La Importancia de las 'S' en la Fe Adventista del Séptimo Día — Estudia la Biblia Hoy





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La Importancia de las 'S' en la Fe Adventista del Séptimo Día
La Importancia de las 'S' en la Fe Adventista del Séptimo Día
La Importancia de las 'S' en la Fe Adventista del Séptimo Día



Introducción:

Hoy nos sumergiremos en un análisis profundo de los principios fundamentales de nuestra fe adventista del séptimo día, centrándonos en las palabras que comienzan con la letra "S". Estas palabras, desde la Sagrada Escritura hasta la Santificación, constituyen la columna vertebral de nuestra comprensión teológica y práctica. A través de la lente de cada uno de estos términos, exploraremos la riqueza de nuestra fe y cómo estos conceptos nos guían en nuestro caminar con Dios.

Sagradas Escrituras (La Biblia):

Las Sagradas Escrituras, conocidas comúnmente como la Biblia, son mucho más que un libro; son la revelación misma de Dios para la humanidad. A través de sus páginas, encontramos la sabiduría divina, la verdad eterna y el camino hacia la salvación. Como creyentes, confiamos en las Escrituras como nuestra guía infalible en todos los aspectos de la vida y la fe.

La Biblia no es simplemente un conjunto de palabras escritas por hombres, sino que es inspirada por el Espíritu Santo 2 Timoteo 3:16
RVR1960 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, NTV 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto.
Cada página, cada versículo, lleva el sello del Dios viviente y contiene enseñanzas que son útiles para enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia.

Salmos 119:105
RVR1960 105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. NTV Nun 105 Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.
Hebreos 4:12
RVR1960 12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. NTV 12 Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos.

Es un faro que ilumina nuestro camino en la oscuridad, una espada que corta a través de la mentira y el engaño, y un espejo que refleja la verdad sobre nosotros mismos y sobre nuestro Creador.

En un mundo lleno de voces discordantes y filosofías engañosas, las Sagradas Escrituras son nuestra roca inmutable, nuestra brújula segura y nuestra fuente inagotable de sabiduría divina. Que nunca subestimemos el tesoro invaluable que tenemos en la Palabra de Dios, y que nos esforcemos por estudiarla, meditar en ella y vivirla cada día con fidelidad y devoción.

Jesús dijo en Juan 5:39
RVR1960 39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; NTV 39 »Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me señalan a mí!
“ Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”

En "El Conflicto de los Siglos",

Elena de White nos insta a estudiar diligentemente las Escrituras y a aplicar sus enseñanzas en cada aspecto de nuestras vidas.

Señor (Dios):

Comenzamos nuestro viaje espiritual reconociendo la suprema soberanía de nuestro Señor, Dios Todopoderoso, quien gobierna sobre los cielos y la tierra con autoridad divina y amor inmutable.

En Marcos 12:29
RVR1960 29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. NTV 29 Jesús contestó: — El mandamiento más importante es: “¡Escucha, oh Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor.
Jesús nos recuerda el gran mandamiento que define nuestra fe: "Oye, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es".

Esta declaración trascendental nos insta a reconocer la unidad absoluta de Dios y su incomparable supremacía sobre todas las cosas. En un mundo lleno de distracciones y falsos ídolos, esta verdad fundamental es un faro que guía nuestros corazones hacia la adoración y la obediencia sincera. En nuestras vidas diarias, esta verdad nos llama a someternos a la autoridad divina en todas nuestras acciones y decisiones, reconociendo que nuestra existencia misma está sostenida por su gracia y providencia.

Efesios 4:6
RVR1960 6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. NTV 6 un solo Dios y Padre de todos, quien está sobre todos, en todos y vive por medio de todos.

El apóstol Pablo enfatiza la unidad y la soberanía de Dios como "un solo Dios y Padre de todos". Él es el Creador y Sustentador de todo el universo, y además, es el Padre amoroso de todos los creyentes.

Elena de White nos enseña en "El Deseado de Todas las Gentes" que solo cuando reconocemos a Dios como nuestro Señor podemos experimentar verdadera paz y satisfacción.

