Enséñanos a orar — Estudia la Biblia Hoy





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 CONTENIDO 

Enséñanos a orar

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA

Salmos 105:5
RVR1960 5 Acordaos de las maravillas que él ha hecho, De sus prodigios y de los juicios de su boca, NTV 5 Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado, y los decretos que ha dictado,
Colosenses 3:16
RVR1960 16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. NTV 16 Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido.
Santiago 5:13
RVR1960 13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. NTV 13 ¿Alguno de ustedes está pasando por dificultades? Que ore. ¿Alguno está feliz? Que cante alabanzas.
Salmos 44
RVR1960 Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré. 1 Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos. 2 Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a ellos; Afligiste a los pueblos, y los arrojaste. 3 Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos. 4 Tú, oh Dios, eres mi rey; Manda salvación a Jacob. 5 Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos; En tu nombre hollaremos a nuestros adversarios. 6 Porque no confiaré en mi arco, Ni mi espada me salvará; 7 Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, Y has avergonzado a los que nos aborrecían. 8 En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, Y para siempre alabaremos tu nombre. Selah 9 Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; Y no sales con nuestros ejércitos. 10 Nos hiciste retroceder delante del enemigo, Y nos saquean para sí los que nos aborrecen. 11 Nos entregas como ovejas al matadero, Y nos has esparcido entre las naciones. 12 Has vendido a tu pueblo de balde; No exigiste ningún precio. 13 Nos pones por afrenta de nuestros vecinos, Por escarnio y por burla de los que nos rodean. 14 Nos pusiste por proverbio entre las naciones; Todos al vernos menean la cabeza. 15 Cada día mi vergüenza está delante de mí, Y la confusión de mi rostro me cubre, 16 Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por razón del enemigo y del vengativo. 17 Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti, Y no hemos faltado a tu pacto. 18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos, 19 Para que nos quebrantases en el lugar de chacales, Y nos cubrieses con sombra de muerte. 20 Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras manos a dios ajeno, 21 ¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón. 22 Pero por causa de ti nos matan cada día; Somos contados como ovejas para el matadero. 23 Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre. 24 ¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra? 25 Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo, Y nuestro cuerpo está postrado hasta la tierra. 26 Levántate para ayudarnos, Y redímenos por causa de tu misericordia. Salmos 44: 22 : Ro. 8.
36.
NTV Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré. 1 Oh Dios, lo oímos con nuestros propios oídos; nuestros antepasados nos han contado de todo lo que hiciste en su época, hace mucho tiempo atrás. 2 Con tu poder expulsaste a las naciones paganas y entregaste toda la tierra a nuestros antepasados. Aplastaste a sus enemigos y liberaste a nuestros antepasados. 3 No fue con sus espadas que conquistaron la tierra, ni sus brazos fuertes les dieron la victoria. Fueron tu mano derecha y tu brazo fuerte y la luz cegadora de tu rostro que los ayudaron, porque los amabas. 4 Tú eres mi Rey y mi Dios; tú decretas las victorias de Israel. 5 Solo con tu poder hacemos retroceder a nuestros enemigos; solo en tu nombre podemos pisotear a nuestros adversarios. 6 No confío en mi arco ni dependo de que mi espada me salve. 7 Tú eres el que nos da la victoria sobre nuestros enemigos; avergüenzas a los que nos odian. 8 Oh Dios, todo el día te damos gloria y alabamos tu nombre constantemente. Interludio 9 Pero ahora nos hiciste a un lado en deshonra; ya no estás al frente de nuestros ejércitos en batalla. 10 Nos haces huir en retirada de nuestros enemigos y dejas que los que nos odian saqueen nuestra tierra. 11 Nos descuartizaste como a ovejas, y nos esparciste entre las naciones. 12 Vendiste a tu precioso pueblo por una miseria y no ganaste nada con la venta. 13 Permites que nuestros vecinos se burlen de nosotros; somos objeto de desprecio y desdén de quienes nos rodean. 14 Nos has hecho el blanco de sus bromas; menean la cabeza ante nosotros en señal de desprecio. 15 No podemos escapar de la constante humillación; tenemos la vergüenza dibujada en el rostro. 16 Lo único que oímos son los insultos de los burlones; lo único que vemos es a nuestros enemigos vengativos. 17 Todo esto ocurrió aunque nunca te hemos olvidado ni desobedecimos tu pacto. 18 Nuestro corazón no te abandonó ni nos hemos extraviado de tu camino. 19 Sin embargo, nos aplastaste en el desierto, donde vive el chacal; nos cubriste de oscuridad y muerte. 20 Si nos hubiéramos olvidado del nombre de nuestro Dios o hubiéramos extendido las manos en oración a dioses ajenos, 21 con toda seguridad Dios lo habría sabido, porque conoce los secretos de cada corazón. 22 Pero por tu causa, nos matan cada día; nos tratan como a ovejas en el matadero. 23 ¡Despierta, oh Señor! ¿Por qué duermes? ¡Levántate! No nos rechaces para siempre. 24 ¿Por qué miras para otro lado? ¿Por qué pasas por alto nuestro sufrimiento y opresión? 25 Nos desplomamos en el polvo; quedamos boca abajo en la mugre. 26 ¡Levántate! ¡Ayúdanos! Rescátanos a causa de tu amor inagotable.
Salmos 22
RVR1960 Al músico principal; sobre Ajelet-sahar. Salmo de David. 1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? 2 Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo. 3 Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel. 4 En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste. 5 Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados. 6 Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. 7 Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: 8 Se encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía. 9 Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre. 10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios. 11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude. 12 Me han rodeado muchos toros; Fuertes toros de Basán me han cercado. 13 Abrieron sobre mí su boca Como león rapaz y rugiente. 14 He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas. 15 Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el polvo de la muerte. 16 Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies. 17 Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan. 18 Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. 