Misión en favor de los no alcanzados: Segunda parte — Estudia la Biblia Hoy





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Misión en favor de los no alcanzados: Segunda parte
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 CONTENIDO 

Misión en favor de los no alcanzados: Segunda parte

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA

1 Reyes 11:1-6
RVR1960 1 Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; 2 gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A estas, pues, se juntó Salomón con amor. 3 Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. 4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. 5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6 E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. NTV 1 Ahora bien, el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras. Además de la hija del faraón, se casó con mujeres de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón y de los hititas. 2 El Señor había instruido claramente a los israelitas cuando les dijo: «No se casen con ellas, porque les desviarán el corazón hacia sus dioses». Sin embargo, Salomón se empecinó en amarlas. 3 En total, tuvo setecientas esposas de cuna real y trescientas concubinas. En efecto, ellas apartaron su corazón del Señor. 4 Cuando Salomón ya era anciano, ellas le desviaron el corazón para que rindiera culto a otros dioses en lugar de ser totalmente fiel al Señor su Dios, como lo había sido David su padre. 5 Salomón rindió culto a Astoret, la diosa de los sidonios, y a Moloc, el detestable dios de los amonitas. 6 De ese modo, Salomón hizo lo malo a los ojos del Señor; se negó a seguir al Señor en forma total y absoluta, como lo había hecho David, su padre.
Mateo 4:23-25
RVR1960 23 Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24 Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó. 25 Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán. NTV 23 Jesús viajó por toda la región de Galilea enseñando en las sinagogas, anunciando la Buena Noticia del reino, y sanando a la gente de toda clase de enfermedades y dolencias. 24 Las noticias acerca de él corrieron y llegaron tan lejos como Siria, y pronto la gente comenzó a llevarle a todo el que estuviera enfermo. Y él los sanaba a todos, cualquiera fuera la enfermedad o el dolor que tuvieran, o si estaban poseídos por demonios, o eran epilépticos o paralíticos. 25 Numerosas multitudes lo seguían a todas partes: gente de Galilea, de las Diez Ciudades, de Jerusalén, de toda Judea y del oriente del río Jordán.
Mateo 15:22-28
RVR1960 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24 Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! 26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora. NTV 22 Una mujer de los gentiles, que vivía allí, se le acercó y le rogó: «¡Ten misericordia de mí, oh Señor, Hijo de David! Pues mi hija está poseída por un demonio que la atormenta terriblemente». 23 Pero Jesús no le contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos le pidieron que la despidiera. «Dile que se vaya — dijeron — . Nos está molestando con sus súplicas». 24 Entonces Jesús le dijo a la mujer: — Fui enviado para ayudar solamente a las ovejas perdidas de Dios, el pueblo de Israel. 25 Ella se acercó y lo adoró, y le rogó una vez más: — ¡Señor, ayúdame! 26 Jesús le respondió: — No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros. 27 — Es verdad, Señor — respondió la mujer — , pero hasta a los perros se les permite comer las sobras que caen bajo la mesa de sus amos. 28 — Apreciada mujer — le dijo Jesús — , tu fe es grande. Se te concede lo que pides. Y al instante la hija se sanó.
Marcos 7:24-30
RVR1960 (Mt. 15.
21-28) 24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. 25 Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. 26 La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. 27 Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. 28 Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. 29 Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. 30 Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama.
NTV 24 Luego Jesús salió de Galilea y se dirigió al norte, a la región de Tiro. No quería que nadie supiera en qué casa se hospedaba, pero no pudo ocultarlo. 25 Enseguida una mujer que había oído de él se acercó y cayó a sus pies. Su hijita estaba poseída por un espíritu maligno, 26 y ella le suplicó que expulsara al demonio de su hija. Como la mujer era una gentil, nacida en la región de Fenicia que está en Siria, 27 Jesús le dijo: — Primero debo alimentar a los hijos, a mi propia familia, los judíos. No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros. 28 — Es verdad, Señor — respondió ella — , pero hasta a los perros que están debajo de la mesa se les permite comer las sobras del plato de los hijos. 29 — ¡Buena respuesta! — le dijo Jesús — . Ahora vete a tu casa, porque el demonio ha salido de tu hija. 30 Cuando ella llegó a su casa, encontró a su hijita tranquila recostada en la cama, y el demonio se había ido.
Hechos 10:34-35
RVR1960 34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. NTV 34 Entonces Pedro respondió: — Veo con claridad que Dios no muestra favoritismo. 35 En cada nación, él acepta a los que le temen y hacen lo correcto.
Mateo 8:10
RVR1960 10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. NTV 10 Al oírlo, Jesús quedó asombrado. Se dirigió a los que lo seguían y dijo: «Les digo la verdad, ¡no he visto una fe como esta en todo Israel!

VERSÍCULO DE MEMORIA

Mateo 15:28
RVR1960 28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora. NTV 28 — Apreciada mujer — le dijo Jesús — , tu fe es grande. Se te concede lo que pides. Y al instante la hija se sanó.

SÁBADO — INTRODUCCIÓN

Desde el principio, un Dios amoroso buscó a sus hijos perdidos Génesis 3:9
RVR1960 9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? NTV 9 Entonces el Señor Dios llamó al hombre: — ¿Dónde estás?
y, hasta hoy, este mismo Dios amoroso sigue tratando de alcanzar a los perdidos ver Apocalipsis 14:6-12
RVR1960 6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, 7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. 8 Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación. 9 Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, 10 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; 11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. 12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. NTV 6 Y vi a otro ángel, que volaba por el cielo y llevaba la eterna Buena Noticia para proclamarla a los que pertenecen a este mundo: a todo pueblo y toda nación, tribu y lengua. 7 «Teman a Dios — gritaba — . Denle gloria a él, porque ha llegado el tiempo en que ocupe su lugar como juez. Adoren al que hizo los cielos, la tierra, el mar y todos los manantiales de agua». 8 Luego otro ángel lo siguió por el cielo mientras gritaba: «Babilonia ha caído — cayó esa gran ciudad — porque hizo que todas las naciones del mundo bebieran el vino de su apasionada inmoralidad». 9 Después un tercer ángel los siguió mientras gritaba: «Todo el que adore a la bestia y a su estatua o acepte su marca en la frente o en la mano 10 tendrá que beber el vino de la ira de Dios, que se ha servido sin diluir en la copa del furor de Dios. Ellos serán atormentados con fuego y azufre ardiente en presencia de los ángeles santos y del Cordero. 11 El humo de su tormento subirá por siempre jamás, y no tendrán alivio ni de día ni de noche, porque adoraron a la bestia y a su estatua y aceptaron la marca de su nombre». 12 Esto significa que el pueblo de Dios tiene que soportar la persecución con paciencia, obedeciendo sus mandamientos y manteniendo la fe en Jesús.
incluyendo a los perdidos de las ciudades. En 2018, la ONU publicó sus últimas estadísticas, según las cuales el 55 % de la población del planeta vive en zonas urbanas, y esta cifra aumentará (si el tiempo dura) hasta el 68 % en 2050. No tenemos opción: debemos dar testimonio a los que viven en las ciudades.

Sin embargo, muchos miembros del pueblo de Dios actúan como Jonás cuando son llamados a dar testimonio en una ciudad: por la razón que sea, huyen de la tarea. Cuando estuvo sobre la Tierra, Jesús ministró no solo a los habitantes de las ciudades de Israel, sino también a los de regiones extranjeras; es decir, a los de fuera de la nación judía y del pueblo elegido.

Esta semana, estudiaremos el relato bíblico de la misión de Cristo a Tiro y Sidón, y extraeremos lecciones para aplicarlas a nuestra vida actual.

DOMINGO — Misión a regiones más alejadas

Leemos que Jesús partió con sus discípulos de Genesaret Mateo 14:34
RVR1960 (Mr. 6.
53-56) 34 Y terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret.
NTV 34 Después de cruzar el lago, arribaron a Genesaret.
y “se retiró a la región de Tiro y Sidón” Mateo 15:21
RVR1960 (Mr. 7.
24-30) 21 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón.
NTV 21 Luego Jesús salió de Galilea y se dirigió al norte, a la región de Tiro y Sidón.
¿Por qué los llevó desde Galilea hasta estos lugares paganos? Llevó a los discípulos en este viaje de estudio, a las fronteras de estas regiones extranjeras, para que pudieran aprender in situ lo que no podían aprender tan fácilmente en Galilea. Quería enseñarles lecciones que los ayudarían a prepararse para su llamado de alcanzar a todos los grupos de personas, incluyendo a los urbanitas; esto es, quienes viven en las ciudades.

