Lecciones del pasado — Estudia la Biblia Hoy





10/13          74 - 114 minutes
Lecciones del pasado
Lecciones del pasado
Lecciones del pasado



Click me to expand

 CONTENIDO 

Lecciones del pasado

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA

Salmos 78
RVR1960 Masquil de Asaf. 1 Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. 2 Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos, 3 Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron. 4 No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo. 5 Él estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel, La cual mandó a nuestros padres Que la notificasen a sus hijos; 6 Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, 7 A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, 8 Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu. 9 Los hijos de Efraín, arqueros armados, Volvieron las espaldas en el día de la batalla. 10 No guardaron el pacto de Dios, Ni quisieron andar en su ley; 11 Sino que se olvidaron de sus obras, Y de sus maravillas que les había mostrado. 12 Delante de sus padres hizo maravillas En la tierra de Egipto, en el campo de Zoán. 13 Dividió el mar y los hizo pasar; Detuvo las aguas como en un montón. 14 Les guio de día con nube, Y toda la noche con resplandor de fuego. 15 Hendió las peñas en el desierto, Y les dio a beber como de grandes abismos, 16 Pues sacó de la peña corrientes, E hizo descender aguas como ríos. 17 Pero aún volvieron a pecar contra él, Rebelándose contra el Altísimo en el desierto; 18 Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto. 19 Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? 20 He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, Y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo? 21 Por tanto, oyó Jehová, y se indignó; Se encendió el fuego contra Jacob, Y el furor subió también contra Israel, 22 Por cuanto no habían creído a Dios, Ni habían confiado en su salvación. 23 Sin embargo, mandó a las nubes de arriba, Y abrió las puertas de los cielos, 24 E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, Y les dio trigo de los cielos. 25 Pan de nobles comió el hombre; Les envió comida hasta saciarles. 26 Movió el solano en el cielo, Y trajo con su poder el viento sur, 27 E hizo llover sobre ellos carne como polvo, Como arena del mar, aves que vuelan. 28 Las hizo caer en medio del campamento, Alrededor de sus tiendas. 29 Comieron, y se saciaron; Les cumplió, pues, su deseo. 30 No habían quitado de sí su anhelo, Aún estaba la comida en su boca, 31 Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, E hizo morir a los más robustos de ellos, Y derribó a los escogidos de Israel. 32 Con todo esto, pecaron aún, Y no dieron crédito a sus maravillas. 33 Por tanto, consumió sus días en vanidad, Y sus años en tribulación. 34 Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; Entonces se volvían solícitos en busca suya, 35 Y se acordaban de que Dios era su refugio, Y el Dios Altísimo su redentor. 36 Pero le lisonjeaban con su boca, Y con su lengua le mentían; 37 Pues sus corazones no eran rectos con él, Ni estuvieron firmes en su pacto. 38 Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; Y apartó muchas veces su ira, Y no despertó todo su enojo. 39 Se acordó de que eran carne, Soplo que va y no vuelve. 40 ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, Lo enojaron en el yermo! 41 Y volvían, y tentaban a Dios, Y provocaban al Santo de Israel. 42 No se acordaron de su mano, Del día que los redimió de la angustia; 43 Cuando puso en Egipto sus señales, Y sus maravillas en el campo de Zoán; 44 Y volvió sus ríos en sangre, Y sus corrientes, para que no bebiesen. 45 Envió entre ellos enjambres de moscas que los devoraban, Y ranas que los destruían. 46 Dio también a la oruga sus frutos, Y sus labores a la langosta. 47 Sus viñas destruyó con granizo, Y sus higuerales con escarcha; 48 Entregó al pedrisco sus bestias, Y sus ganados a los rayos. 49 Envió sobre ellos el ardor de su ira; Enojo, indignación y angustia, Un ejército de ángeles destructores. 50 Dispuso camino a su furor; No eximió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó su vida a la mortandad. 51 Hizo morir a todo primogénito en Egipto, Las primicias de su fuerza en las tiendas de Cam. 52 Hizo salir a su pueblo como ovejas, Y los llevó por el desierto como un rebaño. 53 Los guio con seguridad, de modo que no tuvieran temor; Y el mar cubrió a sus enemigos. 54 Los trajo después a las fronteras de su tierra santa, A este monte que ganó su mano derecha. 55 Echó las naciones de delante de ellos; Con cuerdas repartió sus tierras en heredad, E hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel. 56 Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios; 57 Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; Se volvieron como arco engañoso. 58 Le enojaron con sus lugares altos, Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla. 59 Lo oyó Dios y se enojó, Y en gran manera aborreció a Israel. 60 Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres, 61 Y entregó a cautiverio su poderío, Y su gloria en mano del enemigo. 62 Entregó también su pueblo a la espada, Y se irritó contra su heredad. 63 El fuego devoró a sus jóvenes, Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales. 64 Sus sacerdotes cayeron a espada, Y sus viudas no hicieron lamentación. 65 Entonces despertó el Señor como quien duerme, Como un valiente que grita excitado del vino, 66 E hirió a sus enemigos por detrás; Les dio perpetua afrenta. 67 Desechó la tienda de José, Y no escogió la tribu de Efraín, 68 Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al cual amó. 69 Edificó su santuario a manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para siempre. 70 Eligió a David su siervo, Y lo tomó de las majadas de las ovejas; 71 De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel su heredad. 72 Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreó con la pericia de sus manos. Salmos 78: 2 : Mt. 13.
35. Salmos 78: 12 : Ex. 7.
8 — 12.
32. Salmos 78: 13 : Ex. 14.
21-22. Salmos 78: 14 : Ex. 13.
21-22. Salmos 78: 16 : Ex. 17.
1-7; Nm. 20.
2-13. Salmos 78: 24 : Jn. 6.
31. Salmos 78: 31 : Ex. 16.
2-15; Nm. 11.
4-23,31-35. Salmos 78: 37 : Hch. 8.
21. Salmos 78: 44 : Ex. 7.
17-21. Salmos 78: 45 : Ex. 8.
20-24. Salmos 78: 45 : Ex. 8.
1-6. Salmos 78: 46 : Ex. 10.
12-15. Salmos 78: 48 : Ex. 9.
22-25. Salmos 78: 51 : Ex. 12.
29. Salmos 78: 52 : Ex. 13.
17-22. Salmos 78: 53 : Ex. 14.
26-28. Salmos 78: 54 : Ex. 15.
17; Jos. 3.
14-17. Salmos 78: 55 : Jos. 11.
16-23. Salmos 78: 56 : Jue. 2.
11-15. Salmos 78: 60 : Jos. 18.
1; Jer. 7.
12-14; 26.
6. Salmos 78: 61 : 1 S. 4.
4-22. Salmos 78: 71 : 1 S. 16.
11-12; 2 S. 7.
8; 1 Cr. 17.
7.
NTV Salmo de Asaf. 1 Oh pueblo mío, escucha mis enseñanzas; abre tus oídos a lo que digo, 2 porque te hablaré por medio de una parábola. Te enseñaré lecciones escondidas de nuestro pasado, 3 historias que hemos oído y conocido, que nos transmitieron nuestros antepasados. 4 No les ocultaremos estas verdades a nuestros hijos; a la próxima generación le contaremos de las gloriosas obras del Señor, de su poder y de sus imponentes maravillas. 5 Pues emitió sus leyes a Jacob; entregó sus enseñanzas a Israel. Les ordenó a nuestros antepasados que se las enseñaran a sus hijos, 6 para que la siguiente generación las conociera — incluso los niños que aún no habían nacido — , y ellos, a su vez, las enseñarán a sus propios hijos. 7 De modo que cada generación volviera a poner su esperanza en Dios y no olvidara sus gloriosos milagros, sino que obedeciera sus mandamientos. 8 Entonces no serán obstinados, rebeldes e infieles como sus antepasados, quienes se negaron a entregar su corazón a Dios. 9 Los guerreros de Efraín, aunque estaban armados con arcos, dieron la espalda y huyeron el día de la batalla. 10 No cumplieron el pacto de Dios y se negaron a vivir según sus enseñanzas. 11 Se olvidaron de lo que él había hecho, de las grandes maravillas que les había mostrado, 12 de los milagros que hizo para sus antepasados en la llanura de Zoán, en la tierra de Egipto. 13 Partió en dos el mar y los guio a cruzarlo ¡mientras sostenía las aguas como si fueran una pared! 14 Durante el día los guiaba con una nube, y toda la noche, con una columna de fuego. 15 Partió las rocas en el desierto para darles agua como de un manantial burbujeante. 16 Hizo que de la roca brotaran corrientes de agua, ¡y que el agua fluyera como un río! 17 Sin embargo, ellos siguieron pecando contra él, al rebelarse contra el Altísimo en el desierto. 18 Tercamente pusieron a prueba a Dios en sus corazones, al exigirle la comida que tanto ansiaban. 19 Hasta hablaron en contra de Dios al decir: «Dios no puede darnos comida en el desierto. 20 Por cierto, puede golpear una roca para que brote agua, pero no puede darle pan y carne a su pueblo». 21 Cuando el Señor los oyó, se puso furioso; el fuego de su ira se encendió contra Jacob. Sí, su enojo aumentó contra Israel, 22 porque no le creyeron a Dios ni confiaron en su cuidado. 23 Pero él ordenó que se abrieran los cielos; abrió las puertas del cielo. 24 Hizo que lloviera maná para que comieran; les dio pan del cielo. 25 ¡Se alimentaron con comida de ángeles! Dios les dio todo lo que podían consumir. 26 Soltó el viento del oriente en los cielos y guio al viento del sur con su gran poder. 27 ¡Hizo llover tanta carne como si fuera polvo y cantidad de aves como la arena a la orilla del mar! 28 Hizo caer las aves dentro del campamento y alrededor de sus carpas. 29 El pueblo comió hasta saciarse; él les dio lo que se les antojaba. 30 Pero antes de que saciaran su antojo, mientras aún tenían la comida en la boca, 31 la ira de Dios aumentó contra ellos, e hirió de muerte a sus hombres más fuertes; derribó a los mejores jóvenes de Israel. 32 Sin embargo, el pueblo siguió pecando; a pesar de sus maravillas, se negaron a confiar en él. 33 Entonces, hizo que la vida de ellos terminara en fracaso, y sus años, en horror. 34 Cuando Dios comenzó a matarlos, finalmente lo buscaron. Se arrepintieron y tomaron en serio a Dios. 35 Entonces recordaron que Dios era su roca, que el Dios Altísimo era su redentor. 36 Pero todo fue de dientes para afuera; le mintieron con la lengua. 37 Con el corazón no eran leales a él; no cumplieron su pacto. 38 Sin embargo, él tuvo misericordia y perdonó sus pecados, y no los destruyó a todos. Muchas veces contuvo su enojo y no desató su furia. 39 Se acordó de que eran simples mortales que desaparecen como una ráfaga de viento que nunca vuelve. 40 Oh, cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto y entristecieron su corazón en esa tierra seca y baldía. 41 Una y otra vez pusieron a prueba la paciencia de Dios y provocaron al Santo de Israel. 42 No se acordaron de su poder ni de cómo los rescató de sus enemigos. 43 No recordaron las señales milagrosas que hizo en Egipto ni sus maravillas en la llanura de Zoán. 44 Pues él convirtió los ríos en sangre, para que nadie pudiera beber de los arroyos. 45 Envió grandes enjambres de moscas para que los consumieran y miles de ranas para que los arruinaran. 46 Les dio sus cultivos a las orugas; las langostas consumieron sus cosechas. 47 Destruyó sus vides con granizo y destrozó sus higueras con aguanieve. 48 Dejó su ganado a merced del granizo, sus animales, abandonados a los rayos. 49 Desató sobre ellos su ira feroz, toda su furia, su enojo y hostilidad. Envió contra ellos a un grupo de ángeles destructores. 50 Se enfureció contra ellos; no perdonó la vida de los egipcios, sino que los devastó con plagas. 51 Mató al hijo mayor de cada familia egipcia, la flor de la juventud en toda la tierra de Egipto. 52 Pero guio a su propio pueblo como a un rebaño de ovejas; los condujo a salvo a través del desierto. 53 Los protegió para que no tuvieran temor; en cambio, sus enemigos quedaron cubiertos por el mar. 54 Los llevó a la frontera de la tierra santa, a la tierra de colinas que había conquistado para ellos. 55 A su paso expulsó a las naciones de esa tierra, la cual repartió por sorteo a su pueblo como herencia y estableció a las tribus de Israel en sus hogares. 56 Pero ellos siguieron tentando al Dios Altísimo y rebelándose contra él; no obedecieron sus leyes. 57 Le dieron la espalda y fueron tan infieles como sus padres; eran tan poco fiables como un arco torcido. 58 Hicieron enojar a Dios al construir santuarios a otros dioses; con sus ídolos lo pusieron celoso. 59 Cuando Dios los oyó, se enojó mucho, y rechazó a Israel por completo. 60 Entonces abandonó su morada en Silo, el tabernáculo donde había vivido en medio de su pueblo. 61 Permitió que el arca de su poder fuera capturada; cedió su gloria a manos enemigas. 62 Entregó a su pueblo para que los masacraran a espada, porque estaba muy enojado con su propio pueblo, su posesión más preciada. 63 A los jóvenes los mataron con fuego; las muchachas murieron antes de entonar sus canciones de boda. 64 Masacraron a los sacerdotes, y sus viudas no pudieron llorar su muerte. 65 Entonces el Señor se levantó como si despertara de un sueño, como un guerrero que vuelve en sí de una borrachera. 66 Derrotó a sus enemigos en forma aplastante y los mandó a la vergüenza eterna. 67 Pero rechazó a los descendientes de José; no escogió a la tribu de Efraín. 68 En cambio, eligió a la tribu de Judá, y al monte Sion, al cual amaba. 69 Allí construyó su santuario tan alto como los cielos, tan sólido y perdurable como la tierra. 70 Escogió a su siervo David y lo llamó del redil. 71 Tomó a David de donde cuidaba a las ovejas y a los corderos y lo convirtió en pastor de los descendientes de Jacob: de Israel, el pueblo de Dios. 72 Lo cuidó con sinceridad de corazón y lo dirigió con manos diestras.
Salmos 105
RVR1960 (1 Cr. 16.
7-22) 1 Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos. 2 Cantadle, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. 3 Gloriaos en su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová. 4 Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro. 5 Acordaos de las maravillas que él ha hecho, De sus prodigios y de los juicios de su boca, 6 Oh vosotros, descendencia de Abraham su siervo, Hijos de Jacob, sus escogidos. 7 Él es Jehová nuestro Dios; En toda la tierra están sus juicios. 8 Se acordó para siempre de su pacto; De la palabra que mandó para mil generaciones, 9 La cual concertó con Abraham, Y de su juramento a Isaac. 10 La estableció a Jacob por decreto, A Israel por pacto sempiterno, 11 Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán Como porción de vuestra heredad. 12 Cuando ellos eran pocos en número, Y forasteros en ella, 13 Y andaban de nación en nación, De un reino a otro pueblo, 14 No consintió que nadie los agraviase, Y por causa de ellos castigó a los reyes. 15 No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas. 16 Trajo hambre sobre la tierra, Y quebrantó todo sustento de pan. 17 Envió un varón delante de ellos; A José, que fue vendido por siervo. 18 Afligieron sus pies con grillos; En cárcel fue puesta su persona. 19 Hasta la hora que se cumplió su palabra, El dicho de Jehová le probó. 20 Envió el rey, y le soltó; El señor de los pueblos, y le dejó ir libre. 21 Lo puso por señor de su casa, Y por gobernador de todas sus posesiones, 22 Para que reprimiera a sus grandes como él quisiese, Y a sus ancianos enseñara sabiduría. 23 Después entró Israel en Egipto, Y Jacob moró en la tierra de Cam. 24 Y multiplicó su pueblo en gran manera, Y lo hizo más fuerte que sus enemigos. 25 Cambió el corazón de ellos para que aborreciesen a su pueblo, Para que contra sus siervos pensasen mal. 26 Envió a su siervo Moisés, Y a Aarón, al cual escogió. 27 Puso en ellos las palabras de sus señales, Y sus prodigios en la tierra de Cam. 28 Envió tinieblas que lo oscurecieron todo; No fueron rebeldes a su palabra. 29 Volvió sus aguas en sangre, Y mató sus peces. 30 Su tierra produjo ranas Hasta en las cámaras de sus reyes. 31 Habló, y vinieron enjambres de moscas, Y piojos en todos sus términos. 32 Les dio granizo por lluvia, Y llamas de fuego en su tierra. 33 Destrozó sus viñas y sus higueras, Y quebró los árboles de su territorio. 34 Habló, y vinieron langostas, Y pulgón sin número; 35 Y comieron toda la hierba de su país, Y devoraron el fruto de su tierra. 36 Hirió de muerte a todos los primogénitos en su tierra, Las primicias de toda su fuerza. 37 Los sacó con plata y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo. 38 Egipto se alegró de que salieran, Porque su terror había caído sobre ellos. 39 Extendió una nube por cubierta, Y fuego para alumbrar la noche. 40 Pidieron, e hizo venir codornices; Y los sació de pan del cielo. 41 Abrió la peña, y fluyeron aguas; Corrieron por los sequedales como un río. 42 Porque se acordó de su santa palabra Dada a Abraham su siervo. 43 Sacó a su pueblo con gozo; Con júbilo a sus escogidos. 44 Les dio las tierras de las naciones, Y las labores de los pueblos heredaron; 45 Para que guardasen sus estatutos, Y cumpliesen sus leyes. Aleluya. Salmos 105: 9 : Gn. 12.
7; 17.
8. Salmos 105: 9 : Gn. 26.
3. Salmos 105: 11 : Gn. 28.
13. Salmos 105: 15 : Gn. 20.
3-7. Salmos 105: 16 : Gn. 41.
53-57. Salmos 105: 17 : Gn. 37.
28; 45.
5. Salmos 105: 19 : Gn. 39.
20 — 40.
23. Salmos 105: 20 : Gn. 41.
14. Salmos 105: 21 : Gn. 41.
39-41. Salmos 105: 23 : Gn. 46.
6. Salmos 105: 23 : Gn. 47.
11. Salmos 105: 25 : Ex. 1.
7-14. Salmos 105: 26 : Ex. 3.
1 — 4.
17. Salmos 105: 28 : Ex. 10.
21-23. Salmos 105: 29 : Ex. 7.
17-21. Salmos 105: 30 : Ex. 8.
1-6. Salmos 105: 31 : Ex. 8.
20-24. Salmos 105: 31 : Ex. 8.
16-17. Salmos 105: 33 : Ex. 9.
22-25. Salmos 105: 35 : Ex. 10.
12-15. Salmos 105: 36 : Ex. 12.
29. Salmos 105: 38 : Ex. 12.
33-36. Salmos 105: 39 : Ex. 13.
21-22. Salmos 105: 40 : Ex. 16.
2-15. Salmos 105: 41 : Ex. 17.
1-7; Nm. 20.
2-13. Salmos 105: 44 : Jos. 11.
16-23.
NTV 1 Den gracias al Señor y proclamen su grandeza; que todo el mundo sepa lo que él ha hecho. 2 Canten a él; sí, cántenle alabanzas. Cuéntenle a todo el mundo acerca de sus obras maravillosas. 3 Regocíjense por su santo nombre; alégrense ustedes, los que adoran al Señor. 4 Busquen al Señor y a su fuerza; búsquenlo continuamente. 5 Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado, y los decretos que ha dictado, 6 ustedes, hijos de su siervo Abraham, descendientes de Jacob, los elegidos de Dios. 7 Él es el Señor nuestro Dios; su justicia se ve por toda la tierra. 8 Siempre se atiene a su pacto, al compromiso que adquirió con mil generaciones. 9 Es el pacto que hizo con Abraham y el juramento que le hizo a Isaac. 10 Se lo confirmó a Jacob como un decreto y al pueblo de Israel como un pacto eterno: 11 «Te daré la tierra de Canaán como tu preciada posesión». 12 Eso lo dijo cuando eran unos pocos, un pequeño grupo de extranjeros en Canaán. 13 Anduvieron de nación en nación, de un reino a otro. 14 Sin embargo, él no permitió que nadie los oprimiera. A favor de ellos, les advirtió a los reyes: 15 «No toquen a mi pueblo elegido ni hagan daño a mis profetas». 16 Mandó hambre a la tierra de Canaán, y cortó la provisión de alimentos. 17 Luego envió a un hombre a Egipto delante de ellos: a José, quien fue vendido como esclavo. 18 Le lastimaron los pies con grilletes y en el cuello le pusieron un collar de hierro. 19 Hasta que llegó el momento de cumplir sus sueños, el Señor puso a prueba el carácter de José. 20 Entonces el faraón mandó a buscarlo y lo puso en libertad; el gobernante de la nación le abrió la puerta de la cárcel. 21 José quedó a cargo de toda la casa del rey; llegó a ser el administrador de todas sus posesiones. 22 Con total libertad instruía a los asistentes del rey y enseñaba a los consejeros del rey. 23 Luego Israel llegó a Egipto; Jacob vivió como extranjero en la tierra de Cam. 24 Y el Señor multiplicó a los israelitas hasta que llegaron a ser más poderosos que sus enemigos. 25 Después puso a los egipcios en contra del pueblo de Israel, y ellos conspiraron contra los siervos del Señor. 26 Pero el Señor envió a su siervo Moisés, junto con Aarón, a quien había escogido. 27 Ellos realizaron señales asombrosas entre los egipcios, y maravillas en la tierra de Cam. 28 El Señor cubrió a Egipto con oscuridad, porque los egipcios desobedecieron las órdenes de dejar ir a su pueblo. 29 Convirtió sus aguas en sangre y envenenó a todos los peces. 30 Luego las ranas infestaron la tierra y hasta invadieron las habitaciones del rey. 31 Cuando el Señor habló, enjambres de moscas descendieron sobre los egipcios, y hubo una nube de mosquitos por todo Egipto. 32 Les envió granizo en lugar de lluvia, y destellaron relámpagos sobre la tierra. 33 Arruinó sus vides y sus higueras y destrozó todos los árboles. 34 Habló, y vinieron oleadas de langostas, langostas jóvenes en cantidades innumerables. 35 Se comieron todo lo verde que había en la tierra y destruyeron todos los cultivos de los campos. 36 Después mató al hijo mayor de cada hogar egipcio, el orgullo y la alegría de cada familia. 37 El Señor sacó a su pueblo de Egipto, cargado de oro y de plata; y ni una sola persona de las tribus de Israel siquiera tropezó. 38 Egipto se alegró cuando se fueron, porque les tenía mucho miedo. 39 El Señor desplegó una nube sobre ellos para que los cubriera y les dio un gran fuego para que iluminara la oscuridad. 40 Ellos le pidieron carne, y él les envió codornices; les sació el hambre con maná, pan del cielo. 41 Partió una roca, y brotó agua a chorros que formó un río a través de la tierra árida y baldía. 42 Pues recordó la promesa sagrada que le había hecho a su siervo Abraham. 43 Así que sacó a su pueblo de Egipto con alegría, a sus escogidos, con gozo. 44 Les dio las tierras de las naciones paganas, y cosecharon cultivos que otros habían sembrado. 45 Todo eso sucedió para que siguieran los decretos del Señor y obedecieran sus enseñanzas. ¡Alabado sea el Señor!
Gálatas 3:29
RVR1960 29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. (A) NTV 29 Y ahora que pertenecen a Cristo, son verdaderos hijos de Abraham. Son sus herederos, y la promesa de Dios a Abraham les pertenece a ustedes.
Salmos 106
RVR1960 1 Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. 2 ¿Quién expresará las poderosas obras de Jehová? ¿Quién contará sus alabanzas? 3 Dichosos los que guardan juicio, Los que hacen justicia en todo tiempo. 4 Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo; Visítame con tu salvación, 5 Para que yo vea el bien de tus escogidos, Para que me goce en la alegría de tu nación, Y me gloríe con tu heredad. 6 Pecamos nosotros, como nuestros padres; Hicimos iniquidad, hicimos impiedad. 7 Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, Sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. 8 Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder. 9 Reprendió al Mar Rojo y lo secó, Y les hizo ir por el abismo como por un desierto. 10 Los salvó de mano del enemigo, Y los rescató de mano del adversario. 11 Cubrieron las aguas a sus enemigos; No quedó ni uno de ellos. 12 Entonces creyeron a sus palabras Y cantaron su alabanza. 13 Bien pronto olvidaron sus obras; No esperaron su consejo. 14 Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad. 15 Y él les dio lo que pidieron; Mas envió mortandad sobre ellos. 16 Tuvieron envidia de Moisés en el campamento, Y contra Aarón, el santo de Jehová. 17 Entonces se abrió la tierra y tragó a Datán, Y cubrió la compañía de Abiram. 18 Y se encendió fuego en su junta; La llama quemó a los impíos. 19 Hicieron becerro en Horeb, Se postraron ante una imagen de fundición. 20 Así cambiaron su gloria Por la imagen de un buey que come hierba. 21 Olvidaron al Dios de su salvación, Que había hecho grandezas en Egipto, 22 Maravillas en la tierra de Cam, Cosas formidables sobre el Mar Rojo. 23 Y trató de destruirlos, De no haberse interpuesto Moisés su escogido delante de él, A fin de apartar su indignación para que no los destruyese. 24 Pero aborrecieron la tierra deseable; No creyeron a su palabra, 25 Antes murmuraron en sus tiendas, Y no oyeron la voz de Jehová. 26 Por tanto, alzó su mano contra ellos Para abatirlos en el desierto, 27 Y humillar su pueblo entre las naciones, Y esparcirlos por las tierras. 28 Se unieron asimismo a Baal-peor, Y comieron los sacrificios de los muertos. 29 Provocaron la ira de Dios con sus obras, Y se desarrolló la mortandad entre ellos. 30 Entonces se levantó Finees e hizo juicio, Y se detuvo la plaga; 31 Y le fue contado por justicia De generación en generación para siempre. 32 También le irritaron en las aguas de Meriba; Y le fue mal a Moisés por causa de ellos, 33 Porque hicieron rebelar a su espíritu, Y habló precipitadamente con sus labios. 34 No destruyeron a los pueblos Que Jehová les dijo; 35 Antes se mezclaron con las naciones, Y aprendieron sus obras, 36 Y sirvieron a sus ídolos, Los cuales fueron causa de su ruina. 37 Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios, 38 Y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, Que ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán, Y la tierra fue contaminada con sangre. 39 Se contaminaron así con sus obras, Y se prostituyeron con sus hechos. 40 Se encendió, por tanto, el furor de Jehová sobre su pueblo, Y abominó su heredad; 41 Los entregó en poder de las naciones, Y se enseñorearon de ellos los que les aborrecían. 42 Sus enemigos los oprimieron, Y fueron quebrantados debajo de su mano. 43 Muchas veces los libró; Mas ellos se rebelaron contra su consejo, Y fueron humillados por su maldad. 44 Con todo, él miraba cuando estaban en angustia, Y oía su clamor; 45 Y se acordaba de su pacto con ellos, Y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. 46 Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos. 47 Sálvanos, Jehová Dios nuestro, Y recógenos de entre las naciones, Para que alabemos tu santo nombre, Para que nos gloriemos en tus alabanzas. 48 Bendito Jehová Dios de Israel, Desde la eternidad y hasta la eternidad; Y diga todo el pueblo, Amén. Aleluya. Salmos 106: 1 : 1 Cr. 16.
34; 2 Cr. 5.
13; 7.
3; Esd. 3.
11; Sal. 100.
5; 107.
1; 118.
1; 136.
1; Jer. 33.
11. Salmos 106: 7 : Ex. 14.
10-12. Salmos 106: 9 : Ex. 14.
21-31. Salmos 106: 12 : Ex. 15.
1-21. Salmos 106: 15 : Nm. 11.
4-34. Salmos 106: 18 : Nm. 16.
1-35. Salmos 106: 19 : Ex. 32.
1-14. Salmos 106: 26 : Nm. 14.
1-35. Salmos 106: 27 : Lv. 26.
33. Salmos 106: 31 : Nm. 25.
1-13. Salmos 106: 33 : Nm. 20.
2-13. Salmos 106: 36 : Jue. 2.
1-3; 3.
5-6. Salmos 106: 37 : 2 R. 17.
17. Salmos 106: 38 : Nm. 35.
33. Salmos 106: 46 : Jue. 2.
14-18. Salmos 106: 48 : 1 Cr. 16.
35-36.
NTV 1 ¡Alabado sea el Señor! ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre. 2 ¿Quién podrá enumerar los gloriosos milagros del Señor? ¿Quién podrá alabarlo lo suficiente? 3 Hay alegría para los que tratan con justicia a los demás y siempre hacen lo que es correcto. 4 Acuérdate de mí, Señor, cuando le muestres favor a tu pueblo; acércate y rescátame. 5 Déjame tener parte en la prosperidad de tus elegidos. Permite que me alegre por el gozo de tu pueblo; concédeme alabarte con los que son tu herencia. 6 Hemos pecado como nuestros antepasados. ¡Hicimos lo malo y actuamos de manera perversa! 7 Nuestros antepasados en Egipto no quedaron conmovidos ante las obras milagrosas del Señor. Pronto olvidaron sus muchos actos de bondad hacia ellos; en cambio, se rebelaron contra él en el mar Rojo. 8 Aun así, él los salvó: para defender el honor de su nombre y para demostrar su gran poder. 9 Ordenó al mar Rojo que se secara y condujo a Israel a través del mar como si fuera un desierto. 10 Así los rescató de sus enemigos y los libertó de sus adversarios. 11 Después el agua volvió y cubrió a sus enemigos; ninguno de ellos sobrevivió. 12 Entonces el pueblo creyó las promesas del Señor y le cantó alabanzas. 13 Sin embargo, ¡qué pronto olvidaron lo que él había hecho! ¡No quisieron esperar su consejo! 14 En el desierto dieron rienda suelta a sus deseos; pusieron a prueba la paciencia de Dios en esa tierra árida y baldía. 15 Entonces les dio lo que pedían, pero al mismo tiempo les envió una plaga. 16 La gente del campamento se puso celosa de Moisés y tuvo envidia de Aarón, el santo sacerdote del Señor. 17 Por esa causa la tierra se abrió; se tragó a Datán y enterró a Abiram junto con los otros rebeldes. 18 Sobre sus seguidores cayó fuego; una llama consumió a los perversos. 19 Los israelitas hicieron un becerro en el monte Sinaí; se inclinaron ante una imagen hecha de oro. 20 Cambiaron a su glorioso Dios por la estatua de un toro que come hierba. 21 Se olvidaron de Dios, su salvador, quien había realizado tantas grandezas en Egipto: 22 obras tan maravillosas en la tierra de Cam, hechos tan asombrosos en el mar Rojo. 23 Por lo tanto, él declaró que los destruiría. Pero Moisés, su escogido, intervino entre el Señor y los israelitas; le suplicó que apartara su ira y que no los destruyera. 24 El pueblo se negó a entrar en la agradable tierra, porque no creían la promesa de que Dios los iba a cuidar. 25 En cambio, rezongaron en sus carpas y se negaron a obedecer al Señor. 26 Por lo tanto, él juró solemnemente que los mataría en el desierto, 27 que dispersaría a sus descendientes entre las naciones, y los enviaría a tierras distantes. 28 Después nuestros antepasados se unieron para rendir culto a Baal en Peor; ¡hasta comieron sacrificios ofrecidos a los muertos! 29 Con todo eso provocaron el enojo del Señor, entonces se desató una plaga en medio de ellos. 30 Pero Finees tuvo el valor de intervenir y la plaga se detuvo. 31 Por eso, desde entonces, se le considera un hombre justo. 32 También en Meriba, provocaron el enojo del Señor, y le causaron serios problemas a Moisés. 33 Hicieron que Moisés se enojara y hablara como un necio. 34 Israel no destruyó a las naciones que había en la tierra, como el Señor le había ordenado. 35 En cambio, los israelitas se mezclaron con los paganos y adoptaron sus malas costumbres. 36 Rindieron culto a sus ídolos, y eso resultó en su ruina. 37 Hasta sacrificaron a sus propios hijos e hijas a los demonios. 38 Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos e hijas. Al sacrificarlos a los ídolos de Canaán, contaminaron la tierra con asesinatos. 39 Se contaminaron a sí mismos con sus malas acciones, y su amor a los ídolos fue adulterio a los ojos del Señor. 40 Por eso, el enojo del Señor se encendió contra su pueblo, y él aborreció a su posesión más preciada. 41 Los entregó a las naciones paganas y quedaron bajo el gobierno de quienes los odiaban. 42 Sus enemigos los aplastaron y los sometieron a su cruel poder. 43 Él los rescató una y otra vez, pero ellos decidieron rebelarse en su contra, y finalmente su pecado los destruyó. 44 Aun así, él sintió compasión por la angustia de ellos y escuchó sus clamores. 45 Recordó el pacto que les había hecho y desistió a causa de su amor inagotable. 46 Hasta hizo que sus captores los trataran con amabilidad. 47 ¡Oh Señor nuestro Dios, sálvanos! Vuelve a reunirnos de entre las naciones, para que podamos agradecer a tu santo nombre, alegrarnos y alabarte. 48 Alaben al Señor, Dios de Israel, quien vive desde siempre y para siempre. Que todo el pueblo diga: «¡Amén! ». ¡Alabado sea el Señor!
Salmos 80
RVR1960 Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Salmo de Asaf. 1 Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José, Que estás entre querubines, resplandece. 2 Despierta tu poder delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés, Y ven a salvarnos. 3 Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. 4 Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo? 5 Les diste a comer pan de lágrimas, Y a beber lágrimas en gran abundancia. 6 Nos pusiste por escarnio a nuestros vecinos, Y nuestros enemigos se burlan entre sí. 7 Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. 8 Hiciste venir una vid de Egipto; Echaste las naciones, y la plantaste. 9 Limpiaste sitio delante de ella, E hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra. 10 Los montes fueron cubiertos de su sombra, Y con sus sarmientos los cedros de Dios. 11 Extendió sus vástagos hasta el mar, Y hasta el río sus renuevos. 12 ¿Por qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan por el camino? 13 La destroza el puerco montés, Y la bestia del campo la devora. 14 Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña, 15 La planta que plantó tu diestra, Y el renuevo que para ti afirmaste. 16 Quemada a fuego está, asolada; Perezcan por la reprensión de tu rostro. 17 Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste. 18 Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre. 19 ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. Salmos 80: 1 : Ex. 25.
22.
NTV Para el director del coro: salmo de Asaf; cántese con la melodía de «Lirios del pacto». 1 Te pido que escuches, oh Pastor de Israel, tú, que guías como a un rebaño a los descendientes de José. Oh Dios, entronizado por encima de los querubines, despliega tu radiante gloria 2 ante Efraín, Benjamín y Manasés. Muéstranos tu gran poder. ¡Ven a rescatarnos! 3 Oh Dios, haznos volver a ti; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos. 4 Oh Señor, Dios de los Ejércitos Celestiales, ¿hasta cuándo seguirás enojado con nuestras oraciones? 5 Nos diste tristeza por comida, y nos hiciste beber lágrimas en abundancia. 6 Nos convertiste en el desprecio de las naciones vecinas. Nuestros enemigos nos tratan como si fuéramos una broma. 7 Haznos volver a ti, oh Dios de los Ejércitos Celestiales; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos. 8 Nos sacaste de Egipto como a una vid; expulsaste a las naciones paganas y nos trasplantaste a tu tierra. 9 Limpiaste el terreno para nosotros, y echamos raíces y llenamos la tierra. 10 Nuestra sombra cubrió las montañas; nuestras ramas cubrieron los poderosos cedros. 11 Extendimos las ramas al occidente, hacia el mar Mediterráneo; nuestros retoños se extendieron al oriente, hacia el río Éufrates. 12 Pero ahora, ¿por qué has derribado nuestras murallas de modo que todos los que pasan pueden robarse nuestros frutos? 13 Los jabalíes del bosque los devoran, y los animales salvajes se alimentan de ellos. 14 Te suplicamos que regreses, oh Dios de los Ejércitos Celestiales. Observa desde los cielos y mira nuestro aprieto. Cuida de esta vid 15 que tú mismo plantaste, este hijo que criaste para ti. 16 Somos cortados y quemados por nuestros enemigos; que perezcan al ver tu ceño fruncido. 17 Fortalece al hombre que amas, al hijo que elegiste. 18 Entonces jamás volveremos a abandonarte. Revívenos para que podamos invocar tu nombre una vez más. 19 Haznos volver a ti, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos.
Números 6:22-27
RVR1960 22 Jehová habló a Moisés, diciendo: 23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: 24 Jehová te bendiga, y te guarde; 25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. 27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré. NTV 22 Entonces el Señor le dijo a Moisés: 23 «Diles a Aarón y a sus hijos que bendigan al pueblo de Israel con la siguiente bendición especial: 24 “Que el Señor te bendiga y te proteja. 25 Que el Señor sonría sobre ti y sea compasivo contigo. 26 Que el Señor te muestre su favor y te dé su paz”. 27 Cada vez que Aarón y sus hijos bendigan al pueblo de Israel en mi nombre, yo los bendeciré».
Salmos 135
RVR1960 Aleluya. 1 Alabad el nombre de Jehová; Alabadle, siervos de Jehová; 2 Los que estáis en la casa de Jehová, En los atrios de la casa de nuestro Dios. 3 Alabad a JAH, porque él es bueno; Cantad salmos a su nombre, porque él es benigno. 4 Porque JAH ha escogido a Jacob para sí, A Israel por posesión suya. 5 Porque yo sé que Jehová es grande, Y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses. 6 Todo lo que Jehová quiere, lo hace, En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. 7 Hace subir las nubes de los extremos de la tierra; Hace los relámpagos para la lluvia; Saca de sus depósitos los vientos. 8 Él es quien hizo morir a los primogénitos de Egipto, Desde el hombre hasta la bestia. 9 Envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto, Contra Faraón, y contra todos sus siervos. 10 Destruyó a muchas naciones, Y mató a reyes poderosos; 11 A Sehón rey amorreo, A Og rey de Basán, Y a todos los reyes de Canaán. 12 Y dio la tierra de ellos en heredad, En heredad a Israel su pueblo. 13 Oh Jehová, eterno es tu nombre; Tu memoria, oh Jehová, de generación en generación. 14 Porque Jehová juzgará a su pueblo, Y se compadecerá de sus siervos. 15 Los ídolos de las naciones son plata y oro, Obra de manos de hombres. 16 Tienen boca, y no hablan; Tienen ojos, y no ven; 17 Tienen orejas, y no oyen; Tampoco hay aliento en sus bocas. 18 Semejantes a ellos son los que los hacen, Y todos los que en ellos confían. 19 Casa de Israel, bendecid a Jehová; Casa de Aarón, bendecid a Jehová; 20 Casa de Leví, bendecid a Jehová; Los que teméis a Jehová, bendecid a Jehová. 21 Desde Sion sea bendecido Jehová, Quien mora en Jerusalén. Aleluya. Salmos 135: 18 : Sal. 115.
4-8; Ap. 9.
20.
NTV 1 ¡Alabado sea el Señor! ¡Alaben el nombre del Señor! Alábenlo, ustedes, los que sirven al Señor, 2 los que sirven en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios. 3 Alaben al Señor, porque el Señor es bueno; celebren con música su precioso nombre. 4 Pues el Señor escogió a Jacob para sí, a Israel, como su tesoro especial. 5 Yo conozco la grandeza del Señor: nuestro Señor es más grande que cualquier otro dios. 6 El Señor hace lo que le place por todo el cielo y toda la tierra, y en los océanos y sus profundidades. 7 Hace que las nubes se eleven sobre toda la tierra. Envía relámpagos junto con la lluvia y suelta el viento desde sus depósitos. 8 Destruyó al primer hijo varón de cada hogar egipcio y a las primeras crías de los animales. 9 Realizó señales milagrosas y maravillas en Egipto en contra del faraón y todo su pueblo. 10 Hirió de muerte a grandes naciones y masacró a reyes poderosos: 11 a Sehón, rey de los amorreos; a Og, rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán. 12 Entregó sus tierras como herencia, como preciada posesión a su pueblo Israel. 13 Tu nombre, oh Señor, permanece para siempre; tu fama, oh Señor, se conoce en cada generación. 14 Pues el Señor hará justicia a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos. 15 Los ídolos de las naciones no son más que objetos de plata y oro; manos humanas les dieron forma. 16 Tienen boca pero no pueden hablar, tienen ojos pero no pueden ver. 17 Tienen oídos pero no pueden oír, tienen boca pero no pueden respirar. 18 Y los que hacen ídolos son iguales a ellos, como también todos los que confían en ellos. 19 ¡Oh Israel, alaba al Señor! ¡Oh sacerdotes — descendientes de Aarón — , alaben al Señor! 20 ¡Oh levitas, alaben al Señor! ¡Todos los que temen al Señor, alaben al Señor! 21 El Señor sea alabado desde Sion, porque él vive aquí en Jerusalén. ¡Alabado sea el Señor!

