Misión en favor de los necesitados — Estudia la Biblia Hoy





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Misión en favor de los necesitados
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 CONTENIDO 

Misión en Favor de los Necesitados

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA

Lucas 5:17-26
RVR1960 (Mt. 9.
1-8; Mr. 2.
1-12) 17 Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. 18 Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. 19 Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. 20 Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios? 22 Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25 Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.
NTV 17 Cierto día, mientras Jesús enseñaba, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa estaban sentados cerca. (Al parecer, esos hombres habían llegado de todas las aldeas de Galilea y Judea, y también de Jerusalén). Y el poder sanador del Señor estaba presente con fuerza en Jesús. 18 Unos hombres llegaron cargando a un paralítico en una camilla. Trataron de llevarlo dentro a donde estaba Jesús, 19 pero no pudieron acercarse a él debido a la multitud. Entonces subieron al techo y quitaron algunas tejas. Luego bajaron al enfermo en su camilla hasta ponerlo en medio de la multitud, justo frente a Jesús. 20 Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al hombre: «Joven, tus pecados son perdonados». 21 Entonces los fariseos y los maestros de la ley religiosa decían para sí: «¿Quién se cree que es? ¡Es una blasfemia! ¡Solo Dios puede perdonar pecados! ». 22 Jesús supo lo que pensaban, así que les preguntó: «¿Por qué cuestionan eso en su corazón? 23 ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie y camina”? 24 Así que les demostraré que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados». Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa! ». 25 Al instante, delante de todos, el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. 26 El asombro se apoderó de todos, y quedaron pasmados. Y alababan a Dios exclamando: «¡Hoy hemos visto cosas maravillosas! ».
Juan 5:1-9
RVR1960 1 Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. 2 Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. 3 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. 4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. 6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? 7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. 8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. 9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día. NTV 1 Después Jesús regresó a Jerusalén para la celebración de uno de los días sagrados de los judíos. 2 Dentro de la ciudad, cerca de la puerta de las Ovejas, se encontraba el estanque de Betesda, que tenía cinco pórticos cubiertos. 3 Una multitud de enfermos — ciegos, cojos, paralíticos — estaban tendidos en los pórticos. 5 Uno de ellos era un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. 6 Cuando Jesús lo vio y supo que hacía tanto que padecía la enfermedad, le preguntó: — ¿Te gustaría recuperar la salud? 7 — Es que no puedo, señor — contestó el enfermo — , porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua. Siempre alguien llega antes que yo. 8 Jesús le dijo: — ¡Ponte de pie, toma tu camilla y anda! 9 ¡Al instante, el hombre quedó sano! Enrolló la camilla, ¡y comenzó a caminar! Pero ese milagro sucedió el día de descanso,
Deuteronomio 10:19
RVR1960 19 Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. NTV 19 Así que tú también tienes que demostrar amor a los extranjeros porque tú mismo una vez fuiste extranjero en la tierra de Egipto.
Levítico 23:22
RVR1960 22 Cuando segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios. NTV 22 »Cuando recojas las cosechas de tu tierra, no siegues el grano en las orillas de tus campos ni levantes lo que caiga de los segadores. Déjalo para los pobres y los extranjeros que viven entre ustedes. Yo soy el Señor tu Dios».
Mateo 25:34-40
RVR1960 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. NTV 34 »Entonces el Rey dirá a los que estén a su derecha: “Vengan, ustedes, que son benditos de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. 35 Pues tuve hambre, y me alimentaron. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me invitaron a su hogar. 36 Estuve desnudo, y me dieron ropa. Estuve enfermo, y me cuidaron. Estuve en prisión, y me visitaron”. 37 »Entonces esas personas justas responderán: “Señor, ¿en qué momento te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos algo de beber, o 38 te vimos como extranjero y te brindamos hospitalidad, o te vimos desnudo y te dimos ropa, 39 o te vimos enfermo o en prisión, y te visitamos?”. 40 »Y el Rey dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!”.
Juan 15:13
RVR1960 13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. NTV 13 No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos.

VERSÍCULO DE MEMORIA

Mateo 25:40
RVR1960 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. NTV 40 »Y el Rey dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!”.