19 Mas tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme. 20 Libra de la espada mi alma, Del poder del perro mi vida. 21 Sálvame de la boca del león, Y líbrame de los cuernos de los búfalos. 22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En medio de la congregación te alabaré. 23 Los que teméis a Jehová, alabadle; Glorificadle, descendencia toda de Jacob, Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel. 24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó. 25 De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré delante de los que le temen. 26 Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a Jehová los que le buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre. 27 Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti. 28 Porque de Jehová es el reino, Y él regirá las naciones. 29 Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo, Aun el que no puede conservar la vida a su propia alma. 30 La posteridad le servirá; Esto será contado de Jehová hasta la postrera generación. 31 Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto. Salmos 22: 1 : Mt. 27.
46; Mr. 15.
34. Salmos 22: 7 : Mt. 27.
39; Mr. 15.
29; Lc. 23.
35. Salmos 22: 8 : Mt. 27.
43. Salmos 22: 18 : Mt. 27.
35; Mr. 15.
24; Lc. 23.
34; Jn. 19.
24. Salmos 22: 22 : He. 2.
12.
NTV Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «Cierva de la aurora». 1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda? 2 Cada día clamo a ti, mi Dios, pero no respondes; cada noche levanto mi voz, pero no encuentro alivio. 3 Sin embargo, tú eres santo; estás entronizado en las alabanzas de Israel. 4 Nuestros antepasados confiaron en ti, y los rescataste. 5 Clamaron a ti, y los salvaste; confiaron en ti y nunca fueron avergonzados. 6 Pero yo soy un gusano, no un hombre; ¡todos me desprecian y me tratan con desdén! 7 Todos los que me ven se burlan de mí; sonríen con malicia y menean la cabeza mientras dicen: 8 «¿Este es el que confía en el Señor? Entonces ¡que el Señor lo salve! Si el Señor lo ama tanto, ¡que el Señor lo rescate! ». 9 Sin embargo, me sacaste a salvo del vientre de mi madre y, desde que ella me amamantaba, me hiciste confiar en ti. 10 Me arrojaron en tus brazos al nacer; desde mi nacimiento, tú has sido mi Dios. 11 No te quedes tan lejos de mí, porque se acercan dificultades, y nadie más puede ayudarme. 12 Mis enemigos me rodean como una manada de toros; ¡toros feroces de Basán me tienen cercado! 13 Como leones abren sus fauces contra mí; rugen y despedazan a su presa. 14 Mi vida se derrama como el agua, y todos mis huesos se han dislocado. Mi corazón es como cera que se derrite dentro de mí. 15 Mi fuerza se ha secado como barro cocido; la lengua se me pega al paladar. Me acostaste en el polvo y me diste por muerto. 16 Mis enemigos me rodean como una jauría de perros; una pandilla de malvados me acorrala. Han atravesado mis manos y mis pies. 17 Puedo contar cada uno de mis huesos; mis enemigos me miran fijamente y se regodean. 18 Se reparten mi vestimenta entre ellos y tiran los dados por mi ropa. 19 ¡Oh Señor, no te quedes lejos! Tú eres mi fuerza; ¡ven pronto en mi auxilio! 20 Sálvame de la espada; libra mi preciosa vida de estos perros. 21 Arrebátame de las fauces del león y de los cuernos de estos bueyes salvajes. 22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; entre tu pueblo reunido te alabaré. 23 ¡Alaben al Señor, todos los que le temen! ¡Hónrenlo, descendientes de Jacob! ¡Muéstrenle reverencia, descendientes de Israel! 24 Pues no ha pasado por alto ni ha tenido en menos el sufrimiento de los necesitados; no les dio la espalda, sino que ha escuchado sus gritos de auxilio. 25 Te alabaré en la gran asamblea; cumpliré mis promesas en presencia de los que te adoran. 26 Los pobres comerán y quedarán satisfechos; todos los que buscan al Señor lo alabarán; se alegrará el corazón con gozo eterno. 27 Toda la tierra reconocerá al Señor y regresará a él; todas las familias de las naciones se inclinarán ante él. 28 Pues el poder de la realeza pertenece al Señor; él gobierna a todas las naciones. 29 Que los ricos de la tierra hagan fiesta y adoren. Inclínense ante él, todos los mortales, aquellos cuya vida terminará como polvo. 30 Nuestros hijos también lo servirán; las generaciones futuras oirán de las maravillas del Señor. 31 A los que aún no han nacido les contarán de sus actos de justicia; ellos oirán de todo lo que él ha hecho.
Salmos13
RVR1960 Al músico principal. Salmo de David. 1 ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? 2 ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí? 3 Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; 4 Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara. 5 Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación. 6 Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien. NTV Para el director del coro: salmo de David. 1 Oh Señor, ¿hasta cuándo te olvidarás de mí? ¿Será para siempre? ¿Hasta cuándo mirarás hacia otro lado? 2 ¿Hasta cuándo tendré que luchar con angustia en mi alma, con tristeza en mi corazón día tras día? ¿Hasta cuándo mi enemigo seguirá dominándome? 3 Vuélvete hacia mí y contéstame, ¡oh Señor mi Dios! Devuélvele el brillo a mis ojos, o moriré. 4 No permitas que mis enemigos se regodeen diciendo: «¡Lo hemos derrotado! ». No dejes que se regodeen en mi caída. 5 Pero yo confío en tu amor inagotable; me alegraré porque me has rescatado. 6 Cantaré al Señor porque él es bueno conmigo.
Salmos 60:1-5
RVR1960 (Sal. 108.
6-13)Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal. 1 Oh Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste; Te has airado; ¡vuélvete a nosotros! 2 Hiciste temblar la tierra, la has hendido; Sana sus roturas, porque titubea. 3 Has hecho ver a tu pueblo cosas duras; Nos hiciste beber vino de aturdimiento. 4 Has dado a los que te temen bandera Que alcen por causa de la verdad. Selah 5 Para que se libren tus amados, Salva con tu diestra, y óyeme.
NTV Para el director del coro: salmo de David útil para enseñar, acerca de cuando peleó contra Aram-naharaim y Aram-soba, y Joab regresó y mató a doce mil edomitas en el valle de la Sal. Cántese con la melodía de «Lirio del testimonio». 1 Nos has rechazado, oh Dios, y quebraste nuestras defensas. Te enojaste con nosotros; ahora, restáuranos al gozo de tu favor. 2 Sacudiste nuestra tierra y la abriste en dos. Sella las grietas, porque la tierra tiembla. 3 Has sido muy estricto con nosotros; nos hiciste beber de un vino que nos dejó tambaleantes. 4 Pero has levantado un estandarte para los que te temen: un punto de reunión en medio del ataque. Interludio 5 Rescata ahora a tu pueblo amado; respóndenos y sálvanos con tu poder.