VERSÍCULO DE MEMORIA

Salmos 78:3-4
RVR1960 3 Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron. 4 No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo. NTV 3 historias que hemos oído y conocido, que nos transmitieron nuestros antepasados. 4 No les ocultaremos estas verdades a nuestros hijos; a la próxima generación le contaremos de las gloriosas obras del Señor, de su poder y de sus imponentes maravillas.

SÁBADO — INTRODUCCIÓN



En numerosos salmos, la alabanza adopta la dinámica de narrar los poderosos actos de salvación del Señor. Estos salmos suelen llamarse “salmos de la historia de la salvación”, o “salmos históricos”. Algunos apelan al pueblo de Dios, al pedirle que aprenda de su historia; en particular, de sus errores y de los de sus antepasados. Ciertos salmos históricos contienen una nota predominante de himnos que destacan los maravillosos hechos de Dios en el pasado en favor de su pueblo y que fortalecen su confianza en el Señor, quien es capaz y fiel para librarlos de sus dificultades presentes.

El atractivo especial de los salmos históricos es que nos ayudan a ver nuestra vida como parte de la historia del pueblo de Dios y a reclamar ese pasado como propio. Como hemos sido adoptados en la familia del pueblo histórico de Dios por medio de Cristo Romanos 8:15
RVR1960 15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! NTV 15 Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos «Abba, Padre».
Romanos 9:24-26
RVR1960 24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no solo de los judíos, sino también de los gentiles? 25 Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y a la no amada, amada. 26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente. NTV 24 Y nosotros estamos entre los que él eligió, ya sea del grupo de los judíos o de los gentiles. 25 Con respecto a los gentiles, Dios dice en la profecía de Oseas: «A los que no eran mi pueblo, ahora los llamaré mi pueblo. Y amaré a los que antes no amaba». 26 Y también dice: «En el lugar donde se les dijo: “Ustedes no son mi pueblo”, allí serán llamados “hijos del Dios viviente”».
Gálatas 4:6-7
RVR1960 6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. NTV 6 y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre». 7 Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero.
la herencia histórica del antiguo pueblo de Israel es, de hecho, el relato de nuestra ascendencia espiritual. Por lo tanto, podemos y debemos aprender de su pasado, que también es el nuestro.

El objetivo final es comprender que cada generación del pueblo de Dios desempeña un papel pequeño pero significativo en el gran despliegue histórico de los propósitos soberanos de Dios en el Gran Conflicto.

