La Justicia de Cristo Nuestro Intercesor y la Gracia Transformadora — Estudia la Biblia Hoy





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La Justicia de Cristo Nuestro Intercesor y la Gracia Transformadora
La Justicia de Cristo Nuestro Intercesor y la Gracia Transformadora
La Justicia de Cristo Nuestro Intercesor y la Gracia Transformadora



Introducción:

El estudio de la justicia de Cristo como nuestro intercesor en el santuario celestial y su promesa de gracia transformadora y poder para vivir una vida centrada en Él ocupa un lugar central en la comprensión de nuestra fe y esperanza. La Iglesia Adventista del Séptimo Día se fundamenta en la convicción de que Jesucristo es el centro de toda la revelación bíblica y el único medio de salvación para la humanidad caída. Nuestra comprensión de la justicia de Cristo en el santuario celestial está estrechamente vinculada a la visión bíblica del juicio investigador que se inició en 1844, según nuestra interpretación profética.

A través de este estudio, exploraremos cómo la justicia de Cristo nos proporciona perdón y reconciliación con Dios, y cómo su gracia transformadora nos capacita para vivir una vida de santidad y obediencia. También examinaremos la maravillosa esperanza de su regreso glorioso y la promesa de vida eterna para aquellos que confían en Él como su Salvador personal. A lo largo de este análisis, nos apoyaremos en los pasajes bíblicos relevantes y los comentarios de Elena de White, una de las fundadoras y profetisas de la Iglesia Adventista, para obtener una visión más completa y profunda de la justicia y gracia de Cristo en la vida del creyente adventista. Al hacerlo, esperamos fortalecer nuestra relación con Dios, experimentar una vida transformada y prepararnos con expectación para la pronta venida de nuestro Señor Jesucristo.

1. La Justicia de Cristo: Nuestra Base para el Perdón y la Santificación.

Romanos 3:22-24
RVR1960 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, NTV 22 Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el que cree, sea quien fuere. 23 Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. 24 Sin embargo, en su gracia, Dios gratuitamente nos hace justos a sus ojos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados.

Explicación: La justicia de Cristo es nuestra única base para obtener el perdón y la reconciliación con Dios. Todos hemos pecado y estamos separados de Dios, pero a través de la fe en Jesucristo y su obra redentora en la cruz, somos justificados gratuitamente, es decir, declarados justos ante Dios por su gracia y misericordia.

Comentario de Elena de White: "La justicia de Cristo, mediante la fe en su nombre, es tan accesible hoy para la humanidad como lo fue para los antiguos patriarcas. Se le dieron leyes y sacrificios como un remedio para el pecado. Esos que se acercaron a Dios, presentando el cordero de sacrificio, mostraron su fe en la expiación por el pecado que se iba a hacer. Hoy en día, el pecador se acerca a Dios a través del Mérito del sacrificio expiatorio de Cristo. Así como el sacerdote, al rociar con la sangre el lugar santísimo, presentaba al pecador justificado ante Dios, así también Cristo, con Su propia sangre, aboga por el pecador en la presencia del Padre." (Conflicto y Valor, p. 42).

2. Cristo, Nuestro Intercesor en el Santuario Celestial.

Hebreos 7:25
RVR1960 25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. NTV 25 Por eso puede salvar — una vez y para siempre — a los que vienen a Dios por medio de él, quien vive para siempre, a fin de interceder con Dios a favor de ellos.

Explicación: Jesucristo, como nuestro Sumo Sacerdote, vive eternamente para interceder por nosotros ante el Padre. Su ministerio intercesor en el santuario celestial asegura nuestra salvación y perdón continuo cuando nos acercamos a Dios a través de Él.

Comentario de Elena de White: "Jesús es nuestro intercesor en los atrios celestiales, donde se encuentra el arca del testimonio que contiene los Diez Mandamientos. Él no solo suplica a favor del hombre, sino que también lo representa antes el Padre, atestiguando que cada uno que recibe a Cristo confiesa la autoridad del Dios que escribió los Mandamientos. Si los hombres le presentan a Cristo el afecto y la obediencia de sus corazones, él llevará la iniquidad de ellos y los justificará delante del Padre." (Conflicto y Valor, p. 59).