Lee Jueces 3:1-6
RVR1960 1 Estas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán; 2 solamente para que el linaje de los hijos de Israel conociese la guerra, para que la enseñasen a los que antes no la habían conocido: 3 los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat. 4 Y fueron para probar con ellos a Israel, para saber si obedecerían a los mandamientos de Jehová, que él había dado a sus padres por mano de Moisés. 5 Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. 6 Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses. NTV 1 El Señor dejó a ciertas naciones en la tierra para poner a prueba a los israelitas que no habían conocido las guerras de Canaán. 2 Lo hizo para enseñar a pelear en la guerra a las generaciones de israelitas que no tenían experiencia en el campo de batalla. 3 Estas son las naciones: los filisteos (que vivían bajo el dominio de los cinco gobernantes filisteos), todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que vivían en las montañas del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta Lebo-hamat. 4 El Señor dejó a estos pueblos con el fin de poner a prueba a los israelitas para ver si obedecían los mandatos que él les había dado a sus antepasados por medio de Moisés. 5 Así que los israelitas vivieron entre los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos, 6 y se unieron en matrimonio con ellos: los hijos de los israelitas se casaron con las hijas de esos pueblos, y las hijas de los israelitas fueron dadas en matrimonio a sus hijos. Y los israelitas sirvieron a los dioses de esas naciones.
1 Reyes 5:1-12
RVR1960 (2 Cr. 2.
1-18) 1 Hiram rey de Tiro envió también sus siervos a Salomón, luego que oyó que lo habían ungido por rey en lugar de su padre; porque Hiram siempre había amado a David. 2 Entonces Salomón envió a decir a Hiram: 3 Tú sabes que mi padre David no pudo edificar casa al nombre de Jehová su Dios, por las guerras que le rodearon, hasta que Jehová puso sus enemigos bajo las plantas de sus pies. 4 Ahora Jehová mi Dios me ha dado paz por todas partes; pues ni hay adversarios, ni mal que temer. 5 Yo, por tanto, he determinado ahora edificar casa al nombre de Jehová mi Dios, según lo que Jehová habló a David mi padre, diciendo: Tu hijo, a quien yo pondré en lugar tuyo en tu trono, él edificará casa a mi nombre. 6 Manda, pues, ahora, que me corten cedros del Líbano; y mis siervos estarán con los tuyos, y yo te daré por tus siervos el salario que tú dijeres; porque tú sabes bien que ninguno hay entre nosotros que sepa labrar madera como los sidonios. 7 Cuando Hiram oyó las palabras de Salomón, se alegró en gran manera, y dijo: Bendito sea hoy Jehová, que dio hijo sabio a David sobre este pueblo tan grande. 8 Y envió Hiram a decir a Salomón: He oído lo que me mandaste a decir; yo haré todo lo que te plazca acerca de la madera de cedro y la madera de ciprés. 9 Mis siervos la llevarán desde el Líbano al mar, y la enviaré en balsas por mar hasta el lugar que tú me señales, y allí se desatará, y tú la tomarás; y tú cumplirás mi deseo al dar de comer a mi familia. 10 Dio, pues, Hiram a Salomón madera de cedro y madera de ciprés, toda la que quiso. 11 Y Salomón daba a Hiram veinte mil coros de trigo para el sustento de su familia, y veinte coros de aceite puro; esto daba Salomón a Hiram cada año. 12 Jehová, pues, dio a Salomón sabiduría como le había dicho; y hubo paz entre Hiram y Salomón, e hicieron pacto entre ambos.
NTV 1 Hiram, rey de Tiro, siempre había sido un amigo fiel del rey David. Cuando Hiram se enteró de que Salomón, hijo del rey David, era el nuevo rey de Israel, envió embajadores a felicitarlo. 2 Entonces Salomón le respondió a Hiram con el siguiente mensaje: 3 «Tú sabes que mi padre, David, no pudo construir un templo para honrar el nombre del Señor su Dios, debido a la cantidad de guerras que le hicieron las naciones vecinas. No podía construir hasta que el Señor le diera la victoria sobre todos sus enemigos. 4 Sin embargo, ahora el Señor mi Dios me ha dado paz en todo el territorio; no tengo enemigos, y todo marcha bien. 5 Así que tengo planeado construir un templo para honrar el nombre del Señor mi Dios, tal como él le había indicado a mi padre David. Pues el Señor le dijo: “Tu hijo, a quien yo pondré en tu trono, construirá el templo para honra de mi nombre”. 6 »En consecuencia, ordena, por favor, que se corten cedros del Líbano para mí. Permite que mis hombres trabajen junto a los tuyos, y yo pagaré a tus hombres el salario que tú pidas. Como bien sabes, ¡no hay nadie por aquí que sepa cortar la madera como ustedes, los sidonios! ». 7 Cuando Hiram recibió el mensaje de Salomón, se puso muy contento y dijo: «Alabado sea hoy el Señor por haberle dado a David un hijo sabio para que sea rey de la gran nación de Israel». 8 Así que le envió la siguiente respuesta a Salomón: «He recibido tu mensaje y te proporcionaré toda la madera de cedro y de ciprés que necesites. 9 Mis siervos llevarán los troncos desde las montañas del Líbano hasta el mar Mediterráneo y los pondrán en forma de balsas para que floten a lo largo de la costa hacia el lugar que tú decidas. Luego desarmaremos las balsas para que ustedes puedan llevarse los troncos. Puedes pagarme proveyendo alimentos para mi casa». 10 Entonces Hiram proporcionó toda la madera de cedro y ciprés que Salomón quiso. 11 Salomón le enviaba, a cambio, un pago anual de 100. 000 canastas de trigo para su casa y 420. 000 litros de aceite de oliva puro. 12 El Señor le dio sabiduría a Salomón tal como se lo había prometido. Así que Hiram y Salomón formaron una alianza de paz.
1 Reyes11:1-6
RVR1960 1 Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; 2 gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A estas, pues, se juntó Salomón con amor. 3 Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. 4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. 5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6 E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. NTV 1 Ahora bien, el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras. Además de la hija del faraón, se casó con mujeres de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón y de los hititas. 2 El Señor había instruido claramente a los israelitas cuando les dijo: «No se casen con ellas, porque les desviarán el corazón hacia sus dioses». Sin embargo, Salomón se empecinó en amarlas. 3 En total, tuvo setecientas esposas de cuna real y trescientas concubinas. En efecto, ellas apartaron su corazón del Señor. 4 Cuando Salomón ya era anciano, ellas le desviaron el corazón para que rindiera culto a otros dioses en lugar de ser totalmente fiel al Señor su Dios, como lo había sido David su padre. 5 Salomón rindió culto a Astoret, la diosa de los sidonios, y a Moloc, el detestable dios de los amonitas. 6 De ese modo, Salomón hizo lo malo a los ojos del Señor; se negó a seguir al Señor en forma total y absoluta, como lo había hecho David, su padre.

¿Cómo nos ayudan estos pasajes a comprender un poco el trasfondo de estas ciudades?

En Jueces 3:1-6
RVR1960 1 Estas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán; 2 solamente para que el linaje de los hijos de Israel conociese la guerra, para que la enseñasen a los que antes no la habían conocido: 3 los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat. 4 Y fueron para probar con ellos a Israel, para saber si obedecerían a los mandamientos de Jehová, que él había dado a sus padres por mano de Moisés. 5 Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. 6 Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses. NTV 1 El Señor dejó a ciertas naciones en la tierra para poner a prueba a los israelitas que no habían conocido las guerras de Canaán. 2 Lo hizo para enseñar a pelear en la guerra a las generaciones de israelitas que no tenían experiencia en el campo de batalla. 3 Estas son las naciones: los filisteos (que vivían bajo el dominio de los cinco gobernantes filisteos), todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que vivían en las montañas del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta Lebo-hamat. 4 El Señor dejó a estos pueblos con el fin de poner a prueba a los israelitas para ver si obedecían los mandatos que él les había dado a sus antepasados por medio de Moisés. 5 Así que los israelitas vivieron entre los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos, 6 y se unieron en matrimonio con ellos: los hijos de los israelitas se casaron con las hijas de esos pueblos, y las hijas de los israelitas fueron dadas en matrimonio a sus hijos. Y los israelitas sirvieron a los dioses de esas naciones.
vemos que Dios utilizó a estos pueblos antiguos para poner a prueba la fe de los israelitas. Lamentablemente, el pueblo de Dios tampoco pasó esa prueba, al menos en este caso: “Y tomaron de sus hijas por esposas y dieron sus hijas a ellos, y sirvieron a sus dioses” Jueces 3:6
RVR1960 6 Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses. NTV 6 y se unieron en matrimonio con ellos: los hijos de los israelitas se casaron con las hijas de esos pueblos, y las hijas de los israelitas fueron dadas en matrimonio a sus hijos. Y los israelitas sirvieron a los dioses de esas naciones.
Así, desde el principio, este pueblo fue un obstáculo para Israel.