VERSÍCULO DE MEMORIA

Lucas 11:1
RVR1960 1 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. NTV 1 Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se le acercó y le dijo: — Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus discípulos.

SÁBADO — INTRODUCCIÓN

La creencia de que únicamente la oración espontánea es real (no la oración de memoria) parece prevalecer entre algunos cristianos. Sin embargo, los discípulos de Jesús se sintieron inmensamente recompensados cuando le pidieron que les enseñara a orar. Dios colocó un devocionario, Salmos, en el corazón de la Biblia, no solamente para mostrarnos cómo oraba el pueblo de Dios en la antigüedad, sino también para enseñarnos cómo podemos orar hoy.

Desde la antigüedad, Salmos ha dado forma a las oraciones del pueblo de Dios, incluyendo las de Jesús 1 Crónicas 16:7
RVR1960 (Sal. 105.
1-15; 96.
1-13; 106.
47-48) 7 Entonces, en aquel día, David comenzó a aclamar a Jehová por mano de Asaf y de sus hermanos:
NTV 7 Ese día David le dio a Asaf y a sus compañeros levitas esta canción de agradecimiento al Señor:
1 Crónicas 16:9
RVR1960 9 Cantad a él, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. NTV 9 Canten a él; sí, cántenle alabanzas. Cuéntenle a todo el mundo acerca de sus obras maravillosas.
Nehemías 12:8
RVR1960 8 Y los levitas: Jesúa, Binúi, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías, que con sus hermanos oficiaba en los cantos de alabanza. NTV 8 Los levitas que regresaron con ellos eran Jesúa, Binúi, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías, quien junto con sus colaboradores estaba a cargo de las canciones de acción de gracias.
Mateo 27:46
RVR1960 46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? NTV 46 A eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte: «Eli, Eli, ¿lema sabactani? », que significa «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ».
Efesios 5:19
RVR1960 19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; NTV 19 cantando salmos e himnos y canciones espirituales entre ustedes, y haciendo música al Señor en el corazón.
Esta semana, analizaremos el papel que desempeñaron los salmos para ayudar al pueblo de Dios a transitar su vida de peregrinaje y a crecer en su relación con Dios. Debemos recordar que los salmos son oraciones y, como tales, tienen un valor incalculable, no solo por su información teológica, sino también por el modo en que pueden enriquecer y transformar nuestras oraciones individuales y colectivas.

Orar los salmos ha ayudado a muchos creyentes a establecer y afianzar una vida de oración habitual y satisfactoria.

Esta semana, seguiremos examinando Salmos, especialmente en el contexto de las ocasiones en que las cosas no nos van muy bien.

DOMINGO — Fomentar el uso de los Salmos en la oración

Lee Salmos 105:5
RVR1960 5 Acordaos de las maravillas que él ha hecho, De sus prodigios y de los juicios de su boca, NTV 5 Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado, y los decretos que ha dictado,
Colosenses 3:16
RVR1960 16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. NTV 16 Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido.
Santiago 5:13
RVR1960 13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. NTV 13 ¿Alguno de ustedes está pasando por dificultades? Que ore. ¿Alguno está feliz? Que cante alabanzas.

¿Cuál es el lugar de los salmos en la experiencia de adoración del creyente?

Una manera sencilla de introducir los salmos en la vida diaria es dedicar un tiempo cada día a la lectura de un salmo, comenzando por Salmo 1, y siguiendo el orden dado en el salterio. Otra manera es leer los salmos que corresponden a la situación actual, sea cual fuere: hay salmos de lamentación, salmos de lamento comunitario, salmos de acción de gracias, himnos, salmos penitenciales, salmos sapienciales (que buscan la sabiduría y la guía de Dios), salmos históricos, salmos que contienen enojo y furia, y salmos de peregrinación. Durante este trimestre, nos ocuparemos de muchos de ellos y estudiaremos estos salmos en el contexto en el que aparecen.

¿Cómo debemos leer los salmos?

En primer lugar, leemos el salmo haciendo una sencilla reflexión, y luego oramos. Meditar en el salmo implica reflexionar sobre sus diversos aspectos: el modo en que el salmista se dirige a Dios y los motivos de la oración. Piensa en cuánto se asemeja tu situación a la experiencia del salmista y cómo podría ayudarte el salmo a articular tu experiencia. Te sorprenderá la frecuencia con la que te sentirás identificado con lo que lees.

