Cómo cantar la canción del Señor en tierra extraña — Estudia la Biblia Hoy





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Cómo cantar la canción del Señor en tierra extraña
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 CONTENIDO 

Cómo cantar la canción del Señor en tierra extraña

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA

Salmos 79:5-13
RVR1960 5 ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo? 6 Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen, Y sobre los reinos que no invocan tu nombre. 7 Porque han consumido a Jacob, Y su morada han asolado. 8 No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados; Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos, Porque estamos muy abatidos. 9 Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre. 10 Porque dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios? Sea notoria en las gentes, delante de nuestros ojos, La venganza de la sangre de tus siervos que fue derramada. 11 Llegue delante de ti el gemido de los presos; Conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte, 12 Y devuelve a nuestros vecinos en su seno siete tantos De su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová. 13 Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para siempre; De generación en generación cantaremos tus alabanzas. NTV 5 Oh Señor, ¿hasta cuándo seguirás enojado con nosotros? ¿Será para siempre? ¿Hasta cuándo arderá tu celo como el fuego? 6 Derrama tu ira sobre las naciones que se niegan a reconocerte, sobre los reinos que no invocan tu nombre. 7 Pues devoraron a tu pueblo, Israel, y convirtieron la tierra en un desierto desolado. 8 ¡No nos hagas responsables por los pecados de nuestros antepasados! Que tu compasión satisfaga pronto nuestras necesidades, porque estamos al borde de la desesperación. 9 ¡Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación! Ayúdanos por la gloria de tu nombre; sálvanos y perdona nuestros pecados por la honra de tu nombre. 10 ¿Por qué se les permite a las naciones paganas burlarse y preguntar: «Dónde está su Dios»? Muéstranos tu venganza contra las naciones, porque han derramado la sangre de tus siervos. 11 Escucha el lamento de los prisioneros. Demuestra tu gran poder al salvar a los condenados a muerte. 12 Oh Señor, multiplica siete veces tu venganza contra nuestros vecinos por la burla que han lanzado contra ti. 13 Entonces nosotros, tu pueblo, las ovejas de tu prado, te agradeceremos por siempre y para siempre, y alabaremos tu grandeza de generación en generación.
Salmos 88:3-12
RVR1960 3 Porque mi alma está hastiada de males, Y mi vida cercana al Seol. 4 Soy contado entre los que descienden al sepulcro; Soy como hombre sin fuerza, 5 Abandonado entre los muertos, Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, De quienes no te acuerdas ya, Y que fueron arrebatados de tu mano. 6 Me has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en lugares profundos. 7 Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah 8 Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir. 9 Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos. 10 ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah 11 ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en el Abadón? 12 ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del olvido? NTV 3 Mi vida está llena de dificultades, y la muerte se acerca. 4 Estoy como muerto, como un hombre vigoroso al que no le quedan fuerzas. 5 Me han dejado entre los muertos, y estoy tendido como un cadáver en la tumba. Soy olvidado, estoy separado de tu cuidado. 6 Me arrojaste a la fosa más honda, a las profundidades más oscuras. 7 Tu ira me oprime; con una ola tras otra me has cercado. Interludio 8 Alejaste a mis amigos al hacerme repulsivo para ellos. Estoy atrapado y no hay forma de escapar. 9 Los ojos se me cegaron de tantas lágrimas. Cada día suplico tu ayuda, oh Señor; levanto a ti mis manos para pedir misericordia. 10 ¿Acaso tus obras maravillosas sirven de algo a los muertos? ¿Se levantan ellos y te alaban? Interludio 11 ¿Pueden anunciar tu amor inagotable los que están en la tumba? ¿Pueden proclamar tu fidelidad en el lugar de destrucción? 12 ¿Puede la oscuridad hablar de tus obras maravillosas? ¿Puede alguien en la tierra del olvido contar de tu justicia?
Salmos 69:1-3
RVR1960 Al músico principal; sobre Lirios. Salmo de David. 1 Sálvame, oh Dios, Porque las aguas han entrado hasta el alma. 2 Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie; He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado. 3 Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios. NTV Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «Los lirios». 1 Sálvame oh Dios, porque las aguas de la inundación me llegan al cuello. 2 Me hundo cada vez más en el fango; no encuentro dónde apoyar mis pies. Estoy en aguas profundas, y el torrente me cubre. 3 Estoy agotado de tanto gritar por ayuda; tengo la garganta reseca. Mis ojos están hinchados de tanto llorar, a la espera de la ayuda de mi Dios.
Salmos 22:1
RVR1960 1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? NTV Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «Cierva de la aurora». 1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda?
Salmos 77
RVR1960 Al músico principal; para Jedutún. Salmo de Asaf. 1 Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará. 2 Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo. 3 Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah 4 No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba. 5 Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos. 6 Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, Y mi espíritu inquiría: 7 ¿Desechará el Señor para siempre, Y no volverá más a sernos propicio? 8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa? 9 ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah 10 Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo. 11 Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. 12 Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos. 13 Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios? 14 Tú eres el Dios que hace maravillas; Hiciste notorio en los pueblos tu poder. 15 Con tu brazo redimiste a tu pueblo, A los hijos de Jacob y de José. Selah 16 Te vieron las aguas, oh Dios; Las aguas te vieron, y temieron; Los abismos también se estremecieron. 17 Las nubes echaron inundaciones de aguas; Tronaron los cielos, Y discurrieron tus rayos. 18 La voz de tu trueno estaba en el torbellino; Tus relámpagos alumbraron el mundo; Se estremeció y tembló la tierra. 19 En el mar fue tu camino, Y tus sendas en las muchas aguas; Y tus pisadas no fueron conocidas. 20 Condujiste a tu pueblo como ovejas Por mano de Moisés y de Aarón. NTV Para Jedutún, director del coro: salmo de Asaf. 1 Clamo a Dios: sí, a gritos. ¡Oh, si Dios me escuchara! 2 Cuando estaba en graves dificultades, busqué al Señor. Toda la noche oré con las manos levantadas hacia el cielo, pero mi alma no encontró consuelo. 3 Pienso en Dios y gimo, abrumado de tanto anhelar su ayuda. Interludio 4 No me dejas dormir; ¡estoy tan afligido que ni siquiera puedo orar! 5 Pienso en los viejos tiempos, que acabaron hace tanto, 6 cuando mis noches estaban llenas de alegres canciones. Ahora busco en mi alma y considero la diferencia. 7 ¿Me habrá rechazado para siempre el Señor? ¿Nunca más volverá a ser bondadoso conmigo? 8 ¿Se ha ido para siempre su amor inagotable? ¿Han dejado de cumplirse sus promesas para siempre? 9 ¿Se ha olvidado Dios de ser bondadoso? ¿Habrá cerrado de un portazo la entrada a su compasión? Interludio 10 Y yo digo: «Este es mi destino; el Altísimo volvió su mano contra mí». 11 Pero después me acuerdo de todo lo que has hecho, oh Señor; recuerdo tus obras maravillosas de tiempos pasados. 12 Siempre están en mis pensamientos; no puedo dejar de pensar en tus obras poderosas. 13 Oh Dios, tus caminos son santos. ¿Existe algún dios tan poderoso como tú? 14 ¡Eres el Dios de grandes maravillas! Demuestras tu asombroso poder entre las naciones. 15 Con tu fuerte brazo, redimiste a tu pueblo, los descendientes de Jacob y de José. Interludio 16 Cuando el mar Rojo te vio, oh Dios, sus aguas miraron y temblaron; el mar se estremeció hasta las profundidades. 17 Las nubes derramaron lluvia; el trueno retumbó en el cielo; tus flechas destellaron como rayos. 18 Tu trueno rugió desde el torbellino; ¡los relámpagos iluminaron el mundo! La tierra tembló y se estremeció. 19 Te abriste camino a través del mar y tu sendero atravesó las poderosas aguas, ¡una senda que nadie sabía que estaba allí! 20 Guiaste a tu pueblo por ese camino como a un rebaño de ovejas, con Moisés y Aarón de pastores.
Salmos 73:1-20
RVR1960 LIBRO IIISalmo de Asaf. 1 Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón. 2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. 3 Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. 4 Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero. 5 No pasan trabajos como los otros mortales, Ni son azotados como los demás hombres. 6 Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia. 7 Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón. 8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería. 9 Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra. 10 Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos. 11 Y dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo? 12 He aquí estos impíos, Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas. 13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia; 14 Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas. 15 Si dijera yo: Hablaré como ellos, He aquí, a la generación de tus hijos engañaría. 16 Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí, 17 Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos. 18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer. 19 ¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se consumieron de terrores. 20 Como sueño del que despierta, Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia. NTV Libro Tercero (Salmos 73–89)Salmo de Asaf. 1 En verdad Dios es bueno con Israel, con los de corazón puro. 2 Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio; mis pies resbalaron y estuve a punto de caer, 3 porque envidiaba a los orgullosos cuando los veía prosperar a pesar de su maldad. 4 Pareciera que viven sin problemas; tienen el cuerpo tan sano y fuerte. 5 No tienen dificultades como otras personas; no están llenos de problemas como los demás. 6 Lucen su orgullo como un collar de piedras preciosas y se visten de crueldad. 7 ¡Estos gordos ricachones tienen todo lo que su corazón desea! 8 Se burlan y hablan solo maldades; en su orgullo procuran aplastar a otros. 9 Se jactan contra los cielos mismos, y sus palabras se pasean presuntuosas por toda la tierra. 10 Entonces la gente se desanima y se confunde al tragarse todas esas palabras. 11 «¿Y qué sabe Dios? — preguntan — . ¿Acaso el Altísimo sabe lo que está pasando? ». 12 Miren a esos perversos: disfrutan de una vida fácil mientras sus riquezas se multiplican. 13 ¿Conservé puro mi corazón en vano? ¿Me mantuve en inocencia sin ninguna razón? 14 En todo el día no consigo más que problemas; cada mañana me trae dolor. 15 Si yo realmente hubiera hablado a otros de esta manera, habría sido un traidor a tu pueblo. 16 Traté de entender por qué los malvados prosperan, ¡pero qué tarea tan difícil! 17 Entonces entré en tu santuario, oh Dios, y por fin entendí el destino de los perversos. 18 En verdad, los pones en un camino resbaladizo y haces que se deslicen por el precipicio hacia su ruina. 19 Al instante, quedan destruidos, totalmente consumidos por los terrores. 20 Cuando te levantes, oh Señor, te reirás de sus tontas ideas como uno se ríe por la mañana de lo que soñó en la noche.
1 Pedro 1:17
RVR1960 17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; NTV 17 Recuerden que el Padre celestial, a quien ustedes oran, no tiene favoritos. Él los juzgará o los recompensará según lo que hagan. Así que tienen que vivir con un reverente temor de él durante su estadía aquí como «residentes temporales».