Salvador (Redentor):

Nuestra fe descansa en el Salvador, Jesucristo, cuyo sacrificio en la cruz constituye el epicentro de nuestra esperanza y redención. Desde el momento en que Adán y Eva pecaron en el Edén, la humanidad quedó atrapada en las garras del pecado y la separación de Dios. Sin embargo, en su amor infinito, Dios envió a su Hijo unigénito para ser el Redentor del mundo Juan 3:16
RVR1960 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. NTV 16 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

La cruz no solo representa el lugar donde Jesús sufrió y murió, sino que también simboliza el acto supremo de amor y reconciliación entre Dios y la humanidad. A través de su sacrificio perfecto, Jesucristo pagó el precio de nuestro pecado y nos ofreció la oportunidad de ser restaurados a una relación íntima con nuestro Creador.

La redención que encontramos en Cristo es completa y total. Su sangre derramada tiene el poder de limpiarnos de toda mancha de pecado y de liberarnos de la esclavitud del mal. Como dice Efesios 1:7
RVR1960 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, NTV 7 Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados.
: "En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia".

Además, Jesucristo no solo nos redime del castigo del pecado, sino que también nos capacita para vivir vidas transformadas y santas. Su Espíritu Santo mora en nosotros, guiándonos, fortaleciéndonos y capacitándonos para llevar una vida que refleje su amor y su carácter.

En "El Camino a Cristo", Elena de White nos anima a confiar plenamente en el poder salvador de Cristo para transformar nuestras vidas.

Santo Espíritu (El Consolador - Paracleto):

Desde la perspectiva adventista, el Espíritu Santo, también conocido como el Consolador o Paracleto, es una presencia divina activa en la vida del creyente. Él es la tercera persona de la Trinidad y desempeña un papel crucial en la obra de salvación y santificación.

En Juan 14:16-17
RVR1960 16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. NTV 16 Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor, quien estará con ustedes para siempre. 17 Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a toda la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo busca ni lo reconoce; pero ustedes sí lo conocen, porque ahora él vive con ustedes y después estará en ustedes.
, Jesús promete enviar al Espíritu Santo como nuestro Consolador: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros."

El Espíritu Santo mora en los corazones de los creyentes, guiándolos en toda verdad Juan 16:13
RVR1960 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. NTV 13 Cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que ha oído y les contará lo que sucederá en el futuro.
consolándolos en tiempos de dificultad y fortaleciéndolos en su caminar con Dios. Él es quien nos capacita para llevar una vida santa y obediente a la voluntad de Dios.

Además, el Espíritu Santo otorga dones espirituales a los creyentes para edificar la iglesia y testificar del poder de Dios 1 Corintios 12:4-11
RVR1960 4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. 7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. 8 Porque a este es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. NTV 4 Hay distintas clases de dones espirituales, pero el mismo Espíritu es la fuente de todos ellos. 5 Hay distintas formas de servir, pero todos servimos al mismo Señor. 6 Dios trabaja de maneras diferentes, pero es el mismo Dios quien hace la obra en todos nosotros. 7 A cada uno de nosotros se nos da un don espiritual para que nos ayudemos mutuamente. 8 A uno el Espíritu le da la capacidad de dar consejos sabios; a otro el mismo Espíritu le da un mensaje de conocimiento especial. 9 A otro el mismo Espíritu le da gran fe y a alguien más ese único Espíritu le da el don de sanidad. 10 A uno le da el poder para hacer milagros y a otro, la capacidad de profetizar. A alguien más le da la capacidad de discernir si un mensaje es del Espíritu de Dios o de otro espíritu. Todavía a otro se le da la capacidad de hablar en idiomas desconocidos, mientras que a otro se le da la capacidad de interpretar lo que se está diciendo. 11 Es el mismo y único Espíritu quien distribuye todos esos dones. Solamente él decide qué don cada uno debe tener.
Él es quien nos capacita para el servicio y nos guía en el cumplimiento de la misión dada por Cristo de llevar el evangelio a todas las naciones.