SÁBADO — INTRODUCCIÓN

Lucas 5:17-26
RVR1960 (Mt. 9.
1-8; Mr. 2.
1-12) 17 Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. 18 Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. 19 Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. 20 Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios? 22 Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25 Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.
NTV 17 Cierto día, mientras Jesús enseñaba, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa estaban sentados cerca. (Al parecer, esos hombres habían llegado de todas las aldeas de Galilea y Judea, y también de Jerusalén). Y el poder sanador del Señor estaba presente con fuerza en Jesús. 18 Unos hombres llegaron cargando a un paralítico en una camilla. Trataron de llevarlo dentro a donde estaba Jesús, 19 pero no pudieron acercarse a él debido a la multitud. Entonces subieron al techo y quitaron algunas tejas. Luego bajaron al enfermo en su camilla hasta ponerlo en medio de la multitud, justo frente a Jesús. 20 Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al hombre: «Joven, tus pecados son perdonados». 21 Entonces los fariseos y los maestros de la ley religiosa decían para sí: «¿Quién se cree que es? ¡Es una blasfemia! ¡Solo Dios puede perdonar pecados! ». 22 Jesús supo lo que pensaban, así que les preguntó: «¿Por qué cuestionan eso en su corazón? 23 ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie y camina”? 24 Así que les demostraré que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados». Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa! ». 25 Al instante, delante de todos, el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. 26 El asombro se apoderó de todos, y quedaron pasmados. Y alababan a Dios exclamando: «¡Hoy hemos visto cosas maravillosas! ».
ofrece muchas ilustraciones de cómo Dios ayuda a los necesitados. A veces, Dios utiliza a otros para ayudarnos a nosotros, o nos usa a nosotros para ayudar a los demás. Al ayudar a los necesitados, estamos ejemplificando de forma práctica el ministerio de Jesucristo. En ocasiones, es fácil saber quién necesita ayuda; otras veces se hace difícil saberlo. En cualquier situación, somos llamados a ser ayudantes de Dios en favor de todos los necesitados, sin importar su origen. La Biblia nos anima a acercarnos a los desconocidos, y al ganarnos su confianza, podremos descubrir mejores maneras de ayudarlos a encontrar a Jesús.

En la lección de esta semana, nuestra temática, “Misión en favor de los necesitados”, muestra que Dios tiene un plan para alcanzar a los necesitados de diversas maneras. Sus necesidades podrían ser físicas, emocionales, económicas, o incluso sociales; es decir, algunos pueden considerarse marginados de su comunidad o familia. Cualquiera que sea la necesidad, debemos estar dispuestos a hacer lo posible para ayudar. Esta es una parte central de lo que significa ser cristiano y de lo que debe incluir la misión.

DOMINGO — La fe de los amigos

Un poderoso relato de los evangelios revela lo que tuvieron que sortear unos hombres para llevar a un necesitado (probablemente, un amigo) hasta Jesús. De esta historia, podemos aprender acerca del duro trabajo que a veces puede suponer atender a los necesitados.