VERSÍCULO DE MEMORIA

Salmos 137:4
RVR1960 4 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová En tierra de extraños? NTV 4 ¿Pero cómo podemos entonar las canciones del Señor mientras estamos en una tierra pagana?

SÁBADO — INTRODUCCIÓN

No necesitamos adentrarnos en el libro de Salmos para descubrir que los salmos se expresan en un mundo imperfecto, lleno de pecado, maldad, sufrimiento y muerte. La Creación, estable y dirigida por el Señor soberano y sus leyes justas, se ve constantemente amenazada por el mal. A medida que el pecado corrompe el mundo cada vez más, la Tierra se ha convertido más en una “tierra extraña” para el pueblo de Dios. Esta realidad le plantea un problema al salmista: ¿Cómo vivir una vida de fe en una tierra extraña?

Como ya hemos visto, los salmistas reconocen el gobierno soberano y el poder de Dios, así como sus justos juicios. Saben que Dios es la ayuda y el refugio eternos e infalibles en tiempos de angustia. Por eso, los salmistas se sienten a veces perplejos (¿quién no?) ante la aparente ausencia de Dios y la prosperidad del mal frente al Señor soberano y bueno. La naturaleza paradójica de los salmos como oraciones se demuestra en las respuestas de los salmistas al aparente silencio de Dios. En otras palabras, los salmistas responden a la aparente ausencia de Dios, así como a su presencia.

DOMINGO — Los días del mal

Lee Salmos 74:18-22
RVR1960 18 Acuérdate de esto: que el enemigo ha afrentado a Jehová, Y pueblo insensato ha blasfemado tu nombre. 19 No entregues a las fieras el alma de tu tórtola, Y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos. 20 Mira al pacto, Porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia. 21 No vuelva avergonzado el abatido; El afligido y el menesteroso alabarán tu nombre. 22 Levántate, oh Dios, aboga tu causa; Acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día. NTV 18 Mira cómo te insultan estos enemigos, Señor; una nación insensata ha deshonrado tu nombre. 19 No permitas que estas bestias salvajes destruyan a tus tórtolas; no te olvides para siempre de tu pueblo dolido. 20 Recuerda las promesas de tu pacto, ¡porque la tierra está llena de oscuridad y violencia! 21 No permitas que humillen otra vez a los oprimidos; en cambio, deja que el pobre y el necesitado alaben tu nombre. 22 Levántate, oh Dios, y defiende tu causa; recuerda cómo te insultan estos necios todo el día.
y Salmos 79:5-13
RVR1960 5 ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo? 6 Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen, Y sobre los reinos que no invocan tu nombre. 7 Porque han consumido a Jacob, Y su morada han asolado. 8 No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados; Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos, Porque estamos muy abatidos. 9 Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre. 10 Porque dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios? Sea notoria en las gentes, delante de nuestros ojos, La venganza de la sangre de tus siervos que fue derramada. 11 Llegue delante de ti el gemido de los presos; Conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte, 12 Y devuelve a nuestros vecinos en su seno siete tantos De su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová. 13 Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para siempre; De generación en generación cantaremos tus alabanzas. NTV 5 Oh Señor, ¿hasta cuándo seguirás enojado con nosotros? ¿Será para siempre? ¿Hasta cuándo arderá tu celo como el fuego? 6 Derrama tu ira sobre las naciones que se niegan a reconocerte, sobre los reinos que no invocan tu nombre. 7 Pues devoraron a tu pueblo, Israel, y convirtieron la tierra en un desierto desolado. 8 ¡No nos hagas responsables por los pecados de nuestros antepasados! Que tu compasión satisfaga pronto nuestras necesidades, porque estamos al borde de la desesperación. 9 ¡Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación! Ayúdanos por la gloria de tu nombre; sálvanos y perdona nuestros pecados por la honra de tu nombre. 10 ¿Por qué se les permite a las naciones paganas burlarse y preguntar: «Dónde está su Dios»? Muéstranos tu venganza contra las naciones, porque han derramado la sangre de tus siervos. 11 Escucha el lamento de los prisioneros. Demuestra tu gran poder al salvar a los condenados a muerte. 12 Oh Señor, multiplica siete veces tu venganza contra nuestros vecinos por la burla que han lanzado contra ti. 13 Entonces nosotros, tu pueblo, las ovejas de tu prado, te agradeceremos por siempre y para siempre, y alabaremos tu grandeza de generación en generación.

¿Qué está en juego aquí?

El salmista trata de comprender el gran conflicto entre Dios y los poderes del mal, y señala la insondable paciencia de Dios, así como sus infinitas sabiduría y poder.

El problema del mal en Salmos es principalmente teológico; inevitablemente se refiere a cuestiones sobre Dios. Así, la destrucción de Jerusalén y del Templo se considera principalmente un escándalo divino, porque les dio a los paganos la oportunidad de blasfemar contra Dios. La herencia de Dios (el pueblo de Israel) es la señal de su elección divina y de su Pacto Deuteronomio 4:32-38
RVR1960 32 Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella. 33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer? 34 ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? 35 A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él. 36 Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego. 37 Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su gran poder, 38 para echar de delante de tu presencia naciones grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como hoy. NTV 32 »Investiga toda la historia, desde el momento en que Dios creó a los seres humanos sobre la tierra hasta ahora, y busca desde un extremo del cielo hasta el otro. ¿Alguna vez se ha visto u oído algo tan grande como esto? 33 ¿Hay alguna otra nación que haya escuchado la voz de Dios hablar desde el fuego — tal como la escuchaste tú — y haya sobrevivido? 34 ¿Existe algún otro dios que se haya atrevido a sacar a una nación de otra nación y hacerla suya con mano fuerte y brazo poderoso por medio de pruebas, señales asombrosas, milagros, guerras, y hechos aterradores? Eso fue precisamente lo que el Señor tu Dios hizo por ti en Egipto, frente a tus propios ojos. 35 »Él te mostró esas cosas, para que supieras que el Señor es Dios y que no hay ningún otro. 36 Él te permitió oír su voz desde el cielo para instruirte. Te permitió ver su fuego poderoso aquí, en la tierra, para hablarte desde allí. 37 Debido a que él amó a tus antepasados, quiso bendecir a sus descendientes, así que él mismo te sacó de Egipto con un gran despliegue de poder. 38 Expulsó a naciones mucho más poderosas que tú para establecerte en la tierra de esas naciones y dártela a ti como preciada posesión, así como sucede hoy.
Deuteronomio 32:8-9
RVR1960 8 Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, Cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, Estableció los límites de los pueblos Según el número de los hijos de Israel. 9 Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó. NTV 8 Cuando el Altísimo asignó territorios a las naciones, cuando dividió a la raza humana, fijó los límites de los pueblos según el número de su corte celestial. 9 »Pues el pueblo de Israel pertenece al Señor; Jacob es su posesión más preciada.
que nunca fallarán. El concepto de la herencia de Dios también contiene una dimensión del tiempo del fin, ya que un día todas las naciones se convertirán en la herencia de Dios y lo servirán. La noción de que las naciones invadieron la herencia de Dios amenaza estas promesas divinas.

Indudablemente, el salmista reconoce que los pecados del pueblo corrompieron la relación de pacto entre el pueblo y Dios y trajeron sobre el pueblo todas las consecuencias Salmos 79:8-9
RVR1960 8 No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados; Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos, Porque estamos muy abatidos. 9 Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre. NTV 8 ¡No nos hagas responsables por los pecados de nuestros antepasados! Que tu compasión satisfaga pronto nuestras necesidades, porque estamos al borde de la desesperación. 9 ¡Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación! Ayúdanos por la gloria de tu nombre; sálvanos y perdona nuestros pecados por la honra de tu nombre.
La supervivencia del pueblo depende únicamente de la intervención misericordiosa de Dios y de la restauración del vínculo del Pacto mediante la expiación del pecado. El Señor es el “Dios de nuestra salvación”, lo que refleja la fidelidad de Dios a sus promesas del Pacto Salmos 79:9
RVR1960 9 Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre. NTV 9 ¡Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación! Ayúdanos por la gloria de tu nombre; sálvanos y perdona nuestros pecados por la honra de tu nombre.

