El Espíritu de Profecía — I — Estudia la Biblia Hoy





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El Espíritu de Profecía — I
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En muchas ocasiones, no sólo en Norteamérica sino también en otros países, el Señor, en señal de gracia hacia su pueblo empeñado en pregonar las buenas nuevas del próximo regreso del Salvador, se ha comunicado con ellos mediante el don del espíritu de profecía.

Es interesante notar que aún antes de la gran desilusión de 1844, Dios estaba llamando a hombres para ser sus mensajeros a los creyentes adventistas. Después de haberse ellos chasqueado dos veces, y mientras oraban pidiendo más luz, justamente en el momento debido Dios envió, mediante un instrumento escogido, la dirección y el estímulo necesarios.

El primero que fue llamado era un hombre piadoso - ministro bien instruido y talentoso, llamado Guillermo Foy - que residía en Boston, Massachusetts. A éste, en dos ocasiones (el 18 de enero y el 4 de febrero del año 1842) el Señor le dio santas visiones; y él, al ser invitado fue de ciudad en ciudad contando las maravillas que había visto. Muchísima gente se juntó en grandes salones para escucharlo, y el Sr. Foy relató ante miles de personas lo que le había sido mostrado del mundo celestial, la hermosura de la nueva Jerusalén y la de las huestes angélicas. Amonestadas por sus discursos sobre el amor tierno y compasivo de Jesús hacia los pobres pecadores, veintenas de almas se convirtieron.

La obra del señor Foy continuó hasta 1844, año en que debían concluírse los dos mil y trescientos días de Daniel 8:14
RVR1960 14 Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. NTV 14 El otro le contestó: — Pasarán dos mil trescientas noches y mañanas; después el templo será restaurado.
; y entonces él recibió otra manifestación del Espíritu Santo, es decir, una tercera visión, que no alcanzó a entender. En ésta le fue mostrada una senda, la del pueblo de Dios, que llegaba hasta la ciudad santa. vio además una gran plataforma sobre la cual se congregaban multitudes de personas; y notó que de vez en cuando algunos caían de ella y desaparecían; se le dijo que éstos habían apostatado. Luego vio que los congregados subieron a otra plataforma y que desde allí también cayeron algunos perdiéndose de vista. Finalmente apareció una tercera plataforma que alcanzaba hasta las puertas de la ciudad santa. Sobre esta plataforma se juntó una gran compañí, a los que ya estaban allí reunidos. Siendo que el señor Foy esperaba la venida del Salvador Jesucristo en breve, no pudo entender que un tercer mensaje había de seguir al primero y al segundo de Apocalipsis 14
RVR1960 1 Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. 2 Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas. 3 Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra. 4 Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; 5 y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios. 6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, 7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. 8 Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación. 9 Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, 10 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; 11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. 12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. 13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen. 14 Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. 15 Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. 16 Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada. 17 Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. 18 Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. 19 Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. 20 Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios. Apocalipsis 14: 1 : Ez. 9.
4; Ap. 7.
3. Apocalipsis 14: 5 : Sof. 3.
13. Apocalipsis 14: 8 : Is. 21.
9; Ap. 18.
2. Apocalipsis 14: 10 : Is. 51.
17. Apocalipsis 14: 10 : Gn. 19.
24. Apocalipsis 14: 11 : Is. 34.
10. Apocalipsis 14: 14 : Dn. 7.
13. Apocalipsis 14: 15 : Jl. 3.
13. Apocalipsis 14: 20 : Is. 63.
3; Ap. 19.
15.
NTV 1 Luego vi al Cordero de pie sobre el monte Sion, y con él había 144. 000 que tenían el nombre del Cordero y el de su Padre escrito en la frente. 2 Y oí un sonido que venía del cielo, era como el rugido de grandes olas del mar o el retumbar de fuertes truenos. Parecía el sonido de muchos arpistas tocando juntos. 3 Ese gran coro entonaba un nuevo canto maravilloso delante del trono de Dios y delante de los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos. Nadie podía aprender ese canto aparte de los 144. 000 que habían sido rescatados de la tierra. 4 Ellos se han mantenido tan puros como vírgenes, y son los que siguen al Cordero dondequiera que va. Han sido comprados de entre los pueblos de la tierra como ofrenda especial para Dios y para el Cordero. 5 Ellos no han dicho mentiras y son intachables. 6 Y vi a otro ángel, que volaba por el cielo y llevaba la eterna Buena Noticia para proclamarla a los que pertenecen a este mundo: a todo pueblo y toda nación, tribu y lengua. 7 «Teman a Dios — gritaba — . Denle gloria a él, porque ha llegado el tiempo en que ocupe su lugar como juez. Adoren al que hizo los cielos, la tierra, el mar y todos los manantiales de agua». 8 Luego otro ángel lo siguió por el cielo mientras gritaba: «Babilonia ha caído — cayó esa gran ciudad — porque hizo que todas las naciones del mundo bebieran el vino de su apasionada inmoralidad». 9 Después un tercer ángel los siguió mientras gritaba: «Todo el que adore a la bestia y a su estatua o acepte su marca en la frente o en la mano 10 tendrá que beber el vino de la ira de Dios, que se ha servido sin diluir en la copa del furor de Dios. Ellos serán atormentados con fuego y azufre ardiente en presencia de los ángeles santos y del Cordero. 11 El humo de su tormento subirá por siempre jamás, y no tendrán alivio ni de día ni de noche, porque adoraron a la bestia y a su estatua y aceptaron la marca de su nombre». 12 Esto significa que el pueblo de Dios tiene que soportar la persecución con paciencia, obedeciendo sus mandamientos y manteniendo la fe en Jesús. 13 Y oí una voz del cielo que decía: «Escribe lo siguiente: benditos son los que de ahora en adelante mueran en el Señor. El Espíritu dice: “Sí, ellos son en verdad benditos, porque descansarán de su arduo trabajo, ¡pues sus buenas acciones los siguen!”». 14 Entonces vi una nube blanca y sentado en la nube estaba alguien parecido al Hijo del Hombre. Tenía una corona de oro en la cabeza y en la mano una hoz afilada. 15 Entonces vino otro ángel desde el templo y le gritó al que estaba sentado en la nube: «Da rienda suelta a la hoz, porque ha llegado el tiempo para cosechar; ya está madura la cosecha en la tierra». 16 Y el que estaba sentado en la nube pasó la hoz sobre la tierra, y toda la tierra fue cosechada. 17 Después vino otro ángel desde el templo que está en el cielo, y él también tenía una hoz afilada. 18 Luego otro ángel, que tenía poder para destruir con fuego, vino desde el altar y le gritó al ángel que tenía la hoz afilada: «Pasa ahora tu hoz y junta los racimos de los viñedos de la tierra, porque las uvas ya están maduras para el juicio». 19 Así que el ángel pasó su hoz sobre la tierra y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. 20 Las uvas fueron pisadas en el lagar fuera de la ciudad, y del lagar brotó un río de sangre de unos trescientos kilómetros de largo que llegaba hasta los frenos de un caballo.
, y por lo tanto le pareció inexplicable la visión y dejó de hablar en público. Después de la terminación del período profético, en 1845 él oyó a otra persona relatar la misma visión con la explicación de que "se habían dado ya los mensajes primero y segundo y ahora se daría un tercero". Algún tiempo después de esto, Guillermo Foy enfermó y murió.