Lee Lucas 5:17-26
RVR1960 (Mt. 9.
1-8; Mr. 2.
1-12) 17 Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. 18 Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. 19 Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. 20 Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios? 22 Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25 Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.
NTV 17 Cierto día, mientras Jesús enseñaba, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa estaban sentados cerca. (Al parecer, esos hombres habían llegado de todas las aldeas de Galilea y Judea, y también de Jerusalén). Y el poder sanador del Señor estaba presente con fuerza en Jesús. 18 Unos hombres llegaron cargando a un paralítico en una camilla. Trataron de llevarlo dentro a donde estaba Jesús, 19 pero no pudieron acercarse a él debido a la multitud. Entonces subieron al techo y quitaron algunas tejas. Luego bajaron al enfermo en su camilla hasta ponerlo en medio de la multitud, justo frente a Jesús. 20 Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al hombre: «Joven, tus pecados son perdonados». 21 Entonces los fariseos y los maestros de la ley religiosa decían para sí: «¿Quién se cree que es? ¡Es una blasfemia! ¡Solo Dios puede perdonar pecados! ». 22 Jesús supo lo que pensaban, así que les preguntó: «¿Por qué cuestionan eso en su corazón? 23 ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie y camina”? 24 Así que les demostraré que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados». Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa! ». 25 Al instante, delante de todos, el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. 26 El asombro se apoderó de todos, y quedaron pasmados. Y alababan a Dios exclamando: «¡Hoy hemos visto cosas maravillosas! ».
lee también Mateo 9:1-8
RVR1960 (Mr. 2.
1-12; Lc. 5.
17-26) 1 Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad. 2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. 3 Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema. 4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? 5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa. 7 Entonces él se levantó y se fue a su casa. 8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
NTV 1 Jesús subió a una barca y regresó al otro lado del lago, a su propia ciudad. 2 Unos hombres le llevaron a un paralítico en una camilla. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo mío! Tus pecados son perdonados». 3 Entonces algunos de los maestros de la ley religiosa decían en su interior: «¡Es una blasfemia! ¿Acaso se cree que es Dios? ». 4 Jesús sabía lo que ellos estaban pensando, así que les preguntó: «¿Por qué tienen pensamientos tan malvados en el corazón? 5 ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie y camina”? 6 Así que les demostraré que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados». Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa! ». 7 ¡El hombre se levantó de un salto y se fue a su casa! 8 Al ver esto, el temor se apoderó de la multitud y alabaron a Dios por darles semejante autoridad a los seres humanos.
Marcos 2:3-12
RVR1960 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. 4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios? 8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa. NTV 3 llegaron cuatro hombres cargando a un paralítico en una camilla. 4 Como no podían llevarlo hasta Jesús debido a la multitud, abrieron un agujero en el techo, encima de donde estaba Jesús. Luego bajaron al hombre en la camilla, justo delante de Jesús. 5 Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «Hijo mío, tus pecados son perdonados». 6 Algunos de los maestros de la ley religiosa que estaban allí sentados pensaron: 7 «¿Qué es lo que dice? ¡Es una blasfemia! ¡Solo Dios puede perdonar pecados! ». 8 En ese mismo instante, Jesús supo lo que pensaban, así que les preguntó: «¿Por qué cuestionan eso en su corazón? 9 ¿Qué es más fácil decirle al paralítico: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie, toma tu camilla y camina”? 10 Así que les demostraré que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados». Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: 11 «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa! ». 12 Y el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y salió caminando entre los espectadores, que habían quedado atónitos. Todos estaban asombrados y alababan a Dios, exclamando: «¡Jamás hemos visto algo así! ».

¿Qué lecciones podemos aprender de esta historia sobre la misión y el ministerio?

Al llevarlo a Jesús, estos hombres asumieron la responsabilidad de cuidar a su amigo. Dios nos llama a ser como los amigos de este hombre: llevar a los necesitados a Jesucristo. Este trabajo requiere fe, acción, paciencia, y la disposición de ser poco convencionales, si es necesario. Los hombres se acercaron a Jesús, pero se encontraron con obstáculos. No pudieron llevar a su amigo indefenso a Jesús por los medios tradicionales. No se rindieron, sino que encontraron una forma innovadora de llevar al hombre a Jesucristo. ¡Bajaron a su amigo desde el techo! Sin embargo, según Lucas, Jesús aprobó lo que hicieron ver Lucas 5:20
RVR1960 20 Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. NTV 20 Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al hombre: «Joven, tus pecados son perdonados».

El deseo de Jesús es que llevemos a nuestros amigos indefensos a él. La Biblia se refiere a Jesús como el Gran Médico, que anhela perdonar y curar a los que sufren, sin importar de quién se trate.

Elena de White nos desafía a ayudar a los desamparados:

“No esperen a que se les indique cuál es su deber. Abran sus ojos, y observen a los que los rodean; relaciónense con los desamparados, los afligidos y los necesitados. No se oculten de ellos, ni traten de ignorar sus necesidades. ¿Quién presenta las características mencionadas por Santiago, y posee una religión pura, sin mancha de egoísmo o corrupción? ¿Quiénes están ansiosos de hacer todo lo posible para colaborar con el gran plan de salvación?” (Elena de White, Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 28).

El mismo Jesús nos demuestra cómo ayudar a los desvalidos y nos llama a hacer lo mismo. Primeramente, nos hacemos amigos; después, conocemos sus necesidades; y, por último, los conducimos a Jesús, el único que puede ayudarlos. Esto es lo que hicieron los hombres de esta historia. Nosotros tenemos que hacer lo mismo en toda situación en la que nos encontremos. Ayudar a llevar a las personas al único que puede salvarlas: Jesús.