No obstante, más importante que la restauración de la riqueza de Israel es la defensa del carácter de Dios en el mundo Salmos 79:9
RVR1960 9 Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre. NTV 9 ¡Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación! Ayúdanos por la gloria de tu nombre; sálvanos y perdona nuestros pecados por la honra de tu nombre.
Si las actos malvados de las naciones quedan impunes, parecería como si Dios hubiera perdido su poder Salmos 74:18-23
RVR1960 18 Acuérdate de esto: que el enemigo ha afrentado a Jehová, Y pueblo insensato ha blasfemado tu nombre. 19 No entregues a las fieras el alma de tu tórtola, Y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos. 20 Mira al pacto, Porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia. 21 No vuelva avergonzado el abatido; El afligido y el menesteroso alabarán tu nombre. 22 Levántate, oh Dios, aboga tu causa; Acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día. 23 No olvides las voces de tus enemigos; El alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente. NTV 18 Mira cómo te insultan estos enemigos, Señor; una nación insensata ha deshonrado tu nombre. 19 No permitas que estas bestias salvajes destruyan a tus tórtolas; no te olvides para siempre de tu pueblo dolido. 20 Recuerda las promesas de tu pacto, ¡porque la tierra está llena de oscuridad y violencia! 21 No permitas que humillen otra vez a los oprimidos; en cambio, deja que el pobre y el necesitado alaben tu nombre. 22 Levántate, oh Dios, y defiende tu causa; recuerda cómo te insultan estos necios todo el día. 23 No pases por alto lo que han dicho tus enemigos ni su creciente alboroto.
Salmos 83:16-18
RVR1960 16 Llena sus rostros de vergüenza, Y busquen tu nombre, oh Jehová. 17 Sean afrentados y turbados para siempre; Sean deshonrados, y perezcan. 18 Y conozcan que tu nombre es Jehová; Tú solo Altísimo sobre toda la tierra. NTV 16 Desacredítalos por completo hasta que se sometan a tu nombre, oh Señor. 17 Que sean avergonzados y aterrorizados para siempre; que mueran en deshonra. 18 Entonces aprenderán que solo tú te llamas el Señor, que solo tú eres el Altísimo, supremo sobre toda la tierra.
Salmos 106:47
RVR1960 47 Sálvanos, Jehová Dios nuestro, Y recógenos de entre las naciones, Para que alabemos tu santo nombre, Para que nos gloriemos en tus alabanzas. NTV 47 ¡Oh Señor nuestro Dios, sálvanos! Vuelve a reunirnos de entre las naciones, para que podamos agradecer a tu santo nombre, alegrarnos y alabarte.
Solo cuando Dios salve a su pueblo, su nombre será justificado y enaltecido.

Al igual que hoy, el mismo principio existía en aquel entonces. Nuestros pecados, nuestras recaídas, nuestras maldades, pueden desprestigiarnos no solo a nosotros, sino también, lo que es peor, al Dios cuyo nombre profesamos. Nuestras malas acciones erróneas suelen tener efectos espirituales perjudiciales también para nuestro testimonio y nuestra misión. ¿Cuántas personas se han alejado de nuestra fe por las acciones de quienes profesan el nombre de Cristo?

“El honor de Dios, el honor de Cristo, están comprometidos en la perfección del carácter de su pueblo” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 625).

¿Cómo entiendes esta importante verdad, y qué debería significar para tu vida cristiana?

LUNES — A las puertas de la muerte

Lee Salmos 41:1-4
RVR1960 Al músico principal. Salmo de David. 1 Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová. 2 Jehová lo guardará, y le dará vida; Será bienaventurado en la tierra, Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. 3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad. 4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado. NTV Para el director del coro: salmo de David. 1 ¡Qué alegría hay para los que tratan bien a los pobres! El Señor los rescata cuando están en apuros. 2 El Señor los protege y los mantiene con vida; los prospera en la tierra y los rescata de sus enemigos. 3 El Señor los atiende cuando están enfermos y les devuelve la salud. 4 «Oh Señor, ten misericordia de mí — pedí en oración — , sáname, porque contra ti he pecado».
;Salmos 88:3-12
RVR1960 3 Porque mi alma está hastiada de males, Y mi vida cercana al Seol. 4 Soy contado entre los que descienden al sepulcro; Soy como hombre sin fuerza, 5 Abandonado entre los muertos, Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, De quienes no te acuerdas ya, Y que fueron arrebatados de tu mano. 6 Me has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en lugares profundos. 7 Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah 8 Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir. 9 Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos. 10 ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah 11 ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en el Abadón? 12 ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del olvido? NTV 3 Mi vida está llena de dificultades, y la muerte se acerca. 4 Estoy como muerto, como un hombre vigoroso al que no le quedan fuerzas. 5 Me han dejado entre los muertos, y estoy tendido como un cadáver en la tumba. Soy olvidado, estoy separado de tu cuidado. 6 Me arrojaste a la fosa más honda, a las profundidades más oscuras. 7 Tu ira me oprime; con una ola tras otra me has cercado. Interludio 8 Alejaste a mis amigos al hacerme repulsivo para ellos. Estoy atrapado y no hay forma de escapar. 9 Los ojos se me cegaron de tantas lágrimas. Cada día suplico tu ayuda, oh Señor; levanto a ti mis manos para pedir misericordia. 10 ¿Acaso tus obras maravillosas sirven de algo a los muertos? ¿Se levantan ellos y te alaban? Interludio 11 ¿Pueden anunciar tu amor inagotable los que están en la tumba? ¿Pueden proclamar tu fidelidad en el lugar de destrucción? 12 ¿Puede la oscuridad hablar de tus obras maravillosas? ¿Puede alguien en la tierra del olvido contar de tu justicia?
Salmos 102:3-5
RVR1960 3 Porque mis días se han consumido como humo, Y mis huesos cual tizón están quemados. 4 Mi corazón está herido, y seco como la hierba, Por lo cual me olvido de comer mi pan. 5 Por la voz de mi gemido Mis huesos se han pegado a mi carne. NTV 3 Pues mis días desaparecen como el humo, y los huesos me arden como carbones al rojo vivo. 4 Tengo el corazón angustiado, marchito como la hierba, y perdí el apetito. 5 Por mi gemir, quedé reducido a piel y huesos.
Salmos 102:11
RVR1960 11 Mis días son como sombra que se va, Y me he secado como la hierba. NTV 11 Mi vida pasa tan rápido como las sombras de la tarde; voy marchitándome como hierba.
Salmos 102:23-24
RVR1960 23 Él debilitó mi fuerza en el camino; Acortó mis días. 24 Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; Por generación de generaciones son tus años. NTV 23 En la mitad de mi vida, me quebró las fuerzas, y así acortó mis días. 24 Pero clamé a él: «Oh mi Dios, el que vive para siempre, ¡no me quites la vida en la flor de mi juventud!

¿Qué experiencias describen estos pasajes? ¿Cómo te identificas con lo que aquí se dice?

Estas oraciones para salvarse de la enfermedad y la muerte demuestran que los hijos de Dios no están exentos de los sufrimientos de este mundo. Los salmos revelan las terribles aflicciones del salmista. Está sin fuerzas, marchitándose como la hierba, sin poder comer, apartado con los muertos; yace como los muertos en la tumba, es repulsivo para sus amigos, está sufriendo y desesperado. Sus huesos se le pegan a la piel.

Muchos salmos presumen que el Señor ha permitido las dificultades a causa de la desobediencia de Israel. El salmista reconoce que el pecado puede acarrear enfermedad; por eso, se refiere al perdón que precede a la curación Salmos 41:3-4
RVR1960 3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad. 4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado. NTV 3 El Señor los atiende cuando están enfermos y les devuelve la salud. 4 «Oh Señor, ten misericordia de mí — pedí en oración — , sáname, porque contra ti he pecado».
Sin embargo, algunos salmos, como Salmos 88
RVR1960 Cántico. Salmo para los hijos de Coré. Al músico principal, para cantar sobre Mahalat. Masquil de Hemán ezraíta. 1 Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante de ti. 2 Llegue mi oración a tu presencia; Inclina tu oído a mi clamor. 3 Porque mi alma está hastiada de males, Y mi vida cercana al Seol. 4 Soy contado entre los que descienden al sepulcro; Soy como hombre sin fuerza, 5 Abandonado entre los muertos, Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, De quienes no te acuerdas ya, Y que fueron arrebatados de tu mano. 6 Me has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en lugares profundos. 7 Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah 8 Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir. 9 Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos. 10 ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah 11 ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en el Abadón? 12 ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del olvido? 13 Mas yo a ti he clamado, oh Jehová, Y de mañana mi oración se presentará delante de ti. 14 ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? 15 Yo estoy afligido y menesteroso; Desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso. 16 Sobre mí han pasado tus iras, Y me oprimen tus terrores. 17 Me han rodeado como aguas continuamente; A una me han cercado. 18 Has alejado de mí al amigo y al compañero, Y a mis conocidos has puesto en tinieblas. NTV Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré. Cántico; entónese con la melodía de «El sufrimiento de la aflicción». Salmo de Hemán el ezraíta. 1 Oh Señor, Dios de mi salvación, a ti clamo de día. A ti vengo de noche. 2 Oye ahora mi oración; escucha mi clamor. 3 Mi vida está llena de dificultades, y la muerte se acerca. 4 Estoy como muerto, como un hombre vigoroso al que no le quedan fuerzas. 5 Me han dejado entre los muertos, y estoy tendido como un cadáver en la tumba. Soy olvidado, estoy separado de tu cuidado. 6 Me arrojaste a la fosa más honda, a las profundidades más oscuras. 7 Tu ira me oprime; con una ola tras otra me has cercado. Interludio 8 Alejaste a mis amigos al hacerme repulsivo para ellos. Estoy atrapado y no hay forma de escapar. 9 Los ojos se me cegaron de tantas lágrimas. Cada día suplico tu ayuda, oh Señor; levanto a ti mis manos para pedir misericordia. 10 ¿Acaso tus obras maravillosas sirven de algo a los muertos? ¿Se levantan ellos y te alaban? Interludio 11 ¿Pueden anunciar tu amor inagotable los que están en la tumba? ¿Pueden proclamar tu fidelidad en el lugar de destrucción? 12 ¿Puede la oscuridad hablar de tus obras maravillosas? ¿Puede alguien en la tierra del olvido contar de tu justicia? 13 Oh Señor, a ti clamo; seguiré rogando día tras día. 14 Oh Señor, ¿por qué me rechazas? ¿Por qué escondes tu rostro de mí? 15 Desde mi juventud, estoy enfermo y al borde de la muerte. Me encuentro indefenso y desesperado ante tus terrores. 16 Tu ira feroz me ha abrumado; tus terrores me paralizaron. 17 Todo el día se arremolinan como las aguas de una inundación y me han cercado por completo. 18 Me has quitado a mis compañeros y a mis seres queridos; la oscuridad es mi mejor amiga.
y 102, reconocen que el sufrimiento inocente del pueblo de Dios es un hecho de la vida, aunque sea difícil de entender.