Si algo en el salmo te desafía, reflexiona; por ejemplo, si el salmo corrige tus falsas esperanzas actuales con respecto a algo a lo que te enfrentas. Contempla el mensaje del salmo a la luz de la persona de Cristo y su obra salvífica, y de la esperanza a largo plazo que la obra de Cristo nos ofrece. Como sabemos, o deberíamos saber, siempre ayuda mirar todo lo que hay en la Biblia bajo la perspectiva de Cristo y de la Cruz.

Además, detecta nuevos motivos de oración que te ofrece el salmo, y piensa en su importancia para ti, para tu iglesia y para el mundo. Pide a Dios que ponga su Palabra en tu corazón y en tu mente. Si el salmo corresponde a la situación de alguien que conoces, intercede en oración por esa persona. La cuestión es que los salmos abarcan muchos aspectos de la vida, y podemos enriquecernos al leer y asimilar en nuestro corazón lo que nos dicen.

¿Qué significa “La palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes” Colosenses 3:16
RVR1960 16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. NTV 16 Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido.
? ¿Por qué la lectura de la Biblia es el primer paso para esa experiencia, y el más crucial?

LUNES — Confianza en tiempos difíciles

Todos los cristianos entienden de momentos de desesperación y sufrimiento, y los han vivido; momentos en los que se han preguntado qué hace el Señor, o por qué el Señor permite que les sucedan estas cosas. Los mismos salmistas pasaron por experiencias parecidas. Y, por inspiración divina, registraron lo que les había acontecido.

Lee Salmos 44
RVR1960 Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré. 1 Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos. 2 Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a ellos; Afligiste a los pueblos, y los arrojaste. 3 Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos. 4 Tú, oh Dios, eres mi rey; Manda salvación a Jacob. 5 Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos; En tu nombre hollaremos a nuestros adversarios. 6 Porque no confiaré en mi arco, Ni mi espada me salvará; 7 Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, Y has avergonzado a los que nos aborrecían. 8 En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, Y para siempre alabaremos tu nombre. Selah 9 Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; Y no sales con nuestros ejércitos. 10 Nos hiciste retroceder delante del enemigo, Y nos saquean para sí los que nos aborrecen. 11 Nos entregas como ovejas al matadero, Y nos has esparcido entre las naciones. 12 Has vendido a tu pueblo de balde; No exigiste ningún precio. 13 Nos pones por afrenta de nuestros vecinos, Por escarnio y por burla de los que nos rodean. 14 Nos pusiste por proverbio entre las naciones; Todos al vernos menean la cabeza. 15 Cada día mi vergüenza está delante de mí, Y la confusión de mi rostro me cubre, 16 Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por razón del enemigo y del vengativo. 17 Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti, Y no hemos faltado a tu pacto. 18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos, 19 Para que nos quebrantases en el lugar de chacales, Y nos cubrieses con sombra de muerte. 20 Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras manos a dios ajeno, 21 ¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón. 22 Pero por causa de ti nos matan cada día; Somos contados como ovejas para el matadero. 23 Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre. 24 ¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra? 25 Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo, Y nuestro cuerpo está postrado hasta la tierra. 26 Levántate para ayudarnos, Y redímenos por causa de tu misericordia. Salmos 44: 22 : Ro. 8.
36.
NTV Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré. 1 Oh Dios, lo oímos con nuestros propios oídos; nuestros antepasados nos han contado de todo lo que hiciste en su época, hace mucho tiempo atrás. 2 Con tu poder expulsaste a las naciones paganas y entregaste toda la tierra a nuestros antepasados. Aplastaste a sus enemigos y liberaste a nuestros antepasados. 3 No fue con sus espadas que conquistaron la tierra, ni sus brazos fuertes les dieron la victoria. Fueron tu mano derecha y tu brazo fuerte y la luz cegadora de tu rostro que los ayudaron, porque los amabas. 4 Tú eres mi Rey y mi Dios; tú decretas las victorias de Israel. 5 Solo con tu poder hacemos retroceder a nuestros enemigos; solo en tu nombre podemos pisotear a nuestros adversarios. 6 No confío en mi arco ni dependo de que mi espada me salve. 7 Tú eres el que nos da la victoria sobre nuestros enemigos; avergüenzas a los que nos odian. 8 Oh Dios, todo el día te damos gloria y alabamos tu nombre constantemente. Interludio 9 Pero ahora nos hiciste a un lado en deshonra; ya no estás al frente de nuestros ejércitos en batalla. 10 Nos haces huir en retirada de nuestros enemigos y dejas que los que nos odian saqueen nuestra tierra. 11 Nos descuartizaste como a ovejas, y nos esparciste entre las naciones. 12 Vendiste a tu precioso pueblo por una miseria y no ganaste nada con la venta. 13 Permites que nuestros vecinos se burlen de nosotros; somos objeto de desprecio y desdén de quienes nos rodean. 14 Nos has hecho el blanco de sus bromas; menean la cabeza ante nosotros en señal de desprecio. 15 No podemos escapar de la constante humillación; tenemos la vergüenza dibujada en el rostro. 16 Lo único que oímos son los insultos de los burlones; lo único que vemos es a nuestros enemigos vengativos. 17 Todo esto ocurrió aunque nunca te hemos olvidado ni desobedecimos tu pacto. 18 Nuestro corazón no te abandonó ni nos hemos extraviado de tu camino. 19 Sin embargo, nos aplastaste en el desierto, donde vive el chacal; nos cubriste de oscuridad y muerte. 20 Si nos hubiéramos olvidado del nombre de nuestro Dios o hubiéramos extendido las manos en oración a dioses ajenos, 21 con toda seguridad Dios lo habría sabido, porque conoce los secretos de cada corazón. 22 Pero por tu causa, nos matan cada día; nos tratan como a ovejas en el matadero. 23 ¡Despierta, oh Señor! ¿Por qué duermes? ¡Levántate! No nos rechaces para siempre. 24 ¿Por qué miras para otro lado? ¿Por qué pasas por alto nuestro sufrimiento y opresión? 25 Nos desplomamos en el polvo; quedamos boca abajo en la mugre. 26 ¡Levántate! ¡Ayúdanos! Rescátanos a causa de tu amor inagotable.