DOMINGO — La imbatible fidelidad del Señor

Lee Salmos 78
RVR1960 Masquil de Asaf. 1 Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. 2 Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos, 3 Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron. 4 No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo. 5 Él estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel, La cual mandó a nuestros padres Que la notificasen a sus hijos; 6 Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, 7 A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, 8 Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu. 9 Los hijos de Efraín, arqueros armados, Volvieron las espaldas en el día de la batalla. 10 No guardaron el pacto de Dios, Ni quisieron andar en su ley; 11 Sino que se olvidaron de sus obras, Y de sus maravillas que les había mostrado. 12 Delante de sus padres hizo maravillas En la tierra de Egipto, en el campo de Zoán. 13 Dividió el mar y los hizo pasar; Detuvo las aguas como en un montón. 14 Les guio de día con nube, Y toda la noche con resplandor de fuego. 15 Hendió las peñas en el desierto, Y les dio a beber como de grandes abismos, 16 Pues sacó de la peña corrientes, E hizo descender aguas como ríos. 17 Pero aún volvieron a pecar contra él, Rebelándose contra el Altísimo en el desierto; 18 Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto. 19 Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? 20 He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, Y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo? 21 Por tanto, oyó Jehová, y se indignó; Se encendió el fuego contra Jacob, Y el furor subió también contra Israel, 22 Por cuanto no habían creído a Dios, Ni habían confiado en su salvación. 23 Sin embargo, mandó a las nubes de arriba, Y abrió las puertas de los cielos, 24 E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, Y les dio trigo de los cielos. 25 Pan de nobles comió el hombre; Les envió comida hasta saciarles. 26 Movió el solano en el cielo, Y trajo con su poder el viento sur, 27 E hizo llover sobre ellos carne como polvo, Como arena del mar, aves que vuelan. 28 Las hizo caer en medio del campamento, Alrededor de sus tiendas. 29 Comieron, y se saciaron; Les cumplió, pues, su deseo. 30 No habían quitado de sí su anhelo, Aún estaba la comida en su boca, 31 Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, E hizo morir a los más robustos de ellos, Y derribó a los escogidos de Israel. 32 Con todo esto, pecaron aún, Y no dieron crédito a sus maravillas. 33 Por tanto, consumió sus días en vanidad, Y sus años en tribulación. 34 Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; Entonces se volvían solícitos en busca suya, 35 Y se acordaban de que Dios era su refugio, Y el Dios Altísimo su redentor. 36 Pero le lisonjeaban con su boca, Y con su lengua le mentían; 37 Pues sus corazones no eran rectos con él, Ni estuvieron firmes en su pacto. 38 Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; Y apartó muchas veces su ira, Y no despertó todo su enojo. 39 Se acordó de que eran carne, Soplo que va y no vuelve. 40 ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, Lo enojaron en el yermo! 41 Y volvían, y tentaban a Dios, Y provocaban al Santo de Israel. 42 No se acordaron de su mano, Del día que los redimió de la angustia; 43 Cuando puso en Egipto sus señales, Y sus maravillas en el campo de Zoán; 44 Y volvió sus ríos en sangre, Y sus corrientes, para que no bebiesen. 45 Envió entre ellos enjambres de moscas que los devoraban, Y ranas que los destruían. 46 Dio también a la oruga sus frutos, Y sus labores a la langosta. 47 Sus viñas destruyó con granizo, Y sus higuerales con escarcha; 48 Entregó al pedrisco sus bestias, Y sus ganados a los rayos. 49 Envió sobre ellos el ardor de su ira; Enojo, indignación y angustia, Un ejército de ángeles destructores. 50 Dispuso camino a su furor; No eximió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó su vida a la mortandad. 51 Hizo morir a todo primogénito en Egipto, Las primicias de su fuerza en las tiendas de Cam. 52 Hizo salir a su pueblo como ovejas, Y los llevó por el desierto como un rebaño. 53 Los guio con seguridad, de modo que no tuvieran temor; Y el mar cubrió a sus enemigos. 54 Los trajo después a las fronteras de su tierra santa, A este monte que ganó su mano derecha. 55 Echó las naciones de delante de ellos; Con cuerdas repartió sus tierras en heredad, E hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel. 56 Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios; 57 Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; Se volvieron como arco engañoso. 58 Le enojaron con sus lugares altos, Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla. 59 Lo oyó Dios y se enojó, Y en gran manera aborreció a Israel. 60 Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres, 61 Y entregó a cautiverio su poderío, Y su gloria en mano del enemigo. 62 Entregó también su pueblo a la espada, Y se irritó contra su heredad. 63 El fuego devoró a sus jóvenes, Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales. 64 Sus sacerdotes cayeron a espada, Y sus viudas no hicieron lamentación. 65 Entonces despertó el Señor como quien duerme, Como un valiente que grita excitado del vino, 66 E hirió a sus enemigos por detrás; Les dio perpetua afrenta. 67 Desechó la tienda de José, Y no escogió la tribu de Efraín, 68 Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al cual amó. 69 Edificó su santuario a manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para siempre. 70 Eligió a David su siervo, Y lo tomó de las majadas de las ovejas; 71 De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel su heredad. 72 Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreó con la pericia de sus manos. Salmos 78: 2 : Mt. 13.
35. Salmos 78: 12 : Ex. 7.
8 — 12.
32. Salmos 78: 13 : Ex. 14.
21-22. Salmos 78: 14 : Ex. 13.
21-22. Salmos 78: 16 : Ex. 17.
1-7; Nm. 20.
2-13. Salmos 78: 24 : Jn. 6.
31. Salmos 78: 31 : Ex. 16.
2-15; Nm. 11.
4-23,31-35. Salmos 78: 37 : Hch. 8.
21. Salmos 78: 44 : Ex. 7.
17-21. Salmos 78: 45 : Ex. 8.
20-24. Salmos 78: 45 : Ex. 8.
1-6. Salmos 78: 46 : Ex. 10.
12-15. Salmos 78: 48 : Ex. 9.
22-25. Salmos 78: 51 : Ex. 12.
29. Salmos 78: 52 : Ex. 13.
17-22. Salmos 78: 53 : Ex. 14.
26-28. Salmos 78: 54 : Ex. 15.
17; Jos. 3.
14-17. Salmos 78: 55 : Jos. 11.
16-23. Salmos 78: 56 : Jue. 2.
11-15. Salmos 78: 60 : Jos. 18.
1; Jer. 7.
12-14; 26.
6. Salmos 78: 61 : 1 S. 4.
4-22. Salmos 78: 71 : 1 S. 16.
11-12; 2 S. 7.
8; 1 Cr. 17.
7.
NTV Salmo de Asaf. 1 Oh pueblo mío, escucha mis enseñanzas; abre tus oídos a lo que digo, 2 porque te hablaré por medio de una parábola. Te enseñaré lecciones escondidas de nuestro pasado, 3 historias que hemos oído y conocido, que nos transmitieron nuestros antepasados. 4 No les ocultaremos estas verdades a nuestros hijos; a la próxima generación le contaremos de las gloriosas obras del Señor, de su poder y de sus imponentes maravillas. 5 Pues emitió sus leyes a Jacob; entregó sus enseñanzas a Israel. Les ordenó a nuestros antepasados que se las enseñaran a sus hijos, 6 para que la siguiente generación las conociera — incluso los niños que aún no habían nacido — , y ellos, a su vez, las enseñarán a sus propios hijos. 7 De modo que cada generación volviera a poner su esperanza en Dios y no olvidara sus gloriosos milagros, sino que obedeciera sus mandamientos. 8 Entonces no serán obstinados, rebeldes e infieles como sus antepasados, quienes se negaron a entregar su corazón a Dios. 9 Los guerreros de Efraín, aunque estaban armados con arcos, dieron la espalda y huyeron el día de la batalla. 10 No cumplieron el pacto de Dios y se negaron a vivir según sus enseñanzas. 11 Se olvidaron de lo que él había hecho, de las grandes maravillas que les había mostrado, 12 de los milagros que hizo para sus antepasados en la llanura de Zoán, en la tierra de Egipto. 13 Partió en dos el mar y los guio a cruzarlo ¡mientras sostenía las aguas como si fueran una pared! 14 Durante el día los guiaba con una nube, y toda la noche, con una columna de fuego. 15 Partió las rocas en el desierto para darles agua como de un manantial burbujeante. 16 Hizo que de la roca brotaran corrientes de agua, ¡y que el agua fluyera como un río! 17 Sin embargo, ellos siguieron pecando contra él, al rebelarse contra el Altísimo en el desierto. 18 Tercamente pusieron a prueba a Dios en sus corazones, al exigirle la comida que tanto ansiaban. 19 Hasta hablaron en contra de Dios al decir: «Dios no puede darnos comida en el desierto. 20 Por cierto, puede golpear una roca para que brote agua, pero no puede darle pan y carne a su pueblo». 21 Cuando el Señor los oyó, se puso furioso; el fuego de su ira se encendió contra Jacob. Sí, su enojo aumentó contra Israel, 22 porque no le creyeron a Dios ni confiaron en su cuidado. 23 Pero él ordenó que se abrieran los cielos; abrió las puertas del cielo. 24 Hizo que lloviera maná para que comieran; les dio pan del cielo. 25 ¡Se alimentaron con comida de ángeles! Dios les dio todo lo que podían consumir. 26 Soltó el viento del oriente en los cielos y guio al viento del sur con su gran poder. 27 ¡Hizo llover tanta carne como si fuera polvo y cantidad de aves como la arena a la orilla del mar! 28 Hizo caer las aves dentro del campamento y alrededor de sus carpas. 29 El pueblo comió hasta saciarse; él les dio lo que se les antojaba. 30 Pero antes de que saciaran su antojo, mientras aún tenían la comida en la boca, 31 la ira de Dios aumentó contra ellos, e hirió de muerte a sus hombres más fuertes; derribó a los mejores jóvenes de Israel. 32 Sin embargo, el pueblo siguió pecando; a pesar de sus maravillas, se negaron a confiar en él. 33 Entonces, hizo que la vida de ellos terminara en fracaso, y sus años, en horror. 34 Cuando Dios comenzó a matarlos, finalmente lo buscaron. Se arrepintieron y tomaron en serio a Dios. 35 Entonces recordaron que Dios era su roca, que el Dios Altísimo era su redentor. 36 Pero todo fue de dientes para afuera; le mintieron con la lengua. 37 Con el corazón no eran leales a él; no cumplieron su pacto. 38 Sin embargo, él tuvo misericordia y perdonó sus pecados, y no los destruyó a todos. Muchas veces contuvo su enojo y no desató su furia. 39 Se acordó de que eran simples mortales que desaparecen como una ráfaga de viento que nunca vuelve. 40 Oh, cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto y entristecieron su corazón en esa tierra seca y baldía. 41 Una y otra vez pusieron a prueba la paciencia de Dios y provocaron al Santo de Israel. 42 No se acordaron de su poder ni de cómo los rescató de sus enemigos. 43 No recordaron las señales milagrosas que hizo en Egipto ni sus maravillas en la llanura de Zoán. 44 Pues él convirtió los ríos en sangre, para que nadie pudiera beber de los arroyos. 45 Envió grandes enjambres de moscas para que los consumieran y miles de ranas para que los arruinaran. 46 Les dio sus cultivos a las orugas; las langostas consumieron sus cosechas. 47 Destruyó sus vides con granizo y destrozó sus higueras con aguanieve. 48 Dejó su ganado a merced del granizo, sus animales, abandonados a los rayos. 49 Desató sobre ellos su ira feroz, toda su furia, su enojo y hostilidad. Envió contra ellos a un grupo de ángeles destructores. 50 Se enfureció contra ellos; no perdonó la vida de los egipcios, sino que los devastó con plagas. 51 Mató al hijo mayor de cada familia egipcia, la flor de la juventud en toda la tierra de Egipto. 52 Pero guio a su propio pueblo como a un rebaño de ovejas; los condujo a salvo a través del desierto. 53 Los protegió para que no tuvieran temor; en cambio, sus enemigos quedaron cubiertos por el mar. 54 Los llevó a la frontera de la tierra santa, a la tierra de colinas que había conquistado para ellos. 55 A su paso expulsó a las naciones de esa tierra, la cual repartió por sorteo a su pueblo como herencia y estableció a las tribus de Israel en sus hogares. 56 Pero ellos siguieron tentando al Dios Altísimo y rebelándose contra él; no obedecieron sus leyes. 57 Le dieron la espalda y fueron tan infieles como sus padres; eran tan poco fiables como un arco torcido. 58 Hicieron enojar a Dios al construir santuarios a otros dioses; con sus ídolos lo pusieron celoso. 59 Cuando Dios los oyó, se enojó mucho, y rechazó a Israel por completo. 60 Entonces abandonó su morada en Silo, el tabernáculo donde había vivido en medio de su pueblo. 61 Permitió que el arca de su poder fuera capturada; cedió su gloria a manos enemigas. 62 Entregó a su pueblo para que los masacraran a espada, porque estaba muy enojado con su propio pueblo, su posesión más preciada. 63 A los jóvenes los mataron con fuego; las muchachas murieron antes de entonar sus canciones de boda. 64 Masacraron a los sacerdotes, y sus viudas no pudieron llorar su muerte. 65 Entonces el Señor se levantó como si despertara de un sueño, como un guerrero que vuelve en sí de una borrachera. 66 Derrotó a sus enemigos en forma aplastante y los mandó a la vergüenza eterna. 67 Pero rechazó a los descendientes de José; no escogió a la tribu de Efraín. 68 En cambio, eligió a la tribu de Judá, y al monte Sion, al cual amaba. 69 Allí construyó su santuario tan alto como los cielos, tan sólido y perdurable como la tierra. 70 Escogió a su siervo David y lo llamó del redil. 71 Tomó a David de donde cuidaba a las ovejas y a los corderos y lo convirtió en pastor de los descendientes de Jacob: de Israel, el pueblo de Dios. 72 Lo cuidó con sinceridad de corazón y lo dirigió con manos diestras.

¿Qué tres épocas históricas clave se destacan en este salmo? ¿Qué lecciones recurrentes extrae Asaf de cada período?

Las reseñas del pasado de Israel ponen de relieve la fidelidad de Dios y la infidelidad de Israel. También deben enseñar a las generaciones venideras a no repetir los errores de sus antepasados, sino a confiar en Dios y permanecer fieles a su alianza. El salmista utiliza la historia como una parábola Salmos 78:2
RVR1960 2 Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos, NTV 2 porque te hablaré por medio de una parábola. Te enseñaré lecciones escondidas de nuestro pasado,
lo que significa que el pueblo debe meditar profundamente en el mensaje del salmo y buscar su significado por sí mismo. Salmos 78:2
RVR1960 2 Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos, NTV 2 porque te hablaré por medio de una parábola. Te enseñaré lecciones escondidas de nuestro pasado,
es una descripción profética del método de Jesús de enseñar en parábolas Mateo 13:34-35
RVR1960 (Mr. 4.
33-34) 34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; 35 para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.
NTV 34 Jesús siempre usaba historias e ilustraciones como esas cuando hablaba con las multitudes. De hecho, nunca les habló sin usar parábolas. 35 Así se cumplió lo que había dicho Dios por medio del profeta: «Les hablaré en parábolas. Les explicaré cosas escondidas desde la creación del mundo».

Este salmo también considera la época del Éxodo Salmos 78:9-54
RVR1960 9 Los hijos de Efraín, arqueros armados, Volvieron las espaldas en el día de la batalla. 10 No guardaron el pacto de Dios, Ni quisieron andar en su ley; 11 Sino que se olvidaron de sus obras, Y de sus maravillas que les había mostrado. 12 Delante de sus padres hizo maravillas En la tierra de Egipto, en el campo de Zoán. 13 Dividió el mar y los hizo pasar; Detuvo las aguas como en un montón. 14 Les guio de día con nube, Y toda la noche con resplandor de fuego. 15 Hendió las peñas en el desierto, Y les dio a beber como de grandes abismos, 16 Pues sacó de la peña corrientes, E hizo descender aguas como ríos. 17 Pero aún volvieron a pecar contra él, Rebelándose contra el Altísimo en el desierto; 18 Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto. 19 Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? 20 He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, Y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo? 21 Por tanto, oyó Jehová, y se indignó; Se encendió el fuego contra Jacob, Y el furor subió también contra Israel, 22 Por cuanto no habían creído a Dios, Ni habían confiado en su salvación. 23 Sin embargo, mandó a las nubes de arriba, Y abrió las puertas de los cielos, 24 E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, Y les dio trigo de los cielos. 25 Pan de nobles comió el hombre; Les envió comida hasta saciarles. 26 Movió el solano en el cielo, Y trajo con su poder el viento sur, 27 E hizo llover sobre ellos carne como polvo, Como arena del mar, aves que vuelan. 28 Las hizo caer en medio del campamento, Alrededor de sus tiendas. 29 Comieron, y se saciaron; Les cumplió, pues, su deseo. 30 No habían quitado de sí su anhelo, Aún estaba la comida en su boca, 31 Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, E hizo morir a los más robustos de ellos, Y derribó a los escogidos de Israel. 32 Con todo esto, pecaron aún, Y no dieron crédito a sus maravillas. 33 Por tanto, consumió sus días en vanidad, Y sus años en tribulación. 34 Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; Entonces se volvían solícitos en busca suya, 35 Y se acordaban de que Dios era su refugio, Y el Dios Altísimo su redentor. 36 Pero le lisonjeaban con su boca, Y con su lengua le mentían; 37 Pues sus corazones no eran rectos con él, Ni estuvieron firmes en su pacto. 38 Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; Y apartó muchas veces su ira, Y no despertó todo su enojo. 39 Se acordó de que eran carne, Soplo que va y no vuelve. 40 ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, Lo enojaron en el yermo! 41 Y volvían, y tentaban a Dios, Y provocaban al Santo de Israel. 42 No se acordaron de su mano, Del día que los redimió de la angustia; 43 Cuando puso en Egipto sus señales, Y sus maravillas en el campo de Zoán; 44 Y volvió sus ríos en sangre, Y sus corrientes, para que no bebiesen. 45 Envió entre ellos enjambres de moscas que los devoraban, Y ranas que los destruían. 46 Dio también a la oruga sus frutos, Y sus labores a la langosta. 47 Sus viñas destruyó con granizo, Y sus higuerales con escarcha; 48 Entregó al pedrisco sus bestias, Y sus ganados a los rayos. 49 Envió sobre ellos el ardor de su ira; Enojo, indignación y angustia, Un ejército de ángeles destructores. 50 Dispuso camino a su furor; No eximió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó su vida a la mortandad. 51 Hizo morir a todo primogénito en Egipto, Las primicias de su fuerza en las tiendas de Cam. 52 Hizo salir a su pueblo como ovejas, Y los llevó por el desierto como un rebaño. 53 Los guio con seguridad, de modo que no tuvieran temor; Y el mar cubrió a sus enemigos. 54 Los trajo después a las fronteras de su tierra santa, A este monte que ganó su mano derecha. NTV 9 Los guerreros de Efraín, aunque estaban armados con arcos, dieron la espalda y huyeron el día de la batalla. 10 No cumplieron el pacto de Dios y se negaron a vivir según sus enseñanzas. 11 Se olvidaron de lo que él había hecho, de las grandes maravillas que les había mostrado, 12 de los milagros que hizo para sus antepasados en la llanura de Zoán, en la tierra de Egipto. 13 Partió en dos el mar y los guio a cruzarlo ¡mientras sostenía las aguas como si fueran una pared! 14 Durante el día los guiaba con una nube, y toda la noche, con una columna de fuego. 15 Partió las rocas en el desierto para darles agua como de un manantial burbujeante. 16 Hizo que de la roca brotaran corrientes de agua, ¡y que el agua fluyera como un río! 17 Sin embargo, ellos siguieron pecando contra él, al rebelarse contra el Altísimo en el desierto. 18 Tercamente pusieron a prueba a Dios en sus corazones, al exigirle la comida que tanto ansiaban. 19 Hasta hablaron en contra de Dios al decir: «Dios no puede darnos comida en el desierto. 20 Por cierto, puede golpear una roca para que brote agua, pero no puede darle pan y carne a su pueblo». 21 Cuando el Señor los oyó, se puso furioso; el fuego de su ira se encendió contra Jacob. Sí, su enojo aumentó contra Israel, 22 porque no le creyeron a Dios ni confiaron en su cuidado. 23 Pero él ordenó que se abrieran los cielos; abrió las puertas del cielo. 24 Hizo que lloviera maná para que comieran; les dio pan del cielo. 25 ¡Se alimentaron con comida de ángeles! Dios les dio todo lo que podían consumir. 26 Soltó el viento del oriente en los cielos y guio al viento del sur con su gran poder. 27 ¡Hizo llover tanta carne como si fuera polvo y cantidad de aves como la arena a la orilla del mar! 28 Hizo caer las aves dentro del campamento y alrededor de sus carpas. 29 El pueblo comió hasta saciarse; él les dio lo que se les antojaba. 30 Pero antes de que saciaran su antojo, mientras aún tenían la comida en la boca, 31 la ira de Dios aumentó contra ellos, e hirió de muerte a sus hombres más fuertes; derribó a los mejores jóvenes de Israel. 32 Sin embargo, el pueblo siguió pecando; a pesar de sus maravillas, se negaron a confiar en él. 33 Entonces, hizo que la vida de ellos terminara en fracaso, y sus años, en horror. 34 Cuando Dios comenzó a matarlos, finalmente lo buscaron. Se arrepintieron y tomaron en serio a Dios. 35 Entonces recordaron que Dios era su roca, que el Dios Altísimo era su redentor. 36 Pero todo fue de dientes para afuera; le mintieron con la lengua. 37 Con el corazón no eran leales a él; no cumplieron su pacto. 38 Sin embargo, él tuvo misericordia y perdonó sus pecados, y no los destruyó a todos. Muchas veces contuvo su enojo y no desató su furia. 39 Se acordó de que eran simples mortales que desaparecen como una ráfaga de viento que nunca vuelve. 40 Oh, cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto y entristecieron su corazón en esa tierra seca y baldía. 41 Una y otra vez pusieron a prueba la paciencia de Dios y provocaron al Santo de Israel. 42 No se acordaron de su poder ni de cómo los rescató de sus enemigos. 43 No recordaron las señales milagrosas que hizo en Egipto ni sus maravillas en la llanura de Zoán. 44 Pues él convirtió los ríos en sangre, para que nadie pudiera beber de los arroyos. 45 Envió grandes enjambres de moscas para que los consumieran y miles de ranas para que los arruinaran. 46 Les dio sus cultivos a las orugas; las langostas consumieron sus cosechas. 47 Destruyó sus vides con granizo y destrozó sus higueras con aguanieve. 48 Dejó su ganado a merced del granizo, sus animales, abandonados a los rayos. 49 Desató sobre ellos su ira feroz, toda su furia, su enojo y hostilidad. Envió contra ellos a un grupo de ángeles destructores. 50 Se enfureció contra ellos; no perdonó la vida de los egipcios, sino que los devastó con plagas. 51 Mató al hijo mayor de cada familia egipcia, la flor de la juventud en toda la tierra de Egipto. 52 Pero guio a su propio pueblo como a un rebaño de ovejas; los condujo a salvo a través del desierto. 53 Los protegió para que no tuvieran temor; en cambio, sus enemigos quedaron cubiertos por el mar. 54 Los llevó a la frontera de la tierra santa, a la tierra de colinas que había conquistado para ellos.
el establecimiento en Canaán Salmos 78:55-64
RVR1960 55 Echó las naciones de delante de ellos; Con cuerdas repartió sus tierras en heredad, E hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel. 56 Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios; 57 Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; Se volvieron como arco engañoso. 58 Le enojaron con sus lugares altos, Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla. 59 Lo oyó Dios y se enojó, Y en gran manera aborreció a Israel. 60 Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres, 61 Y entregó a cautiverio su poderío, Y su gloria en mano del enemigo. 62 Entregó también su pueblo a la espada, Y se irritó contra su heredad. 63 El fuego devoró a sus jóvenes, Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales. 64 Sus sacerdotes cayeron a espada, Y sus viudas no hicieron lamentación. NTV 55 A su paso expulsó a las naciones de esa tierra, la cual repartió por sorteo a su pueblo como herencia y estableció a las tribus de Israel en sus hogares. 56 Pero ellos siguieron tentando al Dios Altísimo y rebelándose contra él; no obedecieron sus leyes. 57 Le dieron la espalda y fueron tan infieles como sus padres; eran tan poco fiables como un arco torcido. 58 Hicieron enojar a Dios al construir santuarios a otros dioses; con sus ídolos lo pusieron celoso. 59 Cuando Dios los oyó, se enojó mucho, y rechazó a Israel por completo. 60 Entonces abandonó su morada en Silo, el tabernáculo donde había vivido en medio de su pueblo. 61 Permitió que el arca de su poder fuera capturada; cedió su gloria a manos enemigas. 62 Entregó a su pueblo para que los masacraran a espada, porque estaba muy enojado con su propio pueblo, su posesión más preciada. 63 A los jóvenes los mataron con fuego; las muchachas murieron antes de entonar sus canciones de boda. 64 Masacraron a los sacerdotes, y sus viudas no pudieron llorar su muerte.
y la época de David Salmos 78:65-72
RVR1960 65 Entonces despertó el Señor como quien duerme, Como un valiente que grita excitado del vino, 66 E hirió a sus enemigos por detrás; Les dio perpetua afrenta. 67 Desechó la tienda de José, Y no escogió la tribu de Efraín, 68 Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al cual amó. 69 Edificó su santuario a manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para siempre. 70 Eligió a David su siervo, Y lo tomó de las majadas de las ovejas; 71 De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel su heredad. 72 Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreó con la pericia de sus manos. NTV 65 Entonces el Señor se levantó como si despertara de un sueño, como un guerrero que vuelve en sí de una borrachera. 66 Derrotó a sus enemigos en forma aplastante y los mandó a la vergüenza eterna. 67 Pero rechazó a los descendientes de José; no escogió a la tribu de Efraín. 68 En cambio, eligió a la tribu de Judá, y al monte Sion, al cual amaba. 69 Allí construyó su santuario tan alto como los cielos, tan sólido y perdurable como la tierra. 70 Escogió a su siervo David y lo llamó del redil. 71 Tomó a David de donde cuidaba a las ovejas y a los corderos y lo convirtió en pastor de los descendientes de Jacob: de Israel, el pueblo de Dios. 72 Lo cuidó con sinceridad de corazón y lo dirigió con manos diestras.
Muestra las gloriosas hazañas del Señor y las consecuencias de la ruptura del pacto con Dios por parte del pueblo. La historia de Israel relata muchas formas de deslealtad del pueblo hacia Dios, especialmente su idolatría Salmos 78:58
RVR1960 58 Le enojaron con sus lugares altos, Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla. NTV 58 Hicieron enojar a Dios al construir santuarios a otros dioses; con sus ídolos lo pusieron celoso.