En Salmos 88
RVR1960 Cántico. Salmo para los hijos de Coré. Al músico principal, para cantar sobre Mahalat. Masquil de Hemán ezraíta. 1 Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante de ti. 2 Llegue mi oración a tu presencia; Inclina tu oído a mi clamor. 3 Porque mi alma está hastiada de males, Y mi vida cercana al Seol. 4 Soy contado entre los que descienden al sepulcro; Soy como hombre sin fuerza, 5 Abandonado entre los muertos, Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, De quienes no te acuerdas ya, Y que fueron arrebatados de tu mano. 6 Me has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en lugares profundos. 7 Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah 8 Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir. 9 Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos. 10 ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah 11 ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en el Abadón? 12 ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del olvido? 13 Mas yo a ti he clamado, oh Jehová, Y de mañana mi oración se presentará delante de ti. 14 ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? 15 Yo estoy afligido y menesteroso; Desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso. 16 Sobre mí han pasado tus iras, Y me oprimen tus terrores. 17 Me han rodeado como aguas continuamente; A una me han cercado. 18 Has alejado de mí al amigo y al compañero, Y a mis conocidos has puesto en tinieblas. NTV Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré. Cántico; entónese con la melodía de «El sufrimiento de la aflicción». Salmo de Hemán el ezraíta. 1 Oh Señor, Dios de mi salvación, a ti clamo de día. A ti vengo de noche. 2 Oye ahora mi oración; escucha mi clamor. 3 Mi vida está llena de dificultades, y la muerte se acerca. 4 Estoy como muerto, como un hombre vigoroso al que no le quedan fuerzas. 5 Me han dejado entre los muertos, y estoy tendido como un cadáver en la tumba. Soy olvidado, estoy separado de tu cuidado. 6 Me arrojaste a la fosa más honda, a las profundidades más oscuras. 7 Tu ira me oprime; con una ola tras otra me has cercado. Interludio 8 Alejaste a mis amigos al hacerme repulsivo para ellos. Estoy atrapado y no hay forma de escapar. 9 Los ojos se me cegaron de tantas lágrimas. Cada día suplico tu ayuda, oh Señor; levanto a ti mis manos para pedir misericordia. 10 ¿Acaso tus obras maravillosas sirven de algo a los muertos? ¿Se levantan ellos y te alaban? Interludio 11 ¿Pueden anunciar tu amor inagotable los que están en la tumba? ¿Pueden proclamar tu fidelidad en el lugar de destrucción? 12 ¿Puede la oscuridad hablar de tus obras maravillosas? ¿Puede alguien en la tierra del olvido contar de tu justicia? 13 Oh Señor, a ti clamo; seguiré rogando día tras día. 14 Oh Señor, ¿por qué me rechazas? ¿Por qué escondes tu rostro de mí? 15 Desde mi juventud, estoy enfermo y al borde de la muerte. Me encuentro indefenso y desesperado ante tus terrores. 16 Tu ira feroz me ha abrumado; tus terrores me paralizaron. 17 Todo el día se arremolinan como las aguas de una inundación y me han cercado por completo. 18 Me has quitado a mis compañeros y a mis seres queridos; la oscuridad es mi mejor amiga.
, Dios se encarga de llevar al salmista al borde de la muerte Salmos 88:6-8
RVR1960 6 Me has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en lugares profundos. 7 Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah 8 Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir. NTV 6 Me arrojaste a la fosa más honda, a las profundidades más oscuras. 7 Tu ira me oprime; con una ola tras otra me has cercado. Interludio 8 Alejaste a mis amigos al hacerme repulsivo para ellos. Estoy atrapado y no hay forma de escapar.
No obstante, fíjate que aun cuando se expresan las quejas más atrevidas, el lamento es claramente un acto de fe, pues si el Señor, en su soberanía, permitía los problemas, podía también restaurar el bienestar de su hijo.

En el umbral de la tumba, el salmista recuerda los prodigios, la bondad, la fidelidad y la justicia de Dios Salmos 88:10-12
RVR1960 10 ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah 11 ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en el Abadón? 12 ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del olvido? NTV 10 ¿Acaso tus obras maravillosas sirven de algo a los muertos? ¿Se levantan ellos y te alaban? Interludio 11 ¿Pueden anunciar tu amor inagotable los que están en la tumba? ¿Pueden proclamar tu fidelidad en el lugar de destrucción? 12 ¿Puede la oscuridad hablar de tus obras maravillosas? ¿Puede alguien en la tierra del olvido contar de tu justicia?
A pesar de sentirse golpeado por Dios, el salmista se aferra a él. Aunque sufre, no niega el amor de Dios y sabe que Dios es su única salvación. Estas apelaciones muestran que el salmista no solo conoce el sufrimiento, sino también tiene un conocimiento íntimo de la gracia de Dios y de que ambas cosas no necesariamente son mutuamente excluyentes.

En resumen, tanto el hecho de que Dios permita el sufrimiento como su liberación son demostraciones de su soberanía suprema. Saber que Dios tiene el control inspira esperanza. Cuando leemos Salmos 88
RVR1960 Cántico. Salmo para los hijos de Coré. Al músico principal, para cantar sobre Mahalat. Masquil de Hemán ezraíta. 1 Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante de ti. 2 Llegue mi oración a tu presencia; Inclina tu oído a mi clamor. 3 Porque mi alma está hastiada de males, Y mi vida cercana al Seol. 4 Soy contado entre los que descienden al sepulcro; Soy como hombre sin fuerza, 5 Abandonado entre los muertos, Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, De quienes no te acuerdas ya, Y que fueron arrebatados de tu mano. 6 Me has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en lugares profundos. 7 Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah 8 Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir. 9 Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos. 10 ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah 11 ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en el Abadón? 12 ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del olvido? 13 Mas yo a ti he clamado, oh Jehová, Y de mañana mi oración se presentará delante de ti. 14 ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? 15 Yo estoy afligido y menesteroso; Desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso. 16 Sobre mí han pasado tus iras, Y me oprimen tus terrores. 17 Me han rodeado como aguas continuamente; A una me han cercado. 18 Has alejado de mí al amigo y al compañero, Y a mis conocidos has puesto en tinieblas. NTV Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré. Cántico; entónese con la melodía de «El sufrimiento de la aflicción». Salmo de Hemán el ezraíta. 1 Oh Señor, Dios de mi salvación, a ti clamo de día. A ti vengo de noche. 2 Oye ahora mi oración; escucha mi clamor. 3 Mi vida está llena de dificultades, y la muerte se acerca. 4 Estoy como muerto, como un hombre vigoroso al que no le quedan fuerzas. 5 Me han dejado entre los muertos, y estoy tendido como un cadáver en la tumba. Soy olvidado, estoy separado de tu cuidado. 6 Me arrojaste a la fosa más honda, a las profundidades más oscuras. 7 Tu ira me oprime; con una ola tras otra me has cercado. Interludio 8 Alejaste a mis amigos al hacerme repulsivo para ellos. Estoy atrapado y no hay forma de escapar. 9 Los ojos se me cegaron de tantas lágrimas. Cada día suplico tu ayuda, oh Señor; levanto a ti mis manos para pedir misericordia. 10 ¿Acaso tus obras maravillosas sirven de algo a los muertos? ¿Se levantan ellos y te alaban? Interludio 11 ¿Pueden anunciar tu amor inagotable los que están en la tumba? ¿Pueden proclamar tu fidelidad en el lugar de destrucción? 12 ¿Puede la oscuridad hablar de tus obras maravillosas? ¿Puede alguien en la tierra del olvido contar de tu justicia? 13 Oh Señor, a ti clamo; seguiré rogando día tras día. 14 Oh Señor, ¿por qué me rechazas? ¿Por qué escondes tu rostro de mí? 15 Desde mi juventud, estoy enfermo y al borde de la muerte. Me encuentro indefenso y desesperado ante tus terrores. 16 Tu ira feroz me ha abrumado; tus terrores me paralizaron. 17 Todo el día se arremolinan como las aguas de una inundación y me han cercado por completo. 18 Me has quitado a mis compañeros y a mis seres queridos; la oscuridad es mi mejor amiga.
a la luz del sufrimiento de Cristo, nos sobrecoge la profundidad de su amor, porque estuvo dispuesto a atravesar las puertas de la muerte por el bien de la humanidad.

Piensa en Jesús en la Cruz y en lo que sufrió a causa del pecado. ¿En qué medida esa realidad, que Dios en Cristo sufrió incluso peor que cualquiera de nosotros, debería ayudarnos a mantener la fe aun en tiempos de sufrimiento y prueba?

MARTES — ¿Dónde está Dios?

Lee Salmos 42:1-3
RVR1960 LIBRO IIAl músico principal. Masquil de los hijos de Coré. 1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. 2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? 3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? NTV Libro Segundo (Salmos 42–72)Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré. 1 Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhelo a ti, oh Dios. 2 Tengo sed de Dios, del Dios viviente. ¿Cuándo podré ir para estar delante de él? 3 Día y noche solo me alimento de lágrimas, mientras que mis enemigos se burlan continuamente de mí diciendo: «¿Dónde está ese Dios tuyo? ».
Salmos 63:1
RVR1960 Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá. 1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, NTV Salmo de David, acerca de cuando estaba en el desierto de Judá. 1 Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua.
Salmos 69:1-3
RVR1960 Al músico principal; sobre Lirios. Salmo de David. 1 Sálvame, oh Dios, Porque las aguas han entrado hasta el alma. 2 Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie; He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado. 3 Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios. NTV Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «Los lirios». 1 Sálvame oh Dios, porque las aguas de la inundación me llegan al cuello. 2 Me hundo cada vez más en el fango; no encuentro dónde apoyar mis pies. Estoy en aguas profundas, y el torrente me cubre. 3 Estoy agotado de tanto gritar por ayuda; tengo la garganta reseca. Mis ojos están hinchados de tanto llorar, a la espera de la ayuda de mi Dios.
Salmos 102:1-7
RVR1960 Oración del que sufre, cuando está angustiado, y delante de Jehová derrama su lamento. 1 Jehová, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor. 2 No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; Inclina a mí tu oído; Apresúrate a responderme el día que te invocare. 3 Porque mis días se han consumido como humo, Y mis huesos cual tizón están quemados. 4 Mi corazón está herido, y seco como la hierba, Por lo cual me olvido de comer mi pan. 5 Por la voz de mi gemido Mis huesos se han pegado a mi carne. 6 Soy semejante al pelícano del desierto; Soy como el búho de las soledades; 7 Velo, y soy Como el pájaro solitario sobre el tejado. NTV Oración de quien está abrumado de problemas y se desahoga ante el Señor. 1 Señor, ¡oye mi oración! ¡Escucha mi ruego! 2 No te alejes de mí en el tiempo de mi angustia. Inclínate para escuchar y no tardes en responderme cuando te llamo. 3 Pues mis días desaparecen como el humo, y los huesos me arden como carbones al rojo vivo. 4 Tengo el corazón angustiado, marchito como la hierba, y perdí el apetito. 5 Por mi gemir, quedé reducido a piel y huesos. 6 Soy como un búho en el desierto, como un búho pequeño en un lugar remoto y desolado. 7 Me acuesto y sigo despierto, como un pájaro solitario en el tejado.

