La Ley de Dios y su Significado — Estudia la Biblia Hoy





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La Ley de Dios y su Significado
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Introducción:

La Ley de Dios ocupa un lugar central en la teología y la práctica de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Desde esta perspectiva, la Ley de Dios es un reflejo del carácter divino y una revelación de la voluntad de Dios para la humanidad. La ley, especialmente los Diez Mandamientos, es considerada como una guía divina para una vida justa y en armonía con Dios y con nuestros semejantes.

La Ley de Dios se encuentra en Éxodo 20
RVR1960 1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. 8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. 12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. 13 No matarás. 14 No cometerás adulterio. 15 No hurtarás. 16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. 18 Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19 Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos. 20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis. 21 Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios. 22 Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. 23 No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis. 24 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. 25 Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares herramienta sobre él, lo profanarás. 26 No subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él. NTV 1 Luego Dios le dio al pueblo las siguientes instrucciones: 2 «Yo soy el Señor tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo. 3 »No tengas ningún otro dios aparte de mí. 4 »No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar. 5 No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses. Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación. 6 Pero derramo amor inagotable por mil generaciones sobre los que me aman y obedecen mis mandatos. 7 »No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios. El Señor no te dejará sin castigo si usas mal su nombre. 8 »Acuérdate de guardar el día de descanso al mantenerlo santo. 9 Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual, 10 pero el séptimo día es un día de descanso y está dedicado al Señor tu Dios. Ese día, ningún miembro de tu casa hará trabajo alguno. Esto se refiere a ti, a tus hijos e hijas, a tus siervos y siervas, a tus animales y también incluye a los extranjeros que vivan entre ustedes. 11 Pues en seis días el Señor hizo los cielos, la tierra, el mar, y todo lo que hay en ellos; pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día de descanso y lo apartó como un día santo. 12 »Honra a tu padre y a tu madre. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el Señor tu Dios te da. 13 »No cometas asesinato. 14 »No cometas adulterio. 15 »No robes. 16 »No des falso testimonio contra tu prójimo. 17 »No codicies la casa de tu prójimo. No codicies la esposa de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su burro, ni ninguna otra cosa que le pertenezca». 18 Cuando los israelitas oyeron los truenos y el toque fuerte del cuerno de carnero y vieron los destellos de relámpagos y el humo que salía del monte, se mantuvieron a distancia, temblando de miedo. 19 Entonces le dijeron a Moisés: — ¡Háblanos tú y te escucharemos, pero que no nos hable Dios directamente, porque moriremos! 20 — ¡No tengan miedo! — les respondió Moisés — , porque Dios ha venido de esta manera para ponerlos a prueba y para que su temor hacia él les impida pecar. 21 Así que el pueblo se mantuvo a distancia, pero Moisés se acercó a la nube oscura donde estaba Dios. 22 Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Dile al pueblo de Israel lo siguiente: “Ustedes han visto con sus propios ojos que les hablé desde el cielo. 23 Recuerden que no deben hacer ningún ídolo ni de plata ni de oro que compita conmigo. 24 »”Háganme un altar de tierra y ofrézcanme sus sacrificios: sus ofrendas quemadas y ofrendas de paz, sus ovejas y cabras y su ganado. Constrúyanme un altar donde yo determine que recuerden mi nombre, y allí me presentaré ante ustedes y los bendeciré. 25 Si usan piedras para construir un altar, que sean piedras enteras y en su forma original. No den forma a las piedras con ninguna herramienta, pues eso haría que el altar fuera indigno de un uso santo. 26 No suban escalones para acercarse a mi altar; si lo hacen, alguien podría mirarles bajo la ropa y ver su desnudez”.
y Deuteronomio 5
RVR1960 (Ex. 20.
1-17) 1 Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra. 2 Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb. 3 No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos. 4 Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte de en medio del fuego. 5 Yo estaba entonces entre Jehová y vosotros, para declararos la palabra de Jehová; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte. Dijo: 6 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 7 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 8 No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 9 No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 10 y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 11 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano. 12 Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. 13 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 14 mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. 15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo. 16 Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. 17 No matarás. 18 No cometerás adulterio. 19 No hurtarás. 20 No dirás falso testimonio contra tu prójimo. 21 No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. (Ex. 20.