¿Quiénes a tu alrededor, ahora mismo, necesitan ayuda? ¿Qué vas a hacer por ellos?

LUNES — Solo el método de Cristo

¿Qué nos enseñan los siguientes relatos acerca de servir a los necesitados?

Juan 5:1-9
RVR1960 1 Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. 2 Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. 3 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. 4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. 6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? 7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. 8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. 9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día. NTV 1 Después Jesús regresó a Jerusalén para la celebración de uno de los días sagrados de los judíos. 2 Dentro de la ciudad, cerca de la puerta de las Ovejas, se encontraba el estanque de Betesda, que tenía cinco pórticos cubiertos. 3 Una multitud de enfermos — ciegos, cojos, paralíticos — estaban tendidos en los pórticos. 5 Uno de ellos era un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. 6 Cuando Jesús lo vio y supo que hacía tanto que padecía la enfermedad, le preguntó: — ¿Te gustaría recuperar la salud? 7 — Es que no puedo, señor — contestó el enfermo — , porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua. Siempre alguien llega antes que yo. 8 Jesús le dijo: — ¡Ponte de pie, toma tu camilla y anda! 9 ¡Al instante, el hombre quedó sano! Enrolló la camilla, ¡y comenzó a caminar! Pero ese milagro sucedió el día de descanso,

Marcos 1:23-28
RVR1960 23 Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, 24 diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios. 25 Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! 26 Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él. 27 Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen? 28 Y muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea. NTV 23 De pronto, un hombre en la sinagoga, que estaba poseído por un espíritu maligno, gritó: 24 «¿Por qué te entrometes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? ¡Yo sé quién eres: el Santo de Dios! ». 25 Pero Jesús lo reprendió: «¡Cállate! — le ordenó — . ¡Sal de este hombre! ». 26 En ese mismo momento, el espíritu maligno soltó un alarido, le causó convulsiones al hombre y luego salió de él. 27 El asombro se apoderó de la gente, y todos comenzaron a hablar de lo que había ocurrido. «¿Qué clase de enseñanza nueva es esta? — se preguntaban con emoción — . ¡Tiene tanta autoridad! ¡Hasta los espíritus malignos obedecen sus órdenes! ». 28 Las noticias acerca de Jesús corrieron velozmente por toda la región de Galilea.

Elena de White ofrece un proceso de cinco pasos respecto del método de Jesús para ministrar especialmente a los necesitados:

“Solo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba simpatía, atendía sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les pedía: ‘Sígueme’ ” (El ministerio de curación, p. 102).

En primer lugar, debemos relacionarnos con los desvalidos, dedicar tiempo a conocerlos y comprender sus necesidades, con la intención de hacerles el bien. Fíjate lo que hizo Jesús con el paralítico en el estanque. Jesús estaba allí mismo, en medio de la “multitud de enfermos, ciegos, lisiados y paralíticos” Juan 5:3
RVR1960 3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. NTV 3 Una multitud de enfermos — ciegos, cojos, paralíticos — estaban tendidos en los pórticos.

En segundo lugar, debemos mostrar compasión. Esto puede resultar difícil en algunos casos debido a la desconfianza, y porque a veces la gente utiliza la amabilidad como medio para ganarse la confianza de alguien de quien luego abusa. Sin embargo, Dios nos llama a mostrar simpatía sin esperar nada a cambio.

El tercer paso es atender sus necesidades. Esto implica algo más que palabras. Hay que actuar para atender las necesidades de un amigo o de un desconocido. Jesús habló con el paralítico, le preguntó qué deseaba y luego obró un milagro en su favor. En la historia del hombre poseído por un “espíritu inmundo”, Jesús tomó el control total de la situación, haciendo por el hombre indefenso lo que él no podía hacer por sí mismo.

El cuarto paso es ganarse su confianza. Cuando ministramos a la gente, cuando la ayudamos, aprenderá a confiar en nosotros y en lo que le decimos, y así, cuando le hablemos de Jesús, estará más abierta a escuchar. Jesús no quería curar solo físicamente; quería que la gente tuviera vida eterna en él ver Juan 10:10
RVR1960 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. NTV 10 El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.