¿Qué le causa tanto dolor al salmista?

No solo los sufrimientos personales y comunitarios perturban al salmista, sino también, e incluso más, la aparente falta de atención de Dios a las penurias de sus siervos. La ausencia de Dios se siente como una sed intensa en tierra seca Salmos 42:1-3
RVR1960 LIBRO IIAl músico principal. Masquil de los hijos de Coré. 1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. 2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? 3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? NTV Libro Segundo (Salmos 42–72)Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré. 1 Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhelo a ti, oh Dios. 2 Tengo sed de Dios, del Dios viviente. ¿Cuándo podré ir para estar delante de él? 3 Día y noche solo me alimento de lágrimas, mientras que mis enemigos se burlan continuamente de mí diciendo: «¿Dónde está ese Dios tuyo? ».
Salmos 63:1
RVR1960 Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá. 1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, NTV Salmo de David, acerca de cuando estaba en el desierto de Judá. 1 Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua.
y una angustia mortal Salmos 102:2-4
RVR1960 2 No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; Inclina a mí tu oído; Apresúrate a responderme el día que te invocare. 3 Porque mis días se han consumido como humo, Y mis huesos cual tizón están quemados. 4 Mi corazón está herido, y seco como la hierba, Por lo cual me olvido de comer mi pan. NTV 2 No te alejes de mí en el tiempo de mi angustia. Inclínate para escuchar y no tardes en responderme cuando te llamo. 3 Pues mis días desaparecen como el humo, y los huesos me arden como carbones al rojo vivo. 4 Tengo el corazón angustiado, marchito como la hierba, y perdí el apetito.
El salmista se siente alejado de Dios y se compara con aves solitarias: “Soy semejante al pelícano del desierto, como el búho de las soledades. Velo, y soy como el pájaro solitario sobre el tejado” Salmos 102:6-7
RVR1960 6 Soy semejante al pelícano del desierto; Soy como el búho de las soledades; 7 Velo, y soy Como el pájaro solitario sobre el tejado. NTV 6 Soy como un búho en el desierto, como un búho pequeño en un lugar remoto y desolado. 7 Me acuesto y sigo despierto, como un pájaro solitario en el tejado.

La mención del desierto enfatiza la sensación de aislamiento de Dios. Un pájaro “solitario sobre el tejado” está fuera de su nido, de su lugar de descanso. El salmista clama a Dios “de lo profundo”, como si se viera engullido por aguas caudalosas y se hundiera en un “profundo cieno” Salmos 69:1-3
RVR1960 Al músico principal; sobre Lirios. Salmo de David. 1 Sálvame, oh Dios, Porque las aguas han entrado hasta el alma. 2 Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie; He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado. 3 Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios. NTV Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «Los lirios». 1 Sálvame oh Dios, porque las aguas de la inundación me llegan al cuello. 2 Me hundo cada vez más en el fango; no encuentro dónde apoyar mis pies. Estoy en aguas profundas, y el torrente me cubre. 3 Estoy agotado de tanto gritar por ayuda; tengo la garganta reseca. Mis ojos están hinchados de tanto llorar, a la espera de la ayuda de mi Dios.
Salmos 130:1
RVR1960 Cántico gradual. 1 De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo. NTV Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén. 1 Desde lo profundo de mi desesperación, oh Señor, clamo por tu ayuda.
Estas imágenes describen una situación opresiva de la que no se puede escapar, salvo mediante intervención divina.

Lee Salmos 10:12
RVR1960 12 Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano; No te olvides de los pobres. NTV 12 ¡Levántate, oh Señor! ¡Castiga a los malvados, oh Dios! ¡No te olvides de los indefensos!
Salmos 22:1
RVR1960 1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? NTV Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «Cierva de la aurora». 1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda?
Salmos 27:9
RVR1960 9 No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación. NTV 9 No me des la espalda; no rechaces a tu siervo con enojo. Tú siempre has sido mi ayudador. No me dejes ahora; no me abandones, ¡oh Dios de mi salvación!
Salmos 39:12
RVR1960 12 Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas; Porque forastero soy para ti, Y advenedizo, como todos mis padres. NTV 12 ¡Oh Señor, oye mi oración! ¡Escucha mis gritos de auxilio! No cierres los ojos ante mis lágrimas. Pues soy tu invitado, un viajero de paso, igual que mis antepasados.

¿Cómo responde el salmista a la aparente ausencia de Dios?

Es notable que los salmistas decidan no callar ante el silencio de Dios. Los salmistas creen inquebrantablemente en la oración, porque la oración se dirige al Dios vivo y misericordioso. Dios sigue estando ahí, aun cuando parece ausente. Continúa siendo el mismo Dios que los escuchó en el pasado, y por eso confían en que los escucha ahora.

Las ocasiones de silencio de Dios hacen que los salmistas se autoexaminen y busquen a Dios, pero con confesión y peticiones humildes. Saben que Dios no callará para siempre. Los salmos demuestran que la comunicación con Dios debe continuar, independientemente de las circunstancias de la vida.

¿Qué podemos aprender de las respuestas de los salmistas a la aparente ausencia de Dios? ¿Cómo respondes tú a los momentos en que Dios parece guardar silencio? ¿Qué sostiene tu fe?

MIERCOLES — ¿Ha fallado para siempre su promesa?

Lee Salmos 77
RVR1960 Al músico principal; para Jedutún. Salmo de Asaf. 1 Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará. 2 Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo. 3 Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah 4 No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba. 5 Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos. 6 Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, Y mi espíritu inquiría: 7 ¿Desechará el Señor para siempre, Y no volverá más a sernos propicio? 8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa? 9 ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah 10 Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo. 11 Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. 12 Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos. 13 Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios? 14 Tú eres el Dios que hace maravillas; Hiciste notorio en los pueblos tu poder. 15 Con tu brazo redimiste a tu pueblo, A los hijos de Jacob y de José. Selah 16 Te vieron las aguas, oh Dios; Las aguas te vieron, y temieron; Los abismos también se estremecieron. 17 Las nubes echaron inundaciones de aguas; Tronaron los cielos, Y discurrieron tus rayos. 18 La voz de tu trueno estaba en el torbellino; Tus relámpagos alumbraron el mundo; Se estremeció y tembló la tierra. 19 En el mar fue tu camino, Y tus sendas en las muchas aguas; Y tus pisadas no fueron conocidas. 20 Condujiste a tu pueblo como ovejas Por mano de Moisés y de Aarón. NTV Para Jedutún, director del coro: salmo de Asaf. 1 Clamo a Dios: sí, a gritos. ¡Oh, si Dios me escuchara! 2 Cuando estaba en graves dificultades, busqué al Señor. Toda la noche oré con las manos levantadas hacia el cielo, pero mi alma no encontró consuelo. 3 Pienso en Dios y gimo, abrumado de tanto anhelar su ayuda. Interludio 4 No me dejas dormir; ¡estoy tan afligido que ni siquiera puedo orar! 5 Pienso en los viejos tiempos, que acabaron hace tanto, 6 cuando mis noches estaban llenas de alegres canciones. Ahora busco en mi alma y considero la diferencia. 7 ¿Me habrá rechazado para siempre el Señor? ¿Nunca más volverá a ser bondadoso conmigo? 8 ¿Se ha ido para siempre su amor inagotable? ¿Han dejado de cumplirse sus promesas para siempre? 9 ¿Se ha olvidado Dios de ser bondadoso? ¿Habrá cerrado de un portazo la entrada a su compasión? Interludio 10 Y yo digo: «Este es mi destino; el Altísimo volvió su mano contra mí». 11 Pero después me acuerdo de todo lo que has hecho, oh Señor; recuerdo tus obras maravillosas de tiempos pasados. 12 Siempre están en mis pensamientos; no puedo dejar de pensar en tus obras poderosas. 13 Oh Dios, tus caminos son santos. ¿Existe algún dios tan poderoso como tú? 14 ¡Eres el Dios de grandes maravillas! Demuestras tu asombroso poder entre las naciones. 15 Con tu fuerte brazo, redimiste a tu pueblo, los descendientes de Jacob y de José. Interludio 16 Cuando el mar Rojo te vio, oh Dios, sus aguas miraron y temblaron; el mar se estremeció hasta las profundidades. 17 Las nubes derramaron lluvia; el trueno retumbó en el cielo; tus flechas destellaron como rayos. 18 Tu trueno rugió desde el torbellino; ¡los relámpagos iluminaron el mundo! La tierra tembló y se estremeció. 19 Te abriste camino a través del mar y tu sendero atravesó las poderosas aguas, ¡una senda que nadie sabía que estaba allí! 20 Guiaste a tu pueblo por ese camino como a un rebaño de ovejas, con Moisés y Aarón de pastores.

¿Qué experiencia está viviendo el autor?