Sin embargo, el salmista subraya la raíz de la infidelidad de Israel: olvidó lo que Dios había hecho por él, no confió en Dios, puso a Dios a prueba Salmos 78:18
RVR1960 18 Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto. NTV 18 Tercamente pusieron a prueba a Dios en sus corazones, al exigirle la comida que tanto ansiaban.
Salmos 78:41
RVR1960 41 Y volvían, y tentaban a Dios, Y provocaban al Santo de Israel. NTV 41 Una y otra vez pusieron a prueba la paciencia de Dios y provocaron al Santo de Israel.
Salmos 78:56
RVR1960 56 Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios; NTV 56 Pero ellos siguieron tentando al Dios Altísimo y rebelándose contra él; no obedecieron sus leyes.
y se rebeló contra él; y no guardó su Ley, su Pacto ni sus testimonios Salmos 78:10
RVR1960 10 No guardaron el pacto de Dios, Ni quisieron andar en su ley; NTV 10 No cumplieron el pacto de Dios y se negaron a vivir según sus enseñanzas.
Salmos 78:37
RVR1960 37 Pues sus corazones no eran rectos con él, Ni estuvieron firmes en su pacto. NTV 37 Con el corazón no eran leales a él; no cumplieron su pacto.
Salmos 78:56
RVR1960 56 Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios; NTV 56 Pero ellos siguieron tentando al Dios Altísimo y rebelándose contra él; no obedecieron sus leyes.
Al subrayar estas formas concretas de deslealtad, el salmista da a entender que el rechazo de Israel en la historia se ha debido a un pecado esencial: la falta de confianza del pueblo en el Señor Salmos 78:7-8
RVR1960 7 A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, 8 Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu. NTV 7 De modo que cada generación volviera a poner su esperanza en Dios y no olvidara sus gloriosos milagros, sino que obedeciera sus mandamientos. 8 Entonces no serán obstinados, rebeldes e infieles como sus antepasados, quienes se negaron a entregar su corazón a Dios.

Al leer el salmo, nos sobrecogemos ante la constante obstinación y ceguera espiritual del pueblo, en contraste con la paciencia y la gracia ilimitadas del Señor. ¿Cómo es posible que cada nueva generación fuera tan lenta en aprender?

Antes de juzgar excesivamente a las generaciones pasadas, deberíamos pensar en nosotros mismos. ¿No somos también nosotros olvidadizos de las maravillas pasadas de Dios y negligentes con sus exigencias pactadas? El salmo no anima a la gente a confiar en sus propias obras. Al contrario, Salmo 78 muestra la futilidad de la voluntad humana, a menos que esté cimentada en el reconocimiento constante de la fidelidad de Dios y en la aceptación de su gracia. Las batallas infructuosas del pueblo de Dios Salmos 78:9
RVR1960 9 Los hijos de Efraín, arqueros armados, Volvieron las espaldas en el día de la batalla. NTV 9 Los guerreros de Efraín, aunque estaban armados con arcos, dieron la espalda y huyeron el día de la batalla.
Salmos 78:62-64
RVR1960 62 Entregó también su pueblo a la espada, Y se irritó contra su heredad. 63 El fuego devoró a sus jóvenes, Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales. 64 Sus sacerdotes cayeron a espada, Y sus viudas no hicieron lamentación. NTV 62 Entregó a su pueblo para que los masacraran a espada, porque estaba muy enojado con su propio pueblo, su posesión más preciada. 63 A los jóvenes los mataron con fuego; las muchachas murieron antes de entonar sus canciones de boda. 64 Masacraron a los sacerdotes, y sus viudas no pudieron llorar su muerte.
esclarecen la lección del salmo de que los esfuerzos humanos sin fidelidad a Dios están condenados al fracaso.

¿Qué lecciones has aprendido, o deberías haber aprendido, de tus errores pasados?

LUNES — Recordar la historia y alabar a Dios

Lee Salmos 105
RVR1960 (1 Cr. 16.
7-22) 1 Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos. 2 Cantadle, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. 3 Gloriaos en su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová. 4 Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro. 5 Acordaos de las maravillas que él ha hecho, De sus prodigios y de los juicios de su boca, 6 Oh vosotros, descendencia de Abraham su siervo, Hijos de Jacob, sus escogidos. 7 Él es Jehová nuestro Dios; En toda la tierra están sus juicios. 8 Se acordó para siempre de su pacto; De la palabra que mandó para mil generaciones, 9 La cual concertó con Abraham, Y de su juramento a Isaac. 10 La estableció a Jacob por decreto, A Israel por pacto sempiterno, 11 Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán Como porción de vuestra heredad. 12 Cuando ellos eran pocos en número, Y forasteros en ella, 13 Y andaban de nación en nación, De un reino a otro pueblo, 14 No consintió que nadie los agraviase, Y por causa de ellos castigó a los reyes. 15 No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas. 16 Trajo hambre sobre la tierra, Y quebrantó todo sustento de pan. 17 Envió un varón delante de ellos; A José, que fue vendido por siervo. 18 Afligieron sus pies con grillos; En cárcel fue puesta su persona. 19 Hasta la hora que se cumplió su palabra, El dicho de Jehová le probó. 20 Envió el rey, y le soltó; El señor de los pueblos, y le dejó ir libre. 21 Lo puso por señor de su casa, Y por gobernador de todas sus posesiones, 22 Para que reprimiera a sus grandes como él quisiese, Y a sus ancianos enseñara sabiduría. 23 Después entró Israel en Egipto, Y Jacob moró en la tierra de Cam. 24 Y multiplicó su pueblo en gran manera, Y lo hizo más fuerte que sus enemigos. 25 Cambió el corazón de ellos para que aborreciesen a su pueblo, Para que contra sus siervos pensasen mal. 26 Envió a su siervo Moisés, Y a Aarón, al cual escogió. 27 Puso en ellos las palabras de sus señales, Y sus prodigios en la tierra de Cam. 28 Envió tinieblas que lo oscurecieron todo; No fueron rebeldes a su palabra. 29 Volvió sus aguas en sangre, Y mató sus peces. 30 Su tierra produjo ranas Hasta en las cámaras de sus reyes. 31 Habló, y vinieron enjambres de moscas, Y piojos en todos sus términos. 32 Les dio granizo por lluvia, Y llamas de fuego en su tierra. 33 Destrozó sus viñas y sus higueras, Y quebró los árboles de su territorio. 34 Habló, y vinieron langostas, Y pulgón sin número; 35 Y comieron toda la hierba de su país, Y devoraron el fruto de su tierra. 36 Hirió de muerte a todos los primogénitos en su tierra, Las primicias de toda su fuerza. 37 Los sacó con plata y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo. 38 Egipto se alegró de que salieran, Porque su terror había caído sobre ellos. 39 Extendió una nube por cubierta, Y fuego para alumbrar la noche. 40 Pidieron, e hizo venir codornices; Y los sació de pan del cielo. 41 Abrió la peña, y fluyeron aguas; Corrieron por los sequedales como un río. 42 Porque se acordó de su santa palabra Dada a Abraham su siervo. 43 Sacó a su pueblo con gozo; Con júbilo a sus escogidos. 44 Les dio las tierras de las naciones, Y las labores de los pueblos heredaron; 45 Para que guardasen sus estatutos, Y cumpliesen sus leyes. Aleluya. Salmos 105: 9 : Gn. 12.
7; 17.
8. Salmos 105: 9 : Gn. 26.
3. Salmos 105: 11 : Gn. 28.
13. Salmos 105: 15 : Gn. 20.
3-7. Salmos 105: 16 : Gn. 41.
53-57. Salmos 105: 17 : Gn. 37.
28; 45.
5. Salmos 105: 19 : Gn. 39.
20 — 40.
23. Salmos 105: 20 : Gn. 41.
14. Salmos 105: 21 : Gn. 41.
39-41. Salmos 105: 23 : Gn. 46.
6. Salmos 105: 23 : Gn. 47.
11. Salmos 105: 25 : Ex. 1.
7-14. Salmos 105: 26 : Ex. 3.
1 — 4.
17. Salmos 105: 28 : Ex. 10.
21-23. Salmos 105: 29 : Ex. 7.
17-21. Salmos 105: 30 : Ex. 8.
1-6. Salmos 105: 31 : Ex. 8.
20-24. Salmos 105: 31 : Ex. 8.
16-17. Salmos 105: 33 : Ex. 9.
22-25. Salmos 105: 35 : Ex. 10.
12-15. Salmos 105: 36 : Ex. 12.
29. Salmos 105: 38 : Ex. 12.
33-36. Salmos 105: 39 : Ex. 13.
21-22. Salmos 105: 40 : Ex. 16.
2-15. Salmos 105: 41 : Ex. 17.
1-7; Nm. 20.
2-13. Salmos 105: 44 : Jos. 11.
16-23.
NTV 1 Den gracias al Señor y proclamen su grandeza; que todo el mundo sepa lo que él ha hecho. 2 Canten a él; sí, cántenle alabanzas. Cuéntenle a todo el mundo acerca de sus obras maravillosas. 3 Regocíjense por su santo nombre; alégrense ustedes, los que adoran al Señor. 4 Busquen al Señor y a su fuerza; búsquenlo continuamente. 5 Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado, y los decretos que ha dictado, 6 ustedes, hijos de su siervo Abraham, descendientes de Jacob, los elegidos de Dios. 7 Él es el Señor nuestro Dios; su justicia se ve por toda la tierra. 8 Siempre se atiene a su pacto, al compromiso que adquirió con mil generaciones. 9 Es el pacto que hizo con Abraham y el juramento que le hizo a Isaac. 10 Se lo confirmó a Jacob como un decreto y al pueblo de Israel como un pacto eterno: 11 «Te daré la tierra de Canaán como tu preciada posesión». 12 Eso lo dijo cuando eran unos pocos, un pequeño grupo de extranjeros en Canaán. 13 Anduvieron de nación en nación, de un reino a otro. 14 Sin embargo, él no permitió que nadie los oprimiera. A favor de ellos, les advirtió a los reyes: 15 «No toquen a mi pueblo elegido ni hagan daño a mis profetas». 16 Mandó hambre a la tierra de Canaán, y cortó la provisión de alimentos. 17 Luego envió a un hombre a Egipto delante de ellos: a José, quien fue vendido como esclavo. 18 Le lastimaron los pies con grilletes y en el cuello le pusieron un collar de hierro. 19 Hasta que llegó el momento de cumplir sus sueños, el Señor puso a prueba el carácter de José. 20 Entonces el faraón mandó a buscarlo y lo puso en libertad; el gobernante de la nación le abrió la puerta de la cárcel. 21 José quedó a cargo de toda la casa del rey; llegó a ser el administrador de todas sus posesiones. 22 Con total libertad instruía a los asistentes del rey y enseñaba a los consejeros del rey. 23 Luego Israel llegó a Egipto; Jacob vivió como extranjero en la tierra de Cam. 24 Y el Señor multiplicó a los israelitas hasta que llegaron a ser más poderosos que sus enemigos. 25 Después puso a los egipcios en contra del pueblo de Israel, y ellos conspiraron contra los siervos del Señor. 26 Pero el Señor envió a su siervo Moisés, junto con Aarón, a quien había escogido. 27 Ellos realizaron señales asombrosas entre los egipcios, y maravillas en la tierra de Cam. 28 El Señor cubrió a Egipto con oscuridad, porque los egipcios desobedecieron las órdenes de dejar ir a su pueblo. 29 Convirtió sus aguas en sangre y envenenó a todos los peces. 30 Luego las ranas infestaron la tierra y hasta invadieron las habitaciones del rey. 31 Cuando el Señor habló, enjambres de moscas descendieron sobre los egipcios, y hubo una nube de mosquitos por todo Egipto. 32 Les envió granizo en lugar de lluvia, y destellaron relámpagos sobre la tierra. 33 Arruinó sus vides y sus higueras y destrozó todos los árboles. 34 Habló, y vinieron oleadas de langostas, langostas jóvenes en cantidades innumerables. 35 Se comieron todo lo verde que había en la tierra y destruyeron todos los cultivos de los campos. 36 Después mató al hijo mayor de cada hogar egipcio, el orgullo y la alegría de cada familia. 37 El Señor sacó a su pueblo de Egipto, cargado de oro y de plata; y ni una sola persona de las tribus de Israel siquiera tropezó. 38 Egipto se alegró cuando se fueron, porque les tenía mucho miedo. 39 El Señor desplegó una nube sobre ellos para que los cubriera y les dio un gran fuego para que iluminara la oscuridad. 40 Ellos le pidieron carne, y él les envió codornices; les sació el hambre con maná, pan del cielo. 41 Partió una roca, y brotó agua a chorros que formó un río a través de la tierra árida y baldía. 42 Pues recordó la promesa sagrada que le había hecho a su siervo Abraham. 43 Así que sacó a su pueblo de Egipto con alegría, a sus escogidos, con gozo. 44 Les dio las tierras de las naciones paganas, y cosecharon cultivos que otros habían sembrado. 45 Todo eso sucedió para que siguieran los decretos del Señor y obedecieran sus enseñanzas. ¡Alabado sea el Señor!

¿Qué acontecimientos históricos y sus lecciones se destacan en este salmo?

Salmo 105 recuerda acontecimientos clave que configuraron la relación de pacto entre el Señor y el pueblo de Israel. Se centra en el pacto de Dios con Abraham de darles la Tierra Prometida a él y a sus descendientes, y en cómo esta promesa, confirmada a Isaac y Jacob, se cumplió providencialmente por medio de José, Moisés y Aarón, y en el momento de la conquista de Canaán. El salmo da esperanza al pueblo de Dios de todas las generaciones, porque las maravillosas obras de Dios en el pasado garantizan el amor inmutable de Dios por su pueblo de todos los tiempos Salmos 105:1-5
RVR1960 (1 Cr. 16.
7-22) 1 Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos. 2 Cantadle, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. 3 Gloriaos en su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová. 4 Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro. 5 Acordaos de las maravillas que él ha hecho, De sus prodigios y de los juicios de su boca,
NTV 1 Den gracias al Señor y proclamen su grandeza; que todo el mundo sepa lo que él ha hecho. 2 Canten a él; sí, cántenle alabanzas. Cuéntenle a todo el mundo acerca de sus obras maravillosas. 3 Regocíjense por su santo nombre; alégrense ustedes, los que adoran al Señor. 4 Busquen al Señor y a su fuerza; búsquenlo continuamente. 5 Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado, y los decretos que ha dictado,
Salmos 105:7-8
RVR1960 7 Él es Jehová nuestro Dios; En toda la tierra están sus juicios. 8 Se acordó para siempre de su pacto; De la palabra que mandó para mil generaciones, NTV 7 Él es el Señor nuestro Dios; su justicia se ve por toda la tierra. 8 Siempre se atiene a su pacto, al compromiso que adquirió con mil generaciones.

Salmo 105 se asemeja a Salmo 78 (ver la lección de ayer) al destacar la fidelidad de Dios hacia su pueblo en la historia, y lo hace para glorificar a Dios e inspirar fidelidad. Sin embargo, a diferencia de Salmo 78, Salmo 105 no menciona los errores pasados del pueblo. Este salmo tiene un propósito diferente.

En Salmo 105, la historia se narra por medio de la vida de los patriarcas más grandes de Israel, mostrando la conducción providencial de Dios y la paciente constancia de los patriarcas ante las dificultades. La perseverancia de los patriarcas y su lealtad a Dios fueron ricamente recompensadas. Por consiguiente, Salmo 105 invita a imitar la fe de los patriarcas y a esperar con confianza la liberación de Dios a su tiempo.

Salmo 105 posee ciertas características de himno Salmos 105:1-7
RVR1960 (1 Cr. 16.
7-22) 1 Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos. 2 Cantadle, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. 3 Gloriaos en su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová. 4 Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro. 5 Acordaos de las maravillas que él ha hecho, De sus prodigios y de los juicios de su boca, 6 Oh vosotros, descendencia de Abraham su siervo, Hijos de Jacob, sus escogidos. 7 Él es Jehová nuestro Dios; En toda la tierra están sus juicios.
NTV 1 Den gracias al Señor y proclamen su grandeza; que todo el mundo sepa lo que él ha hecho. 2 Canten a él; sí, cántenle alabanzas. Cuéntenle a todo el mundo acerca de sus obras maravillosas. 3 Regocíjense por su santo nombre; alégrense ustedes, los que adoran al Señor. 4 Busquen al Señor y a su fuerza; búsquenlo continuamente. 5 Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado, y los decretos que ha dictado, 6 ustedes, hijos de su siervo Abraham, descendientes de Jacob, los elegidos de Dios. 7 Él es el Señor nuestro Dios; su justicia se ve por toda la tierra.
que muestran que, para alabar verdaderamente a Dios, el pueblo de Dios necesita conocer los hechos de su historia. La historia brinda tanto la validación de nuestra fe como innumerables razones para alabar a Dios.

Habla a los adoradores como descendientes de Abraham e hijos de Jacob Salmos 105:6
RVR1960 6 Oh vosotros, descendencia de Abraham su siervo, Hijos de Jacob, sus escogidos. NTV 6 ustedes, hijos de su siervo Abraham, descendientes de Jacob, los elegidos de Dios.
y por ende los considera el cumplimiento de la promesa de Dios a Abraham de hacer de él una gran nación Génesis 15:3-6
RVR1960 3 Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. 4 Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará este, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. NTV 3 Tú no me has dado descendientes propios, así que uno de mis siervos será mi heredero. 4 Después el Señor le dijo: — No, tu siervo no será tu heredero, porque tendrás un hijo propio, quien será tu heredero. 5 Entonces el Señor llevó a Abram afuera y le dijo: — Mira al cielo y, si puedes, cuenta las estrellas. ¡Esa es la cantidad de descendientes que tendrás! 6 Y Abram creyó al Señor, y el Señor lo consideró justo debido a su fe.
El salmista subraya la continuidad entre los patriarcas y las generaciones posteriores del pueblo de Dios. El salmista enfatiza que “en toda la tierra están sus juicios” Salmos 105:7
RVR1960 7 Él es Jehová nuestro Dios; En toda la tierra están sus juicios. NTV 7 Él es el Señor nuestro Dios; su justicia se ve por toda la tierra.
énfasis añadido), con lo que amonesta a los adoradores a que no olviden que “nuestro Dios” es también el Señor soberano de todo el mundo y que su misericordia se extiende a todos los pueblos Salmos 96:1
RVR1960 (1 Cr. 16.
23-33) 1 Cantad a Jehová cántico nuevo; Cantad a Jehová, toda la tierra.
NTV 1 ¡Canten al Señor una nueva canción! ¡Que toda la tierra cante al Señor!
Salmos 97:1
RVR1960 1 Jehová reina; regocíjese la tierra, Alégrense las muchas costas. NTV 1 ¡El Señor es rey! ¡Que se goce la tierra! ¡Que se alegren las costas más lejanas!
Evidentemente, es un llamado a la fidelidad para cada generación de creyentes.

¿Cómo deberíamos vernos nosotros, como adventistas, en esta enumeración de personas, desde Abraham en adelante? Ver Gálatas 3:29
RVR1960 29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. (A) NTV 29 Y ahora que pertenecen a Cristo, son verdaderos hijos de Abraham. Son sus herederos, y la promesa de Dios a Abraham les pertenece a ustedes.
¿Qué lecciones debemos aprender de esta historia?