El último paso es ayudarla a llegar hasta Jesús, un acto que requiere fe tanto de tu parte como de la persona a la que ayudas.

Por lo general, nuestra fe no hace posibles los milagros que hizo Jesús. Pero ¿de qué maneras podemos ministrar a los que necesitan ayuda?

MARTES — Refugiados e inmigrantes

El tema de los inmigrantes y los refugiados se ha convertido en un asunto muy debatido, sobre todo porque son muchos en la actualidad. Desplazados por la guerra, por catástrofes naturales o por la esperanza de un futuro económico mejor, millones de personas de todo el mundo han sido desarraigadas de sus hogares y necesitan ayuda desesperadamente.

En Mateo 2:13-14
RVR1960 13 Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. 14 Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, NTV 13 Después de que los sabios se fueron, un ángel del Señor se le apareció a José en un sueño. «¡Levántate! Huye a Egipto con el niño y su madre — dijo el ángel — . Quédate allí hasta que yo te diga que regreses, porque Herodes buscará al niño para matarlo». 14 Esa noche José salió para Egipto con el niño y con María, su madre,
Jesús mismo es un refugiado. Sus padres terrenales, José y María, se vieron obligados a huir de Belén por la noche y buscar refugio en Egipto para escapar de la mano asesina de Herodes. La Biblia no dice nada acerca de su experiencia en Egipto, pero no es difícil imaginar que tuvo sus desafíos; tal vez, algunos de los mismos desafíos que los refugiados enfrentan hoy también. De hecho, así como la familia de Jesús buscó asilo en una tierra extranjera, muchos musulmanes, budistas, hindúes, cristianos y personas no religiosas también buscan asilo en nuevas tierras en la actualidad.

En general, es más fácil entablar amistad con personas de nuestra propia cultura e idioma porque compartimos muchas cosas en común. Sin embargo, es más difícil encontrar puntos en común con inmigrantes y refugiados que tienen un aspecto diferente del nuestro y no hablan nuestro idioma, que no comparten los mismos valores religiosos y no comen alimentos similares. El evangelio nos llama a salir de nuestra zona de confort desde el punto de vista étnico, nacional y cultural, y a tender la mano a los necesitados, aunque sean muy diferentes de nosotros.

Lee Deuteronomio 10:19
RVR1960 19 Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. NTV 19 Así que tú también tienes que demostrar amor a los extranjeros porque tú mismo una vez fuiste extranjero en la tierra de Egipto.
Salmos 146:9
RVR1960 9 Jehová guarda a los extranjeros; Al huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de los impíos trastorna. NTV 9 El Señor protege a los extranjeros que viven entre nosotros. Cuida de los huérfanos y las viudas, pero frustra los planes de los perversos.
Romanos 12:13
RVR1960 13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. NTV 13 Estén listos para ayudar a los hijos de Dios cuando pasen necesidad. Estén siempre dispuestos a brindar hospitalidad.
Levítico 23:22
RVR1960 22 Cuando segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios. NTV 22 »Cuando recojas las cosechas de tu tierra, no siegues el grano en las orillas de tus campos ni levantes lo que caiga de los segadores. Déjalo para los pobres y los extranjeros que viven entre ustedes. Yo soy el Señor tu Dios».

¿Qué tema importante se menciona aquí que debemos recordar?

¿Cómo podemos suplir las necesidades de los inmigrantes y los refugiados? Es difícil porque, en algunos países, quizá no sea políticamente correcto mezclarse con estas personas o ayudarlas. Sin embargo, debemos hacer lo posible para atender a estas personas, que sin duda han pasado por momentos muy difíciles y necesitan nuestra ayuda. Así que, en la medida de nuestras posibilidades, debemos ayudar.

Comienza con oración, luego busca información acerca de los inmigrantes y los refugiados. En muchos lugares, hay organizaciones que se ocupan de ellos. Puedes empezar a trabajar con una de esas organizaciones, o tal vez la Escuela Sabática de tu iglesia local podría iniciar un ministerio para inmigrantes o refugiados.

Aunque sea limitado, ¿qué puedes hacer para ayudar a los inmigrantes o los refugiados que conozcas?