¿Qué nos dice y por qué es relevante para los creyentes de todas las épocas?

A menudo, solo elegimos salmos para los cultos de adoración en las iglesias que reflejen ciertos estados de ánimo ideales. Esta restricción puede ser una señal de nuestra incapacidad o recelo para enfrentarnos a las oscuras realidades de la vida. Aunque a veces sintamos que Dios nos trata injustamente cuando el sufrimiento nos golpea, no nos parece apropiado expresar nuestros pensamientos en el culto público o incluso en la oración privada.

Esta reticencia puede hacernos perder el sentido de la adoración. El hecho de no expresar honesta y abiertamente nuestros sentimientos y opiniones ante Dios, en la oración, a menudo nos deja esclavizados a nuestras propias emociones. Esto también nos impide sentir seguridad y confianza al acercarnos a Dios. Orar los salmos nos da la seguridad de que, cuando oramos y adoramos, no se espera que censuremos o neguemos nuestra experiencia.

El Salmo 44, por ejemplo, puede ayudar a los fieles a articular libre y adecuadamente su experiencia de sufrimiento inocente. Orar los salmos ayuda a la gente a experimentar la libertad de expresión en la oración. Los salmos nos dan palabras que no encontramos ni nos atrevemos a pronunciar. “Nuestro corazón no se ha vuelto atrás, ni se apartaron nuestros pasos de tu camino. Pero tú nos quebrantaste, nos diste por presa a los chacales, nos cubriste con densa sombra” Salmos 44:18-19
RVR1960 18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos, 19 Para que nos quebrantases en el lugar de chacales, Y nos cubrieses con sombra de muerte. NTV 18 Nuestro corazón no te abandonó ni nos hemos extraviado de tu camino. 19 Sin embargo, nos aplastaste en el desierto, donde vive el chacal; nos cubriste de oscuridad y muerte.

Sin embargo, fíjate en la manera en que comienza el Salmo 44. El escritor habla de cómo, en el pasado, Dios había hecho grandes cosas por su pueblo. De ahí que el autor exprese su confianza en Dios y no “en mi arco” Salmos 44:6
RVR1960 6 Porque no confiaré en mi arco, Ni mi espada me salvará; NTV 6 No confío en mi arco ni dependo de que mi espada me salve.

A pesar de ello, el pueblo de Dios sigue sufriendo. La lista de ayes y lamentos es larga y dolorosa. No obstante, incluso en medio de todo esto, el salmista clama a Dios para que los libre: “Redímenos a causa de tu constante amor” Salmos 44:26
RVR1960 26 Levántate para ayudarnos, Y redímenos por causa de tu misericordia. NTV 26 ¡Levántate! ¡Ayúdanos! Rescátanos a causa de tu amor inagotable.
Es decir, incluso en medio de los problemas, conoce la realidad de Dios y su amor.

Recordar tiempos pasados en los que la presencia de Dios se sentía muy real ¿cómo puede ayudarte a afrontar los momentos en los que los problemas te hacen pensar que Dios está lejos?

MARTES — Un salmo de desesperación

Orar los salmos no solo permite que los fieles articulen sus oraciones libremente. Los salmos supervisan su experiencia según las normas de Dios, y la hacen llevadera al introducir la esperanza y la seguridad de la presencia de Dios.