El Santo Espíritu nos guía, nos consuela, nos capacita y nos transforma a la imagen de Cristo para la gloria de Dios.

Segunda Venida de Jesús (El retorno de Jesús):

La promesa de la segunda venida de Jesús es la piedra angular de nuestra esperanza.

Mateo 24:30
RVR1960 30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. NTV 30 Y entonces, por fin, aparecerá en los cielos la señal de que el Hijo del Hombre viene, y habrá un profundo lamento entre todos los pueblos de la tierra. Verán al Hijo del Hombre venir en las nubes del cielo con poder y gran gloria.
nos dice: "Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria".

En "El Conflicto de los Siglos", Elena de White nos llama a vivir cada día en anticipación de la venida gloriosa de nuestro Salvador.

Salvación (Perdón - Justificación):

La salvación, ofrecida gratuitamente por Dios, es el acto divino de perdonar nuestros pecados y justificarnos ante Él. A través de la fe en Jesucristo, somos reconciliados con Dios y recibimos el perdón de nuestros pecados. Este regalo inmerecido nos libera del castigo del pecado y nos otorga la justicia de Cristo, permitiéndonos tener una relación restaurada con nuestro Creador.

Efesios 2:8-9
RVR1960 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. NTV 8 Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. 9 La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.
declara: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe". Esta verdad nos libera del peso del pecado y nos ofrece una relación restaurada con Dios.

Elena de White, en "El Ministerio de Curación", nos recuerda que la salvación es un acto de amor divino que transforma nuestras vidas y nos capacita para servir a los demás.

Santificación (Santidad):

La santificación es el proceso continuo por el cual el Espíritu Santo nos transforma a la imagen de Cristo.

La santificación es el proceso dinámico y continuo mediante el cual el Espíritu Santo trabaja en nuestras vidas para conformarnos a la imagen de Cristo. A medida que permitimos que Dios moldee nuestros corazones y nuestras acciones, experimentamos un cambio progresivo que refleja cada vez más el carácter y la santidad de Jesús. La santificación no es un evento único, sino un viaje constante de crecimiento espiritual y madurez en el cual nos volvemos más como Cristo en pensamiento, palabra y acción.

1 Tesalonicenses 4:3
RVR1960 3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; NTV 3 La voluntad de Dios es que sean santos, entonces aléjense de todo pecado sexual.
nos insta: "Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación".

Este proceso implica rendir nuestras vidas por completo a Dios y permitir que su Espíritu obre en nosotros. Es la obra del Espíritu Santo obrando a través de toda nuestra existencia.

Elena de White, en "El Camino a Cristo", nos anima a buscar la santificación diaria mediante la rendición total a la voluntad de Dios.

Sumo Sacerdote (Intercesor):

Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, intercede por nosotros ante el Padre celestial.

Jesucristo, como nuestro Sumo Sacerdote, representa nuestra conexión directa con Dios Padre. Su ministerio de intercesión asegura que nuestras peticiones y necesidades sean presentadas delante del trono de gracia divina. Como adventistas del séptimo día, confiamos en su mediación constante y en su capacidad para comprender nuestras debilidades y necesidades más profundas.

Hebreos 7:25
RVR1960 25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. NTV 25 Por eso puede salvar — una vez y para siempre — a los que vienen a Dios por medio de él, quien vive para siempre, a fin de interceder con Dios a favor de ellos.
proclama: "Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos". Su sacrificio en la cruz nos otorga acceso directo al trono de la gracia.

Elena de White, en "El Conflicto de los Siglos", nos asegura que Jesús está constantemente intercediendo por nosotros, asegurando nuestro perdón y fortaleciéndonos en nuestras debilidades.

Sacrificio (Expiación):

El sacrificio de Jesucristo en la cruz es el fundamento de nuestra fe y esperanza.
Elena de White enfatiza que el sacrificio de Jesucristo en la cruz es el corazón mismo del evangelio y el fundamento de nuestra fe y esperanza. En sus escritos, ella resalta la magnitud del amor divino manifestado en el sacrificio expiatorio de Cristo, que asegura el perdón de nuestros pecados y la reconciliación con Dios. Además, destaca la necesidad de comprender y apreciar profundamente el significado del sacrificio de Cristo, reconociendo que es la única base sobre la cual podemos construir nuestra relación con Dios y nuestra esperanza de vida eterna.