MIERCOLES — Ayudar a los que sufren

¿Quién de nosotros no ha visto cuán dañado está realmente nuestro mundo? No importa si vivimos en un entorno de riqueza y materialismo o en un entorno de pobreza y necesidades materiales. La gente sufre, padece y lucha. Basta leer, por ejemplo, sobre la asombrosa cantidad de dinero que el mundo occidental gasta en antidepresivos cada año para entender que la riqueza material por sí sola ni siquiera se acerca a garantizar la felicidad o la paz.

Lucas 4:18
RVR1960 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; NTV 18 «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad,

¿Qué nos enseña esto acerca de lo que hizo Jesús y acerca de lo que nosotros, en nuestro ámbito, deberíamos hacer por los necesitados que nos rodean?

Dios nos llama a satisfacer las necesidades de todas las personas, aunque no sepamos cuándo aceptarán a Jesús, o si lo harán. Aunque ganarlos para Jesús es el fundamento de nuestra misión, necesitamos ayudar a los necesitados simplemente porque necesitan ayuda. Los ayudamos porque hemos aceptado a Jesús como nuestro Señor, y eso es lo que él nos llama a hacer.

El ejemplo de Jesús, de intentar satisfacer las necesidades de las personas, es un principio bíblico para seguir. No sabemos si cada persona que él ayudó lo aceptó o no.

Para verdaderamente ayudar a los demás, tenemos que ser conscientes de sus necesidades. Cada cultura tiene su forma de mostrar un trato amigable. En la India, es costumbre servir comida o bebida a las visitas. Es más fácil dar dinero a un desconocido que consolar a un amigo que acaba de perder a un ser querido. Lo que tu amigo puede necesitar quizá sea algo más que dinero o cosas materiales. A menudo, tu acompañamiento comprensivo al momento de una gran pérdida puede ser mucho más útil.

El importante principio de ser ayudantes de Jesús en favor de nuestros amigos comienza primero con el objetivo de mostrarles amor abnegado, de entender sus necesidades antes de intentar ofrecer ayuda. Bríndales la ayuda que necesitan, aunque no sepas si estarán dispuestos a seguir a Jesús.

Lee Mateo 25:34-40
RVR1960 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. NTV 34 »Entonces el Rey dirá a los que estén a su derecha: “Vengan, ustedes, que son benditos de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. 35 Pues tuve hambre, y me alimentaron. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me invitaron a su hogar. 36 Estuve desnudo, y me dieron ropa. Estuve enfermo, y me cuidaron. Estuve en prisión, y me visitaron”. 37 »Entonces esas personas justas responderán: “Señor, ¿en qué momento te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos algo de beber, o 38 te vimos como extranjero y te brindamos hospitalidad, o te vimos desnudo y te dimos ropa, 39 o te vimos enfermo o en prisión, y te visitamos?”. 40 »Y el Rey dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!”.

¿Cuál es el mensaje para nosotros?

JUEVES — Mayor amor

Como todos conocemos sobradamente, las necesidades nunca se acaban. Si estás dispuesto a ayudar a los demás, tendrás muchas oportunidades. Ya sean amigos cercanos o refugiados lejanos, la gente tiene necesidades, y debemos hacer lo que podamos, cuando podamos, para ayudar. Durante su ministerio terrenal, Jesús ayudó a los que no podían ayudarse a sí mismos. En algunos casos, él tomó la iniciativa y se acercó a los necesitados; en otros, como en el caso de los hombres que bajaron al paralítico desde el techo para llevarlo ante Jesús, fueron los amigos quienes tomaron la iniciativa.

Juan 15:13
RVR1960 13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. NTV 13 No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos.

¿Cómo aplicamos este principio en nuestro ministerio por los demás?

Una familia misionera sirvió seis años en Trinidad y Tobago. Los primeros tres años vivieron en una comunidad predominantemente hindú y musulmana. Muchos hindúes se quejaban de que los cristianos rechazaban su invitación al servicio anual de Acción de Gracias. Un día, estos cristianos asistieron al servicio de Acción de Gracias de un nuevo amigo hindú. Lo hicieron siguiendo el ejemplo de Jesús: él visitaba a sus amigos cuando lo invitaban a sus celebraciones especiales. De hecho, el hinduismo enseña que los visitantes o los amigos traen bendiciones al hogar del anfitrión.