Lee Salmos 22
RVR1960 Al músico principal; sobre Ajelet-sahar. Salmo de David. 1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? 2 Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo. 3 Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel. 4 En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste. 5 Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados. 6 Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. 7 Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: 8 Se encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía. 9 Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre. 10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios. 11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude. 12 Me han rodeado muchos toros; Fuertes toros de Basán me han cercado. 13 Abrieron sobre mí su boca Como león rapaz y rugiente. 14 He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas. 15 Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el polvo de la muerte. 16 Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies. 17 Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan. 18 Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. 19 Mas tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme. 20 Libra de la espada mi alma, Del poder del perro mi vida. 21 Sálvame de la boca del león, Y líbrame de los cuernos de los búfalos. 22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En medio de la congregación te alabaré. 23 Los que teméis a Jehová, alabadle; Glorificadle, descendencia toda de Jacob, Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel. 24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó. 25 De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré delante de los que le temen. 26 Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a Jehová los que le buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre. 27 Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti. 28 Porque de Jehová es el reino, Y él regirá las naciones. 29 Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo, Aun el que no puede conservar la vida a su propia alma. 30 La posteridad le servirá; Esto será contado de Jehová hasta la postrera generación. 31 Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto. Salmos 22: 1 : Mt. 27.
46; Mr. 15.
34. Salmos 22: 7 : Mt. 27.
39; Mr. 15.
29; Lc. 23.
35. Salmos 22: 8 : Mt. 27.
43. Salmos 22: 18 : Mt. 27.
35; Mr. 15.
24; Lc. 23.
34; Jn. 19.
24. Salmos 22: 22 : He. 2.
12.
NTV Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «Cierva de la aurora». 1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda? 2 Cada día clamo a ti, mi Dios, pero no respondes; cada noche levanto mi voz, pero no encuentro alivio. 3 Sin embargo, tú eres santo; estás entronizado en las alabanzas de Israel. 4 Nuestros antepasados confiaron en ti, y los rescataste. 5 Clamaron a ti, y los salvaste; confiaron en ti y nunca fueron avergonzados. 6 Pero yo soy un gusano, no un hombre; ¡todos me desprecian y me tratan con desdén! 7 Todos los que me ven se burlan de mí; sonríen con malicia y menean la cabeza mientras dicen: 8 «¿Este es el que confía en el Señor? Entonces ¡que el Señor lo salve! Si el Señor lo ama tanto, ¡que el Señor lo rescate! ». 9 Sin embargo, me sacaste a salvo del vientre de mi madre y, desde que ella me amamantaba, me hiciste confiar en ti. 10 Me arrojaron en tus brazos al nacer; desde mi nacimiento, tú has sido mi Dios. 11 No te quedes tan lejos de mí, porque se acercan dificultades, y nadie más puede ayudarme. 12 Mis enemigos me rodean como una manada de toros; ¡toros feroces de Basán me tienen cercado! 13 Como leones abren sus fauces contra mí; rugen y despedazan a su presa. 14 Mi vida se derrama como el agua, y todos mis huesos se han dislocado. Mi corazón es como cera que se derrite dentro de mí. 15 Mi fuerza se ha secado como barro cocido; la lengua se me pega al paladar. Me acostaste en el polvo y me diste por muerto. 16 Mis enemigos me rodean como una jauría de perros; una pandilla de malvados me acorrala. Han atravesado mis manos y mis pies. 17 Puedo contar cada uno de mis huesos; mis enemigos me miran fijamente y se regodean. 18 Se reparten mi vestimenta entre ellos y tiran los dados por mi ropa. 19 ¡Oh Señor, no te quedes lejos! Tú eres mi fuerza; ¡ven pronto en mi auxilio! 20 Sálvame de la espada; libra mi preciosa vida de estos perros. 21 Arrebátame de las fauces del león y de los cuernos de estos bueyes salvajes. 22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; entre tu pueblo reunido te alabaré. 23 ¡Alaben al Señor, todos los que le temen! ¡Hónrenlo, descendientes de Jacob! ¡Muéstrenle reverencia, descendientes de Israel! 24 Pues no ha pasado por alto ni ha tenido en menos el sufrimiento de los necesitados; no les dio la espalda, sino que ha escuchado sus gritos de auxilio. 25 Te alabaré en la gran asamblea; cumpliré mis promesas en presencia de los que te adoran. 26 Los pobres comerán y quedarán satisfechos; todos los que buscan al Señor lo alabarán; se alegrará el corazón con gozo eterno. 27 Toda la tierra reconocerá al Señor y regresará a él; todas las familias de las naciones se inclinarán ante él. 28 Pues el poder de la realeza pertenece al Señor; él gobierna a todas las naciones. 29 Que los ricos de la tierra hagan fiesta y adoren. Inclínense ante él, todos los mortales, aquellos cuya vida terminará como polvo. 30 Nuestros hijos también lo servirán; las generaciones futuras oirán de las maravillas del Señor. 31 A los que aún no han nacido les contarán de sus actos de justicia; ellos oirán de todo lo que él ha hecho.

¿Qué podemos aprender de este salmo con respecto a la confianza en Dios en medio de un gran sufrimiento?

Las palabras de lamentación de Salmos 22:1
RVR1960 1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? NTV Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «Cierva de la aurora». 1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda?
pueden ayudar a los que sufren a expresar su dolor y su sensación de soledad: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás lejos de mi salvación y de mi clamor?”

Estas palabras, por supuesto, se han hecho famosas entre los cristianos porque fueron las mismas que pronunció Jesús mientras estaba en la cruz, lo que nos muestra la importancia que tuvo Salmos en la experiencia de Cristo ver Mateo 27:46
RVR1960 46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? NTV 46 A eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte: «Eli, Eli, ¿lema sabactani? », que significa «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ».

Con todo, incluso en medio del sufrimiento y las pruebas, también se expresan estas palabras: “Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la congregación te alabaré” Salmos 22:22
RVR1960 22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En medio de la congregación te alabaré. NTV 22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; entre tu pueblo reunido te alabaré.

En otras palabras, aunque estos sentimientos exactos no coincidan con el dilema actual del autor, el salmista sigue expresando su fe en Dios y declarando que, sin importar lo que pase, seguirá alabando a Dios.

En resumen, al darnos palabras para orar, Salmos nos enseña a mirar más allá de nuestra situación actual y, por fe, a ver el momento en que nuestra vida será restaurada por la gracia de Dios.

De este modo, la oración de los salmos lleva a los fieles a nuevos horizontes espirituales. Los salmos permiten que los fieles expresen sus sentimientos y concepciones, pero no los deja donde están en ese momento. Los adoradores son guiados a dejar en manos de Dios sus cargas de dolor, decepción, ira, y a confiar en él, sean cuales fueren sus circunstancias.

El cambio del lamento a la alabanza que se observa en muchos salmos sugiere la transformación espiritual que experimentan los creyentes cuando reciben la gracia y el consuelo divinos en la oración.

¿Cómo podemos aprender a ver más allá de nuestras pruebas inmediatas y, así, confiar en la bondad de Dios, sea cual fuere la situación que enfrentemos ahora?

MIERCOLES — De la desesperación a la esperanza

Probablemente todos nos hemos enfrentado a momentos en los que la presencia de Dios parecía estar muy lejos de nosotros. ¿Quién no ha pensado alguna vez: ¿Cómo ha podido suceder esto?

Los salmistas, seres humanos como el resto de nosotros, seguramente se han enfrentado a cosas similares. Aunque, sí, a veces nuestros pecados nos traen pruebas, otras veces nos parecen sumamente injustas, y nos sentimos como si no mereciéramos lo que ahora se nos presenta. De nuevo, ¿quién no ha pasado por eso?

