en la cruz, lo identifica como “Jesús Nazareno, Rey de los judíos”. A pesar de su testimonio favorable hacia la inocencia de Jesús, Pilato cede a la presión popular, mostrándonos el peligro de comprometer nuestras convicciones por temor a la opinión de otros.

- Pregunta de reflexión

¿Qué lecciones podemos aprender del ejemplo de Pilato sobre la importancia de defender nuestras convicciones?

- Aplicación personal

Reflexiona sobre cómo puedes ser fiel a tus principios y a Cristo, sin permitir que las presiones externas te desvíen de hacer lo correcto.

- 5. Miércoles — El testimonio de Tomás

- Lectura bíblica

Juan 20:19-31
RVR1960 (Mt. 28.
16-20; Mr. 16.
14-18; Lc. 24.
36-49) 19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. 20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos. 24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. 26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. 30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
NTV 19 Ese domingo, al atardecer, los discípulos estaban reunidos con las puertas bien cerradas porque tenían miedo de los líderes judíos. De pronto, ¡Jesús estaba de pie en medio de ellos! «La paz sea con ustedes», dijo. 20 Mientras hablaba, les mostró las heridas de sus manos y su costado. ¡Ellos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor! 21 Una vez más les dijo: «La paz sea con ustedes. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes». 22 Entonces sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban al Espíritu Santo. 23 Si ustedes perdonan los pecados de alguien, esos pecados son perdonados; si ustedes no los perdonan, esos pecados no son perdonados». 24 Tomás, uno de los doce discípulos (al que apodaban el Gemelo), no estaba con los otros cuando llegó Jesús. 25 Ellos le contaron: — ¡Hemos visto al Señor! Pero él respondió: — No lo creeré a menos que vea las heridas de los clavos en sus manos, meta mis dedos en ellas y ponga mi mano dentro de la herida de su costado. 26 Ocho días después, los discípulos estaban juntos de nuevo, y esa vez Tomás se encontraba con ellos. Las puertas estaban bien cerradas; pero de pronto, igual que antes, Jesús estaba de pie en medio de ellos y dijo: «La paz sea con ustedes». 27 Entonces le dijo a Tomás: — Pon tu dedo aquí y mira mis manos; mete tu mano en la herida de mi costado. Ya no seas incrédulo. ¡Cree! 28 — ¡Mi Señor y mi Dios! — exclamó Tomás. 29 Entonces Jesús le dijo: — Tú crees porque me has visto; benditos son los que creen sin verme. 30 Los discípulos vieron a Jesús hacer muchas otras señales milagrosas además de las registradas en este libro. 31 Pero estas se escribieron para que ustedes continúen creyendo que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, al creer en él, tengan vida por el poder de su nombre.

Tomás dudó del testimonio de los otros discípulos hasta ver a Jesús resucitado. Cuando finalmente lo ve, declara: “¡Señor mío y Dios mío!”. Jesús, sin embargo, proclama bienaventurados a quienes creen sin ver. Este episodio subraya la importancia de la fe que se basa en la confianza en Dios y no en las evidencias tangibles.

- Pregunta de reflexión

¿Qué nos enseña la historia de Tomás sobre la naturaleza de la fe y cómo debemos enfrentar la duda?

- Aplicación personal

La fe en Jesús no siempre requiere evidencias físicas. Reflexiona sobre cómo puedes fortalecer tu fe en las promesas de Dios y en su Palabra, confiando en él aun cuando no tengas todas las respuestas.

- 6. Jueves — Nuestro testimonio en favor de Jesús

- Lectura bíblica

Juan 20:30-31
RVR1960 30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. NTV 30 Los discípulos vieron a Jesús hacer muchas otras señales milagrosas además de las registradas en este libro. 31 Pero estas se escribieron para que ustedes continúen creyendo que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, al creer en él, tengan vida por el poder de su nombre.
Mateo 24:2
RVR1960 2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. NTV 2 Pero él les respondió: «¿Ven todos esos edificios? Les digo la verdad, serán demolidos por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra! ».
Mateo 24:6-8
RVR1960 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores. NTV 6 Oirán de guerras y de amenazas de guerras, pero no se dejen llevar por el pánico. Es verdad, esas cosas deben suceder, pero el fin no vendrá inmediatamente después. 7 Una nación entrará en guerra con otra, y un reino con otro reino. Habrá hambres y terremotos en muchas partes del mundo. 8 Sin embargo, todo eso es solo el comienzo de los dolores del parto, luego vendrán más.
Mateo 24:14
RVR1960 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. NTV 14 Y se predicará la Buena Noticia acerca del reino por todo el mundo, de manera que todas las naciones la oirán; y entonces vendrá el fin.

Hoy tenemos testimonios adicionales de las Escrituras y del cumplimiento de las profecías bíblicas, como la destrucción del Templo y la expansión del evangelio a nivel mundial. A través de las evidencias proféticas y la obra del Espíritu Santo, se nos invita a dar testimonio de nuestra relación personal con Jesús, tal como lo hicieron los testigos en el Evangelio de Juan.

- Pregunta de reflexión

¿Qué testimonio personal puedes compartir sobre lo que Jesús ha hecho en tu vida?

- Aplicación personal

Nuestro testimonio puede tener un impacto en las vidas de otros. Reflexiona sobre cómo puedes compartir la transformación que Cristo ha hecho en ti, invitando a otros a conocerlo.

- 7. Viernes — Para estudiar y meditar

- Lectura adicional

Elena de White, Patriarcas y profetas, pp. 125-134; El Deseado de todas las gentes, pp. 685-702

La historia de Tomás nos recuerda que, aunque Jesús ofrece evidencia para nuestra fe, esta no debería depender únicamente de lo visible. La fe que agrada a Dios es la que confía en sus promesas y se basa en su Palabra. Al igual que Abraham, debemos aprender a vivir por fe y no por vista.

- Pregunta de reflexión

¿Cuál es la diferencia esencial entre la fe de Abraham y la de Tomás? ¿Qué podemos aprender de sus historias sobre la naturaleza de la fe?

- Aplicación personal

La fe es un don que debemos cultivar diariamente. Reflexiona sobre cómo puedes fortalecer tu fe al pasar tiempo en la Palabra de Dios, permitiendo que el Espíritu Santo te guíe y te dé una comprensión más profunda de la verdad.

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