MARTES — Recordar la historia y arrepentirse

Lee Salmos 106
RVR1960 1 Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. 2 ¿Quién expresará las poderosas obras de Jehová? ¿Quién contará sus alabanzas? 3 Dichosos los que guardan juicio, Los que hacen justicia en todo tiempo. 4 Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo; Visítame con tu salvación, 5 Para que yo vea el bien de tus escogidos, Para que me goce en la alegría de tu nación, Y me gloríe con tu heredad. 6 Pecamos nosotros, como nuestros padres; Hicimos iniquidad, hicimos impiedad. 7 Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, Sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. 8 Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder. 9 Reprendió al Mar Rojo y lo secó, Y les hizo ir por el abismo como por un desierto. 10 Los salvó de mano del enemigo, Y los rescató de mano del adversario. 11 Cubrieron las aguas a sus enemigos; No quedó ni uno de ellos. 12 Entonces creyeron a sus palabras Y cantaron su alabanza. 13 Bien pronto olvidaron sus obras; No esperaron su consejo. 14 Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad. 15 Y él les dio lo que pidieron; Mas envió mortandad sobre ellos. 16 Tuvieron envidia de Moisés en el campamento, Y contra Aarón, el santo de Jehová. 17 Entonces se abrió la tierra y tragó a Datán, Y cubrió la compañía de Abiram. 18 Y se encendió fuego en su junta; La llama quemó a los impíos. 19 Hicieron becerro en Horeb, Se postraron ante una imagen de fundición. 20 Así cambiaron su gloria Por la imagen de un buey que come hierba. 21 Olvidaron al Dios de su salvación, Que había hecho grandezas en Egipto, 22 Maravillas en la tierra de Cam, Cosas formidables sobre el Mar Rojo. 23 Y trató de destruirlos, De no haberse interpuesto Moisés su escogido delante de él, A fin de apartar su indignación para que no los destruyese. 24 Pero aborrecieron la tierra deseable; No creyeron a su palabra, 25 Antes murmuraron en sus tiendas, Y no oyeron la voz de Jehová. 26 Por tanto, alzó su mano contra ellos Para abatirlos en el desierto, 27 Y humillar su pueblo entre las naciones, Y esparcirlos por las tierras. 28 Se unieron asimismo a Baal-peor, Y comieron los sacrificios de los muertos. 29 Provocaron la ira de Dios con sus obras, Y se desarrolló la mortandad entre ellos. 30 Entonces se levantó Finees e hizo juicio, Y se detuvo la plaga; 31 Y le fue contado por justicia De generación en generación para siempre. 32 También le irritaron en las aguas de Meriba; Y le fue mal a Moisés por causa de ellos, 33 Porque hicieron rebelar a su espíritu, Y habló precipitadamente con sus labios. 34 No destruyeron a los pueblos Que Jehová les dijo; 35 Antes se mezclaron con las naciones, Y aprendieron sus obras, 36 Y sirvieron a sus ídolos, Los cuales fueron causa de su ruina. 37 Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios, 38 Y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, Que ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán, Y la tierra fue contaminada con sangre. 39 Se contaminaron así con sus obras, Y se prostituyeron con sus hechos. 40 Se encendió, por tanto, el furor de Jehová sobre su pueblo, Y abominó su heredad; 41 Los entregó en poder de las naciones, Y se enseñorearon de ellos los que les aborrecían. 42 Sus enemigos los oprimieron, Y fueron quebrantados debajo de su mano. 43 Muchas veces los libró; Mas ellos se rebelaron contra su consejo, Y fueron humillados por su maldad. 44 Con todo, él miraba cuando estaban en angustia, Y oía su clamor; 45 Y se acordaba de su pacto con ellos, Y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. 46 Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos. 47 Sálvanos, Jehová Dios nuestro, Y recógenos de entre las naciones, Para que alabemos tu santo nombre, Para que nos gloriemos en tus alabanzas. 48 Bendito Jehová Dios de Israel, Desde la eternidad y hasta la eternidad; Y diga todo el pueblo, Amén. Aleluya. Salmos 106: 1 : 1 Cr. 16.
34; 2 Cr. 5.
13; 7.
3; Esd. 3.
11; Sal. 100.
5; 107.
1; 118.
1; 136.
1; Jer. 33.
11. Salmos 106: 7 : Ex. 14.
10-12. Salmos 106: 9 : Ex. 14.
21-31. Salmos 106: 12 : Ex. 15.
1-21. Salmos 106: 15 : Nm. 11.
4-34. Salmos 106: 18 : Nm. 16.
1-35. Salmos 106: 19 : Ex. 32.
1-14. Salmos 106: 26 : Nm. 14.
1-35. Salmos 106: 27 : Lv. 26.
33. Salmos 106: 31 : Nm. 25.
1-13. Salmos 106: 33 : Nm. 20.
2-13. Salmos 106: 36 : Jue. 2.
1-3; 3.
5-6. Salmos 106: 37 : 2 R. 17.
17. Salmos 106: 38 : Nm. 35.
33. Salmos 106: 46 : Jue. 2.
14-18. Salmos 106: 48 : 1 Cr. 16.
35-36.
NTV 1 ¡Alabado sea el Señor! ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre. 2 ¿Quién podrá enumerar los gloriosos milagros del Señor? ¿Quién podrá alabarlo lo suficiente? 3 Hay alegría para los que tratan con justicia a los demás y siempre hacen lo que es correcto. 4 Acuérdate de mí, Señor, cuando le muestres favor a tu pueblo; acércate y rescátame. 5 Déjame tener parte en la prosperidad de tus elegidos. Permite que me alegre por el gozo de tu pueblo; concédeme alabarte con los que son tu herencia. 6 Hemos pecado como nuestros antepasados. ¡Hicimos lo malo y actuamos de manera perversa! 7 Nuestros antepasados en Egipto no quedaron conmovidos ante las obras milagrosas del Señor. Pronto olvidaron sus muchos actos de bondad hacia ellos; en cambio, se rebelaron contra él en el mar Rojo. 8 Aun así, él los salvó: para defender el honor de su nombre y para demostrar su gran poder. 9 Ordenó al mar Rojo que se secara y condujo a Israel a través del mar como si fuera un desierto. 10 Así los rescató de sus enemigos y los libertó de sus adversarios. 11 Después el agua volvió y cubrió a sus enemigos; ninguno de ellos sobrevivió. 12 Entonces el pueblo creyó las promesas del Señor y le cantó alabanzas. 13 Sin embargo, ¡qué pronto olvidaron lo que él había hecho! ¡No quisieron esperar su consejo! 14 En el desierto dieron rienda suelta a sus deseos; pusieron a prueba la paciencia de Dios en esa tierra árida y baldía. 15 Entonces les dio lo que pedían, pero al mismo tiempo les envió una plaga. 16 La gente del campamento se puso celosa de Moisés y tuvo envidia de Aarón, el santo sacerdote del Señor. 17 Por esa causa la tierra se abrió; se tragó a Datán y enterró a Abiram junto con los otros rebeldes. 18 Sobre sus seguidores cayó fuego; una llama consumió a los perversos. 19 Los israelitas hicieron un becerro en el monte Sinaí; se inclinaron ante una imagen hecha de oro. 20 Cambiaron a su glorioso Dios por la estatua de un toro que come hierba. 21 Se olvidaron de Dios, su salvador, quien había realizado tantas grandezas en Egipto: 22 obras tan maravillosas en la tierra de Cam, hechos tan asombrosos en el mar Rojo. 23 Por lo tanto, él declaró que los destruiría. Pero Moisés, su escogido, intervino entre el Señor y los israelitas; le suplicó que apartara su ira y que no los destruyera. 24 El pueblo se negó a entrar en la agradable tierra, porque no creían la promesa de que Dios los iba a cuidar. 25 En cambio, rezongaron en sus carpas y se negaron a obedecer al Señor. 26 Por lo tanto, él juró solemnemente que los mataría en el desierto, 27 que dispersaría a sus descendientes entre las naciones, y los enviaría a tierras distantes. 28 Después nuestros antepasados se unieron para rendir culto a Baal en Peor; ¡hasta comieron sacrificios ofrecidos a los muertos! 29 Con todo eso provocaron el enojo del Señor, entonces se desató una plaga en medio de ellos. 30 Pero Finees tuvo el valor de intervenir y la plaga se detuvo. 31 Por eso, desde entonces, se le considera un hombre justo. 32 También en Meriba, provocaron el enojo del Señor, y le causaron serios problemas a Moisés. 33 Hicieron que Moisés se enojara y hablara como un necio. 34 Israel no destruyó a las naciones que había en la tierra, como el Señor le había ordenado. 35 En cambio, los israelitas se mezclaron con los paganos y adoptaron sus malas costumbres. 36 Rindieron culto a sus ídolos, y eso resultó en su ruina. 37 Hasta sacrificaron a sus propios hijos e hijas a los demonios. 38 Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos e hijas. Al sacrificarlos a los ídolos de Canaán, contaminaron la tierra con asesinatos. 39 Se contaminaron a sí mismos con sus malas acciones, y su amor a los ídolos fue adulterio a los ojos del Señor. 40 Por eso, el enojo del Señor se encendió contra su pueblo, y él aborreció a su posesión más preciada. 41 Los entregó a las naciones paganas y quedaron bajo el gobierno de quienes los odiaban. 42 Sus enemigos los aplastaron y los sometieron a su cruel poder. 43 Él los rescató una y otra vez, pero ellos decidieron rebelarse en su contra, y finalmente su pecado los destruyó. 44 Aun así, él sintió compasión por la angustia de ellos y escuchó sus clamores. 45 Recordó el pacto que les había hecho y desistió a causa de su amor inagotable. 46 Hasta hizo que sus captores los trataran con amabilidad. 47 ¡Oh Señor nuestro Dios, sálvanos! Vuelve a reunirnos de entre las naciones, para que podamos agradecer a tu santo nombre, alegrarnos y alabarte. 48 Alaben al Señor, Dios de Israel, quien vive desde siempre y para siempre. Que todo el pueblo diga: «¡Amén! ». ¡Alabado sea el Señor!

¿Qué acontecimientos históricos y sus lecciones se destacan en este salmo?

Salmo 106 evoca también los principales acontecimientos de la historia de Israel, como el Éxodo, el peregrinaje en el desierto y la vida en Canaán. Recalca los atroces pecados de los padres que culminaron en el exilio de la nueva generación. De esta manera, es casi seguro que el salmo se haya escrito cuando la nación estaba en Babilonia, o después de haber ocurrido la repatriación, y el salmista, inspirado por el Espíritu Santo, relató para el pueblo de Dios estos incidentes históricos y las lecciones que el pueblo debería haber aprendido de ellos.

También este salmo, como los demás, apunta a la fidelidad divina a su Pacto de gracia, pacto por el que salvó a su pueblo en el pasado Salmos 106:45
RVR1960 45 Y se acordaba de su pacto con ellos, Y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. NTV 45 Recordó el pacto que les había hecho y desistió a causa de su amor inagotable.
Expresa la esperanza de que Dios volverá a mostrar su favor al pueblo arrepentido y lo reunirá de entre las naciones Salmos 106:47
RVR1960 47 Sálvanos, Jehová Dios nuestro, Y recógenos de entre las naciones, Para que alabemos tu santo nombre, Para que nos gloriemos en tus alabanzas. NTV 47 ¡Oh Señor nuestro Dios, sálvanos! Vuelve a reunirnos de entre las naciones, para que podamos agradecer a tu santo nombre, alegrarnos y alabarte.
La súplica por la liberación presente no es una ilusión, sino una oración de fe cimentada en la seguridad de las liberaciones pasadas de Dios Salmos 106:1-3
RVR1960 1 Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. 2 ¿Quién expresará las poderosas obras de Jehová? ¿Quién contará sus alabanzas? 3 Dichosos los que guardan juicio, Los que hacen justicia en todo tiempo. NTV 1 ¡Alabado sea el Señor! ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre. 2 ¿Quién podrá enumerar los gloriosos milagros del Señor? ¿Quién podrá alabarlo lo suficiente? 3 Hay alegría para los que tratan con justicia a los demás y siempre hacen lo que es correcto.
y en el carácter inquebrantable de la fidelidad de Dios a su pacto con su pueblo.

Recordar los fracasos históricos de Israel en Salmos 106
RVR1960 1 Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. 2 ¿Quién expresará las poderosas obras de Jehová? ¿Quién contará sus alabanzas? 3 Dichosos los que guardan juicio, Los que hacen justicia en todo tiempo. 4 Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo; Visítame con tu salvación, 5 Para que yo vea el bien de tus escogidos, Para que me goce en la alegría de tu nación, Y me gloríe con tu heredad. 6 Pecamos nosotros, como nuestros padres; Hicimos iniquidad, hicimos impiedad. 7 Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, Sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. 8 Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder. 9 Reprendió al Mar Rojo y lo secó, Y les hizo ir por el abismo como por un desierto. 10 Los salvó de mano del enemigo, Y los rescató de mano del adversario. 11 Cubrieron las aguas a sus enemigos; No quedó ni uno de ellos. 12 Entonces creyeron a sus palabras Y cantaron su alabanza. 13 Bien pronto olvidaron sus obras; No esperaron su consejo. 14 Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad. 15 Y él les dio lo que pidieron; Mas envió mortandad sobre ellos. 16 Tuvieron envidia de Moisés en el campamento, Y contra Aarón, el santo de Jehová. 17 Entonces se abrió la tierra y tragó a Datán, Y cubrió la compañía de Abiram. 18 Y se encendió fuego en su junta; La llama quemó a los impíos. 19 Hicieron becerro en Horeb, Se postraron ante una imagen de fundición. 20 Así cambiaron su gloria Por la imagen de un buey que come hierba. 21 Olvidaron al Dios de su salvación, Que había hecho grandezas en Egipto, 22 Maravillas en la tierra de Cam, Cosas formidables sobre el Mar Rojo. 23 Y trató de destruirlos, De no haberse interpuesto Moisés su escogido delante de él, A fin de apartar su indignación para que no los destruyese. 24 Pero aborrecieron la tierra deseable; No creyeron a su palabra, 25 Antes murmuraron en sus tiendas, Y no oyeron la voz de Jehová. 26 Por tanto, alzó su mano contra ellos Para abatirlos en el desierto, 27 Y humillar su pueblo entre las naciones, Y esparcirlos por las tierras. 28 Se unieron asimismo a Baal-peor, Y comieron los sacrificios de los muertos. 29 Provocaron la ira de Dios con sus obras, Y se desarrolló la mortandad entre ellos. 30 Entonces se levantó Finees e hizo juicio, Y se detuvo la plaga; 31 Y le fue contado por justicia De generación en generación para siempre. 32 También le irritaron en las aguas de Meriba; Y le fue mal a Moisés por causa de ellos, 33 Porque hicieron rebelar a su espíritu, Y habló precipitadamente con sus labios. 34 No destruyeron a los pueblos Que Jehová les dijo; 35 Antes se mezclaron con las naciones, Y aprendieron sus obras, 36 Y sirvieron a sus ídolos, Los cuales fueron causa de su ruina. 37 Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios, 38 Y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, Que ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán, Y la tierra fue contaminada con sangre. 39 Se contaminaron así con sus obras, Y se prostituyeron con sus hechos. 40 Se encendió, por tanto, el furor de Jehová sobre su pueblo, Y abominó su heredad; 41 Los entregó en poder de las naciones, Y se enseñorearon de ellos los que les aborrecían. 42 Sus enemigos los oprimieron, Y fueron quebrantados debajo de su mano. 43 Muchas veces los libró; Mas ellos se rebelaron contra su consejo, Y fueron humillados por su maldad. 44 Con todo, él miraba cuando estaban en angustia, Y oía su clamor; 45 Y se acordaba de su pacto con ellos, Y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. 46 Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos. 47 Sálvanos, Jehová Dios nuestro, Y recógenos de entre las naciones, Para que alabemos tu santo nombre, Para que nos gloriemos en tus alabanzas. 48 Bendito Jehová Dios de Israel, Desde la eternidad y hasta la eternidad; Y diga todo el pueblo, Amén. Aleluya. Salmos 106: 1 : 1 Cr. 16.
34; 2 Cr. 5.
13; 7.
3; Esd. 3.
11; Sal. 100.
5; 107.
1; 118.
1; 136.
1; Jer. 33.
11. Salmos 106: 7 : Ex. 14.
10-12. Salmos 106: 9 : Ex. 14.
21-31. Salmos 106: 12 : Ex. 15.
1-21. Salmos 106: 15 : Nm. 11.
4-34. Salmos 106: 18 : Nm. 16.
1-35. Salmos 106: 19 : Ex. 32.
1-14. Salmos 106: 26 : Nm. 14.
1-35. Salmos 106: 27 : Lv. 26.
33. Salmos 106: 31 : Nm. 25.
1-13. Salmos 106: 33 : Nm. 20.
2-13. Salmos 106: 36 : Jue. 2.
1-3; 3.
5-6. Salmos 106: 37 : 2 R. 17.
17. Salmos 106: 38 : Nm. 35.
33. Salmos 106: 46 : Jue. 2.
14-18. Salmos 106: 48 : 1 Cr. 16.
35-36.
NTV 1 ¡Alabado sea el Señor! ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre. 2 ¿Quién podrá enumerar los gloriosos milagros del Señor? ¿Quién podrá alabarlo lo suficiente? 3 Hay alegría para los que tratan con justicia a los demás y siempre hacen lo que es correcto. 4 Acuérdate de mí, Señor, cuando le muestres favor a tu pueblo; acércate y rescátame. 5 Déjame tener parte en la prosperidad de tus elegidos. Permite que me alegre por el gozo de tu pueblo; concédeme alabarte con los que son tu herencia. 6 Hemos pecado como nuestros antepasados. ¡Hicimos lo malo y actuamos de manera perversa! 7 Nuestros antepasados en Egipto no quedaron conmovidos ante las obras milagrosas del Señor. Pronto olvidaron sus muchos actos de bondad hacia ellos; en cambio, se rebelaron contra él en el mar Rojo. 8 Aun así, él los salvó: para defender el honor de su nombre y para demostrar su gran poder. 9 Ordenó al mar Rojo que se secara y condujo a Israel a través del mar como si fuera un desierto. 10 Así los rescató de sus enemigos y los libertó de sus adversarios. 11 Después el agua volvió y cubrió a sus enemigos; ninguno de ellos sobrevivió. 12 Entonces el pueblo creyó las promesas del Señor y le cantó alabanzas. 13 Sin embargo, ¡qué pronto olvidaron lo que él había hecho! ¡No quisieron esperar su consejo! 14 En el desierto dieron rienda suelta a sus deseos; pusieron a prueba la paciencia de Dios en esa tierra árida y baldía. 15 Entonces les dio lo que pedían, pero al mismo tiempo les envió una plaga. 16 La gente del campamento se puso celosa de Moisés y tuvo envidia de Aarón, el santo sacerdote del Señor. 17 Por esa causa la tierra se abrió; se tragó a Datán y enterró a Abiram junto con los otros rebeldes. 18 Sobre sus seguidores cayó fuego; una llama consumió a los perversos. 19 Los israelitas hicieron un becerro en el monte Sinaí; se inclinaron ante una imagen hecha de oro. 20 Cambiaron a su glorioso Dios por la estatua de un toro que come hierba. 21 Se olvidaron de Dios, su salvador, quien había realizado tantas grandezas en Egipto: 22 obras tan maravillosas en la tierra de Cam, hechos tan asombrosos en el mar Rojo. 23 Por lo tanto, él declaró que los destruiría. Pero Moisés, su escogido, intervino entre el Señor y los israelitas; le suplicó que apartara su ira y que no los destruyera. 24 El pueblo se negó a entrar en la agradable tierra, porque no creían la promesa de que Dios los iba a cuidar. 25 En cambio, rezongaron en sus carpas y se negaron a obedecer al Señor. 26 Por lo tanto, él juró solemnemente que los mataría en el desierto, 27 que dispersaría a sus descendientes entre las naciones, y los enviaría a tierras distantes. 28 Después nuestros antepasados se unieron para rendir culto a Baal en Peor; ¡hasta comieron sacrificios ofrecidos a los muertos! 29 Con todo eso provocaron el enojo del Señor, entonces se desató una plaga en medio de ellos. 30 Pero Finees tuvo el valor de intervenir y la plaga se detuvo. 31 Por eso, desde entonces, se le considera un hombre justo. 32 También en Meriba, provocaron el enojo del Señor, y le causaron serios problemas a Moisés. 33 Hicieron que Moisés se enojara y hablara como un necio. 34 Israel no destruyó a las naciones que había en la tierra, como el Señor le había ordenado. 35 En cambio, los israelitas se mezclaron con los paganos y adoptaron sus malas costumbres. 36 Rindieron culto a sus ídolos, y eso resultó en su ruina. 37 Hasta sacrificaron a sus propios hijos e hijas a los demonios. 38 Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos e hijas. Al sacrificarlos a los ídolos de Canaán, contaminaron la tierra con asesinatos. 39 Se contaminaron a sí mismos con sus malas acciones, y su amor a los ídolos fue adulterio a los ojos del Señor. 40 Por eso, el enojo del Señor se encendió contra su pueblo, y él aborreció a su posesión más preciada. 41 Los entregó a las naciones paganas y quedaron bajo el gobierno de quienes los odiaban. 42 Sus enemigos los aplastaron y los sometieron a su cruel poder. 43 Él los rescató una y otra vez, pero ellos decidieron rebelarse en su contra, y finalmente su pecado los destruyó. 44 Aun así, él sintió compasión por la angustia de ellos y escuchó sus clamores. 45 Recordó el pacto que les había hecho y desistió a causa de su amor inagotable. 46 Hasta hizo que sus captores los trataran con amabilidad. 47 ¡Oh Señor nuestro Dios, sálvanos! Vuelve a reunirnos de entre las naciones, para que podamos agradecer a tu santo nombre, alegrarnos y alabarte. 48 Alaben al Señor, Dios de Israel, quien vive desde siempre y para siempre. Que todo el pueblo diga: «¡Amén! ». ¡Alabado sea el Señor!
es parte integral de la confesión de los pecados por parte del pueblo y del reconocimiento de que no son mejores que sus antepasados. La generación actual admite que es aún peor que sus antepasados, porque conoció las consecuencias de las iniquidades de las generaciones pasadas y la manera en que Dios ejerció su gran paciencia y su gracia al salvarlos, a pesar de que en el pasado habían andado deliberadamente por malos caminos. Si esto era así para ellos, piensa cuánto más para nosotros hoy, que tenemos la revelación del carácter de Dios y su gracia salvífica revelados en Jesús y en la Cruz.

Lo bueno de Salmo 106 es que el amor inquebrantable de Dios siempre prevalece por sobre los pecados del pueblo Salmos 106:8-10
RVR1960 8 Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder. 9 Reprendió al Mar Rojo y lo secó, Y les hizo ir por el abismo como por un desierto. 10 Los salvó de mano del enemigo, Y los rescató de mano del adversario. NTV 8 Aun así, él los salvó: para defender el honor de su nombre y para demostrar su gran poder. 9 Ordenó al mar Rojo que se secara y condujo a Israel a través del mar como si fuera un desierto. 10 Así los rescató de sus enemigos y los libertó de sus adversarios.
Salmos 106:8
RVR1960 8 Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder. NTV 8 Aun así, él los salvó: para defender el honor de su nombre y para demostrar su gran poder.
Salmos 106:30
RVR1960 30 Entonces se levantó Finees e hizo juicio, Y se detuvo la plaga; NTV 30 Pero Finees tuvo el valor de intervenir y la plaga se detuvo.
Salmos 106:8
RVR1960 8 Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder. NTV 8 Aun así, él los salvó: para defender el honor de su nombre y para demostrar su gran poder.
Salmos 106:43-46
RVR1960 43 Muchas veces los libró; Mas ellos se rebelaron contra su consejo, Y fueron humillados por su maldad. 44 Con todo, él miraba cuando estaban en angustia, Y oía su clamor; 45 Y se acordaba de su pacto con ellos, Y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. 46 Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos. NTV 43 Él los rescató una y otra vez, pero ellos decidieron rebelarse en su contra, y finalmente su pecado los destruyó. 44 Aun así, él sintió compasión por la angustia de ellos y escuchó sus clamores. 45 Recordó el pacto que les había hecho y desistió a causa de su amor inagotable. 46 Hasta hizo que sus captores los trataran con amabilidad.
El papel clave de Moisés y Finees en alejar la ira de Dios señala a la importancia de la intercesión de Cristo en favor de los creyentes. Solo la experiencia personal de la gracia de Dios puede transformar una historia pasada en nuestra historia.

Salmos 106:13
RVR1960 13 Bien pronto olvidaron sus obras; No esperaron su consejo. NTV 13 Sin embargo, ¡qué pronto olvidaron lo que él había hecho! ¡No quisieron esperar su consejo!
dice: “Pero pronto olvidaron sus obras y no esperaron en su consejo”. ¿Por qué a nosotros también nos resulta tan fácil olvidar y no esperar, en nuestra vida?

MIERCOLES — La parábola de la viña del Señor

Lee Salmos 80
RVR1960 Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Salmo de Asaf. 1 Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José, Que estás entre querubines, resplandece. 2 Despierta tu poder delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés, Y ven a salvarnos. 3 Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. 4 Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo? 5 Les diste a comer pan de lágrimas, Y a beber lágrimas en gran abundancia. 6 Nos pusiste por escarnio a nuestros vecinos, Y nuestros enemigos se burlan entre sí. 7 Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. 8 Hiciste venir una vid de Egipto; Echaste las naciones, y la plantaste. 9 Limpiaste sitio delante de ella, E hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra. 10 Los montes fueron cubiertos de su sombra, Y con sus sarmientos los cedros de Dios. 11 Extendió sus vástagos hasta el mar, Y hasta el río sus renuevos. 12 ¿Por qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan por el camino? 13 La destroza el puerco montés, Y la bestia del campo la devora. 14 Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña, 15 La planta que plantó tu diestra, Y el renuevo que para ti afirmaste. 16 Quemada a fuego está, asolada; Perezcan por la reprensión de tu rostro. 17 Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste. 18 Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre. 19 ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. Salmos 80: 1 : Ex. 25.
22.
NTV Para el director del coro: salmo de Asaf; cántese con la melodía de «Lirios del pacto». 1 Te pido que escuches, oh Pastor de Israel, tú, que guías como a un rebaño a los descendientes de José. Oh Dios, entronizado por encima de los querubines, despliega tu radiante gloria 2 ante Efraín, Benjamín y Manasés. Muéstranos tu gran poder. ¡Ven a rescatarnos! 3 Oh Dios, haznos volver a ti; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos. 4 Oh Señor, Dios de los Ejércitos Celestiales, ¿hasta cuándo seguirás enojado con nuestras oraciones? 5 Nos diste tristeza por comida, y nos hiciste beber lágrimas en abundancia. 6 Nos convertiste en el desprecio de las naciones vecinas. Nuestros enemigos nos tratan como si fuéramos una broma. 7 Haznos volver a ti, oh Dios de los Ejércitos Celestiales; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos. 8 Nos sacaste de Egipto como a una vid; expulsaste a las naciones paganas y nos trasplantaste a tu tierra. 9 Limpiaste el terreno para nosotros, y echamos raíces y llenamos la tierra. 10 Nuestra sombra cubrió las montañas; nuestras ramas cubrieron los poderosos cedros. 11 Extendimos las ramas al occidente, hacia el mar Mediterráneo; nuestros retoños se extendieron al oriente, hacia el río Éufrates. 12 Pero ahora, ¿por qué has derribado nuestras murallas de modo que todos los que pasan pueden robarse nuestros frutos? 13 Los jabalíes del bosque los devoran, y los animales salvajes se alimentan de ellos. 14 Te suplicamos que regreses, oh Dios de los Ejércitos Celestiales. Observa desde los cielos y mira nuestro aprieto. Cuida de esta vid 15 que tú mismo plantaste, este hijo que criaste para ti. 16 Somos cortados y quemados por nuestros enemigos; que perezcan al ver tu ceño fruncido. 17 Fortalece al hombre que amas, al hijo que elegiste. 18 Entonces jamás volveremos a abandonarte. Revívenos para que podamos invocar tu nombre una vez más. 19 Haznos volver a ti, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos.