3. Gracia Transformadora: El Poder de Cristo para Cambiar Vidas.

Tito 2:11-12
RVR1960 11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, NTV 11 Pues la gracia de Dios ya ha sido revelada, la cual trae salvación a todas las personas. 12 Y se nos instruye a que nos apartemos de la vida mundana y de los placeres pecaminosos. En este mundo maligno, debemos vivir con sabiduría, justicia y devoción a Dios,

Explicación: La gracia de Dios no solo nos justifica, sino que también nos transforma. Nos capacita para vivir una vida centrada en Cristo, renunciando a la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en santidad y obediencia a Dios.

Comentario de Elena de White: "Nadie que sea verdaderamente discípulo de Cristo estará ocioso en Su viña. Su trabajo será el trabajo de la humildad y el amor. Con un corazón agradecido por la justicia de Cristo, se dedicará a Él alegremente, rindiéndole servicio en la vida diaria. El que experimenta la gracia de Cristo vive bajo su influencia, se esfuerza por andar como Él anduvo y dedica sus manos a la obra para Dios, mostrando así su agradecimiento por el don de la vida eterna." (Mensajes selectos, tomo 1, p. 394).

4. El Poder para Vencer el Pecado en Cristo.

Filipenses 4:13
RVR1960 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. NTV 13 Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.

Explicación: En Cristo tenemos el poder para vencer el pecado y las dificultades de la vida. Su fortaleza nos capacita para superar las tentaciones y vivir una vida victoriosa.

Comentario de Elena de White: "Si vivimos en comunión con él, si nunca perdemos de vista a Jesús, sino que lo contemplamos constantemente, el alma se alegra en la esperanza, y esto hará su obra en el carácter, fortaleciendo, animando y consolando el alma, llevando cada pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo. Jesús les ha dado su palabra, 'Cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré.' Así que, si queremos que nuestras oraciones sean respondidas, necesitamos comprender qué significa orar en el nombre de Jesús." (Mensajes selectos, tomo 3, p. 54).5.

5. La Esperanza de Su Regreso Glorioso.

Tito 2:13
RVR1960 13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, NTV 13 mientras anhelamos con esperanza ese día maravilloso en que se revele la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

Explicación: Nuestra esperanza se centra en la venida gloriosa de nuestro Señor Jesucristo. Esta esperanza nos motiva a vivir en santidad mientras esperamos su pronta venida.

Comentario de Elena de White: "El Señor desea que esperemos su venida con mayor confianza, con más fe y esperanza, y vivamos a menudo en la contemplación de Cristo." (Mensajes selectos, tomo 3, p. 512).

6. La Promesa de Vida Eterna.

1 Juan 2:25
RVR1960 25 Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna. NTV 25 y en esta comunión disfrutamos de la vida eterna que él nos prometió.

Explicación: El apóstol Juan nos asegura que la vida eterna es una promesa que Jesús nos ha hecho. Esta promesa se basa en nuestra fe en Él como nuestro Salvador y Señor, y se cumple a través de su sacrificio en la cruz, que nos ofrece el perdón de pecados y la reconciliación con Dios, permitiéndonos tener comunión con Él ahora y disfrutar de la vida eterna en su presencia.

Comentario de Elena de White: "La promesa de la vida eterna no es otorgada porque la merezcamos, sino porque Cristo murió. Si lo aceptamos como nuestro Salvador personal, él nos da, no solo el perdón de los pecados, sino también la justicia de Dios. Si los pecados son perdonados, y se considera al pecador como justo, ¿cómo puede su vida ser nada más que una vida pura y santa? El apóstol Juan dice: 'Y esta es la promesa que él nos hizo: la vida eterna'". (Mensajes selectos, tomo 1, p. 394).

NOTA:

Elena de White enfatiza que la vida eterna es una promesa divina y un don de gracia que recibimos a través de la fe en Jesucristo como nuestro Salvador. Al ser justificados por su sacrificio, somos capacitados para llevar una vida transformada y santa, permitiendo que el poder del Espíritu Santo opere en nosotros para vivir una vida centrada en Cristo y en armonía con su voluntad. La vida eterna no es solo una esperanza futura, sino una realidad presente para aquellos que confían en Cristo y caminan en obediencia a su Palabra.

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