En 1 Reyes 5:1-11
RVR1960 (2 Cr. 2.
1-18) 1 Hiram rey de Tiro envió también sus siervos a Salomón, luego que oyó que lo habían ungido por rey en lugar de su padre; porque Hiram siempre había amado a David. 2 Entonces Salomón envió a decir a Hiram: 3 Tú sabes que mi padre David no pudo edificar casa al nombre de Jehová su Dios, por las guerras que le rodearon, hasta que Jehová puso sus enemigos bajo las plantas de sus pies. 4 Ahora Jehová mi Dios me ha dado paz por todas partes; pues ni hay adversarios, ni mal que temer. 5 Yo, por tanto, he determinado ahora edificar casa al nombre de Jehová mi Dios, según lo que Jehová habló a David mi padre, diciendo: Tu hijo, a quien yo pondré en lugar tuyo en tu trono, él edificará casa a mi nombre. 6 Manda, pues, ahora, que me corten cedros del Líbano; y mis siervos estarán con los tuyos, y yo te daré por tus siervos el salario que tú dijeres; porque tú sabes bien que ninguno hay entre nosotros que sepa labrar madera como los sidonios. 7 Cuando Hiram oyó las palabras de Salomón, se alegró en gran manera, y dijo: Bendito sea hoy Jehová, que dio hijo sabio a David sobre este pueblo tan grande. 8 Y envió Hiram a decir a Salomón: He oído lo que me mandaste a decir; yo haré todo lo que te plazca acerca de la madera de cedro y la madera de ciprés. 9 Mis siervos la llevarán desde el Líbano al mar, y la enviaré en balsas por mar hasta el lugar que tú me señales, y allí se desatará, y tú la tomarás; y tú cumplirás mi deseo al dar de comer a mi familia. 10 Dio, pues, Hiram a Salomón madera de cedro y madera de ciprés, toda la que quiso. 11 Y Salomón daba a Hiram veinte mil coros de trigo para el sustento de su familia, y veinte coros de aceite puro; esto daba Salomón a Hiram cada año.
NTV 1 Hiram, rey de Tiro, siempre había sido un amigo fiel del rey David. Cuando Hiram se enteró de que Salomón, hijo del rey David, era el nuevo rey de Israel, envió embajadores a felicitarlo. 2 Entonces Salomón le respondió a Hiram con el siguiente mensaje: 3 «Tú sabes que mi padre, David, no pudo construir un templo para honrar el nombre del Señor su Dios, debido a la cantidad de guerras que le hicieron las naciones vecinas. No podía construir hasta que el Señor le diera la victoria sobre todos sus enemigos. 4 Sin embargo, ahora el Señor mi Dios me ha dado paz en todo el territorio; no tengo enemigos, y todo marcha bien. 5 Así que tengo planeado construir un templo para honrar el nombre del Señor mi Dios, tal como él le había indicado a mi padre David. Pues el Señor le dijo: “Tu hijo, a quien yo pondré en tu trono, construirá el templo para honra de mi nombre”. 6 »En consecuencia, ordena, por favor, que se corten cedros del Líbano para mí. Permite que mis hombres trabajen junto a los tuyos, y yo pagaré a tus hombres el salario que tú pidas. Como bien sabes, ¡no hay nadie por aquí que sepa cortar la madera como ustedes, los sidonios! ». 7 Cuando Hiram recibió el mensaje de Salomón, se puso muy contento y dijo: «Alabado sea hoy el Señor por haberle dado a David un hijo sabio para que sea rey de la gran nación de Israel». 8 Así que le envió la siguiente respuesta a Salomón: «He recibido tu mensaje y te proporcionaré toda la madera de cedro y de ciprés que necesites. 9 Mis siervos llevarán los troncos desde las montañas del Líbano hasta el mar Mediterráneo y los pondrán en forma de balsas para que floten a lo largo de la costa hacia el lugar que tú decidas. Luego desarmaremos las balsas para que ustedes puedan llevarse los troncos. Puedes pagarme proveyendo alimentos para mi casa». 10 Entonces Hiram proporcionó toda la madera de cedro y ciprés que Salomón quiso. 11 Salomón le enviaba, a cambio, un pago anual de 100. 000 canastas de trigo para su casa y 420. 000 litros de aceite de oliva puro.
podemos ver la estrecha relación entre los sidonios y los hebreos. Aunque, por un lado, los lazos económicos eran mutuamente beneficiosos, indudablemente los hebreos seguían recibiendo la influencia negativa del paganismo y la idolatría de sus socios comerciales.

El texto de 1 Reyes 11:1-6
RVR1960 1 Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; 2 gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A estas, pues, se juntó Salomón con amor. 3 Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. 4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. 5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6 E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. NTV 1 Ahora bien, el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras. Además de la hija del faraón, se casó con mujeres de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón y de los hititas. 2 El Señor había instruido claramente a los israelitas cuando les dijo: «No se casen con ellas, porque les desviarán el corazón hacia sus dioses». Sin embargo, Salomón se empecinó en amarlas. 3 En total, tuvo setecientas esposas de cuna real y trescientas concubinas. En efecto, ellas apartaron su corazón del Señor. 4 Cuando Salomón ya era anciano, ellas le desviaron el corazón para que rindiera culto a otros dioses en lugar de ser totalmente fiel al Señor su Dios, como lo había sido David su padre. 5 Salomón rindió culto a Astoret, la diosa de los sidonios, y a Moloc, el detestable dios de los amonitas. 6 De ese modo, Salomón hizo lo malo a los ojos del Señor; se negó a seguir al Señor en forma total y absoluta, como lo había hecho David, su padre.
revela hasta qué punto esa influencia llegó a ser negativa: el rey Salomón se casó con una princesa sidonia, que lo llevó por mal camino. “Salomón siguió a Astarot, diosa de los sidonios” 1 Reyes 11:5
RVR1960 5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. NTV 5 Salomón rindió culto a Astoret, la diosa de los sidonios, y a Moloc, el detestable dios de los amonitas.

Sin embargo, a pesar de su historia de paganismo e idolatría y de su influencia negativa sobre la nación elegida, Jesús llevó a sus discípulos a estos lugares. De esta manera, los inició en la misión urbana transcultural, al confrontar sus prejuicios e intolerancia, y ejemplificó para sus seguidores la misión urbana integral a todas las culturas y nacionalidades.

El misionero urbano adventista se enfrenta a muchos desafíos; entre ellos, los relacionados con la salud y el medio ambiente. Otros son el elevado costo de vida, el racismo, la intolerancia, el nacionalismo y las restricciones a la libertad religiosa y de expresión. Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, debemos trabajar por las ciudades.

¿Qué puedes hacer tú para ayudar a quienes se dedican al ministerio urbano?

LUNES — En busca de las multitudes

A pesar de los desafíos externos e internos, Jesús nos extiende el llamado para su misión a las ciudades.

Lee Mateo 9:35-38
RVR1960 35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. NTV 35 Jesús recorrió todas las ciudades y aldeas de esa región, enseñando en las sinagogas y anunciando la Buena Noticia acerca del reino; y sanaba toda clase de enfermedades y dolencias. 36 Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor. 37 A sus discípulos les dijo: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. 38 Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos».

¿Qué nos enseña esto acerca de la misión a las multitudes, dondequiera que estén?

Jesús sintió compasión por las multitudes como las que se encuentran en las ciudades. Lucas 19:41
RVR1960 41 Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, NTV 41 Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él y comenzó a llorar, diciendo:
describe cómo lloró Jesús sobre Jerusalén. Quizá no comprendamos la profundidad del amor de Jesús por sus hijos, ni siquiera por las “masas sin rostro” que viven en las ciudades. Por eso, en Mateo 9:38
RVR1960 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. NTV 38 Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos».
Jesús nos exhorta a que oremos, para que nuestros motivos y nuestro corazón sean como los suyos.