¿Cómo se describe al pueblo de Dios en este salmo, y qué gran esperanza invoca?

Se describe a Israel como una viña que Dios arrancó de Egipto, la tierra de la opresión, y la transportó a la Tierra Prometida de la abundancia. La imagen de una viña comunica la elección de Israel por parte de Dios y su cuidado providencial (ver también Génesis 49:11-12
RVR1960 11 Atando a la vid su pollino, Y a la cepa el hijo de su asna, Lavó en el vino su vestido, Y en la sangre de uvas su manto. 12 Sus ojos, rojos del vino, Y sus dientes blancos de la leche. NTV 11 Él ata su potro a una vid, la cría de su burro a una vid escogida. Lava sus ropas en vino, sus vestidos, con el jugo de las uvas. 12 Sus ojos son más oscuros que el vino, y sus dientes, más blancos que la leche.
Génesis 49:22
RVR1960 22 Rama fructífera es José, Rama fructífera junto a una fuente, Cuyos vástagos se extienden sobre el muro. NTV 22 »José es la cría de un burro salvaje, la cría de un burro salvaje junto a un manantial, uno de los burros salvajes sobre la cresta de la tierra.
Deuteronomio 7:7-11
RVR1960 7 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; 8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. 9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; 10 y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago. 11 Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas. NTV 7 »El Señor no te dio su amor ni te eligió porque eras una nación más numerosa que las otras naciones, ¡pues tú eras la más pequeña de todas! 8 Más bien, fue sencillamente porque el Señor te ama y estaba cumpliendo el juramento que les había hecho a tus antepasados. Por eso te rescató con mano poderosa de la esclavitud y de la mano opresiva del faraón, rey de Egipto. 9 Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos. 10 Pero no duda en castigar ni en destruir a quienes lo rechazan. 11 Por lo tanto, obedece todos los mandatos, los decretos y las ordenanzas que te entrego hoy.

Sin embargo, en Salmo 80, la viña de Dios está bajo su ira Salmos 80:12
RVR1960 12 ¿Por qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan por el camino? NTV 12 Pero ahora, ¿por qué has derribado nuestras murallas de modo que todos los que pasan pueden robarse nuestros frutos?
Los profetas anuncian la destrucción de la viña como señal del juicio de Dios, porque la vid se ha vuelto mala Isaías 5:1-7
RVR1960 1 Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. 2 La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. 3 Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. 4 ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres? 5 Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. 6 Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. 7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor. NTV 1 Ahora cantaré para aquel a quien amo un canto acerca de su viña. Mi amado tenía una viña en una colina rica y fértil. 2 Aró la tierra, le quitó las piedras y sembró en ella las mejores vides. En medio de su viña construyó una torre de vigilancia y talló un lagar en las rocas cercanas. Luego esperó una cosecha de uvas dulces, pero las uvas que crecieron eran amargas. 3 Ahora ustedes, pueblo de Jerusalén y de Judá, juzguen entre mi viña y yo. 4 ¿Qué más podría hacer por mi viña, que no haya hecho ya? ¿Por qué, cuando esperaba uvas dulces, mi viña me dio uvas amargas? 5 Déjenme decirles ahora lo que haré con mi viña: echaré abajo sus cercos y dejaré que se destruya. Derrumbaré sus muros y dejaré que los animales la pisoteen. 6 La convertiré en un lugar silvestre donde no se podan las vides ni se remueve la tierra, un lugar cubierto de cardos y espinos. Ordenaré a las nubes que no dejen caer la lluvia sobre ella. 7 La nación de Israel es la viña del Señor de los Ejércitos Celestiales. El pueblo de Judá es su agradable huerto. Él esperaba una cosecha de justicia, pero, en cambio, encontró opresión. Esperaba encontrar rectitud, pero, en cambio, oyó gritos de violencia.
Jeremías 2:21
RVR1960 21 Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña? NTV 21 Pero fui yo el que te planté, escogiendo una vid del más puro origen, lo mejor de lo mejor. ¿Cómo te transformaste en esta vid corrupta y silvestre?

No obstante, Salmo 80 no reflexiona sobre las razones del juicio divino. Dadas las profundidades de la gracia de Dios, el salmista se muestra perplejo porque Dios oculta su presencia de su pueblo durante un tiempo tan prolongado. La tensión entre la ira y el juicio de Dios, por un lado, y la gracia y el perdón de Dios, por el otro, hace que el salmista tema que la ira divina prevalezca y consuma por completo al pueblo Salmos 80:16
RVR1960 16 Quemada a fuego está, asolada; Perezcan por la reprensión de tu rostro. NTV 16 Somos cortados y quemados por nuestros enemigos; que perezcan al ver tu ceño fruncido.

Lee Números 6:22-27
RVR1960 22 Jehová habló a Moisés, diciendo: 23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: 24 Jehová te bendiga, y te guarde; 25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. 27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré. NTV 22 Entonces el Señor le dijo a Moisés: 23 «Diles a Aarón y a sus hijos que bendigan al pueblo de Israel con la siguiente bendición especial: 24 “Que el Señor te bendiga y te proteja. 25 Que el Señor sonría sobre ti y sea compasivo contigo. 26 Que el Señor te muestre su favor y te dé su paz”. 27 Cada vez que Aarón y sus hijos bendigan al pueblo de Israel en mi nombre, yo los bendeciré».

¿Cómo se utiliza esta bendición en Salmos 80
RVR1960 Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Salmo de Asaf. 1 Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José, Que estás entre querubines, resplandece. 2 Despierta tu poder delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés, Y ven a salvarnos. 3 Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. 4 Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo? 5 Les diste a comer pan de lágrimas, Y a beber lágrimas en gran abundancia. 6 Nos pusiste por escarnio a nuestros vecinos, Y nuestros enemigos se burlan entre sí. 7 Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. 8 Hiciste venir una vid de Egipto; Echaste las naciones, y la plantaste. 9 Limpiaste sitio delante de ella, E hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra. 10 Los montes fueron cubiertos de su sombra, Y con sus sarmientos los cedros de Dios. 11 Extendió sus vástagos hasta el mar, Y hasta el río sus renuevos. 12 ¿Por qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan por el camino? 13 La destroza el puerco montés, Y la bestia del campo la devora. 14 Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña, 15 La planta que plantó tu diestra, Y el renuevo que para ti afirmaste. 16 Quemada a fuego está, asolada; Perezcan por la reprensión de tu rostro. 17 Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste. 18 Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre. 19 ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. Salmos 80: 1 : Ex. 25.
22.
NTV Para el director del coro: salmo de Asaf; cántese con la melodía de «Lirios del pacto». 1 Te pido que escuches, oh Pastor de Israel, tú, que guías como a un rebaño a los descendientes de José. Oh Dios, entronizado por encima de los querubines, despliega tu radiante gloria 2 ante Efraín, Benjamín y Manasés. Muéstranos tu gran poder. ¡Ven a rescatarnos! 3 Oh Dios, haznos volver a ti; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos. 4 Oh Señor, Dios de los Ejércitos Celestiales, ¿hasta cuándo seguirás enojado con nuestras oraciones? 5 Nos diste tristeza por comida, y nos hiciste beber lágrimas en abundancia. 6 Nos convertiste en el desprecio de las naciones vecinas. Nuestros enemigos nos tratan como si fuéramos una broma. 7 Haznos volver a ti, oh Dios de los Ejércitos Celestiales; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos. 8 Nos sacaste de Egipto como a una vid; expulsaste a las naciones paganas y nos trasplantaste a tu tierra. 9 Limpiaste el terreno para nosotros, y echamos raíces y llenamos la tierra. 10 Nuestra sombra cubrió las montañas; nuestras ramas cubrieron los poderosos cedros. 11 Extendimos las ramas al occidente, hacia el mar Mediterráneo; nuestros retoños se extendieron al oriente, hacia el río Éufrates. 12 Pero ahora, ¿por qué has derribado nuestras murallas de modo que todos los que pasan pueden robarse nuestros frutos? 13 Los jabalíes del bosque los devoran, y los animales salvajes se alimentan de ellos. 14 Te suplicamos que regreses, oh Dios de los Ejércitos Celestiales. Observa desde los cielos y mira nuestro aprieto. Cuida de esta vid 15 que tú mismo plantaste, este hijo que criaste para ti. 16 Somos cortados y quemados por nuestros enemigos; que perezcan al ver tu ceño fruncido. 17 Fortalece al hombre que amas, al hijo que elegiste. 18 Entonces jamás volveremos a abandonarte. Revívenos para que podamos invocar tu nombre una vez más. 19 Haznos volver a ti, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos.
?

El estribillo del salmo evoca la promesa de Aarón acerca de la bendición perpetua de Dios para su pueblo Números 6:22-27
RVR1960 22 Jehová habló a Moisés, diciendo: 23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: 24 Jehová te bendiga, y te guarde; 25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. 27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré. NTV 22 Entonces el Señor le dijo a Moisés: 23 «Diles a Aarón y a sus hijos que bendigan al pueblo de Israel con la siguiente bendición especial: 24 “Que el Señor te bendiga y te proteja. 25 Que el Señor sonría sobre ti y sea compasivo contigo. 26 Que el Señor te muestre su favor y te dé su paz”. 27 Cada vez que Aarón y sus hijos bendigan al pueblo de Israel en mi nombre, yo los bendeciré».
y destaca la esperanza de que la gracia de Dios triunfará sobre las causas de la miseria del pueblo: “Dios, ¡restáuranos! ¡Haz resplandecer tu rostro y seremos salvos!” Salmos 80:3
RVR1960 3 Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. NTV 3 Oh Dios, haznos volver a ti; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos.
ver también Salmos 80:7
RVR1960 7 Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. NTV 7 Haznos volver a ti, oh Dios de los Ejércitos Celestiales; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos.
Salmos 80:19
RVR1960 19 ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. NTV 19 Haznos volver a ti, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos.

La palabra hebrea para “restaurar” proviene de una palabra común que significa “volver”, y se utiliza una y otra vez en la Biblia cuando Dios llama a su pueblo, que se ha alejado, a volver a él. Está estrechamente vinculada a la idea de arrepentimiento, de alejarse del pecado y volver a Dios. “Y les daré un corazón para que conozcan que yo soy el Señor. Y serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque se volverán a mí de todo su corazón” Jeremías 24:7
RVR1960 7 Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón. NTV 7 Les daré un corazón que me reconozca como el Señor. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque se volverán a mí de todo corazón.

¿Experimentaste personalmente el arrepentimiento como un regreso a Dios?

JUEVES — La supremacía del Señor en la historia

Lee Salmos 135
RVR1960 Aleluya. 1 Alabad el nombre de Jehová; Alabadle, siervos de Jehová; 2 Los que estáis en la casa de Jehová, En los atrios de la casa de nuestro Dios. 3 Alabad a JAH, porque él es bueno; Cantad salmos a su nombre, porque él es benigno. 4 Porque JAH ha escogido a Jacob para sí, A Israel por posesión suya. 5 Porque yo sé que Jehová es grande, Y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses. 6 Todo lo que Jehová quiere, lo hace, En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. 7 Hace subir las nubes de los extremos de la tierra; Hace los relámpagos para la lluvia; Saca de sus depósitos los vientos. 8 Él es quien hizo morir a los primogénitos de Egipto, Desde el hombre hasta la bestia. 9 Envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto, Contra Faraón, y contra todos sus siervos. 10 Destruyó a muchas naciones, Y mató a reyes poderosos; 11 A Sehón rey amorreo, A Og rey de Basán, Y a todos los reyes de Canaán. 12 Y dio la tierra de ellos en heredad, En heredad a Israel su pueblo. 13 Oh Jehová, eterno es tu nombre; Tu memoria, oh Jehová, de generación en generación. 14 Porque Jehová juzgará a su pueblo, Y se compadecerá de sus siervos. 15 Los ídolos de las naciones son plata y oro, Obra de manos de hombres. 16 Tienen boca, y no hablan; Tienen ojos, y no ven; 17 Tienen orejas, y no oyen; Tampoco hay aliento en sus bocas. 18 Semejantes a ellos son los que los hacen, Y todos los que en ellos confían. 19 Casa de Israel, bendecid a Jehová; Casa de Aarón, bendecid a Jehová; 20 Casa de Leví, bendecid a Jehová; Los que teméis a Jehová, bendecid a Jehová. 21 Desde Sion sea bendecido Jehová, Quien mora en Jerusalén. Aleluya. Salmos 135: 18 : Sal. 115.
4-8; Ap. 9.
20.
NTV 1 ¡Alabado sea el Señor! ¡Alaben el nombre del Señor! Alábenlo, ustedes, los que sirven al Señor, 2 los que sirven en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios. 3 Alaben al Señor, porque el Señor es bueno; celebren con música su precioso nombre. 4 Pues el Señor escogió a Jacob para sí, a Israel, como su tesoro especial. 5 Yo conozco la grandeza del Señor: nuestro Señor es más grande que cualquier otro dios. 6 El Señor hace lo que le place por todo el cielo y toda la tierra, y en los océanos y sus profundidades. 7 Hace que las nubes se eleven sobre toda la tierra. Envía relámpagos junto con la lluvia y suelta el viento desde sus depósitos. 8 Destruyó al primer hijo varón de cada hogar egipcio y a las primeras crías de los animales. 9 Realizó señales milagrosas y maravillas en Egipto en contra del faraón y todo su pueblo. 10 Hirió de muerte a grandes naciones y masacró a reyes poderosos: 11 a Sehón, rey de los amorreos; a Og, rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán. 12 Entregó sus tierras como herencia, como preciada posesión a su pueblo Israel. 13 Tu nombre, oh Señor, permanece para siempre; tu fama, oh Señor, se conoce en cada generación. 14 Pues el Señor hará justicia a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos. 15 Los ídolos de las naciones no son más que objetos de plata y oro; manos humanas les dieron forma. 16 Tienen boca pero no pueden hablar, tienen ojos pero no pueden ver. 17 Tienen oídos pero no pueden oír, tienen boca pero no pueden respirar. 18 Y los que hacen ídolos son iguales a ellos, como también todos los que confían en ellos. 19 ¡Oh Israel, alaba al Señor! ¡Oh sacerdotes — descendientes de Aarón — , alaben al Señor! 20 ¡Oh levitas, alaben al Señor! ¡Todos los que temen al Señor, alaben al Señor! 21 El Señor sea alabado desde Sion, porque él vive aquí en Jerusalén. ¡Alabado sea el Señor!

¿Qué acontecimientos históricos se destacan en este salmo? ¿Qué lecciones extrae de ellos el salmista?

Salmo 135 convoca al pueblo de Dios a alabar al Señor por su bondad y su fidelidad demostradas en la Creación Salmos 135:6-7
RVR1960 6 Todo lo que Jehová quiere, lo hace, En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. 7 Hace subir las nubes de los extremos de la tierra; Hace los relámpagos para la lluvia; Saca de sus depósitos los vientos. NTV 6 El Señor hace lo que le place por todo el cielo y toda la tierra, y en los océanos y sus profundidades. 7 Hace que las nubes se eleven sobre toda la tierra. Envía relámpagos junto con la lluvia y suelta el viento desde sus depósitos.
en la historia de la salvación de Israel en la época del Éxodo Salmos 135:8-9
RVR1960 8 Él es quien hizo morir a los primogénitos de Egipto, Desde el hombre hasta la bestia. 9 Envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto, Contra Faraón, y contra todos sus siervos. NTV 8 Destruyó al primer hijo varón de cada hogar egipcio y a las primeras crías de los animales. 9 Realizó señales milagrosas y maravillas en Egipto en contra del faraón y todo su pueblo.
y en la conquista de la Tierra Prometida Salmos 135:10-12
RVR1960 10 Destruyó a muchas naciones, Y mató a reyes poderosos; 11 A Sehón rey amorreo, A Og rey de Basán, Y a todos los reyes de Canaán. 12 Y dio la tierra de ellos en heredad, En heredad a Israel su pueblo. NTV 10 Hirió de muerte a grandes naciones y masacró a reyes poderosos: 11 a Sehón, rey de los amorreos; a Og, rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán. 12 Entregó sus tierras como herencia, como preciada posesión a su pueblo Israel.

El Señor demostró su gracia al elegir al pueblo de Israel como su tesoro especial Salmos 135:4
RVR1960 4 Porque JAH ha escogido a Jacob para sí, A Israel por posesión suya. NTV 4 Pues el Señor escogió a Jacob para sí, a Israel, como su tesoro especial.
El término “tesoro especial” se refiere a la peculiar relación de pacto entre el Señor y su pueblo Deuteronomio 7:6-11
RVR1960 6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. 7 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; 8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. 9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; 10 y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago. 11 Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas. NTV 6 Pues tú eres un pueblo santo porque perteneces al Señor tu Dios. De todos los pueblos de la tierra, el Señor tu Dios te eligió a ti para que seas su tesoro especial. 7 »El Señor no te dio su amor ni te eligió porque eras una nación más numerosa que las otras naciones, ¡pues tú eras la más pequeña de todas! 8 Más bien, fue sencillamente porque el Señor te ama y estaba cumpliendo el juramento que les había hecho a tus antepasados. Por eso te rescató con mano poderosa de la esclavitud y de la mano opresiva del faraón, rey de Egipto. 9 Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos. 10 Pero no duda en castigar ni en destruir a quienes lo rechazan. 11 Por lo tanto, obedece todos los mandatos, los decretos y las ordenanzas que te entrego hoy.
1 Pedro 2:9-10
RVR1960 9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. NTV 9 Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa. 10 «Antes no tenían identidad como pueblo, ahora son pueblo de Dios. Antes no recibieron misericordia, ahora han recibido la misericordia de Dios».
La elección de Israel se basó en la voluntad soberana del Señor y, por lo tanto, Israel no tiene motivos para sentirse superior a los demás pueblos. Salmos 135:6-7
RVR1960 6 Todo lo que Jehová quiere, lo hace, En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. 7 Hace subir las nubes de los extremos de la tierra; Hace los relámpagos para la lluvia; Saca de sus depósitos los vientos. NTV 6 El Señor hace lo que le place por todo el cielo y toda la tierra, y en los océanos y sus profundidades. 7 Hace que las nubes se eleven sobre toda la tierra. Envía relámpagos junto con la lluvia y suelta el viento desde sus depósitos.
demuestra que los propósitos soberanos del Señor para el mundo no comenzaron con Israel, sino con la Creación. Por lo tanto, Israel debe cumplir humildemente el papel que le ha sido asignado en los propósitos salvíficos de Dios para el mundo entero.

El relato de los grandes hechos de Dios en favor de su pueblo Salmos 135:8-13
RVR1960 8 Él es quien hizo morir a los primogénitos de Egipto, Desde el hombre hasta la bestia. 9 Envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto, Contra Faraón, y contra todos sus siervos. 10 Destruyó a muchas naciones, Y mató a reyes poderosos; 11 A Sehón rey amorreo, A Og rey de Basán, Y a todos los reyes de Canaán. 12 Y dio la tierra de ellos en heredad, En heredad a Israel su pueblo. 13 Oh Jehová, eterno es tu nombre; Tu memoria, oh Jehová, de generación en generación. NTV 8 Destruyó al primer hijo varón de cada hogar egipcio y a las primeras crías de los animales. 9 Realizó señales milagrosas y maravillas en Egipto en contra del faraón y todo su pueblo. 10 Hirió de muerte a grandes naciones y masacró a reyes poderosos: 11 a Sehón, rey de los amorreos; a Og, rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán. 12 Entregó sus tierras como herencia, como preciada posesión a su pueblo Israel. 13 Tu nombre, oh Señor, permanece para siempre; tu fama, oh Señor, se conoce en cada generación.
culmina con la promesa de que Dios lo “vindicará” y tendrá compasión de él Salmos 135:14
RVR1960 14 Porque Jehová juzgará a su pueblo, Y se compadecerá de sus siervos. NTV 14 Pues el Señor hará justicia a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos.
Se refiere aquí a la vindicación por parte de Dios de los oprimidos y los desposeídos Salmos 9:4
RVR1960 4 Porque has mantenido mi derecho y mi causa; Te has sentado en el trono juzgando con justicia. NTV 4 Pues has juzgado a mi favor; desde tu trono juzgaste con imparcialidad.
Salmos 7:8
RVR1960 8 Jehová juzgará a los pueblos; Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, Y conforme a mi integridad. NTV 8 El Señor juzga a las naciones. Declárame justo, oh Señor, ¡porque soy inocente, oh Altísimo!
Salmos 54:1
RVR1960 Al músico principal; en Neginot. Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: ¿No está David escondido en nuestra tierra? 1 Oh Dios, sálvame por tu nombre, Y con tu poder defiéndeme. NTV Para el director del coro: salmo de David, acerca de cuando los zifeos fueron a decirle a Saúl: «Sabemos dónde se esconde David». Acompáñese con instrumentos de cuerda. 1 ¡Ven con tu gran poder, oh Dios, y rescátame! Defiéndeme con tu poder.
Daniel 7:22
RVR1960 22 hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino. NTV 22 hasta que vino el Anciano — el Altísimo — y emitió un juicio en favor de su pueblo santo. Entonces llegó el tiempo para que los santos tomaran posesión del reino.
La promesa es que el Señor sostendrá la causa de su pueblo y lo defenderá Deuteronomio 32:36
RVR1960 36 Porque Jehová juzgará a su pueblo, Y por amor de sus siervos se arrepentirá, Cuando viere que la fuerza pereció, Y que no queda ni siervo ni libre. NTV 36 »Sin duda, el Señor hará justicia a su pueblo y cambiará de parecer acerca de sus siervos, cuando vea que ya no tienen fuerzas y no queda nadie allí, ni siervo ni libre.
Así, Salmo 135 busca inspirar al pueblo de Dios para que confíe en el Señor y permanezca fiel al pacto con él.