Intentemos empezar a hacer amigos esta semana siendo una bendición para alguien. En primer lugar, analiza tu contexto, comunidad, pueblo o ciudad. ¿Conoces a algún refugiado o inmigrante que viva allí? ¿Y la gente que vive en tu manzana? ¿Los conoces a todos? Sea cual fuere tu situación, entablar amistad con un desconocido no es tarea fácil. Oremos y pidamos ayuda a Dios. Él conoce a todos, incluso al desconocido del que puedes hacerte amigo. Recuerda, la meta es ser su amigo para que puedas ayudarlo conduciéndolo a Dios en busca de ayuda.

Desafío: Infórmate acerca de los extranjeros o los no cristianos que viven en tu país. Joshuaproject.net es un buen lugar para estudiar los grupos de personas no alcanzadas de tu cultura.

Desafío avanzado: Identifica a alguien dentro de tu esfera de influencia. Comienza a orar regularmente por esa persona después de responder las siguientes preguntas: Esta persona, ¿es mi amiga, según el modelo de amistad de Jesús? ¿Conozco las necesidades de su vida? ¿Cómo puedo llevarla a Jesús para que la sane?

VIERNES - Para Estudiar y Meditar

Los autores de los evangelios recogen ejemplos de la práctica de Jesús de tender puentes hacia personas de otras culturas para salvarlas Mateo 8:28-34
RVR1960 (Mr. 5.
1-20; Lc. 8.
26-39) 28 Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. 29 Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? 30 Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos. 31 Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. 32 Él les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas. 33 Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados. 34 Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.
NTV 28 Cuando Jesús llegó al otro lado del lago, a la región de los gadarenos, dos hombres que estaban poseídos por demonios salieron a su encuentro. Salían de entre las tumbas y eran tan violentos que nadie podía pasar por esa zona. 29 Comenzaron a gritarle: «¿Por qué te entrometes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para torturarnos antes del tiempo establecido por Dios? ». 30 Sucedió que a cierta distancia había una gran manada de cerdos alimentándose. 31 Entonces los demonios suplicaron: — Si nos echas afuera, envíanos a esa manada de cerdos. 32 — Muy bien, ¡vayan! — les ordenó Jesús. Entonces los demonios salieron de los hombres y entraron en los cerdos, y toda la manada se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó en el agua. 33 Los hombres que cuidaban los cerdos huyeron a la ciudad cercana y contaron a todos lo que había sucedido con los endemoniados. 34 Entonces toda la ciudad salió al encuentro de Jesús, pero le rogaron que se fuera y los dejara en paz.
Marcos 5:1-20
RVR1960 (Mt. 8.
28-34; Lc. 8.
26-39) 1 Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. 2 Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, 3 que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. 4 Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. 5 Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. 6 Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. 7 Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. 8 Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. 9 Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. 10 Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. 11 Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. 12 Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. 13 Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. 14 Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido. 15 Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. 16 Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. 17 Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos. 18 Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. 19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.
NTV 1 Entonces llegaron al otro lado del lago, a la región de los gerasenos. 2 Cuando Jesús bajó de la barca, un hombre poseído por un espíritu maligno salió de entre las tumbas a su encuentro. 3 Este hombre vivía en las cuevas de entierro y ya nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. 4 Siempre que lo ataban con cadenas y grilletes — lo cual le hacían a menudo — , él rompía las cadenas de sus muñecas y destrozaba los grilletes. No había nadie con suficiente fuerza para someterlo. 5 Día y noche vagaba entre las cuevas donde enterraban a los muertos y por las colinas, aullando y cortándose con piedras afiladas. 6 Cuando Jesús todavía estaba a cierta distancia, el hombre lo vio, corrió a su encuentro y se inclinó delante de él. 7 Dando un alarido, gritó: «¿Por qué te entrometes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡En el nombre de Dios, te suplico que no me tortures! ». 8 Pues Jesús ya le había dicho al espíritu: «Sal de este hombre, espíritu maligno». 9 Entonces Jesús le preguntó: — ¿Cómo te llamas? Y él contestó: — Me llamo Legión, porque somos muchos los que estamos dentro de este hombre. 10 Entonces los espíritus malignos le suplicaron una y otra vez que no los enviara a un lugar lejano. 11 Sucedió que había una gran manada de cerdos alimentándose en una ladera cercana. 12 «Envíanos a esos cerdos — suplicaron los espíritus — . Déjanos entrar en ellos». 13 Entonces Jesús les dio permiso. Los espíritus malignos salieron del hombre y entraron en los cerdos, y toda la manada de unos dos mil cerdos se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó en el agua. 14 Los hombres que cuidaban los cerdos huyeron a la ciudad cercana y sus alrededores, difundiendo la noticia mientras corrían. La gente salió corriendo para ver lo que había pasado. 15 Pronto una multitud se juntó alrededor de Jesús, y todos vieron al hombre que había estado poseído por la legión de demonios. Se encontraba sentado allí, completamente vestido y en su sano juicio, y todos tuvieron miedo. 16 Entonces los que habían visto lo sucedido, les contaron a los otros lo que había ocurrido con el hombre poseído por los demonios y con los cerdos; 17 y la multitud comenzó a rogarle a Jesús que se fuera y los dejara en paz. 18 Mientras Jesús entraba en la barca, el hombre que había estado poseído por los demonios le suplicaba que le permitiera acompañarlo. 19 Pero Jesús le dijo: «No. Ve a tu casa y a tu familia y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y lo misericordioso que ha sido contigo». 20 Así que el hombre salió a visitar las Diez Ciudades de esa región y comenzó a proclamar las grandes cosas que Jesús había hecho por él; y todos quedaban asombrados de lo que les decía.
Del mismo modo, nosotros también somos llamados a hacer amigos y suplir las necesidades de gente de otras culturas. La muerte de Cristo fue por todos, independientemente de su raza, nacionalidad, riqueza u origen. Este es un aspecto que nunca debemos olvidar: “Él es la expiación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” 1 Juan 2:2
RVR1960 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. NTV 2 Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no solo los nuestros sino también los de todo el mundo.