Lee Mateo 4:23-25
RVR1960 23 Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24 Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó. 25 Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán. NTV 23 Jesús viajó por toda la región de Galilea enseñando en las sinagogas, anunciando la Buena Noticia del reino, y sanando a la gente de toda clase de enfermedades y dolencias. 24 Las noticias acerca de él corrieron y llegaron tan lejos como Siria, y pronto la gente comenzó a llevarle a todo el que estuviera enfermo. Y él los sanaba a todos, cualquiera fuera la enfermedad o el dolor que tuvieran, o si estaban poseídos por demonios, o eran epilépticos o paralíticos. 25 Numerosas multitudes lo seguían a todas partes: gente de Galilea, de las Diez Ciudades, de Jerusalén, de toda Judea y del oriente del río Jordán.

Cuando Jesús comenzó su ministerio, ¿de qué lugares geográficos procedía la gente?

En Mateo 4:25
RVR1960 25 Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán. NTV 25 Numerosas multitudes lo seguían a todas partes: gente de Galilea, de las Diez Ciudades, de Jerusalén, de toda Judea y del oriente del río Jordán.
las multitudes que seguían a Jesús provenían de Galilea; de las diez ciudades-estado de Decápolis, al este; de Jerusalén; y de Judea, al sur. Además de Samaria, ¿qué región faltaba? La región costera de Tiro y Sidón, parte de Fenicia, junto al mar Mediterráneo y al noroeste de Galilea. Ahora vemos por qué Jesús fue a esta zona. Este viaje a la región de Tiro y Sidón fue uno de los viajes misioneros transculturales de Jesús.

“Después de su encuentro con los fariseos, Jesús se retiró de Capernaum y, cruzando Galilea, se fue a la región de colinas en los confines de Fenicia. Mirando hacia el oeste podía ver, dispersas por la llanura que se extendía abajo, las antiguas ciudades de Tiro y Sidón, con sus templos paganos, sus magníficos palacios y emporios de comercio, y los puertos llenos de barcos” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 365).

¿Cómo podemos ayudar a la gente a ver lo inútiles que son en sí “sus magníficos palacios y emporios de comercio”, y por qué necesitan a Jesús?

MARTES — En Tiro y Sidón

Los eruditos bíblicos creen que el Evangelio de Mateo se escribió específicamente para un público judío, y que Marcos se escribió pensando principalmente en un público gentil. Es provechoso tener presente esta distinción al estudiar los evangelios.

Lee Mateo 15:22-28
RVR1960 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24 Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! 26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora. NTV 22 Una mujer de los gentiles, que vivía allí, se le acercó y le rogó: «¡Ten misericordia de mí, oh Señor, Hijo de David! Pues mi hija está poseída por un demonio que la atormenta terriblemente». 23 Pero Jesús no le contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos le pidieron que la despidiera. «Dile que se vaya — dijeron — . Nos está molestando con sus súplicas». 24 Entonces Jesús le dijo a la mujer: — Fui enviado para ayudar solamente a las ovejas perdidas de Dios, el pueblo de Israel. 25 Ella se acercó y lo adoró, y le rogó una vez más: — ¡Señor, ayúdame! 26 Jesús le respondió: — No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros. 27 — Es verdad, Señor — respondió la mujer — , pero hasta a los perros se les permite comer las sobras que caen bajo la mesa de sus amos. 28 — Apreciada mujer — le dijo Jesús — , tu fe es grande. Se te concede lo que pides. Y al instante la hija se sanó.
Marcos 7:24-30
RVR1960 (Mt. 15.
21-28) 24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. 25 Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. 26 La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. 27 Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. 28 Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. 29 Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. 30 Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama.
NTV 24 Luego Jesús salió de Galilea y se dirigió al norte, a la región de Tiro. No quería que nadie supiera en qué casa se hospedaba, pero no pudo ocultarlo. 25 Enseguida una mujer que había oído de él se acercó y cayó a sus pies. Su hijita estaba poseída por un espíritu maligno, 26 y ella le suplicó que expulsara al demonio de su hija. Como la mujer era una gentil, nacida en la región de Fenicia que está en Siria, 27 Jesús le dijo: — Primero debo alimentar a los hijos, a mi propia familia, los judíos. No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros. 28 — Es verdad, Señor — respondió ella — , pero hasta a los perros que están debajo de la mesa se les permite comer las sobras del plato de los hijos. 29 — ¡Buena respuesta! — le dijo Jesús — . Ahora vete a tu casa, porque el demonio ha salido de tu hija. 30 Cuando ella llegó a su casa, encontró a su hijita tranquila recostada en la cama, y el demonio se había ido.

¿Qué diferencias observas en la forma en que se describe a la mujer?

Observa que Mateo describe a esta madre en función de su nacionalidad o raza: cananea. El Espíritu Santo guio a Marcos a utilizar términos adicionales para describir a esta madre como “griega”, o “gentil”. Luego da información complementaria: “sirofenicia de nacimiento”, o “nacida en la región de Fenicia que está en Siria” (NTV), la única vez que se utiliza este término en la Biblia.

Observa la manera en que esta historia de Mateo 15
RVR1960 (Mr. 7.
1-23) 1 Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: 2 ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. 3 Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? 4 Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. 5 Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, 6 ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. 7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: 8 Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. 9 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. 10 Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: 11 No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. 12 Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? 13 Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo. 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola. 16 Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin entendimiento? 17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? 18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. 20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre. (Mr. 7.
24-30) 21 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24 Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! 26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora. 29 Pasó Jesús de allí y vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; 31 de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel. (Mr. 8.
1-10) 32 Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino. 33 Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande? 34 Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y mandó a la multitud que se recostase en tierra. 36 Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud. 37 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas. 38 Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Entonces, despedida la gente, entró en la barca, y vino a la región de Magdala. Mateo 15: 4 : Ex. 20.
12; Dt. 5.
16. Mateo 15: 4 : Ex. 21.
17; Lv. 20.
9. Mateo 15: 9 : Is. 29.
13. Mateo 15: 14 : Lc. 6.
39. Mateo 15: 18 : Mt. 12.
34.
NTV 1 En ese momento, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa llegaron desde Jerusalén para ver a Jesús. 2 — ¿Por qué tus discípulos desobedecen nuestra antigua tradición? — le preguntaron — . No respetan la ceremonia de lavarse las manos antes de comer. 3 Jesús les respondió: — ¿Y por qué ustedes, por sus tradiciones, violan los mandamientos directos de Dios? 4 Por ejemplo, Dios dice: “Honra a tu padre y a tu madre” y “Cualquiera que hable irrespetuosamente de su padre o de su madre tendrá que morir”. 5 Sin embargo, ustedes dicen que está bien que uno les diga a sus padres: “Lo siento, no puedo ayudarlos porque he jurado darle a Dios lo que les hubiera dado a ustedes”. 6 De esta manera, ustedes afirman que no hay necesidad de honrar a los padres; y entonces anulan la palabra de Dios por el bien de su propia tradición. 7 ¡Hipócritas! Isaías tenía razón cuando profetizó acerca de ustedes, porque escribió: 8 “Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí. 9 Su adoración es una farsa porque enseñan ideas humanas como si fueran mandatos de Dios” . 10 Luego Jesús llamó a la multitud para que se acercara y oyera. «Escuchen — les dijo — , y traten de entender. 11 Lo que entra por la boca no es lo que los contamina; ustedes se contaminan por las palabras que salen de la boca». 12 Entonces los discípulos se acercaron y le preguntaron: — ¿Te das cuenta de que has ofendido a los fariseos con lo que acabas de decir? 13 Jesús contestó: — Toda planta que no fue plantada por mi Padre celestial será arrancada de raíz, 14 así que no les hagan caso. Son guías ciegos que conducen a los ciegos, y si un ciego guía a otro, los dos caerán en una zanja. 15 Entonces Pedro le dijo a Jesús: — Explícanos la parábola que dice que la gente no se contamina por lo que come. 16 — ¿Todavía no lo entienden? — preguntó Jesús — . 17 Todo lo que comen pasa a través del estómago y luego termina en la cloaca, 18 pero las palabras que ustedes dicen provienen del corazón; eso es lo que los contamina. 19 Pues del corazón salen los malos pensamientos, el asesinato, el adulterio, toda inmoralidad sexual, el robo, la mentira y la calumnia. 20 Esas cosas son las que los contaminan. Comer sin lavarse las manos nunca los contaminará. 21 Luego Jesús salió de Galilea y se dirigió al norte, a la región de Tiro y Sidón. 22 Una mujer de los gentiles, que vivía allí, se le acercó y le rogó: «¡Ten misericordia de mí, oh Señor, Hijo de David! Pues mi hija está poseída por un demonio que la atormenta terriblemente». 23 Pero Jesús no le contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos le pidieron que la despidiera. «Dile que se vaya — dijeron — . Nos está molestando con sus súplicas». 24 Entonces Jesús le dijo a la mujer: — Fui enviado para ayudar solamente a las ovejas perdidas de Dios, el pueblo de Israel. 25 Ella se acercó y lo adoró, y le rogó una vez más: — ¡Señor, ayúdame! 26 Jesús le respondió: — No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros. 27 — Es verdad, Señor — respondió la mujer — , pero hasta a los perros se les permite comer las sobras que caen bajo la mesa de sus amos. 28 — Apreciada mujer — le dijo Jesús — , tu fe es grande. Se te concede lo que pides. Y al instante la hija se sanó. 29 Jesús regresó al mar de Galilea, subió a una colina y se sentó. 30 Una inmensa multitud le llevó a personas cojas, ciegas, lisiadas, mudas y a muchas más. Las pusieron delante de Jesús y él las sanó a todas. 31 ¡La multitud quedó asombrada! Los que no podían hablar, ahora hablaban; los lisiados quedaron sanos, los cojos caminaban bien y los ciegos podían ver; y alababan al Dios de Israel. 32 Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: — Siento compasión por ellos. Han estado aquí conmigo durante tres días y no les queda nada para comer. No quiero despedirlos con hambre, no sea que se desmayen por el camino. 33 Los discípulos contestaron: — ¿Dónde conseguiríamos comida suficiente aquí en el desierto para semejante multitud? 34 — ¿Cuánto pan tienen? — preguntó Jesús. — Siete panes y unos pocos pescaditos — contestaron ellos. 35 Entonces Jesús le dijo a la gente que se sentara en el suelo. 36 Luego tomó los siete panes y los pescados, dio gracias a Dios por ellos y los partió en trozos. Se los dio a los discípulos, quienes repartieron la comida entre la multitud. 37 Todos comieron cuanto quisieron. Después los discípulos recogieron siete canastas grandes con la comida que sobró. 38 Aquel día, cuatro mil hombres recibieron alimento, además de las mujeres y los niños. 39 Entonces Jesús envió a todos a sus casas, subió a una barca y cruzó a la región de Magadán.
impactó en los destinatarios originales, con sus antecedentes y su cosmovisión. La audiencia de Mateo consideraba que esta madre era una pagana despreciable. Esto proviene de la experiencia histórica del pueblo judío con los cananeos, un grupo que adoraba ídolos y cuyos estilo de vida y prácticas malvadas durante mucho tiempo habían sido un obstáculo para su nación. Ni siquiera los discípulos de Cristo consideraron la posibilidad de que esta mujer tuviera fe y formara parte del Reino de Dios.

