Armados Espiritualmente para el Conflicto Cósmico — Estudia la Biblia Hoy





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Armados Espiritualmente para el Conflicto Cósmico
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Armados Espiritualmente para el Conflicto Cósmico



Fabián Galindo
Obrero Bíblico Laico

Introducción:

Queridos hermanos y hermanas en la fe, hoy nos reunimos aquí, en la presencia del Señor, para meditar y recibir la Palabra de Dios contenida en Efesios 6:10-18
RVR1960 10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, (A) y vestidos con la coraza de justicia, (B) 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. (C) 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de la salvación, (D) y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; NTV 10 Una palabra final: sean fuertes en el Señor y en su gran poder. 11 Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo. 12 Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales. 13 Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie, firmes. 14 Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia de Dios. 15 Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a fin de estar completamente preparados. 16 Además de todo eso, levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo. 17 Pónganse la salvación como casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios. 18 Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.
. Estas sagradas escrituras nos revelan la importancia de equiparnos con la armadura divina en nuestra jornada espiritual. Como adventistas del séptimo día, estamos llamados a comprender y aplicar este pasaje en nuestras vidas con una visión clara de nuestro compromiso con Dios. Permítanme guiarlos a través de estas palabras inspiradas, que nos instruyen sobre cómo enfrentar las artimañas del diablo y perseverar en nuestra fe.

"La obtención de la vida eterna siempre implicará una lucha, un conflicto. Debemos ser hallados peleando continuamente la buena batalla de la fe. Somos soldados de Cristo y aquellos que se alistan en su ejército deben esperar hacer una obra difícil, la cual exigirá sus energías hasta lo sumo. Debemos comprender que la vida de un soldado es de lucha agresiva, de perseverancia y paciencia. Por causa de Cristo hemos de soportar pruebas." Review and Herald, 17 de diciembre, 1908

Hermanos y hermanas, en estos tiempos turbulentos, es crucial comprender que nuestra fortaleza proviene únicamente del gran poder del Señor. Como adventistas del séptimo día, somos conscientes de que nuestra esperanza y fuerza residen en el Dios creador, redentor y sustentador de nuestras vidas. En momentos de debilidad, recordemos que podemos encontrar nuestra renovación en Su presencia.

I. ¿Lo que debemos hacer para no ser tocados por las legiones de demonios que nos atacan cada dïa?

Efesios 6:10-12
RVR1960 10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. NTV 10 Una palabra final: sean fuertes en el Señor y en su gran poder. 11 Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo. 12 Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.

1. Permanecer en la Palabra de Dios:

Una de las mejores maneras de protegernos contra las influencias demoníacas es estudiar y meditar en la Palabra de Dios regularmente. La Biblia es nuestra guía y fuente de verdad. Cuando conocemos la Palabra, podemos identificar las falsedades y tentaciones que provienen del enemigo.

2. Mantener una vida de oración:

La comunicación constante con Dios a través de la oración es esencial. Ore por fortaleza, discernimiento y protección contra las influencias malignas. Pida la guía del Espíritu Santo para tomar decisiones sabias y enfrentar tentaciones.

3. Vivir una vida de rectitud:

Buscar la justicia y la santidad en nuestras vidas es fundamental. Siguiendo los mandamientos de Dios y viviendo en obediencia a Su voluntad, creamos una barrera espiritual contra el mal.

II. Fortalecidos con el poder del Señor

Efesios 6:10
RVR1960 10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. NTV 10 Una palabra final: sean fuertes en el Señor y en su gran poder.

"Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor."

Antes de adentrarnos en la batalla espiritual, debemos fortalecernos en el poder de Dios. Este poder divino es un recurso inagotable que debemos buscar y reclamar en oración y meditación constante. A través de ello, podemos resistir los embates del enemigo y mantenernos firmes en nuestra fe adventista.

Hermanos y hermanas, en estos tiempos de desafíos constantes, debemos recordar que nuestra fortaleza no proviene de nosotros mismos, sino del gran poder del Señor. Como adventistas, sabemos que el Señor es nuestro Creador, nuestro Redentor y nuestro Sustentador. En momentos de debilidad, recordemos que podemos encontrar fortaleza en Su presencia.

Efesios 6:11-12
RVR1960 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. NTV 11 Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo. 12 Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.

"Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales."

Aquí, Pablo nos recuerda que nuestra batalla es espiritual. Como adventistas, entendemos que enfrentamos un conflicto cósmico entre el bien y el mal. Nuestra armadura espiritual es esencial para resistir las artimañas del diablo y sus fuerzas malignas. Debemos estar preparados para esta batalla, no con armas terrenales, sino con la armadura de Dios.