Salmos 77
RVR1960 Al músico principal; para Jedutún. Salmo de Asaf. 1 Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará. 2 Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo. 3 Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah 4 No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba. 5 Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos. 6 Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, Y mi espíritu inquiría: 7 ¿Desechará el Señor para siempre, Y no volverá más a sernos propicio? 8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa? 9 ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah 10 Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo. 11 Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. 12 Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos. 13 Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios? 14 Tú eres el Dios que hace maravillas; Hiciste notorio en los pueblos tu poder. 15 Con tu brazo redimiste a tu pueblo, A los hijos de Jacob y de José. Selah 16 Te vieron las aguas, oh Dios; Las aguas te vieron, y temieron; Los abismos también se estremecieron. 17 Las nubes echaron inundaciones de aguas; Tronaron los cielos, Y discurrieron tus rayos. 18 La voz de tu trueno estaba en el torbellino; Tus relámpagos alumbraron el mundo; Se estremeció y tembló la tierra. 19 En el mar fue tu camino, Y tus sendas en las muchas aguas; Y tus pisadas no fueron conocidas. 20 Condujiste a tu pueblo como ovejas Por mano de Moisés y de Aarón. NTV Para Jedutún, director del coro: salmo de Asaf. 1 Clamo a Dios: sí, a gritos. ¡Oh, si Dios me escuchara! 2 Cuando estaba en graves dificultades, busqué al Señor. Toda la noche oré con las manos levantadas hacia el cielo, pero mi alma no encontró consuelo. 3 Pienso en Dios y gimo, abrumado de tanto anhelar su ayuda. Interludio 4 No me dejas dormir; ¡estoy tan afligido que ni siquiera puedo orar! 5 Pienso en los viejos tiempos, que acabaron hace tanto, 6 cuando mis noches estaban llenas de alegres canciones. Ahora busco en mi alma y considero la diferencia. 7 ¿Me habrá rechazado para siempre el Señor? ¿Nunca más volverá a ser bondadoso conmigo? 8 ¿Se ha ido para siempre su amor inagotable? ¿Han dejado de cumplirse sus promesas para siempre? 9 ¿Se ha olvidado Dios de ser bondadoso? ¿Habrá cerrado de un portazo la entrada a su compasión? Interludio 10 Y yo digo: «Este es mi destino; el Altísimo volvió su mano contra mí». 11 Pero después me acuerdo de todo lo que has hecho, oh Señor; recuerdo tus obras maravillosas de tiempos pasados. 12 Siempre están en mis pensamientos; no puedo dejar de pensar en tus obras poderosas. 13 Oh Dios, tus caminos son santos. ¿Existe algún dios tan poderoso como tú? 14 ¡Eres el Dios de grandes maravillas! Demuestras tu asombroso poder entre las naciones. 15 Con tu fuerte brazo, redimiste a tu pueblo, los descendientes de Jacob y de José. Interludio 16 Cuando el mar Rojo te vio, oh Dios, sus aguas miraron y temblaron; el mar se estremeció hasta las profundidades. 17 Las nubes derramaron lluvia; el trueno retumbó en el cielo; tus flechas destellaron como rayos. 18 Tu trueno rugió desde el torbellino; ¡los relámpagos iluminaron el mundo! La tierra tembló y se estremeció. 19 Te abriste camino a través del mar y tu sendero atravesó las poderosas aguas, ¡una senda que nadie sabía que estaba allí! 20 Guiaste a tu pueblo por ese camino como a un rebaño de ovejas, con Moisés y Aarón de pastores.
comienza con una súplica de ayuda a Dios llena de lamentos y dolorosos recuerdos del pasado Salmos 77:1-6
RVR1960 Al músico principal; para Jedutún. Salmo de Asaf. 1 Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará. 2 Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo. 3 Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah 4 No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba. 5 Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos. 6 Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, Y mi espíritu inquiría: NTV Para Jedutún, director del coro: salmo de Asaf. 1 Clamo a Dios: sí, a gritos. ¡Oh, si Dios me escuchara! 2 Cuando estaba en graves dificultades, busqué al Señor. Toda la noche oré con las manos levantadas hacia el cielo, pero mi alma no encontró consuelo. 3 Pienso en Dios y gimo, abrumado de tanto anhelar su ayuda. Interludio 4 No me dejas dormir; ¡estoy tan afligido que ni siquiera puedo orar! 5 Pienso en los viejos tiempos, que acabaron hace tanto, 6 cuando mis noches estaban llenas de alegres canciones. Ahora busco en mi alma y considero la diferencia.
Todo el ser del salmista se dirige con luto a Dios. Se niega a dejarse consolar por cualquier alivio que no provenga de Dios.

No obstante, recordar a Dios parece intensificar su angustia: “Me acordaba de Dios y gemía” Salmos 77:3
RVR1960 3 Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah NTV 3 Pienso en Dios y gimo, abrumado de tanto anhelar su ayuda. Interludio
La palabra hebrea hamá (‘gemir’) a menudo representa el rugido de las aguas embravecidas Salmos 46:3
RVR1960 3 Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah NTV 3 ¡Que rujan los océanos y hagan espuma! ¡Que tiemblen las montañas mientras suben las aguas! Interludio
Del mismo modo, todo el ser del salmista se encuentra en un estado de intensa inquietud.

¿Cómo puede el recuerdo de Dios producir sentimientos tan fuertes de angustia? Una serie de preguntas inquietantes delatan la causa de su angustia Salmos 77:7-9
RVR1960 7 ¿Desechará el Señor para siempre, Y no volverá más a sernos propicio? 8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa? 9 ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah NTV 7 ¿Me habrá rechazado para siempre el Señor? ¿Nunca más volverá a ser bondadoso conmigo? 8 ¿Se ha ido para siempre su amor inagotable? ¿Han dejado de cumplirse sus promesas para siempre? 9 ¿Se ha olvidado Dios de ser bondadoso? ¿Habrá cerrado de un portazo la entrada a su compasión? Interludio
¿Ha cambiado Dios? ¿Es posible que Dios traicione su Pacto?

El marcado contraste entre los actos salvíficos de Dios en el pasado y su aparente ausencia en el presente hace que el salmista se sienta abandonado por Dios. Si Dios ha cambiado, entonces el salmista no tiene esperanza, una conclusión que se esfuerza por rechazar.

Mientras tanto, el salmista no puede dormir porque el Señor no lo deja dormir Salmos 77:4
RVR1960 4 No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba. NTV 4 No me dejas dormir; ¡estoy tan afligido que ni siquiera puedo orar!
Esto nos recuerda a otros personajes bíblicos cuyo insomnio fue utilizado providencialmente por Dios para prosperar sus propósitos Génesis 41:1-8
RVR1960 1 Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río; 2 y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado. 3 Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río; 4 y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón. 5 Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña, 6 y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano; 7 y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño. 8 Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón. NTV 1 Dos años después, el faraón soñó que estaba de pie a la orilla del río Nilo. 2 En su sueño, vio siete vacas gordas y sanas que salían del río y comenzaban a pastar entre los juncos. 3 Luego vio otras siete vacas que salían del Nilo detrás de ellas, pero eran flacas y raquíticas. Esas vacas se pusieron junto a las vacas gordas, en la ribera del río. 4 ¡Entonces las vacas flacas y raquíticas se comieron a las siete vacas gordas y sanas! En ese momento del sueño, el faraón se despertó. 5 Después volvió a dormirse y tuvo un segundo sueño. Esta vez vio siete espigas llenas de grano, robustas y hermosas, que crecían de un solo tallo. 6 Luego aparecieron otras siete espigas de grano, pero estaban resecas y marchitadas por el viento oriental. 7 ¡Entonces las espigas secas se tragaron a las siete robustas y bien formadas! El faraón volvió a despertarse y se dio cuenta de que era un sueño. 8 A la mañana siguiente, el faraón estaba muy perturbado por los sueños. Entonces llamó a todos los magos y a los sabios de Egipto. Cuando el faraón les contó sus sueños, ninguno de ellos pudo decirle lo que significaban.
Ester 6:1
RVR1960 1 Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia. NTV 1 Esa noche el rey no podía dormir, entonces ordenó a un asistente que le trajera el libro de la historia de su reino para que se lo leyeran.
Daniel 2:1-3
RVR1960 1 En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño. 2 Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey. 3 Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño. NTV 1 Una noche, durante el segundo año de su reinado, Nabucodonosor tuvo unos sueños tan desconcertantes que no pudo dormir. 2 Mandó llamar a sus magos, brujos, hechiceros y astrólogos, y les exigió que le dijeran lo que había soñado. Cuando se presentaron ante el rey, 3 les dijo: — He tenido un sueño que me desconcierta mucho y necesito saber lo que significa.
La larga noche de insomnio hace que el salmista considere los pasados actos de liberación del Señor, pero con nueva determinación Salmos 77:5
RVR1960 5 Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos. NTV 5 Pienso en los viejos tiempos, que acabaron hace tanto,
Salmos 77:10
RVR1960 10 Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo. NTV 10 Y yo digo: «Este es mi destino; el Altísimo volvió su mano contra mí».