Lee Salmos 13
RVR1960 Al músico principal. Salmo de David. 1 ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? 2 ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí? 3 Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; 4 Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara. 5 Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación. 6 Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien. NTV Para el director del coro: salmo de David. 1 Oh Señor, ¿hasta cuándo te olvidarás de mí? ¿Será para siempre? ¿Hasta cuándo mirarás hacia otro lado? 2 ¿Hasta cuándo tendré que luchar con angustia en mi alma, con tristeza en mi corazón día tras día? ¿Hasta cuándo mi enemigo seguirá dominándome? 3 Vuélvete hacia mí y contéstame, ¡oh Señor mi Dios! Devuélvele el brillo a mis ojos, o moriré. 4 No permitas que mis enemigos se regodeen diciendo: «¡Lo hemos derrotado! ». No dejes que se regodeen en mi caída. 5 Pero yo confío en tu amor inagotable; me alegraré porque me has rescatado. 6 Cantaré al Señor porque él es bueno conmigo.

¿Qué dos estados de ánimo principales puedes distinguir en este salmo? ¿Qué decisión crees que provocó el cambio radical en la perspectiva general del salmista?

“¿Hasta cuándo, Señor? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?” Salmos 13:1
RVR1960 Al músico principal. Salmo de David. 1 ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? NTV Para el director del coro: salmo de David. 1 Oh Señor, ¿hasta cuándo te olvidarás de mí? ¿Será para siempre? ¿Hasta cuándo mirarás hacia otro lado?
Una vez más, ¿quién no puede identificarse con estos sentimientos, por más que sean equivocados? (¿Puede olvidarse Dios de nosotros alguna vez?)

Por tanto, Salmo 13 señala el camino para evitar otro error común, que es centrarnos en nosotros mismos y en nuestros problemas al orar. Este salmo puede transformar nuestra oración al llevarnos a reafirmar la naturaleza fiel e inmutable del trato de Dios hacia su pueblo.

Aunque el salmo comienza con lamentos y quejas, no termina ahí. Y ese es el punto crucial.

El salmo nos lleva a elegir deliberadamente confiar en el poder redentor de Dios Salmos 13:5
RVR1960 5 Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación. NTV 5 Pero yo confío en tu amor inagotable; me alegraré porque me has rescatado.
de modo que nuestro temor y ansiedad Salmos 13:1-4
RVR1960 Al músico principal. Salmo de David. 1 ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? 2 ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí? 3 Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; 4 Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara. NTV Para el director del coro: salmo de David. 1 Oh Señor, ¿hasta cuándo te olvidarás de mí? ¿Será para siempre? ¿Hasta cuándo mirarás hacia otro lado? 2 ¿Hasta cuándo tendré que luchar con angustia en mi alma, con tristeza en mi corazón día tras día? ¿Hasta cuándo mi enemigo seguirá dominándome? 3 Vuélvete hacia mí y contéstame, ¡oh Señor mi Dios! Devuélvele el brillo a mis ojos, o moriré. 4 No permitas que mis enemigos se regodeen diciendo: «¡Lo hemos derrotado! ». No dejes que se regodeen en mi caída.
puedan dar paso gradualmente a la salvación de Dios, y comencemos a experimentar el paso del lamento a la alabanza, de la desesperación a la esperanza Salmos 13:5-6
RVR1960 5 Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación. 6 Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien. NTV 5 Pero yo confío en tu amor inagotable; me alegraré porque me has rescatado. 6 Cantaré al Señor porque él es bueno conmigo.

Sin embargo, la mera repetición de las palabras de los salmos con solo una escasa comprensión de su significado no producirá la auténtica transformación que se pretende con su uso. Al orar los salmos, debemos buscar al Espíritu Santo para que nos capacite para actuar del modo que exige el salmo. Los salmos no solo transmiten información: son la Palabra de Dios que transforma el carácter y las acciones de los creyentes. Por la gracia de Dios, las promesas de los salmos se manifiestan en la vida de los creyentes. Esto significa que permitimos que la Palabra de Dios nos moldee según la voluntad de Dios y nos una a Cristo, quien demostró perfectamente la voluntad de Dios y, como Hijo de Dios encarnado, también oró los salmos.

¿Cómo pueden tus pruebas acercarte más a Dios? ¿Por qué, si te descuidas, pueden alejarte de él?

JUEVES — Oh, restáuranos otra vez

Lee Salmos 60:1-5
RVR1960 (Sal. 108.
6-13)Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal. 1 Oh Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste; Te has airado; ¡vuélvete a nosotros! 2 Hiciste temblar la tierra, la has hendido; Sana sus roturas, porque titubea. 3 Has hecho ver a tu pueblo cosas duras; Nos hiciste beber vino de aturdimiento. 4 Has dado a los que te temen bandera Que alcen por causa de la verdad. Selah 5 Para que se libren tus amados, Salva con tu diestra, y óyeme.
NTV Para el director del coro: salmo de David útil para enseñar, acerca de cuando peleó contra Aram-naharaim y Aram-soba, y Joab regresó y mató a doce mil edomitas en el valle de la Sal. Cántese con la melodía de «Lirio del testimonio». 1 Nos has rechazado, oh Dios, y quebraste nuestras defensas. Te enojaste con nosotros; ahora, restáuranos al gozo de tu favor. 2 Sacudiste nuestra tierra y la abriste en dos. Sella las grietas, porque la tierra tiembla. 3 Has sido muy estricto con nosotros; nos hiciste beber de un vino que nos dejó tambaleantes. 4 Pero has levantado un estandarte para los que te temen: un punto de reunión en medio del ataque. Interludio 5 Rescata ahora a tu pueblo amado; respóndenos y sálvanos con tu poder.