“Pensando en el conflicto, Pablo escribe a sus hermanos de Efeso exhortándolos a “ser fuertes”, no débiles, no vacilantes, llevados y traídos como las olas del mar. Pero, ¿en qué debían fortalecerse? ¿En su propio poder? No. “Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza”. Dice Pablo: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. {ELC. 261.3}

Nuestra lucha es de carácter espiritual. A medida que enfrentamos las artimañas del diablo, debemos reconocer que nuestro verdadero enemigo no son los seres humanos, sino los poderes y autoridades espirituales malignas que operan en este mundo. Como adventistas, debemos mantener una perspectiva espiritual y no perder de vista la realidad de esta batalla cósmica.

“Las victorias no se ganan por ceremonias u ostentación, sino por la sencilla obediencia al General supremo, al Señor Dios de los cielos. Quien confía en ese Guía nunca conocerá la derrota. La obediencia a Dios es libertad de la servidumbre del pecado.” — The Review and Herald, 17 de diciembre de 1908. {ELC 261.5}...

Efesios 6:13-15
RVR1960 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. NTV 13 Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie, firmes. 14 Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia de Dios. 15 Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a fin de estar completamente preparados.

"Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz."
Para resistir con firmeza, debemos equiparnos con la armadura de Dios. Esta armadura espiritual consta de varias partes esenciales.. Primero, debemos ceñirnos con la verdad, porque la verdad nos hará libres El cinturón de la verdad nos mantiene arraigados en la palabra de Dios, protegiéndonos de las falsedades del mundo..

La justicia debe ser nuestra coraza, la cual nos cubre y nos hace vivir vidas en conformidad con los principios divinos, reflejando la santidad de Dios. protegiéndonos de la injusticia y el pecado. Llevemos el mensaje del evangelio de la paz, ya que somos embajadores del Príncipe de Paz, Jesús.

“Hay muchos que no comprenden el conflicto que se lleva a cabo entre Cristo y Satanás por las almas de los hombres. No advierten que si quieren permanecer bajo la bandera ensangrentada del Príncipe Emanuel, deben estar dispuestos a ser partícipes de sus conflictos y sostener una guerra resuelta contra los poderes de las tinieblas.” {ELC 261.2}

Calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz, llevamos el mensaje de Cristo a un mundo necesitado.

Efesios 6:16
RVR1960 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. NTV 16 Además de todo eso, levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo.

"Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno."

La fe, queridos hermanos y hermanas, es nuestro escudo contra los ataques del enemigo. Como adventistas, tenemos una fe arraigada en la verdad de las Escrituras y la promesa de la segunda venida de Cristo. Esta fe nos protege de las dudas y los temores que el diablo intenta sembrar en nuestros corazones.

“La obtención de la vida eterna siempre será una lucha, un conflicto. Debemos pelear continuamente la buena batalla de la fe. Somos soldados de Cristo y los que se alistan en su ejército deben esperar hacer una obra difícil que exigirá sus energías hasta lo sumo. Debemos comprender que la vida de un soldado es de lucha agresiva, de perseverancia y paciencia. Por causa de Cristo hemos de soportar pruebas.” {ELC 261.4}

Nuestra fe es un escudo protector contra las flechas encendidas del maligno. Como adventistas, nuestra fe está basada en la confianza en las promesas de Dios y la obra redentora de Jesucristo. Mantener esta fe sólida nos permite extinguir las dudas y temores que el enemigo intenta sembrar en nuestros corazones.

III. Cuidar Las Avenidas del Alma

1. Atentos a las influencias externas

Cuidar estas avenidas del alma implica estar atentos a las influencias que permitimos en nuestras vidas y asegurarnos de que estén alineadas con nuestra fe y nuestra relación con Dios. Los adventistas buscan mantener estas avenidas abiertas y saludables para nutrir su crecimiento espiritual y su conexión con lo divino.

Cuidar las avenidas del alma implica ser conscientes de cómo permitimos que las influencias y experiencias ingresen en nuestras vidas y cómo estas pueden fortalecer o debilitar nuestra fe. Aquí hay algunas avenidas del alma importantes que los adventistas suelen cuidar:

a. La Palabra de Dios:

Una de las avenidas más cruciales para los adventistas es el estudio y la meditación en la Palabra de Dios, la Biblia. Al sumergirse en las Escrituras, los adventistas buscan nutrir su fe y comprender la voluntad de Dios para sus vidas.

b. La Oración:

La oración es una vía de comunicación directa con Dios. Los adventistas valoran el tiempo dedicado a la oración, buscando una relación más cercana con Dios y encontrando dirección y fortaleza en sus momentos de comunicación con Él.

c. La Comunión con la Comunidad de Fe:

La participación activa en una comunidad de creyentes, como la iglesia, proporciona un lugar importante para nutrir la fe y recibir apoyo espiritual. A través de la adoración, la comunión y la interacción con otros creyentes, se cuida la avenida del alma en la comunidad adventista.

d. El Reposo Sabático:

El sábado es un día especial de descanso y adoración en la fe adventista. Cuidar esta avenida del alma implica observar el sábado como un día de descanso espiritual, dedicado a la adoración, la reflexión y la comunión con Dios.

e. La Salud y el Bienestar:

Los adventistas enfatizan el cuidado del cuerpo como un templo de Dios. Cuidar la salud a través de una alimentación adecuada, el ejercicio y la abstinencia de hábitos perjudiciales es una manera de proteger la avenida del alma.