Juan 1:29
RVR1960 29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. NTV 29 Al día siguiente, Juan vio que Jesús se le acercaba y dijo: «¡Miren! ¡El Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
proclama: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo".

Su muerte expiatoria nos libera del poder del pecado y nos reconcilia con Dios.

En "El Deseado de Todas las Gentes", Elena de White nos lleva al pie de la cruz, recordándonos el precio insondable que Jesús pagó por nuestra redención.

Sábado (Séptimo día):

El sábado, el día de reposo, es un recordatorio semanal de la creación y una señal del pacto entre Dios y su pueblo.

Génesis 2:3
RVR1960 3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. NTV 3 Dios bendijo el séptimo día y lo declaró santo, porque ese fue el día en que descansó de toda su obra de creación.
nos dice: "Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación".

Este día especial nos brinda la oportunidad de descansar en la presencia de Dios y fortalecer nuestra comunión con él.

El cuarto mandamiento nos recuerda santificar el séptimo día Éxodo 8:20
RVR1960 20 Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. NTV 20 Luego el Señor le dijo a Moisés: «Mañana, levántate temprano y párate delante del faraón cuando baje al río y dile: “Esto dice el Señor: ‘Deja ir a mi pueblo para que me adore.
.

Elena de White, en "El Deseado de Todas las Gentes", resalta la importancia del sábado como un don divino para la restauración física, mental y espiritual.

Seguidor (Llamado de Jesús - Discípulo):

Como seguidores de Cristo, somos llamados a imitar su vida y enseñanzas.

Mateo 16:24
RVR1960 24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. NTV 24 Luego Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz y seguirme.
nos insta: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame".

Juan 8:31-32
RVR1960 31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. NTV 31 Jesús le dijo a la gente que creyó en él: — Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis enseñanzas; 32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
“Jesús se diriguió entonces a los judíos que habían creido en él, y les dijo: - Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

Ser discípulo de Jesús implica un compromiso total con su causa y un deseo de conformarnos a su imagen.

En "El Camino a Cristo", Elena de White nos exhorta a seguir a Jesús con valentía y fidelidad, confiando en su poder transformador.

Sociedad (Con Dios - Mayordomía):

Como mayordomos de Dios, estamos llamados a administrar fielmente los recursos que nos ha confiado.

1 Corintios 4:2
RVR1960 2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. NTV 2 Ahora bien, alguien que recibe el cargo de administrador debe ser fiel.
nos recuerda: "Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel".

Esta responsabilidad abarca todos los aspectos de nuestras vidas, incluidos nuestros talentos, tiempo y recursos materiales.

En "Consejos sobre Mayordomía", Elena de White nos insta a usar nuestros dones en servicio a Dios y a los demás, reconociendo que todo pertenece a él.

Servicio (Ayuda):

El servicio desinteresado es una expresión tangible del amor de Cristo hacia los demás.

Mateo 20:28
RVR1960 28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. NTV 28 Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos».
nos enseña: "como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos".

Seguir el ejemplo de Jesús significa buscar activamente oportunidades para servir a aquellos que están necesitados.

En "El Ministerio de Curación", Elena de White nos desafía a buscar constantemente formas de aliviar el sufrimiento y traer esperanza a los demás a través del servicio amoroso.

Súplica (Oración):

La oración es el medio por el cual nos comunicamos con Dios y buscamos su dirección en nuestras vidas.
La oración es la comunicación personal y directa con Dios, mediante la cual los creyentes pueden expresar sus pensamientos, deseos, preocupaciones y alabanzas, y buscar la guía y el poder divinos en sus vidas.

Filipenses 4:6
RVR1960 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. NTV 6 No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.
nos insta: "Por nada estéis afanosos; sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias".