Otro ejemplo de la manifestación del don de profecía se halla en el caso de un joven que vivía en Portland, Maine, EE. UU., llamado Hazen Foss. Era un hombre de buena presencia, conversación agradable y educación académica. En septiembre de 1844, como seis semanas antes de la terminación de los dos mil trescientos días, Dios dio a este joven una visión en la cual se le mostraron (lo mismo que al Sr. Foy) las "tres plataformas" en senda, celestial. Además recibió mensajes de amonestación para comunicarlos a ciertas personas; y además se le dio a conocer las pruebas y persecuciones que le esperaban si relataba flelmente lo que se le había mostrado. Pero como también este joven esperaba la venida de Cristo" dentro de pocos días" como entonces se decía) él no comprendió eso del tercer escalón (o "plataforma") en la peregrinación del pueblo de Dios; no se atrevió a llevar la cruz que se le ofrecía y no quiso dar publicidad a las cosas que le habian sido reveladas.

Otra vez recibió la misma visión y se le dijo que si rehusaba contar lo que se le había comunicado, le seria quitada la obligación y seria dada a uno de los más débiles de los hijos de Dios, a una persona que narraría fielmente todo lo que el Señor le revelase. El joven volvió a rehusar. Una vez más se le repitió la visión, muy corta, en la cual se le dijo que ya estaba libre; y además se le mostró la persona sobre la cual el Señor había puesto la carga," la más débil de los débiles, quien obedecería el mandato del Señor".

Esto alarmó al joven, quien de inmediato convocó a una reunión en Portland, Maine, con el propósito de declarar lo que le había sido revelado. Muchisima gente se juntó para ver y oir. Comenzó a contar detalladamente su experiencia, cómo había rehusado relatar lo que el Señor le habla mostrado, y lo que sucedería al no obedecer. "Ahora -dijoos voy a contar la visión”. ¡Pero ya era demasiado tarde! ¡Se quedó como mudo! Se le había ido la visión y no pudo recordar ni una sola palabra de ella. Había esperado demasiado, y con profunda agonía se torció las manos y exclamó: "Dios ha cumplido su palabra; no puedo recordar ni una sola palabra de la visión. ¡Estoy perdido! "Desde entonces Hazen Foss vivió sin esperanza, y murió en 1893.

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