“Los hombres y las mujeres no cumplen el designio de Dios cuando se limitan a expresar afecto por su propio círculo familiar [...] mientras excluyen de su amor a aquellos a quienes podrían consolar y bendecir al aliviar sus necesidades. [...]

“Cuando el Señor nos pide que hagamos el bien a los demás fuera de nuestro hogar, no quiere decir que nuestro afecto por el hogar disminuirá, y que amaremos menos a nuestros familiares o a nuestro país porque él desee que ampliemos nuestra solidaridad. Pero no debemos confinar nuestro afecto y simpatía entre cuatro paredes, y retener la bendición que Dios nos ha dado de modo que los demás no se beneficien de esta bendición junto con nosotros ni la disfruten” (Elena de White, The Advent Review and Sabbath Herald, 15 de octubre de 1895).

La responsabilidad que recibimos de ser una bendición para los que están fuera de nuestra zona de confort, ya sean de otra cultura o simplemente personas vulnerables, es un mandato innegociable del mismo Jesucristo Hechos 1:8
RVR1960 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. NTV 8 pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra.
Marcos 11:17
RVR1960 17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. NTV 17 Les dijo: «Las Escrituras declaran: “Mi templo será llamado casa de oración para todas las naciones”, pero ustedes lo han convertido en una cueva de ladrones».

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

PREGUNTA 1

¿Cuál es tu zona de confort y por qué debes estar dispuesto a salir de ella cuando sea necesario?

PREGUNTA 2

¿Cuáles son las implicaciones del incidente en el que calificaron a Jesús como “un comilón y un bebedor de vino, amigo de publicanos y pecadores” Mateo 11:19
RVR1960 19 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus hijos. NTV 19 El Hijo del Hombre, por su parte, festeja y bebe, y ustedes dicen: “¡Es un glotón y un borracho y es amigo de cobradores de impuestos y de otros pecadores!”. Pero la sabiduría demuestra estar en lo cierto por medio de sus resultados».
? ¿Qué hizo Jesús para sortear esa acusación, y qué nos enseña sobre la misión?

PREGUNTA 3

¿Hasta qué punto un cristiano debería participar de las celebraciones de los no creyentes? ¿Cómo podrían hacerlo los cristianos sin comprometer los principios bíblicos?

Repaso de la Lección

LECCIONES DE VIDA - Pr. Robert Costa

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