2. La Ética y la Moral del Cristiano, Responsabilidad con quienes nos Comunicamos.

a. La Integridad Moral:

La ética y la moral son esenciales para cuidar las avenidas del alma. Los adventistas se esfuerzan por vivir vidas íntegras y justas, evitando el pecado y actuando de acuerdo con los principios bíblicos.

b. La Educación y el Conocimiento:

El aprendizaje y la educación se consideran importantes para el crecimiento espiritual. Los adventistas buscan adquirir conocimiento que fortalezca su comprensión de la fe y su capacidad para compartir el evangelio.

c. La Misión y el Servicio:

El compartir el evangelio y servir a los demás es una parte esencial de la fe adventista. Al cuidar la avenida del alma del servicio, los adventistas buscan impactar positivamente en sus comunidades y el mundo.

“Cada día debemos librar combates. Una gran batalla se libra en cada alma, entre el príncipe de las tinieblas y el de la vida... Como instrumentos de Dios, debéis someteros a él, para que él pueda planear, dirigir y librar la batalla por vosotros, con vuestra cooperación. El Príncipe de la vida está al frente de su obra. Os acompañará en vuestro combate cotidiano contra el yo, para que podáis ser leales a los principios, para que la pasión, cuando luche por obtener el predominio, sea sometida por la gracia de Cristo; para que salgáis más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Jesús ha estado en el campo de batalla. Conoce el poder de cada tentación. Sabe cómo afrontar cada emergencia, y cómo guiaros por toda senda de peligro” Hijos e Hijas de Dios pag. 162

Cuidar estas avenidas del alma implica estar atentos a las influencias que permitimos en nuestras vidas y asegurarnos de que estén alineadas con nuestra fe y nuestra relación con Dios. Los adventistas buscan mantener estas avenidas abiertas y saludables para nutrir su crecimiento espiritual y su conexión con lo divino.

Efesios 6:17
RVR1960 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; NTV 17 Pónganse la salvación como casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios.

"Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios."

El casco de la salvación nos asegura que nuestra mente esté protegida en Cristo. Y la espada del Espíritu, la Palabra de Dios, es nuestra arma poderosa. Conocer y meditar en la Palabra nos capacita para defender nuestra fe y proclamar el evangelio con valentía.

“Dios manda que llenemos la mente con pensamientos grandes y puros. Desea que meditemos en su amor y misericordia, que estudiemos su obra maravillosa en el gran plan de la redención. Entonces podremos comprender la verdad con claridad cada vez mayor, nuestro deseo de pureza de corazón y claridad de pensamiento será más elevado y más santo. El alma que mora en la atmósfera pura de los pensamientos santos, será transformada por la comunión con Dios por medio del estudio de las Escrituras” . — Palabras de Vida del Gran Maestro, 43, 44.

“Dios ha provisto abundantes medios para tener éxito en la guerra contra la maldad que hay en el mundo. La Biblia es el arsenal donde podemos equiparnos para la lucha. Nuestros lomos deben estar ceñidos con la verdad. Nuestra cota debe ser la justicia. El escudo de la fe debe estar en nuestra mano, el yelmo de la salvación sobre nuestra frente; y con la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, hemos de abrirnos camino a través de las obstrucciones y enredos del pecado” .--- Los Hechos de los Apóstoles 400

Efesios 6:18
RVR1960 18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; NTV 18 Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.

"Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alertas y perseveren en oración por todos los creyentes."

“Satanás observa ansiosamente para hallar desprevenidos a los cristianos. ¡Oh, si los seguidores de Cristo recordaran que la eterna vigilancia es el precio de la vida eterna! Muchos poseen una fe adormecida. A menos que sean fortalecidos, reanimados, instados a obrar, sus almas se perderán.” Carta 140, del 5 de julio de 1903

Finalmente, hermanos y hermanas, la oración constante en el Espíritu es el vínculo que nos mantiene conectados a Dios en todo momento. Como adventistas, valoramos el sábado como un día especial de comunión, pero más allá de eso, debemos orar sin cesar.

Debemos estar alerta y perseverar en la oración, recordando interceder por nuestros hermanos en la fe. Unidos en oración, fortalecemos la red de hermandad adventista y resistimos las artimañas del diablo con confianza en el poder de Dios.

Conclusión

En resumen, hermanos y hermanas, como adventistas del séptimo día, comprendemos que estamos inmersos en un conflicto espiritual de dimensiones cósmicas. Pero no temamos, pues Dios nos ha proporcionado la armadura divina para enfrentar estas batallas con valentía y determinación.

Fortalezcámonos en el poder del Señor, revistámonos de Su armadura y permanezcamos en la oración y la fe. En esta lucha espiritual, recordemos siempre que Dios está con nosotros y que, al final, la victoria está asegurada para aquellos que permanecen fieles. Amén.

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