La fidelidad del Señor para con su pueblo lleva al salmista a afirmar la insignificancia de los ídolos y la supremacía única del Señor en el mundo Salmos 135:15-18
RVR1960 15 Los ídolos de las naciones son plata y oro, Obra de manos de hombres. 16 Tienen boca, y no hablan; Tienen ojos, y no ven; 17 Tienen orejas, y no oyen; Tampoco hay aliento en sus bocas. 18 Semejantes a ellos son los que los hacen, Y todos los que en ellos confían. NTV 15 Los ídolos de las naciones no son más que objetos de plata y oro; manos humanas les dieron forma. 16 Tienen boca pero no pueden hablar, tienen ojos pero no pueden ver. 17 Tienen oídos pero no pueden oír, tienen boca pero no pueden respirar. 18 Y los que hacen ídolos son iguales a ellos, como también todos los que confían en ellos.
La dependencia de los ídolos hace que sus adoradores sean tan desesperanzados e impotentes como aquellos Salmos 135:18
RVR1960 18 Semejantes a ellos son los que los hacen, Y todos los que en ellos confían. NTV 18 Y los que hacen ídolos son iguales a ellos, como también todos los que confían en ellos.
El salmo demuestra que Dios debe ser alabado como Creador y Salvador de su pueblo. Esto se transmite de manera maravillosa en las dos versiones complementarias del cuarto Mandamiento del Decálogo Éxodo 20:8-11
RVR1960 8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. NTV 8 »Acuérdate de guardar el día de descanso al mantenerlo santo. 9 Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual, 10 pero el séptimo día es un día de descanso y está dedicado al Señor tu Dios. Ese día, ningún miembro de tu casa hará trabajo alguno. Esto se refiere a ti, a tus hijos e hijas, a tus siervos y siervas, a tus animales y también incluye a los extranjeros que vivan entre ustedes. 11 Pues en seis días el Señor hizo los cielos, la tierra, el mar, y todo lo que hay en ellos; pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día de descanso y lo apartó como un día santo.
Deuteronomio 5:12-15
RVR1960 12 Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. 13 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 14 mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. 15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo. NTV 12 »Guarda el día de descanso al mantenerlo santo, tal como te lo ordenó el Señor tu Dios. 13 Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual, 14 pero el séptimo día es de descanso y está dedicado al Señor tu Dios. Ese día, ningún miembro de tu casa hará trabajo alguno. Esto se refiere a ti, a tus hijos e hijas, tus siervos y siervas, tus bueyes, burros y demás animales, y también incluye a los extranjeros que vivan entre ustedes. Todos tus criados y criadas deberán descansar igual que tú. 15 Recuerda que tú también fuiste esclavo en Egipto y que el Señor tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo poderoso. Por esa razón, el Señor tu Dios te ordenó descansar el séptimo día.
Dado que el poder de Dios en la Creación y en la historia no tiene parangón en el mundo, el pueblo de Dios debe confiar siempre en él y adorarlo únicamente a él. Como nuestro Creador y Redentor, solo a él debemos adorar. En consecuencia, adorar cualquier otra cosa, o a cualquier otra persona, es idolatría.

¿Cómo podemos asegurarnos de no tener “ídolos” en nuestra vida? ¿Por qué la idolatría es más fácil de lo que pensamos?

VIERNES - Para Estudiar y Meditar

Lee Hechos 7
RVR1960 1 El sumo sacerdote dijo entonces: ¿Es esto así? 2 Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, 3 y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré. 4 Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora. 5 Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo. 6 Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. 7 Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar. 8 Y le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. 9 Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él, 10 y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa. 11 Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos. 12 Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez. 13 Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José. 14 Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas. 15 Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres; 16 los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem. 17 Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, 18 hasta que se levantó en Egipto otro rey que no conocía a José. 19 Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus niños, para que no se propagasen. 20 En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre. 21 Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crio como a hijo suyo. 22 Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras. 23 Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. 24 Y al ver a uno que era maltratado, lo defendió, e hiriendo al egipcio, vengó al oprimido. 25 Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así. 26 Y al día siguiente, se presentó a unos de ellos que reñían, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro? 27 Entonces el que maltrataba a su prójimo le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? 28 ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio? 29 Al oír esta palabra, Moisés huyó, y vivió como extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos. 30 Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza. 31 Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor: 32 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar. 33 Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa. 34 Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto. 35 A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez? , a este lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza. 36 Este los sacó, habiendo hecho prodigios y señales en tierra de Egipto, y en el Mar Rojo, y en el desierto por cuarenta años. 37 Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis. 38 Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos; 39 al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto, 40 cuando dijeron a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. 41 Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron. 42 Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios En el desierto por cuarenta años, casa de Israel? 43 Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, Y la estrella de vuestro dios Renfán, Figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré, pues, más allá de Babilonia. 44 Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que había visto. 45 El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David. 46 Este halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob. 47 Mas Salomón le edificó casa; 48 si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: 49 El cielo es mi trono, Y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo? 50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas? 51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; 53 vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis. 54 Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él. 55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, 56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. 57 Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. 58 Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió. Hechos 7: 3 : Gn. 12.
1. Hechos 7: 4 : Gn. 11.
31. Hechos 7: 4 : Gn. 12.
4. Hechos 7: 5 : Gn. 12.
7; 13.
15; 15.
18; 17.
8. Hechos 7: 7 : Gn. 15.
13-14. Hechos 7: 8 : Gn. 17.
10-14. Hechos 7: 8 : Gn. 21.
2-4. Hechos 7: 8 : Gn. 25.
26. Hechos 7: 8 : Gn. 29.
31 — 35.
18. Hechos 7: 9 : Gn. 37.
11. Hechos 7: 9 : Gn. 37.
28. Hechos 7: 9 : Gn. 39.
2,21. Hechos 7: 10 : Gn. 41.
39-41. Hechos 7: 11 : Gn. 41.
54-57. Hechos 7: 12 : Gn. 42.
1-2. Hechos 7: 13 : Gn. 45.
1. Hechos 7: 13 : Gn. 45.
16. Hechos 7: 14 : Gn. 45.
9-10,17-18. Hechos 7: 14 : Gn. 46.
27. Hechos 7: 15 : Gn. 46.
1-7. Hechos 7: 15 : Gn. 49.
33. Hechos 7: 16 : Gn. 23.
3-16; 33.
19; 50.
7-13; Jos. 24.
32. Hechos 7: 18 : Ex. 1.
7-8. Hechos 7: 19 : Ex. 1.
10-11. Hechos 7: 19 : Ex. 1.
22. Hechos 7: 20 : Ex. 2.
2. Hechos 7: 21 : Ex. 2.
3-10. Hechos 7: 29 : Ex. 2.
11-15. Hechos 7: 29 : Ex. 18.
3-4. Hechos 7: 34 : Ex. 3.
1-10. Hechos 7: 36 : Ex. 7.
3. Hechos 7: 36 : Ex. 14.
21. Hechos 7: 36 : Nm. 14.
33. Hechos 7: 37 : Dt. 18.
15,18. Hechos 7: 38 : Ex. 19.
1 — 20.
17; Dt. 5.
1-33. Hechos 7: 40 : Ex. 32.
1. Hechos 7: 41 : Ex. 32.
2-6. Hechos 7: 43 : Am. 5.
25-27. Hechos 7: 44 : Ex. 25.
9,40. Hechos 7: 45 : Jos. 3.
14-17. Hechos 7: 46 : 2 S. 7.
1-16; 1 Cr. 17.
1-14. Hechos 7: 47 : 1 R. 6.
1-38; 2 Cr. 3.
1-17. Hechos 7: 50 : Is. 66.
1-2. Hechos 7: 51 : Is. 63.
10.
NTV 1 Entonces el sumo sacerdote le preguntó a Esteban: — ¿Son ciertas estas acusaciones? 2 Esteban dio la siguiente respuesta: — Hermanos y padres, escúchenme. Nuestro glorioso Dios se le apareció a nuestro antepasado Abraham en Mesopotamia antes de que él se estableciera en Harán. 3 Dios le dijo: “Deja tu patria y a tus parientes y entra en la tierra que yo te mostraré”. 4 Entonces Abraham salió del territorio de los caldeos y vivió en Harán hasta que su padre murió. Después Dios lo trajo hasta aquí, a la tierra donde ustedes viven ahora. 5 »Sin embargo, Dios no le dio ninguna herencia aquí, ni siquiera un metro cuadrado de tierra; pero Dios sí le prometió que algún día toda la tierra les pertenecería a Abraham y a sus descendientes, aun cuando él todavía no tenía hijos. 6 Dios también le dijo que sus descendientes vivirían en una tierra extranjera, donde serían oprimidos como esclavos durante cuatrocientos años. 7 “Pero yo castigaré a la nación que los esclavice — dijo Dios — , y al final saldrán de allí y me adorarán en este lugar”. 8 »En aquel entonces, Dios también le dio a Abraham el pacto de la circuncisión. Así que cuando nació su hijo Isaac, Abraham lo circuncidó al octavo día; y esa práctica continuó cuando Isaac fue padre de Jacob y cuando Jacob fue padre de los doce patriarcas de la nación israelita. 9 »Estos patriarcas tuvieron envidia de su hermano José y lo vendieron para que fuera esclavo en Egipto; pero Dios estaba con él 10 y lo rescató de todas sus dificultades; y Dios le mostró su favor ante el faraón, el rey de Egipto. Dios también le dio a José una sabiduría fuera de lo común, de manera que el faraón lo nombró gobernador de todo Egipto y lo puso a cargo del palacio. 11 »Entonces un hambre azotó a Egipto y a Canaán. Hubo mucho sufrimiento, y nuestros antepasados se quedaron sin alimento. 12 Jacob oyó que aún había grano en Egipto, por lo que envió a sus hijos — nuestros antepasados — a comprar un poco. 13 La segunda vez que fueron, José reveló su identidad a sus hermanos y se los presentó al faraón. 14 Después José mandó a buscar a su padre, Jacob, y a todos sus parientes para que los llevaran a Egipto, setenta y cinco personas en total. 15 De modo que Jacob fue a Egipto. Murió allí, al igual que nuestros antepasados. 16 Sus cuerpos fueron llevados a Siquem, donde fueron enterrados en la tumba que Abraham les había comprado a los hijos de Hamor en Siquem a un determinado precio. 17 »A medida que se acercaba el tiempo en que Dios cumpliría su promesa a Abraham, el número de nuestro pueblo en Egipto aumentó considerablemente. 18 Pero luego ascendió un nuevo rey al trono de Egipto, quien no sabía nada de José. 19 Este rey explotó a nuestro pueblo y lo oprimió, y forzó a los padres a que abandonaran a sus recién nacidos para que murieran. 20 »En esos días nació Moisés, un hermoso niño a los ojos de Dios. Sus padres lo cuidaron en casa durante tres meses. 21 Cuando tuvieron que abandonarlo, la hija del faraón lo adoptó y lo crio como su propio hijo. 22 A Moisés le enseñaron toda la sabiduría de los egipcios, y era poderoso tanto en palabras como en acciones. 23 »Cierto día, cuando Moisés tenía cuarenta años, decidió visitar a sus parientes, el pueblo de Israel. 24 Vio que un egipcio maltrataba a un israelita. Entonces Moisés salió en defensa del hombre y mató al egipcio para vengarlo. 25 Moisés supuso que sus compatriotas israelitas se darían cuenta de que Dios lo había enviado para rescatarlos, pero no fue así. 26 »Al día siguiente, los visitó de nuevo y vio que dos hombres de Israel estaban peleando. Trató de ser un pacificador y les dijo: “Señores, ustedes son hermanos. ¿Por qué se están peleando?”. 27 »Pero el hombre que era culpable empujó a Moisés. “¿Quién te puso como gobernante y juez sobre nosotros? — le preguntó — . 28 ¿Me vas a matar como mataste ayer al egipcio?”. 29 Cuando Moisés oyó eso, huyó del país y vivió como extranjero en la tierra de Madián. Allí nacieron sus dos hijos. 30 »Cuarenta años después, en el desierto que está cerca del monte Sinaí, un ángel se le apareció a Moisés en la llama de una zarza ardiente. 31 Moisés quedó asombrado al verla. Y, cuando se estaba acercando para ver mejor, la voz del Señor le dijo: 32 “Yo soy el Dios de tus antepasados: el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”. Moisés tembló aterrorizado y no se atrevía a mirar. 33 »Entonces el Señor le dijo: “Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. 34 Ciertamente he visto la opresión de mi pueblo en Egipto. He escuchado sus gemidos y he descendido para rescatarlos. Ahora ve, porque te envío de regreso a Egipto”. 35 »Así que Dios envió de vuelta al mismo hombre que su pueblo había rechazado anteriormente cuando le preguntaron: “¿Quién te puso como gobernante y juez sobre nosotros?”. Mediante el ángel que se le apareció en la zarza ardiente, Dios envió a Moisés para que fuera gobernante y salvador. 36 Y, por medio de muchas maravillas y señales milagrosas, él los sacó de Egipto, los guio a través del mar Rojo y por el desierto durante cuarenta años. 37 »Moisés mismo le dijo al pueblo de Israel: “Dios les levantará un Profeta como yo de entre su propio pueblo”. 38 Moisés estuvo con nuestros antepasados — la asamblea del pueblo de Dios en el desierto — cuando el ángel le habló en el monte Sinaí, y allí Moisés recibió palabras que dan vida para transmitirlas a nosotros. 39 »Sin embargo, nuestros antepasados se negaron a escuchar a Moisés. Lo rechazaron y quisieron volver a Egipto. 40 Le dijeron a Aarón: “Haznos unos dioses que puedan guiarnos, porque no sabemos qué le ha pasado a este Moisés, quien nos sacó de Egipto”. 41 De manera que hicieron un ídolo en forma de becerro, le ofrecieron sacrificios y festejaron ese objeto que habían hecho. 42 Entonces Dios se apartó de ellos y los abandonó, ¡para que sirvieran a las estrellas del cielo como sus dioses! En el libro de los profetas está escrito: “Israel, ¿acaso era a mí a quien traías sacrificios y ofrendas durante esos cuarenta años en el desierto? 43 No, llevabas a tus dioses paganos, el santuario de Moloc, la estrella de tu dios Refán y las imágenes que hiciste a fin de rendirles culto. Por lo tanto, te mandaré al destierro, tan lejos como Babilonia”. 44 »Nuestros antepasados llevaron el tabernáculo con ellos a través del desierto. Lo construyeron según el plan que Dios le había mostrado a Moisés. 45 Años después, cuando Josué dirigió a nuestros antepasados en las batallas contra las naciones que Dios expulsó de esta tierra, el tabernáculo fue llevado con ellos al nuevo territorio. Y permaneció allí hasta los tiempos del rey David. 46 »David obtuvo el favor de Dios y pidió tener el privilegio de construir un templo permanente para el Dios de Jacob, 47 pero fue Salomón quien lo construyó. 48 Sin embargo, el Altísimo no vive en templos hechos por manos humanas. Como dice el profeta: 49 “El cielo es mi trono y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Podrían acaso construirme un templo tan bueno como ese? — pregunta el Señor — . ¿Podrían construirme un lugar de descanso así? 50 ¿Acaso no fueron mis manos las que hicieron el cielo y la tierra?”. 51 »¡Pueblo terco! Ustedes son paganos de corazón y sordos a la verdad. ¿Resistirán para siempre al Espíritu Santo? Eso es lo que hicieron sus antepasados, ¡y ustedes también! 52 ¡Mencionen a un profeta a quien sus antepasados no hayan perseguido! Hasta mataron a los que predijeron la venida del Justo, el Mesías a quien ustedes traicionaron y asesinaron. 53 Deliberadamente desobedecieron la ley de Dios, a pesar de que la recibieron de manos de ángeles. 54 Los líderes judíos se enfurecieron por la acusación de Esteban y con rabia le mostraban los puños; 55 pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, y vio la gloria de Dios y vio a Jesús de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios. 56 Y les dijo: «¡Miren, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios! ». 57 Entonces ellos se taparon los oídos con las manos y empezaron a gritar. Se lanzaron sobre él, 58 lo arrastraron fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Sus acusadores se quitaron las túnicas y las pusieron a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 59 Mientras lo apedreaban, Esteban oró: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». 60 Cayó de rodillas gritando: «¡Señor, no los culpes por este pecado! ». Dicho eso, murió.
y Hebreos 11
RVR1960 1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. 3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. 4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. 5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. 7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. 8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. 9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; 10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. 11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. 12 Por lo cual también, de uno, y ese ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar. 13 Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; 15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. 17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, 18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; 19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir. 20 Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras. 21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón. 22 Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos. 23 Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. 24 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, 25 escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, 26 teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. 27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. 28 Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. 29 Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados. 30 Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. 31 Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz. 32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. 35 Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. 36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. 37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; 38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. 39 Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; 40 proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros. Hebreos 11: 3 : Gn. 1.
1. Hebreos 11: 4 : Gn. 4.
3-10. Hebreos 11: 5 : Gn. 5.
21-24. Hebreos 11: 7 : Gn. 6.
13-22. Hebreos 11: 8 : Gn. 12.
1-5. Hebreos 11: 9 : Gn. 35.
27. Hebreos 11: 11 : Gn. 18.
11-14; 21.
2. Hebreos 11: 12 : Gn. 15.
5. Hebreos 11: 12 : Gn. 22.
17. Hebreos 11: 13 : Gn. 23.
4. Hebreos 11: 17 : Gn. 22.
1-14. Hebreos 11: 18 : Gn. 21.
12. Hebreos 11: 20 : Gn. 27.
27-29,39-40. Hebreos 11: 21 : Gn. 47.
31 — 48.
20. Hebreos 11: 22 : Gn. 50.
24-25; Ex. 13.
19. Hebreos 11: 23 : Ex. 2.
2. Hebreos 11: 23 : Ex. 1.
22. Hebreos 11: 24 : Ex. 2.
10-12. Hebreos 11: 27 : Ex. 2.
15. Hebreos 11: 28 : Ex. 12.
21-30. Hebreos 11: 29 : Ex. 14.
21-31. Hebreos 11: 30 : Jos. 6.
12-21. Hebreos 11: 31 : Jos. 6.
22-25. Hebreos 11: 31 : Jos. 2.
1-21. Hebreos 11: 32 : Jue. 6.
11 — 8.
32. Hebreos 11: 32 : Jue. 4.
6 — 5.
31. Hebreos 11: 32 : Jue. 13.
2 — 16.
31. Hebreos 11: 32 : Jue. 11.
1 — 12.
7. Hebreos 11: 32 : 1 S. 16.
1 — 1 R. 2.
11. Hebreos 11: 32 : 1 S. 1.
1 — 25.
1. Hebreos 11: 33 : Dn. 6.
1-27. Hebreos 11: 34 : Dn. 3.
1-30. Hebreos 11: 35 : 1 R. 17.
17-24; 2 R. 4.
25-37. Hebreos 11: 36 : 1 R. 22.
26-27; 2 Cr. 18.
25-26; Jer. 20.
2; 37.
15; 38.
6. Hebreos 11: 37 : 2 Cr. 24.
21.
NTV 1 La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver. 2 Por su fe, la gente de antaño gozó de una buena reputación. 3 Por la fe entendemos que todo el universo fue formado por orden de Dios, de modo que lo que ahora vemos no vino de cosas visibles. 4 Fue por la fe que Abel presentó a Dios una ofrenda más aceptable que la que presentó Caín. La ofrenda de Abel demostró que era un hombre justo, y Dios aprobó sus ofrendas. Aunque Abel murió hace mucho tiempo, todavía nos habla por su ejemplo de fe. 5 Fue por la fe que Enoc ascendió al cielo sin morir; «desapareció, porque Dios se lo llevó». Pues antes de ser llevado, lo conocían como una persona que agradaba a Dios. 6 De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad. 7 Fue por la fe que Noé construyó un barco grande para salvar a su familia del diluvio en obediencia a Dios, quien le advirtió de cosas que nunca antes habían sucedido. Por su fe, Noé condenó al resto del mundo y recibió la justicia que viene por la fe. 8 Fue por la fe que Abraham obedeció cuando Dios lo llamó para que dejara su tierra y fuera a otra que él le daría por herencia. Se fue sin saber adónde iba. 9 Incluso cuando llegó a la tierra que Dios le había prometido, vivió allí por fe, pues era como un extranjero que vive en carpas. Lo mismo hicieron Isaac y Jacob, quienes heredaron la misma promesa. 10 Abraham esperaba con confianza una ciudad de cimientos eternos, una ciudad diseñada y construida por Dios. 11 Fue por la fe que hasta Sara pudo tener un hijo, a pesar de ser estéril y demasiado anciana. Ella creyó que Dios cumpliría su promesa. 12 Así que una nación entera provino de este solo hombre, quien estaba casi muerto en cuanto a tener hijos; una nación con tantos habitantes que, como las estrellas de los cielos y la arena de la orilla del mar, es imposible contar. 13 Todas estas personas murieron aún creyendo lo que Dios les había prometido. Y aunque no recibieron lo prometido, lo vieron desde lejos y lo aceptaron con gusto. Coincidieron en que eran extranjeros y nómadas aquí en este mundo. 14 Es obvio que quienes se expresan así esperan tener su propio país. 15 Si hubieran añorado el país del que salieron, bien podrían haber regresado. 16 Sin embargo, buscaban un lugar mejor, una patria celestial. Por eso, Dios no se avergüenza de ser llamado el Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad. 17 Fue por la fe que Abraham ofreció a Isaac en sacrificio cuando Dios lo puso a prueba. Abraham, quien había recibido las promesas de Dios, estuvo dispuesto a sacrificar a su único hijo, Isaac, 18 aun cuando Dios le había dicho: «Isaac es el hijo mediante el cual procederán tus descendientes». 19 Abraham llegó a la conclusión de que si Isaac moría, Dios tenía el poder para volverlo a la vida; y en cierto sentido, Abraham recibió de vuelta a su hijo de entre los muertos. 20 Fue por la fe que Isaac prometió a sus hijos, Jacob y Esaú, bendiciones para el futuro. 21 Fue por la fe que Jacob, cuando ya era anciano y estaba por morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y se inclinó para adorar, apoyado en su vara. 22 Fue por la fe que José, cuando iba a morir, declaró con confianza que el pueblo de Israel saldría de Egipto. Incluso les mandó que se llevaran sus huesos cuando ellos salieran. 23 Fue por la fe que cuando nació Moisés, sus padres lo escondieron durante tres meses. Vieron que Dios les había dado un hijo fuera de lo común y no tuvieron temor de desobedecer la orden del rey. 24 Fue por la fe que Moisés, cuando ya fue adulto, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón. 25 Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los placeres momentáneos del pecado. 26 Consideró que era mejor sufrir por causa de Cristo que poseer los tesoros de Egipto, pues tenía la mirada puesta en la gran recompensa que recibiría. 27 Fue por la fe que Moisés salió de la tierra de Egipto sin temer el enojo del rey. Siguió firme en su camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible. 28 Fue por la fe que Moisés ordenó que el pueblo de Israel celebrara la Pascua y rociara con sangre los marcos de las puertas para que el ángel de la muerte no matara a ninguno de sus primeros hijos varones. 29 Fue por la fe que el pueblo de Israel atravesó el mar Rojo como si estuviera pisando tierra seca, pero cuando los egipcios intentaron seguirlos, murieron todos ahogados. 30 Fue por la fe que el pueblo de Israel marchó alrededor de Jericó durante siete días, y las murallas se derrumbaron. 31 Fue por la fe que Rahab, la prostituta, no fue destruida junto con los habitantes de su ciudad que se negaron a obedecer a Dios. Pues ella había recibido en paz a los espías. 32 ¿Cuánto más les tengo que decir? Se necesitaría demasiado tiempo para contarles acerca de la fe de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y todos los profetas. 33 Por la fe esas personas conquistaron reinos, gobernaron con justicia y recibieron lo que Dios les había prometido. Cerraron bocas de leones, 34 apagaron llamas de fuego y escaparon de morir a filo de espada. Su debilidad se convirtió en fortaleza. Llegaron a ser poderosos en batalla e hicieron huir a ejércitos enteros. 35 Hubo mujeres que recibieron otra vez con vida a sus seres queridos que habían muerto. Sin embargo, otros fueron torturados, porque rechazaron negar a Dios a cambio de la libertad. Ellos pusieron su esperanza en una vida mejor que viene después de la resurrección. 36 Algunos fueron ridiculizados y sus espaldas fueron laceradas con látigos; otros fueron encadenados en prisiones. 37 Algunos murieron apedreados, a otros los cortaron por la mitad con una sierra y a otros los mataron a espada. Algunos anduvieron vestidos con pieles de ovejas y cabras, desposeídos y oprimidos y maltratados. 38 Este mundo no era digno de ellos. Vagaron por desiertos y montañas, se escondieron en cuevas y hoyos de la tierra. 39 Debido a su fe, todas esas personas gozaron de una buena reputación, aunque ninguno recibió todo lo que Dios le había prometido. 40 Pues Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, de modo que ellos no llegaran a la perfección sin nosotros.