18-26) 22 Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí. 23 Y aconteció que cuando vosotros oísteis la voz de en medio de las tinieblas, y visteis al monte que ardía en fuego, vinisteis a mí, todos los príncipes de vuestras tribus, y vuestros ancianos, 24 y dijisteis: He aquí Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehová habla al hombre, y este aún vive. 25 Ahora, pues, ¿por qué vamos a morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si oyéremos otra vez la voz de Jehová nuestro Dios, moriremos. 26 Porque ¿qué es el hombre, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva? 27 Acércate tú, y oye todas las cosas que dijere Jehová nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y haremos. 28 Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien está todo lo que han dicho. 29 ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! 30 Ve y diles: Volveos a vuestras tiendas. 31 Y tú quédate aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos y estatutos y decretos que les enseñarás, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy por posesión. 32 Mirad, pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado; no os apartéis a diestra ni a siniestra. 33 Andad en todo el camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer.
NTV 1 Moisés reunió a todo el pueblo de Israel y dijo: «¡Escucha con atención, Israel! Oye los decretos y las ordenanzas que te entrego hoy, ¡para que los aprendas y los obedezcas! 2 »El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en el monte Sinaí. 3 El Señor no hizo ese pacto con nuestros antepasados, sino con nosotros, los que vivimos hoy. 4 En el monte, el Señor te habló cara a cara desde en medio del fuego. 5 Yo serví de intermediario entre tú y el Señor, porque tenías miedo del fuego y no quisiste acercarte al monte. Él me habló a mí, y yo te transmití sus palabras. Me dijo lo siguiente: 6 »Yo soy el Señor tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo. 7 »No tengas ningún otro dios aparte de mí. 8 »No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar. 9 No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses. Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación. 10 Pero derramo amor inagotable por mil generaciones sobre los que me aman y obedecen mis mandatos. 11 »No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios. El Señor no te dejará sin castigo si usas mal su nombre. 12 »Guarda el día de descanso al mantenerlo santo, tal como te lo ordenó el Señor tu Dios. 13 Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual, 14 pero el séptimo día es de descanso y está dedicado al Señor tu Dios. Ese día, ningún miembro de tu casa hará trabajo alguno. Esto se refiere a ti, a tus hijos e hijas, tus siervos y siervas, tus bueyes, burros y demás animales, y también incluye a los extranjeros que vivan entre ustedes. Todos tus criados y criadas deberán descansar igual que tú. 15 Recuerda que tú también fuiste esclavo en Egipto y que el Señor tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo poderoso. Por esa razón, el Señor tu Dios te ordenó descansar el séptimo día. 16 »Honra a tu padre y a tu madre tal como el Señor tu Dios te lo ordenó. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el Señor tu Dios te da. 17 »No cometas asesinato. 18 »No cometas adulterio. 19 »No robes. 20 »No des falso testimonio contra tu prójimo. 21 »No codicies la esposa de tu prójimo. Tampoco codicies la casa de tu prójimo ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su burro, ni ninguna otra cosa que le pertenezca. 22 »El Señor les dirigió esas palabras a todos ustedes cuando estaban reunidos al pie del monte. Habló con voz fuerte desde en medio del fuego, envuelto en nubes y una densa oscuridad. Eso fue todo lo que dijo en ese momento y escribió sus palabras en dos tablas de piedra y me las dio. 23 »Sin embargo, cuando ustedes escucharon la voz que salía de en medio de la oscuridad mientras el monte ardía en llamas, todos los ancianos y los jefes de las tribus se acercaron 24 y me dijeron: “Mira, el Señor nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz salir de en medio del fuego. Hoy comprobamos que Dios puede hablar con los seres humanos, ¡pero aun así seguimos con vida! 25 Sin embargo, ¿para qué arriesgarnos otra vez a morir? Si el Señor nuestro Dios vuelve a hablarnos, seguramente moriremos y seremos consumidos por ese imponente fuego. 26 ¿Puede algún ser vivo oír la voz del Dios viviente que sale de en medio del fuego — como la oímos nosotros — y seguir con vida? 27 Ve tú y escucha lo que dice el Señor nuestro Dios. Luego ven a contarnos todo lo que él te diga, y nosotros escucharemos y obedeceremos”. 28 »El Señor oyó la petición que me hicieron y dijo: “He oído todo lo que los israelitas te dijeron, y tienen razón. 29 ¡Oh, si siempre tuvieran un corazón así, si estuvieran dispuestos a temerme y a obedecer todos mis mandatos! Entonces siempre les iría bien a ellos y a sus descendientes. 30 Ve y diles: ‘Regresen a sus carpas’. 31 Pero tú quédate aquí conmigo, para que te dé todos mis mandatos, decretos y ordenanzas. Enséñaselos al pueblo, para que los obedezcan en la tierra que les doy como posesión”». 32 Así que Moisés le dijo al pueblo: «Asegúrense de obedecer todos los mandatos del Señor su Dios y de seguir sus instrucciones al pie de la letra. 33 Manténganse en el camino que el Señor su Dios les ordenó que siguieran. Entonces tendrán una vida larga y les irá bien en la tierra donde están a punto de entrar y que van a poseer.
donde se presentan los Diez Mandamientos. Estos mandamientos, entregados por Dios a Moisés en el monte Sinaí, representan los principios eternos de justicia, amor y rectitud. Cada mandamiento refleja aspectos del carácter de Dios y establece las bases para una relación sana y significativa con Él y con nuestros prójimos.