En Marcos 7
RVR1960 (Mt. 15.
1-20) 1 Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; 2 los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. 3 Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. 4 Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. 5 Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? 6 Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. 7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. 9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. 10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. 11 Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, 12 y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, 13 invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas. 14 Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: 15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. 16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 17 Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. 18 Él les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, 19 porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos. 20 Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre. (Mt. 15.
21-28) 24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. 25 Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. 26 La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. 27 Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. 28 Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. 29 Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. 30 Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama. 31 Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis. 32 Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. 33 Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua; 34 y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto. 35 Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien. 36 Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. 37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar. Marcos 7: 7 : Is. 29.
13. Marcos 7: 10 : Ex. 20.
12; Dt. 5.
16. Marcos 7: 10 : Ex. 21.
17; Lv. 20.
9.
NTV 1 Cierto día, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa llegaron desde Jerusalén para ver a Jesús. 2 Notaron que algunos de sus discípulos no seguían el ritual judío de lavarse las manos antes de comer. 3 (Los judíos, sobre todo los fariseos, no comen si antes no han derramado agua sobre el hueco de sus manos, como exigen sus tradiciones antiguas. 4 Tampoco comen nada del mercado sin antes sumergir sus manos en agua. Esa es solo una de las tantas tradiciones a las que se han aferrado, tal como el lavado ceremonial de vasos, jarras y vasijas de metal). 5 Entonces los fariseos y maestros de la ley religiosa le preguntaron: — ¿Por qué tus discípulos no siguen nuestra antigua tradición? Ellos comen sin antes realizar la ceremonia de lavarse las manos. 6 Jesús contestó: — ¡Hipócritas! Isaías tenía razón cuando profetizó acerca de ustedes, porque escribió: “Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí. 7 Su adoración es una farsa porque enseñan ideas humanas como si fueran mandatos de Dios” . 8 Pues ustedes pasan por alto la ley de Dios y la reemplazan con su propia tradición. 9 Entonces dijo: — Ustedes esquivan hábilmente la ley de Dios para aferrarse a su propia tradición. 10 Por ejemplo, Moisés les dio la siguiente ley de Dios: “Honra a tu padre y a tu madre” y “Cualquiera que hable irrespetuosamente de su padre o de su madre tendrá que morir”. 11 Sin embargo, ustedes dicen que está bien que uno les diga a sus padres: “Lo siento, no puedo ayudarlos porque he jurado darle a Dios lo que les hubiera dado a ustedes”. 12 De esta manera, ustedes permiten que la gente desatienda a sus padres necesitados. 13 Y entonces anulan la palabra de Dios para transmitir su propia tradición. Y este es solo un ejemplo entre muchos otros. 14 Luego Jesús llamó a la multitud para que se acercara y oyera. «Escuchen, todos ustedes, y traten de entender. 15 Lo que entra en el cuerpo no es lo que los contamina; ustedes se contaminan por lo que sale de su corazón». 17 Luego Jesús entró en una casa para alejarse de la multitud, y sus discípulos le preguntaron qué quiso decir con la parábola que acababa de emplear. 18 «¿Ustedes tampoco entienden? — preguntó — . ¿No se dan cuenta de que la comida que introducen en su cuerpo no puede contaminarlos? 19 La comida no entra en su corazón, solo pasa a través del estómago y luego termina en la cloaca». (Al decir eso, declaró que toda clase de comida es aceptable a los ojos de Dios). 20 Y entonces agregó: «Es lo que sale de su interior lo que los contamina. 21 Pues de adentro, del corazón de la persona, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato, 22 el adulterio, la avaricia, la perversidad, el engaño, los deseos sensuales, la envidia, la calumnia, el orgullo y la necedad. 23 Todas esas vilezas provienen de adentro; esas son las que los contaminan». 24 Luego Jesús salió de Galilea y se dirigió al norte, a la región de Tiro. No quería que nadie supiera en qué casa se hospedaba, pero no pudo ocultarlo. 25 Enseguida una mujer que había oído de él se acercó y cayó a sus pies. Su hijita estaba poseída por un espíritu maligno, 26 y ella le suplicó que expulsara al demonio de su hija. Como la mujer era una gentil, nacida en la región de Fenicia que está en Siria, 27 Jesús le dijo: — Primero debo alimentar a los hijos, a mi propia familia, los judíos. No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros. 28 — Es verdad, Señor — respondió ella — , pero hasta a los perros que están debajo de la mesa se les permite comer las sobras del plato de los hijos. 29 — ¡Buena respuesta! — le dijo Jesús — . Ahora vete a tu casa, porque el demonio ha salido de tu hija. 30 Cuando ella llegó a su casa, encontró a su hijita tranquila recostada en la cama, y el demonio se había ido. 31 Jesús salió de Tiro y subió hasta Sidón antes de regresar al mar de Galilea y a la región de las Diez Ciudades. 32 Le trajeron a un hombre sordo con un defecto del habla, y la gente le suplicó a Jesús que pusiera sus manos sobre el hombre para sanarlo. 33 Jesús lo llevó aparte de la multitud para poder estar a solas con él. Metió sus dedos en los oídos del hombre. Después escupió sobre sus propios dedos y tocó la lengua del hombre. 34 Mirando al cielo, suspiró y dijo: «Efatá», que significa «¡Ábranse! ». 35 Al instante el hombre pudo oír perfectamente bien y se le desató la lengua, de modo que hablaba con total claridad. 36 Jesús le dijo a la multitud que no lo contaran a nadie, pero cuanto más les pedía que no lo hicieran, tanto más hacían correr la voz. 37 Quedaron completamente asombrados y decían una y otra vez: «Todo lo que él hace es maravilloso. Hasta hace oír a los sordos y da la capacidad de hablar al que no puede hacerlo».
la audiencia de Marcos, conformada por gentiles, tendría una respuesta diferente de la de Mateo. Los gentiles no tenían la misma experiencia que los judíos con los cananeos, por lo que se identificarían con esta mujer, “griega, sirofenicia de nacimiento”. Jesús curó a uno de los suyos. Para los gentiles, esta mujer era una madre entrañable que estaba preocupada por la condición de su hija y quería que el Maestro la sanara, más allá de su origen étnico y nacional.