Según el Nuevo Testamento, ¿cuál es el objetivo final de la soberana conducción de Dios sobre su pueblo en la historia?

Los salmos históricos son un poderoso testimonio de la fidelidad de Dios hacia su pueblo. Cada acontecimiento de la historia del pueblo de Dios era un paso providencial hacia el cumplimiento final de la promesa divina del Salvador del mundo en la persona de Jesús de Nazaret. Incluso las pruebas, que a menudo dejaban perplejo al pueblo de Dios y lo hacían pensar que Dios lo había abandonado, estaban bajo el control soberano de Dios y formaban parte de su providencia, porque Dios es el Señor supremo de la historia. El salmista presenta hábilmente la verdad de que ni siquiera la deslealtad del pueblo puede impedir que Dios conserve la fe en él y cumpla sus promesas. Sin embargo, las personas y los grupos impenitentes fueron excluidos de las bendiciones del Pacto, y su infame final sirve como advertencia duradera de cómo la vida sin Dios, u opuesta a Dios, destruye a las personas.

Los salmos animan a los hijos de Dios de todas las épocas a esperar en el Señor y a permanecer fieles a él.

“No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada” (Elena de White, Notas biográficas de Elena G. de White, p. 193).

Para que el pueblo de Dios pueda avanzar sin temor, necesita conocer los hechos de su historia. Elena de White aconseja a los creyentes que lean Salmos 105
RVR1960 (1 Cr. 16.
7-22) 1 Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos. 2 Cantadle, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. 3 Gloriaos en su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová. 4 Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro. 5 Acordaos de las maravillas que él ha hecho, De sus prodigios y de los juicios de su boca, 6 Oh vosotros, descendencia de Abraham su siervo, Hijos de Jacob, sus escogidos. 7 Él es Jehová nuestro Dios; En toda la tierra están sus juicios. 8 Se acordó para siempre de su pacto; De la palabra que mandó para mil generaciones, 9 La cual concertó con Abraham, Y de su juramento a Isaac. 10 La estableció a Jacob por decreto, A Israel por pacto sempiterno, 11 Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán Como porción de vuestra heredad. 12 Cuando ellos eran pocos en número, Y forasteros en ella, 13 Y andaban de nación en nación, De un reino a otro pueblo, 14 No consintió que nadie los agraviase, Y por causa de ellos castigó a los reyes. 15 No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas. 16 Trajo hambre sobre la tierra, Y quebrantó todo sustento de pan. 17 Envió un varón delante de ellos; A José, que fue vendido por siervo. 18 Afligieron sus pies con grillos; En cárcel fue puesta su persona. 19 Hasta la hora que se cumplió su palabra, El dicho de Jehová le probó. 20 Envió el rey, y le soltó; El señor de los pueblos, y le dejó ir libre. 21 Lo puso por señor de su casa, Y por gobernador de todas sus posesiones, 22 Para que reprimiera a sus grandes como él quisiese, Y a sus ancianos enseñara sabiduría. 23 Después entró Israel en Egipto, Y Jacob moró en la tierra de Cam. 24 Y multiplicó su pueblo en gran manera, Y lo hizo más fuerte que sus enemigos. 25 Cambió el corazón de ellos para que aborreciesen a su pueblo, Para que contra sus siervos pensasen mal. 26 Envió a su siervo Moisés, Y a Aarón, al cual escogió. 27 Puso en ellos las palabras de sus señales, Y sus prodigios en la tierra de Cam. 28 Envió tinieblas que lo oscurecieron todo; No fueron rebeldes a su palabra. 29 Volvió sus aguas en sangre, Y mató sus peces. 30 Su tierra produjo ranas Hasta en las cámaras de sus reyes. 31 Habló, y vinieron enjambres de moscas, Y piojos en todos sus términos. 32 Les dio granizo por lluvia, Y llamas de fuego en su tierra. 33 Destrozó sus viñas y sus higueras, Y quebró los árboles de su territorio. 34 Habló, y vinieron langostas, Y pulgón sin número; 35 Y comieron toda la hierba de su país, Y devoraron el fruto de su tierra. 36 Hirió de muerte a todos los primogénitos en su tierra, Las primicias de toda su fuerza. 37 Los sacó con plata y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo. 38 Egipto se alegró de que salieran, Porque su terror había caído sobre ellos. 39 Extendió una nube por cubierta, Y fuego para alumbrar la noche. 40 Pidieron, e hizo venir codornices; Y los sació de pan del cielo. 41 Abrió la peña, y fluyeron aguas; Corrieron por los sequedales como un río. 42 Porque se acordó de su santa palabra Dada a Abraham su siervo. 43 Sacó a su pueblo con gozo; Con júbilo a sus escogidos. 44 Les dio las tierras de las naciones, Y las labores de los pueblos heredaron; 45 Para que guardasen sus estatutos, Y cumpliesen sus leyes. Aleluya. Salmos 105: 9 : Gn. 12.
7; 17.
8. Salmos 105: 9 : Gn. 26.
3. Salmos 105: 11 : Gn. 28.
13. Salmos 105: 15 : Gn. 20.
3-7. Salmos 105: 16 : Gn. 41.
53-57. Salmos 105: 17 : Gn. 37.
28; 45.
5. Salmos 105: 19 : Gn. 39.
20 — 40.
23. Salmos 105: 20 : Gn. 41.
14. Salmos 105: 21 : Gn. 41.
39-41. Salmos 105: 23 : Gn. 46.
6. Salmos 105: 23 : Gn. 47.
11. Salmos 105: 25 : Ex. 1.
7-14. Salmos 105: 26 : Ex. 3.
1 — 4.
17. Salmos 105: 28 : Ex. 10.
21-23. Salmos 105: 29 : Ex. 7.
17-21. Salmos 105: 30 : Ex. 8.
1-6. Salmos 105: 31 : Ex. 8.
20-24. Salmos 105: 31 : Ex. 8.
16-17. Salmos 105: 33 : Ex. 9.
22-25. Salmos 105: 35 : Ex. 10.
12-15. Salmos 105: 36 : Ex. 12.
29. Salmos 105: 38 : Ex. 12.
33-36. Salmos 105: 39 : Ex. 13.
21-22. Salmos 105: 40 : Ex. 16.
2-15. Salmos 105: 41 : Ex. 17.
1-7; Nm. 20.
2-13. Salmos 105: 44 : Jos. 11.
16-23.
NTV 1 Den gracias al Señor y proclamen su grandeza; que todo el mundo sepa lo que él ha hecho. 2 Canten a él; sí, cántenle alabanzas. Cuéntenle a todo el mundo acerca de sus obras maravillosas. 3 Regocíjense por su santo nombre; alégrense ustedes, los que adoran al Señor. 4 Busquen al Señor y a su fuerza; búsquenlo continuamente. 5 Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado, y los decretos que ha dictado, 6 ustedes, hijos de su siervo Abraham, descendientes de Jacob, los elegidos de Dios. 7 Él es el Señor nuestro Dios; su justicia se ve por toda la tierra. 8 Siempre se atiene a su pacto, al compromiso que adquirió con mil generaciones. 9 Es el pacto que hizo con Abraham y el juramento que le hizo a Isaac. 10 Se lo confirmó a Jacob como un decreto y al pueblo de Israel como un pacto eterno: 11 «Te daré la tierra de Canaán como tu preciada posesión». 12 Eso lo dijo cuando eran unos pocos, un pequeño grupo de extranjeros en Canaán. 13 Anduvieron de nación en nación, de un reino a otro. 14 Sin embargo, él no permitió que nadie los oprimiera. A favor de ellos, les advirtió a los reyes: 15 «No toquen a mi pueblo elegido ni hagan daño a mis profetas». 16 Mandó hambre a la tierra de Canaán, y cortó la provisión de alimentos. 17 Luego envió a un hombre a Egipto delante de ellos: a José, quien fue vendido como esclavo. 18 Le lastimaron los pies con grilletes y en el cuello le pusieron un collar de hierro. 19 Hasta que llegó el momento de cumplir sus sueños, el Señor puso a prueba el carácter de José. 20 Entonces el faraón mandó a buscarlo y lo puso en libertad; el gobernante de la nación le abrió la puerta de la cárcel. 21 José quedó a cargo de toda la casa del rey; llegó a ser el administrador de todas sus posesiones. 22 Con total libertad instruía a los asistentes del rey y enseñaba a los consejeros del rey. 23 Luego Israel llegó a Egipto; Jacob vivió como extranjero en la tierra de Cam. 24 Y el Señor multiplicó a los israelitas hasta que llegaron a ser más poderosos que sus enemigos. 25 Después puso a los egipcios en contra del pueblo de Israel, y ellos conspiraron contra los siervos del Señor. 26 Pero el Señor envió a su siervo Moisés, junto con Aarón, a quien había escogido. 27 Ellos realizaron señales asombrosas entre los egipcios, y maravillas en la tierra de Cam. 28 El Señor cubrió a Egipto con oscuridad, porque los egipcios desobedecieron las órdenes de dejar ir a su pueblo. 29 Convirtió sus aguas en sangre y envenenó a todos los peces. 30 Luego las ranas infestaron la tierra y hasta invadieron las habitaciones del rey. 31 Cuando el Señor habló, enjambres de moscas descendieron sobre los egipcios, y hubo una nube de mosquitos por todo Egipto. 32 Les envió granizo en lugar de lluvia, y destellaron relámpagos sobre la tierra. 33 Arruinó sus vides y sus higueras y destrozó todos los árboles. 34 Habló, y vinieron oleadas de langostas, langostas jóvenes en cantidades innumerables. 35 Se comieron todo lo verde que había en la tierra y destruyeron todos los cultivos de los campos. 36 Después mató al hijo mayor de cada hogar egipcio, el orgullo y la alegría de cada familia. 37 El Señor sacó a su pueblo de Egipto, cargado de oro y de plata; y ni una sola persona de las tribus de Israel siquiera tropezó. 38 Egipto se alegró cuando se fueron, porque les tenía mucho miedo. 39 El Señor desplegó una nube sobre ellos para que los cubriera y les dio un gran fuego para que iluminara la oscuridad. 40 Ellos le pidieron carne, y él les envió codornices; les sació el hambre con maná, pan del cielo. 41 Partió una roca, y brotó agua a chorros que formó un río a través de la tierra árida y baldía. 42 Pues recordó la promesa sagrada que le había hecho a su siervo Abraham. 43 Así que sacó a su pueblo de Egipto con alegría, a sus escogidos, con gozo. 44 Les dio las tierras de las naciones paganas, y cosecharon cultivos que otros habían sembrado. 45 Todo eso sucedió para que siguieran los decretos del Señor y obedecieran sus enseñanzas. ¡Alabado sea el Señor!
y Salmos 106
RVR1960 1 Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. 2 ¿Quién expresará las poderosas obras de Jehová? ¿Quién contará sus alabanzas? 3 Dichosos los que guardan juicio, Los que hacen justicia en todo tiempo. 4 Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo; Visítame con tu salvación, 5 Para que yo vea el bien de tus escogidos, Para que me goce en la alegría de tu nación, Y me gloríe con tu heredad. 6 Pecamos nosotros, como nuestros padres; Hicimos iniquidad, hicimos impiedad. 7 Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, Sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. 8 Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder. 9 Reprendió al Mar Rojo y lo secó, Y les hizo ir por el abismo como por un desierto. 10 Los salvó de mano del enemigo, Y los rescató de mano del adversario. 11 Cubrieron las aguas a sus enemigos; No quedó ni uno de ellos. 12 Entonces creyeron a sus palabras Y cantaron su alabanza. 13 Bien pronto olvidaron sus obras; No esperaron su consejo. 14 Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad. 15 Y él les dio lo que pidieron; Mas envió mortandad sobre ellos. 16 Tuvieron envidia de Moisés en el campamento, Y contra Aarón, el santo de Jehová. 17 Entonces se abrió la tierra y tragó a Datán, Y cubrió la compañía de Abiram. 18 Y se encendió fuego en su junta; La llama quemó a los impíos. 19 Hicieron becerro en Horeb, Se postraron ante una imagen de fundición. 20 Así cambiaron su gloria Por la imagen de un buey que come hierba. 21 Olvidaron al Dios de su salvación, Que había hecho grandezas en Egipto, 22 Maravillas en la tierra de Cam, Cosas formidables sobre el Mar Rojo. 23 Y trató de destruirlos, De no haberse interpuesto Moisés su escogido delante de él, A fin de apartar su indignación para que no los destruyese. 24 Pero aborrecieron la tierra deseable; No creyeron a su palabra, 25 Antes murmuraron en sus tiendas, Y no oyeron la voz de Jehová. 26 Por tanto, alzó su mano contra ellos Para abatirlos en el desierto, 27 Y humillar su pueblo entre las naciones, Y esparcirlos por las tierras. 28 Se unieron asimismo a Baal-peor, Y comieron los sacrificios de los muertos. 29 Provocaron la ira de Dios con sus obras, Y se desarrolló la mortandad entre ellos. 30 Entonces se levantó Finees e hizo juicio, Y se detuvo la plaga; 31 Y le fue contado por justicia De generación en generación para siempre. 32 También le irritaron en las aguas de Meriba; Y le fue mal a Moisés por causa de ellos, 33 Porque hicieron rebelar a su espíritu, Y habló precipitadamente con sus labios. 34 No destruyeron a los pueblos Que Jehová les dijo; 35 Antes se mezclaron con las naciones, Y aprendieron sus obras, 36 Y sirvieron a sus ídolos, Los cuales fueron causa de su ruina. 37 Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios, 38 Y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, Que ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán, Y la tierra fue contaminada con sangre. 39 Se contaminaron así con sus obras, Y se prostituyeron con sus hechos. 40 Se encendió, por tanto, el furor de Jehová sobre su pueblo, Y abominó su heredad; 41 Los entregó en poder de las naciones, Y se enseñorearon de ellos los que les aborrecían. 42 Sus enemigos los oprimieron, Y fueron quebrantados debajo de su mano. 43 Muchas veces los libró; Mas ellos se rebelaron contra su consejo, Y fueron humillados por su maldad. 44 Con todo, él miraba cuando estaban en angustia, Y oía su clamor; 45 Y se acordaba de su pacto con ellos, Y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. 46 Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos. 47 Sálvanos, Jehová Dios nuestro, Y recógenos de entre las naciones, Para que alabemos tu santo nombre, Para que nos gloriemos en tus alabanzas. 48 Bendito Jehová Dios de Israel, Desde la eternidad y hasta la eternidad; Y diga todo el pueblo, Amén. Aleluya. Salmos 106: 1 : 1 Cr. 16.
34; 2 Cr. 5.
13; 7.
3; Esd. 3.
11; Sal. 100.
5; 107.
1; 118.
1; 136.
1; Jer. 33.
11. Salmos 106: 7 : Ex. 14.
10-12. Salmos 106: 9 : Ex. 14.
21-31. Salmos 106: 12 : Ex. 15.
1-21. Salmos 106: 15 : Nm. 11.
4-34. Salmos 106: 18 : Nm. 16.
1-35. Salmos 106: 19 : Ex. 32.
1-14. Salmos 106: 26 : Nm. 14.
1-35. Salmos 106: 27 : Lv. 26.
33. Salmos 106: 31 : Nm. 25.
1-13. Salmos 106: 33 : Nm. 20.
2-13. Salmos 106: 36 : Jue. 2.
1-3; 3.
5-6. Salmos 106: 37 : 2 R. 17.
17. Salmos 106: 38 : Nm. 35.
33. Salmos 106: 46 : Jue. 2.
14-18. Salmos 106: 48 : 1 Cr. 16.
35-36.
NTV 1 ¡Alabado sea el Señor! ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre. 2 ¿Quién podrá enumerar los gloriosos milagros del Señor? ¿Quién podrá alabarlo lo suficiente? 3 Hay alegría para los que tratan con justicia a los demás y siempre hacen lo que es correcto. 4 Acuérdate de mí, Señor, cuando le muestres favor a tu pueblo; acércate y rescátame. 5 Déjame tener parte en la prosperidad de tus elegidos. Permite que me alegre por el gozo de tu pueblo; concédeme alabarte con los que son tu herencia. 6 Hemos pecado como nuestros antepasados. ¡Hicimos lo malo y actuamos de manera perversa! 7 Nuestros antepasados en Egipto no quedaron conmovidos ante las obras milagrosas del Señor. Pronto olvidaron sus muchos actos de bondad hacia ellos; en cambio, se rebelaron contra él en el mar Rojo. 8 Aun así, él los salvó: para defender el honor de su nombre y para demostrar su gran poder. 9 Ordenó al mar Rojo que se secara y condujo a Israel a través del mar como si fuera un desierto. 10 Así los rescató de sus enemigos y los libertó de sus adversarios. 11 Después el agua volvió y cubrió a sus enemigos; ninguno de ellos sobrevivió. 12 Entonces el pueblo creyó las promesas del Señor y le cantó alabanzas. 13 Sin embargo, ¡qué pronto olvidaron lo que él había hecho! ¡No quisieron esperar su consejo! 14 En el desierto dieron rienda suelta a sus deseos; pusieron a prueba la paciencia de Dios en esa tierra árida y baldía. 15 Entonces les dio lo que pedían, pero al mismo tiempo les envió una plaga. 16 La gente del campamento se puso celosa de Moisés y tuvo envidia de Aarón, el santo sacerdote del Señor. 17 Por esa causa la tierra se abrió; se tragó a Datán y enterró a Abiram junto con los otros rebeldes. 18 Sobre sus seguidores cayó fuego; una llama consumió a los perversos. 19 Los israelitas hicieron un becerro en el monte Sinaí; se inclinaron ante una imagen hecha de oro. 20 Cambiaron a su glorioso Dios por la estatua de un toro que come hierba. 21 Se olvidaron de Dios, su salvador, quien había realizado tantas grandezas en Egipto: 22 obras tan maravillosas en la tierra de Cam, hechos tan asombrosos en el mar Rojo. 23 Por lo tanto, él declaró que los destruiría. Pero Moisés, su escogido, intervino entre el Señor y los israelitas; le suplicó que apartara su ira y que no los destruyera. 24 El pueblo se negó a entrar en la agradable tierra, porque no creían la promesa de que Dios los iba a cuidar. 25 En cambio, rezongaron en sus carpas y se negaron a obedecer al Señor. 26 Por lo tanto, él juró solemnemente que los mataría en el desierto, 27 que dispersaría a sus descendientes entre las naciones, y los enviaría a tierras distantes. 28 Después nuestros antepasados se unieron para rendir culto a Baal en Peor; ¡hasta comieron sacrificios ofrecidos a los muertos! 29 Con todo eso provocaron el enojo del Señor, entonces se desató una plaga en medio de ellos. 30 Pero Finees tuvo el valor de intervenir y la plaga se detuvo. 31 Por eso, desde entonces, se le considera un hombre justo. 32 También en Meriba, provocaron el enojo del Señor, y le causaron serios problemas a Moisés. 33 Hicieron que Moisés se enojara y hablara como un necio. 34 Israel no destruyó a las naciones que había en la tierra, como el Señor le había ordenado. 35 En cambio, los israelitas se mezclaron con los paganos y adoptaron sus malas costumbres. 36 Rindieron culto a sus ídolos, y eso resultó en su ruina. 37 Hasta sacrificaron a sus propios hijos e hijas a los demonios. 38 Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos e hijas. Al sacrificarlos a los ídolos de Canaán, contaminaron la tierra con asesinatos. 39 Se contaminaron a sí mismos con sus malas acciones, y su amor a los ídolos fue adulterio a los ojos del Señor. 40 Por eso, el enojo del Señor se encendió contra su pueblo, y él aborreció a su posesión más preciada. 41 Los entregó a las naciones paganas y quedaron bajo el gobierno de quienes los odiaban. 42 Sus enemigos los aplastaron y los sometieron a su cruel poder. 43 Él los rescató una y otra vez, pero ellos decidieron rebelarse en su contra, y finalmente su pecado los destruyó. 44 Aun así, él sintió compasión por la angustia de ellos y escuchó sus clamores. 45 Recordó el pacto que les había hecho y desistió a causa de su amor inagotable. 46 Hasta hizo que sus captores los trataran con amabilidad. 47 ¡Oh Señor nuestro Dios, sálvanos! Vuelve a reunirnos de entre las naciones, para que podamos agradecer a tu santo nombre, alegrarnos y alabarte. 48 Alaben al Señor, Dios de Israel, quien vive desde siempre y para siempre. Que todo el pueblo diga: «¡Amén! ». ¡Alabado sea el Señor!
“por lo menos una vez por semana” (Testimonios para los ministros, p. 114).

La historia del pueblo de Dios demuestra que ninguna promesa que Dios haya hecho en su Palabra quedará sin cumplirse. Esto incluye tanto las promesas divinas de protección individual en la actualidad como las promesas futuras acerca de la segunda venida de Cristo, que establecerá el Reino de Dios de justicia y paz en la Tierra Nueva.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

PREGUNTA 1

¿Cuáles son las bendiciones de recordar la fiel conducción de Dios hacia su pueblo en la historia? ¿Cuáles son las consecuencias de olvidar o ignorar las lecciones del pasado? ¿Cómo podemos aplicar ese mismo principio a nosotros, como iglesia llamada a cumplir la misma misión que el antiguo Israel?

PREGUNTA 2

¿Cómo nos animan los salmos a reconocer el cuidado providencial de Dios en nuestra vida y a ejercitar la paciencia y la confianza en los caminos soberanos de Dios, incluso cuando no es fácil entender por qué las cosas suceden como suceden?

PREGUNTA 3

¿Cómo podemos hacer que el estudio de la historia del pueblo de Dios ocupe un lugar más destacado en nuestros cultos personales y comunitarios? ¿Cómo podemos ser más intencionales a la hora de contarles a nuestros hijos la historia más reciente del pueblo de Dios?

Repaso de la Lección

LECCIONES DE VIDA - Pr. Robert Costa

This page was produced by
Estudia la Biblia Hoy
estudialabibliahoy.com


Australia/Sydney : 20240308-191243 : 1626149781039 : 1703635725081

10/13