A través de la oración, encontramos fortaleza, consuelo y dirección divina.

Elena de White, en "La Oración", nos anima a confiar en el poder transformador de la oración y a acudir a Dios en todas las circunstancias de la vida.

También dice que la oración es como una conversación con Dios como un amigo.

Siervo (Esclavo):

Servir a Dios como siervos obedientes es un privilegio y una responsabilidad.

Romanos 6:22
RVR1960 22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. NTV 22 pero ahora quedaron libres del poder del pecado y se han hecho esclavos de Dios. Ahora hacen las cosas que llevan a la santidad y que dan como resultado la vida eterna.
nos enseña: "Pero ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna".

Al entregar nuestras vidas a Dios, nos convertimos en instrumentos en sus manos para cumplir su voluntad en la tierra. En "El Camino a Cristo", Elena de White nos llama a vivir en total sujeción a la voluntad de Dios, reconociendo que él es nuestro Señor y Maestro.

Un siervo es aquel que está subordinado y completamente disponible para su amo. En algunas Biblias, la palabra "siervo" se traduce del término griego "doulos", que denota la condición de ser esclavo, es decir, uno que está subyugado y completamente dedicado a su dueño. Otras versiones bíblicas emplean términos como "esclavo" o "sirviente".

Salud (Bienestar Físico):

El cuidado de nuestro cuerpo como templo del Espíritu Santo es un aspecto importante de nuestra vida cristiana.

1 Corintios 6:19-20
RVR1960 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. NTV 19 ¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, 20 porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.
nos recuerda: "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios".

En 3 Juan 1:2
RVR1960 2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. NTV 2 Querido amigo, espero que te encuentres bien, y que estés tan saludable en cuerpo así como eres fuerte en espíritu.
. Leemos: “Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente.” NIV

Elena de White, en "Consejos Sobre el Régimen Alimenticio", nos insta a cuidar nuestra salud física como un acto de adoración a Dios y como preparación para el servicio en su reino.

Conclusión

Al reflexionar sobre estos dieciséis temas fundamentales que comienzan con la letra "S" en nuestra fe adventista del séptimo día, nos encontramos inmersos en la riqueza y la profundidad de nuestra relación con Dios. Desde el reconocimiento de su soberanía como nuestro único Señor hasta la atención diligente a cada aspecto de nuestras vidas como mayordomos de sus dones, cada tema resalta un aspecto vital de nuestra fe y práctica.

Nos enfrentamos a la verdad inquebrantable de las Sagradas Escrituras, que nos guían en nuestro camino de salvación y santificación, y nos preparan para la gloriosa segunda venida de Jesucristo. En cada paso de este viaje espiritual, encontramos consuelo en el sacrificio redentor de nuestro Salvador, quien intercede por nosotros como nuestro Sumo Sacerdote y nos llama a seguirlo como sus discípulos dedicados.

A medida que nos sumergimos en la súplica y oración ferviente, el servicio desinteresado y la búsqueda de una salud integral, reconocemos la obra transformadora del Espíritu Santo en nuestras vidas. Como siervos obedientes, nos regocijamos en nuestra identidad como hijos amados de Dios, cuya salvación está asegurada por el precio inestimable pagado en la cruz.

Que estos quince temas, arraigados en las Escrituras y en las inspiradoras palabras de Elena de White, nos inspiren a vivir vidas de fe, esperanza y amor.

Que cada aspecto de nuestra existencia refleje la supremacía de nuestro Señor y la belleza de su plan redentor para la humanidad.

Que Dios nos conceda la gracia y la fortaleza para abrazar estos principios con fervor renovado, confiando en su guía constante mientras avanzamos en nuestro viaje de fe. Que nuestras vidas sean testimonios vivientes de su amor transformador, llevando luz y esperanza a un mundo que anhela su verdad y su gracia eterna.

¡Que en todo momento y en todas las circunstancias, seamos fieles seguidores de nuestro Señor, Salvador y Sumo Sacerdote, Jesucristo, el cual es digno de toda gloria, honor y alabanza por los siglos de los siglos!

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