“Cristo no respondió inmediatamente a la petición de la mujer. Recibió a esa representante de una raza despreciada como la habrían recibido los judíos. Con ello, quería que sus discípulos notasen la manera fría y despiadada con que los judíos tratarían un caso tal, evidenciado en su recepción de la mujer, y la manera compasiva con que quería que ellos tratasen una angustia tal, según lo manifestó en la subsiguiente concesión de lo pedido por ella” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 366).

Lee 1 Juan 2:2
RVR1960 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. NTV 2 Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no solo los nuestros sino también los de todo el mundo.

¿Qué nos dice este texto acerca de que todos somos iguales ante Dios?

MIERCOLES — “Despídela”

En los barrios no alcanzados de las ciudades, hay muchos que anhelan esperanza. En tiempos de Cristo, ¿qué impedía al pueblo de Dios llevar la esperanza del Mesías a ciudades extranjeras como Tiro y Sidón? El nacionalismo, el orgullo y los prejuicios cegaban al pueblo de Dios ante las oportunidades de ver a los más cercanos que anhelaban la esperanza predicha por las profecías del Primer Advenimiento. Hoy, en las ciudades, hay muchos grupos poblacionales con los que Jesucristo quiere que su pueblo comparta la “bendita esperanza” del Segundo Advenimiento Tito 2:13
RVR1960 13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, NTV 13 mientras anhelamos con esperanza ese día maravilloso en que se revele la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Y, así como a Jesús no le importó cuál era la nacionalidad o la raza de ellos, tampoco debería importarnos a nosotros.

Lee Hechos 10:9-16
RVR1960 9 Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. 10 Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; 11 y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; 12 en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. 13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. 14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. 15 Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. 16 Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. NTV 9 Al día siguiente, mientras los mensajeros de Cornelio se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar. Era alrededor del mediodía, 10 y tuvo hambre; pero mientras preparaban la comida, cayó en un estado de éxtasis. 11 Vio los cielos abiertos y algo parecido a una sábana grande que bajaba por sus cuatro puntas. 12 En la sábana había toda clase de animales, reptiles y aves. 13 Luego una voz le dijo: — Levántate, Pedro; mátalos y come de ellos. 14 — No, Señor — dijo Pedro — . Jamás he comido algo que nuestras leyes judías declaren impuro e inmundo. 15 Pero la voz habló de nuevo: — No llames a algo impuro si Dios lo ha hecho limpio. 16 La misma visión se repitió tres veces, y repentinamente la sábana fue subida al cielo.
Hechos 10:28
RVR1960 28 Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo; NTV 28 Pedro les dijo: — Ustedes saben que va en contra de nuestras leyes que un hombre judío se relacione con gentiles o que entre en su casa; pero Dios me ha mostrado que ya no debo pensar que alguien es impuro o inmundo.
Hechos 10:34-35
RVR1960 34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. NTV 34 Entonces Pedro respondió: — Veo con claridad que Dios no muestra favoritismo. 35 En cada nación, él acepta a los que le temen y hacen lo correcto.

¿Cómo resumirías esta lección que nos enseña el Espíritu Santo?

Mientras esperaba el almuerzo, Pedro tuvo una visión de un bufet en la azotea, con un mantel lleno de animales y aves inmundos. Tres veces se le indicó en esta visión que se levantara y comiera. Dios utilizó estas visiones para confrontar el orgullo religioso de Pedro y su intolerancia hacia los gentiles. Finalmente Pedro comprendió esta verdad: “Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: ‘En verdad veo que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que es fiel y obra rectamente, de cualquier nación que sea’ ” Hechos 10:34-35
RVR1960 34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. NTV 34 Entonces Pedro respondió: — Veo con claridad que Dios no muestra favoritismo. 35 En cada nación, él acepta a los que le temen y hacen lo correcto.

Con este trasfondo, reflexionemos sobre nuestra historia para sacar lecciones de Tiro y Sidón. Volvamos a observar a Jesús y su interacción con la madre. ¿Qué lecciones aprendieron los discípulos en este viaje de estudios, relacionadas también con la visión de Pedro? ¿Cómo podemos aplicarlas a nuestra vida de hoy y al llamado de Cristo a su misión del tiempo del fin en las ciudades? ¿Qué prejuicios nos impiden ver las necesidades de los urbanitas? ¿Qué oportunidades nos ha brindado Dios en las ciudades para ampliar nuestra comprensión de la misión y abordar exhaustivamente nuestro fanatismo, nacionalismo y orgullo espiritual?

Jesús tuvo paciencia para enseñar a sus discípulos, que aún no comprendían plenamente que el gran plan de salvación de Dios es para toda la familia humana, no solo para una nación o un grupo étnico determinado. El Espíritu Santo puede ayudarnos a superar nuestros prejuicios y favoritismos para llevar a cabo nuestra misión en las ciudades.

Lee Gálatas 2:11-13
RVR1960 11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13 Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. NTV 11 Pero cuando Pedro llegó a Antioquía, tuve que enfrentarlo cara a cara, porque él estaba muy equivocado en lo que hacía. 12 Cuando llegó por primera vez, Pedro comía con los creyentes gentiles, quienes no estaban circuncidados; pero después, cuando llegaron algunos amigos de Santiago, Pedro no quiso comer más con esos gentiles. Tenía miedo a la crítica de los que insistían en la necesidad de la circuncisión. 13 Como resultado, otros creyentes judíos imitaron la hipocresía de Pedro, e incluso Bernabé se dejó llevar por esa hipocresía.

¿Qué debería enseñarnos esto sobre lo difícil que puede ser desprendernos de los prejuicios que nos han inculcado desde la infancia?

JUEVES — ¿Fe, en la tierra?

En Lucas 18:8
RVR1960 8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? NTV 8 Les digo, ¡él pronto les hará justicia! Pero cuando el Hijo del Hombre regrese, ¿a cuántas personas con fe encontrará en la tierra? ».
Jesús plantea esta pregunta al final de una de sus parábolas: “Cuando el Hijo del hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?” Como discípulos actuales de Cristo, necesitamos vislumbrar lo que Jesús está buscando. En esta historia, podemos ver que Jesús busca la fe que brilla incluso en medio de la oscuridad.