La seguridad que el salmista recibe de Dios no consiste en explicaciones sobre su situación personal, sino en una confirmación de la fidelidad y la confianza de Dios (como Job). Se anima al salmista a esperar en el Señor con fe, sabiendo que él es el mismo Dios que realizó milagros en el pasado de Israel Salmos 77:11-18
RVR1960 11 Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. 12 Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos. 13 Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios? 14 Tú eres el Dios que hace maravillas; Hiciste notorio en los pueblos tu poder. 15 Con tu brazo redimiste a tu pueblo, A los hijos de Jacob y de José. Selah 16 Te vieron las aguas, oh Dios; Las aguas te vieron, y temieron; Los abismos también se estremecieron. 17 Las nubes echaron inundaciones de aguas; Tronaron los cielos, Y discurrieron tus rayos. 18 La voz de tu trueno estaba en el torbellino; Tus relámpagos alumbraron el mundo; Se estremeció y tembló la tierra. NTV 11 Pero después me acuerdo de todo lo que has hecho, oh Señor; recuerdo tus obras maravillosas de tiempos pasados. 12 Siempre están en mis pensamientos; no puedo dejar de pensar en tus obras poderosas. 13 Oh Dios, tus caminos son santos. ¿Existe algún dios tan poderoso como tú? 14 ¡Eres el Dios de grandes maravillas! Demuestras tu asombroso poder entre las naciones. 15 Con tu fuerte brazo, redimiste a tu pueblo, los descendientes de Jacob y de José. Interludio 16 Cuando el mar Rojo te vio, oh Dios, sus aguas miraron y temblaron; el mar se estremeció hasta las profundidades. 17 Las nubes derramaron lluvia; el trueno retumbó en el cielo; tus flechas destellaron como rayos. 18 Tu trueno rugió desde el torbellino; ¡los relámpagos iluminaron el mundo! La tierra tembló y se estremeció.
El salmista también se da cuenta de que “no se vieron tus huellas” Salmos 77:19
RVR1960 19 En el mar fue tu camino, Y tus sendas en las muchas aguas; Y tus pisadas no fueron conocidas. NTV 19 Te abriste camino a través del mar y tu sendero atravesó las poderosas aguas, ¡una senda que nadie sabía que estaba allí!
reconociendo la guía de Dios, incluso en situaciones en las que su presencia no es obvia a los ojos humanos. El salmista reconoce que Dios se revela y se oculta simultáneamente, y por eso ofrece alabanzas a las sendas misteriosas y soberanas del Señor.

Piensa en momentos pasados en los que el Señor actuó en tu vida. ¿Cómo puede ayudarte esa verdad a afrontar lo que se te presenta ahora?

JUEVES — Para que los justos no sean tentados

Lee Salmos 37:1
RVR1960 Salmo de David. 1 No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. NTV Salmo de David. 1 No te inquietes a causa de los malvados ni tengas envidia de los que hacen lo malo.
Salmos 37:8
RVR1960 8 Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. NTV 8 ¡Ya no sigas enojado! ¡Deja a un lado tu ira! No pierdas los estribos, que eso únicamente causa daño.
Salmos 49:5-7
RVR1960 5 ¿Por qué he de temer en los días de adversidad, Cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare? 6 Los que confían en sus bienes, Y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan, 7 Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni dar a Dios su rescate NTV 5 ¿Por qué tendría que temer cuando vienen dificultades, cuando los enemigos me rodean? 6 Ellos se fían de sus posesiones y se jactan de sus grandes riquezas. 7 Sin embargo, no pueden redimirse de la muerte pagándole un rescate a Dios.
Salmos 94:3-7
RVR1960 3 ¿Hasta cuándo los impíos, Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos? 4 ¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras, Y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad? 5 A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan, Y a tu heredad afligen. 6 A la viuda y al extranjero matan, Y a los huérfanos quitan la vida. 7 Y dijeron: No verá JAH, Ni entenderá el Dios de Jacob. NTV 3 ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo los perversos tendrán permiso para regodearse? 4 ¿Hasta cuándo hablarán con arrogancia? ¿Hasta cuándo se jactarán estos malvados? 5 Aplastan a tu pueblo, Señor; lastiman a los que llamas tuyos. 6 Matan a las viudas y a los extranjeros, y asesinan a los huérfanos. 7 «El Señor no está mirando — dicen — , y además, al Dios de Israel no le importa».
Salmos 125:3
RVR1960 3 Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos; No sea que extiendan los justos sus manos a la iniquidad. NTV 3 Los perversos no gobernarán la tierra de los justos, porque entonces los justos podrían ser tentados a hacer el mal.

¿A qué lucha se enfrenta el salmista?

Estos salmos lamentan la prosperidad actual de los impíos y el desafío que este hecho plantea a los justos. Los impíos no solo prosperan, sino a veces además desprecian abiertamente a Dios y oprimen a otros. Lo desconcertante es que, mientras que “la vara de la impiedad” Salmos 125:3
RVR1960 3 Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos; No sea que extiendan los justos sus manos a la iniquidad. NTV 3 Los perversos no gobernarán la tierra de los justos, porque entonces los justos podrían ser tentados a hacer el mal.
domina al mundo, el “cetro de justicia” Salmos 45:6
RVR1960 6 Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el cetro de tu reino. NTV 6 Tu trono, oh Dios, permanece por siempre y para siempre. Tú gobiernas con un cetro de justicia.
parece fracasar. Entonces, ¿por qué no rendirse y aceptar el mal, como hacen otros?

Lee Salmos 73:1-20
RVR1960 LIBRO IIISalmo de Asaf. 1 Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón. 2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. 3 Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. 4 Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero. 5 No pasan trabajos como los otros mortales, Ni son azotados como los demás hombres. 6 Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia. 7 Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón. 8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería. 9 Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra. 10 Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos. 11 Y dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo? 12 He aquí estos impíos, Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas. 13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia; 14 Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas. 15 Si dijera yo: Hablaré como ellos, He aquí, a la generación de tus hijos engañaría. 16 Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí, 17 Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos. 18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer. 19 ¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se consumieron de terrores. 20 Como sueño del que despierta, Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia. NTV Libro Tercero (Salmos 73–89)Salmo de Asaf. 1 En verdad Dios es bueno con Israel, con los de corazón puro. 2 Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio; mis pies resbalaron y estuve a punto de caer, 3 porque envidiaba a los orgullosos cuando los veía prosperar a pesar de su maldad. 4 Pareciera que viven sin problemas; tienen el cuerpo tan sano y fuerte. 5 No tienen dificultades como otras personas; no están llenos de problemas como los demás. 6 Lucen su orgullo como un collar de piedras preciosas y se visten de crueldad. 7 ¡Estos gordos ricachones tienen todo lo que su corazón desea! 8 Se burlan y hablan solo maldades; en su orgullo procuran aplastar a otros. 9 Se jactan contra los cielos mismos, y sus palabras se pasean presuntuosas por toda la tierra. 10 Entonces la gente se desanima y se confunde al tragarse todas esas palabras. 11 «¿Y qué sabe Dios? — preguntan — . ¿Acaso el Altísimo sabe lo que está pasando? ». 12 Miren a esos perversos: disfrutan de una vida fácil mientras sus riquezas se multiplican. 13 ¿Conservé puro mi corazón en vano? ¿Me mantuve en inocencia sin ninguna razón? 14 En todo el día no consigo más que problemas; cada mañana me trae dolor. 15 Si yo realmente hubiera hablado a otros de esta manera, habría sido un traidor a tu pueblo. 16 Traté de entender por qué los malvados prosperan, ¡pero qué tarea tan difícil! 17 Entonces entré en tu santuario, oh Dios, y por fin entendí el destino de los perversos. 18 En verdad, los pones en un camino resbaladizo y haces que se deslicen por el precipicio hacia su ruina. 19 Al instante, quedan destruidos, totalmente consumidos por los terrores. 20 Cuando te levantes, oh Señor, te reirás de sus tontas ideas como uno se ríe por la mañana de lo que soñó en la noche.
Salmos 73:27
RVR1960 27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. NTV 27 Los que lo abandonen, perecerán, porque tú destruyes a los que se alejan de ti.

¿Qué ayuda al salmista a superar la crisis? ¿Cuál es el fin de los que confían en cosas vanas? Ver también 1 Pedro 1:17
RVR1960 17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; NTV 17 Recuerden que el Padre celestial, a quien ustedes oran, no tiene favoritos. Él los juzgará o los recompensará según lo que hagan. Así que tienen que vivir con un reverente temor de él durante su estadía aquí como «residentes temporales».

Cuando el salmista de Salmo número 73 seguía enfocado en la iniquidad actual del mundo, era incapaz de ver el panorama completo desde el punto de vista de Dios. El problema que la prosperidad del mal planteaba a su fe era abrumador; además, creía que su argumento sobre la inutilidad de la fe se basaba en la realidad.

Sin embargo, Salmos 73
RVR1960 LIBRO IIISalmo de Asaf. 1 Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón. 2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. 3 Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. 4 Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero. 5 No pasan trabajos como los otros mortales, Ni son azotados como los demás hombres. 6 Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia. 7 Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón. 8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería. 9 Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra. 10 Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos. 11 Y dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo? 12 He aquí estos impíos, Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas. 13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia; 14 Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas. 15 Si dijera yo: Hablaré como ellos, He aquí, a la generación de tus hijos engañaría. 16 Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí, 17 Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos. 18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer. 19 ¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se consumieron de terrores. 20 Como sueño del que despierta, Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia. 21 Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas. 22 Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti. 23 Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha. 24 Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. 25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. 26 Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. 27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. 28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras. NTV Libro Tercero (Salmos 73–89)Salmo de Asaf. 1 En verdad Dios es bueno con Israel, con los de corazón puro. 2 Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio; mis pies resbalaron y estuve a punto de caer, 3 porque envidiaba a los orgullosos cuando los veía prosperar a pesar de su maldad. 4 Pareciera que viven sin problemas; tienen el cuerpo tan sano y fuerte. 5 No tienen dificultades como otras personas; no están llenos de problemas como los demás. 6 Lucen su orgullo como un collar de piedras preciosas y se visten de crueldad. 7 ¡Estos gordos ricachones tienen todo lo que su corazón desea! 8 Se burlan y hablan solo maldades; en su orgullo procuran aplastar a otros. 9 Se jactan contra los cielos mismos, y sus palabras se pasean presuntuosas por toda la tierra. 10 Entonces la gente se desanima y se confunde al tragarse todas esas palabras. 11 «¿Y qué sabe Dios? — preguntan — . ¿Acaso el Altísimo sabe lo que está pasando? ». 12 Miren a esos perversos: disfrutan de una vida fácil mientras sus riquezas se multiplican. 13 ¿Conservé puro mi corazón en vano? ¿Me mantuve en inocencia sin ninguna razón? 14 En todo el día no consigo más que problemas; cada mañana me trae dolor. 15 Si yo realmente hubiera hablado a otros de esta manera, habría sido un traidor a tu pueblo. 16 Traté de entender por qué los malvados prosperan, ¡pero qué tarea tan difícil! 17 Entonces entré en tu santuario, oh Dios, y por fin entendí el destino de los perversos. 18 En verdad, los pones en un camino resbaladizo y haces que se deslicen por el precipicio hacia su ruina. 19 Al instante, quedan destruidos, totalmente consumidos por los terrores. 20 Cuando te levantes, oh Señor, te reirás de sus tontas ideas como uno se ríe por la mañana de lo que soñó en la noche. 21 Entonces me di cuenta de que mi corazón se llenó de amargura, y yo estaba destrozado por dentro. 22 Fui tan necio e ignorante; debo haberte parecido un animal sin entendimiento. 23 Sin embargo, todavía te pertenezco; me tomas de la mano derecha. 24 Me guías con tu consejo y me conduces a un destino glorioso. 25 ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Te deseo más que cualquier cosa en la tierra. 26 Puede fallarme la salud y debilitarse mi espíritu, pero Dios sigue siendo la fuerza de mi corazón; él es mío para siempre. 27 Los que lo abandonen, perecerán, porque tú destruyes a los que se alejan de ti. 28 En cuanto a mí, ¡qué bueno es estar cerca de Dios! Hice al Señor Soberano mi refugio, y a todos les contaré las maravillas que haces.
muestra que “estas cosas se burlan de los que ignoran el primer versículo de este salmo, que es el resumen de todo el salmo:

‘Dios es realmente bueno con Israel, con los limpios de corazón’ ” (Johannes Bugenhagen, Reformation Commentary on Scripture [Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2018], p. 11).