¿Para qué ocasiones crees que este salmo sería una oración adecuada? ¿Cómo podemos beneficiarnos de los salmos de lamento incluso en momentos alegres de la vida?

Los salmos de lamento suelen entenderse como oraciones de personas que viven tiempos difíciles, ya sean físicos, psicológicos o espirituales. O las tres cosas.

Sin embargo, esto no significa que debamos evitar estos salmos, incluso en los buenos tiempos. A veces, puede haber una divergencia total entre las palabras del salmo y la experiencia presente del adorador. Sin embargo, los salmos de lamento pueden ser beneficiosos para los adoradores que no están en dificultades.

En primer lugar, pueden hacernos más conscientes de que el sufrimiento forma parte de la experiencia humana general, y que le llega tanto a justos como a injustos. Los salmos nos aseguran que Dios tiene el control y que nos da fuerza y soluciones en tiempos difíciles. Incluso en este salmo, en medio de la angustia (“Hiciste temblar la tierra”, Salmos 60:2
RVR1960 2 Hiciste temblar la tierra, la has hendido; Sana sus roturas, porque titubea. NTV 2 Sacudiste nuestra tierra y la abriste en dos. Sella las grietas, porque la tierra tiembla.
el salmista muestra su esperanza final en la liberación de Dios.

En segundo lugar, los salmos de lamento nos enseñan a ser compasivos con los que sufren. Al expresar nuestra felicidad y gratitud a Dios, especialmente en público, debemos tener en cuenta a los más necesitados. Claro, puede ser que ahora la estemos pasando bien, pero ¿quién no conoce gente, a nuestro alrededor, que sufre terriblemente? Orar estos salmos puede ayudarnos a no olvidar a quienes pasan por momentos difíciles. Los salmos deberían evocar en nosotros la compasión y el deseo de atender a los que sufren, como lo hizo Jesús.

“Este mundo es un vasto lazareto, pero Cristo vino para sanar a los enfermos y proclamar liberación a los cautivos de Satanás. Él era en sí mismo la salud y la fuerza. Impartía vida a los enfermos, a los afligidos, a los poseídos de los demonios. No rechazaba a ninguno que viniese para recibir su poder sanador. Sabía que quienes le pedían ayuda habían atraído la enfermedad sobre sí mismos; sin embargo, no se negaba a sanarlos. Y, cuando la virtud de Cristo penetraba en estas pobres almas, quedaban convencidas de pecado, y muchos eran sanados de su enfermedad espiritual tanto como de sus dolencias físicas. El evangelio posee todavía el mismo poder, y ¿por qué no habríamos de presenciar hoy los mismos resultados?” (Elena de White, El ministerio de la bondad, pp. 27, 28).

¿A quién conoces, en este momento, que necesite no solamente tus oraciones, sino también que lo ayudes de manera práctica?

VIERNES - Para Estudiar y Meditar

Lee Salmos 42:8
RVR1960 8 Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida. NTV 8 Pero cada día el Señor derrama su amor inagotable sobre mí, y todas las noches entono sus cánticos y oro a Dios, quien me da vida.
y Elena de White, La educación, “Poesía y canto”, pp. 143-152. ¿Cómo se relacionan la oración y el canto según estos textos inspirados?

Elena de White describe los salmos penitentes de David (por ejemplo, Salmo 51) como el lenguaje de su alma y las oraciones que ilustran la naturaleza del verdadero dolor por el pecado (ver El camino a Cristo, pp. 37, 38). Anima a los creyentes a memorizar textos de Salmos como medio de fomentar el sentido de la presencia de Dios en la vida de ellos, y destaca la práctica de Jesús de elevar su voz con salmos cuando se enfrentaba a la tentación y el miedo opresivo. También señala:

“¡Cuán a menudo, por medio de las palabras de una canción sagrada, brotan en el alma manantiales de penitencia y fe, de esperanza, de amor y gozo! [...] En realidad, más de un canto es una oración” (La educación, pp. 152).

Cuando oramos y cantamos los salmos, asumimos la persistencia, la audacia, el valor y la esperanza de los salmistas. Estos animan a continuar nuestro peregrinaje espiritual y nos reconfortan diciéndonos que no estamos solos. Otras personas, como nosotros, han pasado por momentos oscuros y, sin embargo, han salido triunfantes por la gracia de Dios. Al mismo tiempo, los salmos nos revelan los destellos de la ferviente intercesión de Cristo en nuestro favor, pues él siempre vive para orar por nosotros Hebreos 7:25
RVR1960 25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. NTV 25 Por eso puede salvar — una vez y para siempre — a los que vienen a Dios por medio de él, quien vive para siempre, a fin de interceder con Dios a favor de ellos.

Incluir los salmos en la oración y la adoración hace que la comunidad creyente sea consciente de toda la gama de la experiencia humana y enseña a los fieles a participar en las diversas facetas de esa experiencia en el culto. Los salmos son oraciones y cantos divino-humanos. Por esa razón, incluir los salmos sistemáticamente en la adoración lleva a la comunidad creyente al centro de la voluntad de Dios y de su poderosa gracia sanadora.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

PREGUNTA 1

¿Por qué la oración espontánea, no guiada, no es la única manera de orar? ¿Cómo puede beneficiarse nuestra vida de oración con los salmos, las oraciones bíblicas?

PREGUNTA 2

¿Cómo pueden enriquecer los salmos nuestra experiencia de oración comunitaria? Analiza algunas formas prácticas en que tu iglesia local puede fomentar el uso de Salmos en sus cultos de adoración.

PREGUNTA 3

¿Qué revela Salmos acerca de la complejidad de la peregrinación humana de la fe y del poder de la gracia sanadora de Dios?

Repaso de la Lección

LECCIONES DE VIDA - Pr. Robert Costa

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