Lee Mateo 8:10
RVR1960 10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. NTV 10 Al oírlo, Jesús quedó asombrado. Se dirigió a los que lo seguían y dijo: «Les digo la verdad, ¡no he visto una fe como esta en todo Israel!
Mateo 8:13
RVR1960 13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora. NTV 13 Entonces Jesús le dijo al oficial romano: «Vuelve a tu casa. Debido a que creíste, ha sucedido». Y el joven siervo quedó sano en esa misma hora.
Mateo 9:2
RVR1960 2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. NTV 2 Unos hombres le llevaron a un paralítico en una camilla. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo mío! Tus pecados son perdonados».
Mateo 20:29-34
RVR1960 (Mr. 10.
46-52; Lc. 18.
35-43) 29 Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. 30 Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 31 Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 32 Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 33 Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos. 34 Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.
NTV 29 Mientras Jesús y sus discípulos salían de la ciudad de Jericó, una gran multitud los seguía. 30 Dos hombres ciegos estaban sentados junto al camino. Cuando oyeron que Jesús venía en dirección a ellos, comenzaron a gritar: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros! ». 31 «¡Cállense! », les gritó la multitud. Sin embargo, los dos ciegos gritaban aún más fuerte: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros! ». 32 Cuando Jesús los oyó, se detuvo y los llamó: — ¿Qué quieren que haga por ustedes? 33 — Señor — dijeron — , ¡queremos ver! 34 Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. ¡Al instante pudieron ver! Luego lo siguieron.
Marcos 2:5
RVR1960 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. NTV 5 Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «Hijo mío, tus pecados son perdonados».
Marcos 10:46-52
RVR1960 (Mt. 20.
29-34; Lc. 18.
35-43) 46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50 Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
NTV 46 Después llegaron a Jericó y mientras Jesús y sus discípulos salían de la ciudad, una gran multitud los siguió. Un mendigo ciego llamado Bartimeo (hijo de Timeo) estaba sentado junto al camino. 47 Cuando Bartimeo oyó que Jesús de Nazaret estaba cerca, comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! ». 48 «¡Cállate! », muchos le gritaban, pero él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí! ». 49 Cuando Jesús lo oyó, se detuvo y dijo: «Díganle que se acerque». Así que llamaron al ciego. «Anímate — le dijeron — . ¡Vamos, él te llama! ». 50 Bartimeo echó a un lado su abrigo, se levantó de un salto y se acercó a Jesús. 51 — ¿Qué quieres que haga por ti? — preguntó Jesús. — Mi Rabí — dijo el hombre ciego — , ¡quiero ver! 52 Y Jesús le dijo: — Puedes irte, pues tu fe te ha sanado. Al instante el hombre pudo ver y siguió a Jesús por el camino.
Lucas 18:35-43
RVR1960 (Mt. 20.
29-34; Mr. 10.
46-52) 35 Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; 36 y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. 37 Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. 38 Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 39 Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 40 Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, 41 diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. 42 Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. 43 Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.
NTV 35 Al acercarse Jesús a Jericó, un mendigo ciego estaba sentado junto al camino. 36 Cuando oyó el ruido de la multitud que pasaba, preguntó qué sucedía. 37 Le dijeron que Jesús de Nazaret pasaba por allí. 38 Entonces comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! ». 39 «¡Cállate! », le gritaba la gente que estaba más adelante. Sin embargo, él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí! ». 40 Cuando Jesús lo oyó, se detuvo y ordenó que le trajeran al hombre. Al acercarse el ciego, Jesús le preguntó: 41 — ¿Qué quieres que haga por ti? — Señor — le dijo — , ¡quiero ver! 42 Jesús le dijo: — Bien, recibe la vista. Tu fe te ha sanado. 43 Al instante el hombre pudo ver y siguió a Jesús mientras alababa a Dios. Y todos los que lo vieron también alabaron a Dios.

En estos pasajes, ¿a quiénes describe Jesús como gente de fe?

Esta lista incluye a personas con una fe que resplandecía incluso en ciudades oscuras. En Capernaum, Jesús destaca a varias personas de fe. En Mateo 8:10
RVR1960 10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. NTV 10 Al oírlo, Jesús quedó asombrado. Se dirigió a los que lo seguían y dijo: «Les digo la verdad, ¡no he visto una fe como esta en todo Israel!
Mateo 8:13
RVR1960 13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora. NTV 13 Entonces Jesús le dijo al oficial romano: «Vuelve a tu casa. Debido a que creíste, ha sucedido». Y el joven siervo quedó sano en esa misma hora.
vemos a un centurión pagano convertido y con mucha fe. Conocemos a cuatro amigos llenos de fe que quitaron el tejado para bajar a su amigo paralítico hasta Jesús Mateo 9:2
RVR1960 2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. NTV 2 Unos hombres le llevaron a un paralítico en una camilla. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo mío! Tus pecados son perdonados».
Marcos 2:5
RVR1960 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. NTV 5 Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «Hijo mío, tus pecados son perdonados».
En Marcos 10
RVR1960 (Mt. 19.
1-12; Lc. 16.
18) 1 Levantándose de allí, vino a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y volvió el pueblo a juntarse a él, y de nuevo les enseñaba como solía. 2 Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer. 3 Él, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? 4 Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla. 5 Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; 6 pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. 7 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, 8 y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. 9 Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 10 En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo, 11 y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; 12 y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio. (Mt. 19.
13-15; Lc. 18.
15-17) 13 Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. 14 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 15 De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. 16 Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía. (Mt. 19.
16-30; Lc. 18.
18-30) 17 Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios. 19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20 Él entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. 23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24 Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! 25 Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 26 Ellos se asombraban aún más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27 Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. 28 Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. 29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros. (Mt. 20.
17-19; Lc. 18.
31-34) 32 Iban por el camino subiendo a Jerusalén; y Jesús iba delante, y ellos se asombraron, y le seguían con miedo. Entonces volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer: 33 He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles; 34 y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará. (Mt. 20.
20-28) 35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. 36 Él les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 37 Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. 38 Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? 39 Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; 40 pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado. 41 Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan. 42 Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. 43 Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 44 y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. 45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. (Mt. 20.
29-34; Lc. 18.
35-43) 46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50 Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino. Marcos 10: 4 : Dt. 24.
1-4; Mt. 5.
31. Marcos 10: 6 : Gn. 1.
27; 5.
2. Marcos 10: 8 : Gn. 2.
24. Marcos 10: 12 : Mt. 5.
32; 1 Co. 7.
10-11. Marcos 10: 15 : Mt. 18.
3. Marcos 10: 19 : Ex. 20.
14; Dt. 5.
18. Marcos 10: 19 : Ex. 20.
13; Dt. 5.
17. Marcos 10: 19 : Ex. 20.
15; Dt. 5.
19. Marcos 10: 19 : Ex. 20.
16; Dt. 5.
20. Marcos 10: 19 : Ex. 20.
12; Dt. 5.
16. Marcos 10: 31 : Mt. 20.
16; Lc. 13.
30. Marcos 10: 38 : Lc. 12.
50. Marcos 10: 43 : Lc. 22.
25-26. Marcos 10: 44 : Mt. 23.
11; Mr. 9.
35; Lc. 22.
26.
NTV 1 Luego Jesús salió de Capernaúm, descendió a la región de Judea y entró en la zona que está al oriente del río Jordán. Una vez más, las multitudes lo rodearon, y él les enseñaba como de costumbre. 2 Unos fariseos se acercaron y trataron de tenderle una trampa con la siguiente pregunta: — ¿Está bien permitir que un hombre se divorcie de su esposa? 3 Jesús les contestó con otra pregunta: — ¿Qué dijo Moisés en la ley sobre el divorcio? 4 — Bueno, él lo permitió — contestaron — . Dijo que un hombre puede darle a su esposa un aviso de divorcio por escrito y despedirla. 5 Jesús les respondió: — Moisés escribió ese mandamiento solo como una concesión ante la dureza del corazón de ustedes, 6 pero desde el principio de la creación “Dios los hizo hombre y mujer”. 7 “Esto explica por qué un hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, 8 y los dos se convierten en uno solo”. Como ya no son dos sino uno, 9 que nadie separe lo que Dios ha unido. 10 Más tarde, cuando quedó a solas con sus discípulos en la casa, ellos sacaron el tema de nuevo. 11 Él les dijo: «El que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio contra ella; 12 y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio». 13 Cierto día, algunos padres llevaron a sus niños a Jesús para que los tocara y los bendijera, pero los discípulos regañaron a los padres por molestarlo. 14 Cuando Jesús vio lo que sucedía, se enojó con sus discípulos y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños. 15 Les digo la verdad, el que no reciba el reino de Dios como un niño nunca entrará en él». 16 Entonces tomó a los niños en sus brazos y después de poner sus manos sobre la cabeza de ellos, los bendijo. 17 Cuando Jesús estaba por emprender su camino a Jerusalén, un hombre se le acercó corriendo, se arrodilló y le preguntó: — Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? 18 — ¿Por qué me llamas bueno? — preguntó Jesús — . Solo Dios es verdaderamente bueno; 19 pero para contestar a tu pregunta, tú conoces los mandamientos: “No cometas asesinato; no cometas adulterio; no robes; no des falso testimonio; no estafes a nadie; honra a tu padre y a tu madre”. 20 — Maestro — respondió el hombre — , he obedecido todos esos mandamientos desde que era joven. 21 Jesús miró al hombre y sintió profundo amor por él. — Hay una cosa que todavía no has hecho — le dijo — . Anda y vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme. 22 Al oír esto, el hombre puso cara larga y se fue triste porque tenía muchas posesiones. 23 Jesús miró a su alrededor y dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios! ». 24 Los discípulos quedaron asombrados de sus palabras. Pero Jesús volvió a decir: «Queridos hijos, es muy difícil entrar en el reino de Dios. 25 De hecho, ¡es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios! ». 26 Los discípulos quedaron atónitos. — Entonces, ¿quién podrá ser salvo? — preguntaron. 27 Jesús los miró fijamente y dijo: — Humanamente hablando, es imposible, pero no para Dios. Con Dios, todo es posible. 28 Entonces Pedro comenzó a hablar. — Nosotros hemos dejado todo para seguirte — dijo. 29 — Así es — respondió Jesús — , y les aseguro que todo el que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o bienes por mi causa y por la Buena Noticia 30 recibirá ahora a cambio cien veces más el número de casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y bienes, junto con persecución; y en el mundo que vendrá, esa persona tendrá la vida eterna. 31 Pero muchos que ahora son los más importantes en ese día serán los menos importantes, y aquellos que ahora parecen menos importantes en ese día serán los más importantes. 32 Subían rumbo a Jerusalén, y Jesús caminaba delante de ellos. Los discípulos estaban llenos de asombro y la gente que los seguía, abrumada de temor. Jesús tomó a los doce discípulos aparte y, una vez más, comenzó a describir todo lo que estaba por sucederle. 33 «Escuchen — les dijo — , subimos a Jerusalén, donde el Hijo del Hombre será traicionado y entregado a los principales sacerdotes y a los maestros de la ley religiosa. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los romanos. 34 Se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán con un látigo y lo matarán; pero después de tres días, resucitará». 35 Entonces Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron y dijeron: — Maestro, queremos que nos hagas un favor. 36 — ¿Cuál es la petición? — preguntó él. 37 Ellos contestaron: — Cuando te sientes en tu trono glorioso, nosotros queremos sentarnos en lugares de honor a tu lado, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. 38 Jesús les dijo: — ¡No saben lo que piden! ¿Acaso pueden beber de la copa amarga de sufrimiento que yo estoy a punto de beber? ¿Acaso pueden ser bautizados con el bautismo de sufrimiento con el cual yo tengo que ser bautizado? 39 — Claro que sí — contestaron ellos — , ¡podemos! Entonces Jesús les dijo: — Es cierto, beberán de mi copa amarga y serán bautizados con mi bautismo de sufrimiento; 40 pero no me corresponde a mí decir quién se sentará a mi derecha o a mi izquierda. Dios preparó esos lugares para quienes él ha escogido. 41 Cuando los otros diez discípulos oyeron lo que Santiago y Juan habían pedido, se indignaron. 42 Así que Jesús los reunió a todos y les dijo: «Ustedes saben que los gobernantes de este mundo tratan a su pueblo con prepotencia y los funcionarios hacen alarde de su autoridad frente a los súbditos. 43 Pero entre ustedes será diferente. El que quiera ser líder entre ustedes deberá ser sirviente, 44 y el que quiera ser el primero entre ustedes deberá ser esclavo de los demás. 45 Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos». 46 Después llegaron a Jericó y mientras Jesús y sus discípulos salían de la ciudad, una gran multitud los siguió. Un mendigo ciego llamado Bartimeo (hijo de Timeo) estaba sentado junto al camino. 47 Cuando Bartimeo oyó que Jesús de Nazaret estaba cerca, comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! ». 48 «¡Cállate! », muchos le gritaban, pero él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí! ». 49 Cuando Jesús lo oyó, se detuvo y dijo: «Díganle que se acerque». Así que llamaron al ciego. «Anímate — le dijeron — . ¡Vamos, él te llama! ». 50 Bartimeo echó a un lado su abrigo, se levantó de un salto y se acercó a Jesús. 51 — ¿Qué quieres que haga por ti? — preguntó Jesús. — Mi Rabí — dijo el hombre ciego — , ¡quiero ver! 52 Y Jesús le dijo: — Puedes irte, pues tu fe te ha sanado. Al instante el hombre pudo ver y siguió a Jesús por el camino.
, conocemos al exciego Bartimeo, cuya fe brilla en Jericó.