El salmista es conducido al Santuario, el lugar del gobierno soberano de Dios, y allí se le recordó que el “hoy” es solo una pieza del mosaico, y que debe considerar el “fin”, cuando los impíos enfrentarán el Juicio de Dios. El hecho de que el salmista comprendiera esta verdad en el Santuario y confesara su insensatez anterior demuestra que la realidad solo puede captarse con discernimiento espiritual y no mediante la lógica humana.

¿Te consuela la promesa del juicio de Dios sobre el mundo y sobre toda su maldad, cuando hoy tanta maldad queda impune?

VIERNES - Para Estudiar y Meditar

Lee Salmos 56
RVR1960 Al músico principal; sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat. 1 Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre; Me oprime combatiéndome cada día. 2 Todo el día mis enemigos me pisotean; Porque muchos son los que pelean contra mí con soberbia. 3 En el día que temo, Yo en ti confío. 4 En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? 5 Todos los días ellos pervierten mi causa; Contra mí son todos sus pensamientos para mal. 6 Se reúnen, se esconden, Miran atentamente mis pasos, Como quienes acechan a mi alma. 7 Pésalos según su iniquidad, oh Dios, Y derriba en tu furor a los pueblos. 8 Mis huidas tú has contado; Pon mis lágrimas en tu redoma; ¿No están ellas en tu libro? 9 Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare; Esto sé, que Dios está por mí. 10 En Dios alabaré su palabra; En Jehová su palabra alabaré. 11 En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? 12 Sobre mí, oh Dios, están tus votos; Te tributaré alabanzas. 13 Porque has librado mi alma de la muerte, Y mis pies de caída, Para que ande delante de Dios En la luz de los que viven. Salmos 56: 1 : 1 S. 21.
13-15.
NTV Para el director del coro: salmo de David, acerca de cuando los filisteos lo capturaron en Gat. Cántese con la melodía de «La paloma en los robles distantes». 1 Oh Dios, ten misericordia de mí, porque la gente me acosa. Mis enemigos me atacan todo el día. 2 Los que me calumnian no dejan de acosarme, y muchos me atacan descaradamente. 3 Pero cuando tenga miedo, en ti pondré mi confianza. 4 Alabo a Dios por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales? 5 Siempre tergiversan lo que digo; se pasan el día tramando cómo hacerme daño. 6 Se juntan para espiarme; vigilan cada paso que doy, ansiosos de matarme. 7 No permitas que estos malvados se salgan con la suya; en tu enojo, oh Dios, derríbalos. 8 Tú llevas la cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas en tu libro. 9 Mis enemigos emprenderán la retirada cuando yo clame a ti por ayuda. Una cosa sé: ¡Dios está de mi lado! 10 Alabo a Dios por lo que ha prometido; sí, alabo al Señor por lo que ha prometido. 11 En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales? 12 Cumpliré los votos que te hice, oh Dios, y ofreceré un sacrificio de gratitud por tu ayuda. 13 Pues me rescataste de la muerte; no dejaste que mis pies resbalaran. Así que ahora puedo caminar en tu presencia, oh Dios, en tu luz que da vida.
y Elena de White, El camino a Cristo, “La fuente de la felicidad”, pp. 171-188.

Al igual que los salmistas, el pueblo de Dios de todos los tiempos cada tanto se pregunta cómo “cantar la canción del Señor en tierra extraña”. Nuestra fe en el gobierno soberano del Señor se ve desafiada, a veces en extremo, y podemos plantearnos si Dios tiene el control o si realmente es tan poderoso y bueno como dicen las Escrituras.

La fe bíblica implica a menudo tanto incertidumbre y suspenso como confianza y afirmación. A veces, la incertidumbre y el suspenso, especialmente ante el mal y la aparente ausencia de Dios, pueden ser casi insoportables. Con todo, la incertidumbre nunca debe referirse a Dios, a su carácter amoroso y justo ni a su fidelidad. Los salmistas pueden tener dudas sobre el futuro, pero a menudo apelan al amor y la fidelidad inquebrantables de Dios Salmos 36:5-10
RVR1960 5 Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes. 6 Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas. 7 ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. 8 Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias. 9 Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz. 10 Extiende tu misericordia a los que te conocen, Y tu justicia a los rectos de corazón. NTV 5 Tu amor inagotable, oh Señor, es tan inmenso como los cielos; tu fidelidad sobrepasa las nubes. 6 Tu rectitud es como las poderosas montañas, tu justicia, como la profundidad de los océanos. Tú cuidas de la gente y de los animales por igual, oh Señor. 7 ¡Qué precioso es tu amor inagotable, oh Dios! Todos los seres humanos encuentran refugio a la sombra de tus alas. 8 Los alimentas con la abundancia de tu propia casa y les permites beber del río de tus delicias. 9 Pues tú eres la fuente de vida, la luz con la que vemos. 10 Derrama tu amor inagotable sobre los que te aman; haz justicia a los de corazón sincero.
Salmos 89:2
RVR1960 2 Porque dije: Para siempre será edificada misericordia; En los cielos mismos afirmarás tu verdad. NTV 2 Tu amor inagotable durará para siempre; tu fidelidad es tan perdurable como los cielos.
Salmos 89:8
RVR1960 8 Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu fidelidad te rodea. NTV 8 ¡Oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales! ¿Dónde hay alguien tan poderoso como tú, oh Señor? Eres completamente fiel.

Nosotros debemos seguir el mismo ejemplo.

“Reunid todas vuestras facultades para mirar hacia arriba, no hacia abajo a vuestras dificultades; entonces no desmayaréis por el camino. Pronto veréis a Jesús detrás de la nube, extendiendo su mano para ayudaros; y todo lo que tendréis que hacer será darle vuestra mano con fe sencilla y dejarle que os guíe. A medida que manifestéis confianza, tendréis esperanza por la fe en Jesús” (Elena de White, Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 545).

Las ocasiones en que Dios “ha encubierto su rostro” no socavan la eficacia de la oración. Al contrario, estas ocasiones hacen que los salmistas reflexionen, recuerden los pasados actos salvíficos de Dios, y busquen a Dios con confesión y peticiones humildes Salmos 77:10-12
RVR1960 10 Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo. 11 Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. 12 Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos. NTV 10 Y yo digo: «Este es mi destino; el Altísimo volvió su mano contra mí». 11 Pero después me acuerdo de todo lo que has hecho, oh Señor; recuerdo tus obras maravillosas de tiempos pasados. 12 Siempre están en mis pensamientos; no puedo dejar de pensar en tus obras poderosas.
Salmos 89:46-52
RVR1960 46 ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego? 47 Recuerda cuán breve es mi tiempo; ¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre? 48 ¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librará su vida del poder del Seol? Selah 49 Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias, Que juraste a David por tu verdad? 50 Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos; Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno. 51 Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado, Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido. 52 Bendito sea Jehová para siempre. Amén, y Amén. NTV 46 Oh Señor, ¿hasta cuándo seguirá esto? ¿Te esconderás para siempre? ¿Hasta cuándo arderá tu ira como el fuego? 47 Recuerda lo breve que es mi vida, ¡qué vacía e inútil es la existencia humana! 48 Nadie puede vivir para siempre; todos morirán. Nadie puede escapar del poder de la tumba. Interludio 49 Señor, ¿dónde está tu amor inagotable? Le diste tu palabra a David mediante una promesa fiel. 50 ¡Considera, Señor, cómo pasan vergüenza tus siervos! Llevo en mi corazón los insultos de mucha gente. 51 Tus enemigos se han burlado de mí, oh Señor; se mofan de tu rey ungido por dondequiera que va. 52 ¡Alaben al Señor para siempre! ¡Amén y amén!

“La fe se fortalece al entrar en conflicto con dudas e influencias opositoras. La experiencia obtenida en estas pruebas es de más valor que las joyas más costosas” (Elena de White, Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 609).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

PREGUNTA 1

¿Qué tensiones experimentaron los salmistas frente al mal? ¿A qué tensiones similares te has enfrentado tú, y cómo las has afrontado? ¿Cómo conservas la fe durante estos tiempos?

PREGUNTA 2

¿Dónde debemos buscar respuestas cuando nuestra fe en Dios es puesta a prueba por las dificultades o por personas cuyos propios sufrimientos les hacen cuestionar la bondad y el poder de Dios?

PREGUNTA 3

¿Cómo responder la pregunta común sobre el mal en un mundo creado y sostenido por un Dios de amor todopoderoso? ¿Cómo ayuda la temática del Gran Conflicto a responder, al menos en parte, a este desafío?

Repaso de la Lección

LECCIONES DE VIDA - Pr. Robert Costa

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