La ley no es vista como un medio de salvación, ya que la justificación y la redención provienen solo por la fe en Jesucristo. Sin embargo, la obediencia a la Ley de Dios es considerada como una respuesta de amor y gratitud hacia Dios por su obra redentora en nuestras vidas. Además, al seguir la ley, somos guiados hacia una vida de bienestar, alejándonos de conductas que nos alejan de la voluntad divina y del camino de la felicidad y la paz.

La Ley de Dios sigue siendo relevante y vigente para los creyentes. No solo es una expresión del carácter divino, sino que también es un reflejo del propósito eterno de Dios para la humanidad.

La Iglesia Adventista anima a sus miembros a vivir en obediencia a la Ley de Dios, no como una carga legalista, sino como una manifestación de amor y devoción a Dios y un medio para vivir una vida en plenitud y armonía con su voluntad.

1. La Perfección y Consuelo de la Ley

Salmos 19:7
RVR1960 7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. NTV 7 Las enseñanzas del Señor son perfectas; reavivan el alma. Los decretos del Señor son confiables; hacen sabio al sencillo.

Explicación: La ley de Dios es perfecta y completa. Nos muestra la voluntad divina y nos reconforta, ya que al seguirla encontramos dirección y propósito en nuestras vidas. Nos capacita para comprender la sabiduría divina, guiándonos en el camino correcto.

Comentario de Elena de White (parafraseado): "El Salmos 19
RVR1960 Al músico principal. Salmo de David. 1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. 2 Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. 3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. 4 Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol; 5 Y este, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino. 6 De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor. 7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. 8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. 9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. 10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal. 11 Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón. 12 ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. 13 Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. 14 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. Salmos 19: 4 : Ro. 10.
18.
NTV Para el director del coro: salmo de David. 1 Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento despliega la destreza de sus manos. 2 Día tras día no cesan de hablar; noche tras noche lo dan a conocer. 3 Hablan sin sonidos ni palabras; su voz jamás se oye. 4 Sin embargo, su mensaje se ha difundido por toda la tierra y sus palabras, por todo el mundo. Dios preparó un hogar para el sol en los cielos, 5 y este irrumpe como un novio radiante luego de su boda. Se alegra como un gran atleta, ansioso por correr la carrera. 6 El sol sale de un extremo de los cielos y sigue su curso hasta llegar al otro extremo; nada puede ocultarse de su calor. 7 Las enseñanzas del Señor son perfectas; reavivan el alma. Los decretos del Señor son confiables; hacen sabio al sencillo. 8 Los mandamientos del Señor son rectos; traen alegría al corazón. Los mandatos del Señor son claros; dan buena percepción para vivir. 9 La reverencia al Señor es pura; permanece para siempre. Las leyes del Señor son verdaderas; cada una de ellas es imparcial. 10 Son más deseables que el oro, incluso que el oro más puro. Son más dulces que la miel, incluso que la miel que gotea del panal. 11 Sirven de advertencia para tu siervo, una gran recompensa para quienes las obedecen. 12 ¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas. 13 ¡Libra a tu siervo de pecar intencionalmente! No permitas que estos pecados me controlen. Entonces estaré libre de culpa y seré inocente de grandes pecados. 14 Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean de tu agrado, oh Señor, mi roca y mi redentor.
afirma que la ley de Dios es perfecta, y tiene poder para convertir el alma" (Consejos sobre la Salud, p. 546).