Al mismo tiempo, esperaríamos que entre el pueblo de Dios existiera gran fe. Sin embargo, incluso en la ciudad natal de Jesús, Nazaret, la poca fe (o incluso la incredulidad total) fue el factor que limitó el ministerio de Cristo. Entre sus discípulos, Jesús dijo varias veces, hablando de los habitantes de Israel: “Hombres de poca fe” Mateo 6:30
RVR1960 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? NTV 30 Si Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores silvestres que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen tan poca fe?
Mateo 8:26
RVR1960 26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. NTV 26 — ¿Por qué tienen miedo? — preguntó Jesús — . ¡Tienen tan poca fe! Entonces se levantó y reprendió al viento y a las olas y, de repente, hubo una gran calma.
Mateo 14:31
RVR1960 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? NTV 31 De inmediato, Jesús extendió la mano y lo agarró. — Tienes tan poca fe — le dijo Jesús — . ¿Por qué dudaste de mí?
Mateo 16:8
RVR1960 8 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? NTV 8 Jesús supo lo que hablaban, así que les dijo: «¡Tienen tan poca fe! ¿Por qué discuten los unos con los otros por no tener pan?
Y en Mateo 17:17
RVR1960 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá. NTV 17 Jesús dijo: «¡Gente corrupta y sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme aquí al muchacho».
Jesús exclama: “¡Generación incrédula y perversa!”

Una lección que podemos aplicar a la actualidad es que la fe se encuentra en lugares inesperados: en las ciudades, entre extranjeros, entre paganos y entre personas con religiones diferentes. Con humildad, debemos ir a las ciudades como lo hizo Jesús, buscando a aquellos que, cuando se les presente la verdad, responderán con una fe salvífica en Jesús. Y, por cierto, están allí afuera.

Desafío: Abre tu corazón en oración, pidiendo una mayor porción de fe con la cual compartir tu amor por aquellos que están cerca y lejos.

Desafío avanzado: ¿Cómo llegaste a conocer a Jesús y el precioso mensaje de los tres ángeles? Enumera tres bendiciones espirituales que hayas experimentado de Jesús en tu vida personal. Prepárate para compartir estos conceptos con tu clase de Escuela Sabática.

VIERNES - Para Estudiar y Meditar

“Entre quienes los judíos llamaban gentiles había hombres que entendían mejor que los maestros de Israel las profecías bíblicas concernientes a la venida del Mesías. Algunos lo esperaban como libertador del pecado. Los filósofos se esforzaban por estudiar el misterio del sistema orgánico hebreo. Pero la intolerancia de los judíos estorbaba la difusión de la luz” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 25).

“El Señor Jesús, el poderoso Salvador, ha muerto por estas almas. Él puede despertarlas de la indiferencia, puede despertar simpatía, puede enternecer el corazón, puede revelarle al alma la belleza y el poder de la verdad. El Maestroobrero es Dios, y no el hombre finito; sin embargo, él llama a los hombres para que sean los agentes por medio de los cuales pueda impartir luz a los que están en tinieblas. Dios tiene joyas en todas las iglesias, y no nos corresponde a nosotros hacer una denuncia radical del mundo religioso profeso sino, con humildad y amor, presentar a todos la verdad tal como es en Jesús. Que los hombres vean la piedad y la devoción, que contemplen la semejanza de Cristo en el carácter, y serán atraídos a la verdad. [...] Deben exaltar a Jesús, el Redentor del mundo; deben sostener la palabra de vida” (Elena de White, The Advent Review and Sabbath Herald, 17 de enero de 1893).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

PREGUNTA 1

¿Qué necesidades inmediatas, en la zona donde vives, podrían darles a tu iglesia y a ti la oportunidad de alcanzar a las almas que no conocen las verdades que nosotros conocemos?

PREGUNTA 2

Observa las palabras de Elena de White respecto de los que profesan otras religiones: “Dios tiene joyas en todas las iglesias, y no nos corresponde a nosotros hacer una denuncia radical del mundo religioso profeso”. En otras palabras, ¿cómo podemos mostrar a la gente el error de sus caminos y al mismo tiempo no denigrarla en un nivel personal?

PREGUNTA 3

“Cuando el Hijo del hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?” Lucas 18:8
RVR1960 8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? NTV 8 Les digo, ¡él pronto les hará justicia! Pero cuando el Hijo del Hombre regrese, ¿a cuántas personas con fe encontrará en la tierra? ».
¿Qué quiere decir Jesús con esta pregunta retórica? ¿Cuál es la diferencia entre fe y creencia? ¿Por qué los que tienen la creencia correcta podrían no tener fe cuando Cristo regrese?

Repaso de la Lección

LECCIONES DE VIDA - Pr. Robert Costa

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