2. La Santidad y Bondad de la Ley

Romanos 7:12
RVR1960 12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. NTV 12 Sin embargo, la ley en sí misma es santa, y sus mandatos son santos, rectos y buenos.

Explicación: La ley de Dios es santa, justa y buena. Refleja el carácter santo de Dios y su deseo de que sus hijos vivan en rectitud. Nos muestra cómo vivir en armonía con Dios y con nuestros semejantes.

Comentario de Elena de White (parafraseado): "La ley de Dios es la expresión de su carácter. . . . Nunca podemos tener en este mundo una norma mejor" (El Camino a Cristo, p. 60).

3. El Amor como Fundamento de la Ley

Santiago 2:8
RVR1960 8 Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; NTV 8 Por supuesto, hacen bien cuando obedecen la ley suprema tal como aparece en las Escrituras: «Ama a tu prójimo como a ti mismo»;

Explicación: La ley de Dios se resume en amar a Dios con todo nuestro corazón y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. El amor es el fundamento de toda la ley y la esencia del carácter divino.

Comentario de Elena de White (parafraseado): "En la ley del monte Sinaí se nos dio el resumen de la ley de Dios: 'Amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo' Mateo 22:37-39
RVR1960 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. NTV 37 Jesús contestó: — “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” . 38 Este es el primer mandamiento y el más importante. 39 Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Dios requiere perfecta obediencia a esta ley" (Mensajes Selectos, vol. 3, p. 176).

4. Obediencia como Expresión de Amor a Dios.

1 Juan 5:3
RVR1960 3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. NTV 3 Amar a Dios significa obedecer sus mandamientos, y sus mandamientos no son una carga difícil de llevar.

Explicación: La obediencia a la ley de Dios es una muestra de nuestro amor hacia Él. El cumplimiento de sus mandamientos no es una carga, sino una expresión de devoción y gratitud por todo lo que Dios ha hecho por nosotros.

Comentario de Elena de White (parafraseado): "El verdadero amor siempre despierta un deseo de cumplir las exigencias de aquel a quien amamos. El amor a Dios es el principio de la verdadera obediencia. Precisamente el mismo amor que Cristo dio por nosotros debe manifestarse en nuestras vidas" (Consejos para los Maestros, p. 99).

5. Temer a Dios y Obedecer para Ser Bendecidos.

Deuteronomio 5:29
RVR1960 29 ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! NTV 29 ¡Oh, si siempre tuvieran un corazón así, si estuvieran dispuestos a temerme y a obedecer todos mis mandatos! Entonces siempre les iría bien a ellos y a sus descendientes.

Explicación: Dios desea que su pueblo siempre lo tema y obedezca, ya que esto conduce a bendiciones y a una vida plena y próspera. La obediencia a la ley de Dios es una muestra de confianza en su sabiduría y amor por nosotros.

Comentario de Elena de White (parafraseado): "La obediencia es la primera prueba del amor. Obedecer es hacer la voluntad de aquel a quien amamos. Si amamos a Jesús, nos deleitaremos en hacer su voluntad, lo cual es el cumplimiento de toda la ley" (Mensajes Selectos, vol. 3, p. 372).

6. Conocer a Dios a través de la Obediencia.

1 Juan 2:3-4
RVR1960 3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; NTV 3 Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos sus mandamientos. 4 Si alguien afirma: «Yo conozco a Dios», pero no obedece los mandamientos de Dios, es un mentiroso y no vive en la verdad;

Explicación: Conocer a Dios implica una relación íntima y personal con Él, lo cual se manifiesta en la obediencia a sus mandamientos. Nuestra obediencia es una evidencia de nuestra relación con Dios y nuestra afirmación de que su verdad mora en nosotros.

Comentario de Elena de White (parafraseado): "La obediencia a todos los mandamientos de Dios, acompañada de la más genuina humildad, es el testimonio de la verdadera piedad. Es el testimonio que Dios quiere en su pueblo" (Mensajes Selectos, vol. 3, p. 377).

NOTA:

La ley de Dios es una manifestación del carácter divino y una revelación de su voluntad para la humanidad. Nos guía en el camino de la justicia, el amor y la obediencia a Dios. Desde la perspectiva adventista del séptimo día, la ley sigue siendo válida y relevante en la vida del creyente, mostrándonos cómo vivir una vida en comunión con Dios y en armonía con nuestros semejantes. Obedecer la ley de Dios es una expresión de nuestra fe y amor hacia nuestro Creador y Salvador.

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