Salmo capítulo 104 — Estudia la Biblia Hoy





104/150          2 - 3 minutes
Salmo capítulo 104
Salmo capítulo 104
Salmo capítulo 104



Salmos 104
RVR1960 1 Bendice, alma mía, a Jehová. Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido; Te has vestido de gloria y de magnificencia. 2 El que se cubre de luz como de vestidura, Que extiende los cielos como una cortina, 3 Que establece sus aposentos entre las aguas, El que pone las nubes por su carroza, El que anda sobre las alas del viento; 4 El que hace a los vientos sus mensajeros, Y a las flamas de fuego sus ministros. 5 El fundó la tierra sobre sus cimientos; No será jamás removida. 6 Con el abismo, como con vestido, la cubriste; Sobre los montes estaban las aguas. 7 A tu reprensión huyeron; Al sonido de tu trueno se apresuraron; 8 Subieron los montes, descendieron los valles, Al lugar que tú les fundaste. 9 Les pusiste término, el cual no traspasarán, Ni volverán a cubrir la tierra. 10 Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos; Van entre los montes; 11 Dan de beber a todas las bestias del campo; Mitigan su sed los asnos monteses. 12 A sus orillas habitan las aves de los cielos; Cantan entre las ramas. 13 El riega los montes desde sus aposentos; Del fruto de sus obras se sacia la tierra. 14 El hace producir el heno para las bestias, Y la hierba para el servicio del hombre, Sacando el pan de la tierra, 15 Y el vino que alegra el corazón del hombre, El aceite que hace brillar el rostro, Y el pan que sustenta la vida del hombre. 16 Se llenan de savia los árboles de Jehová, Los cedros del Líbano que él plantó. 17 Allí anidan las aves; En las hayas hace su casa la cigüeña. 18 Los montes altos para las cabras monteses; Las peñas, madrigueras para los conejos. 19 Hizo la luna para los tiempos; El sol conoce su ocaso. 20 Pones las tinieblas, y es la noche; En ella corretean todas las bestias de la selva. 21 Los leoncillos rugen tras la presa, Y para buscar de Dios su comida. 22 Sale el sol, se recogen, Y se echan en sus cuevas. 23 Sale el hombre a su labor, Y a su labranza hasta la tarde. 24 ! ! Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios. 25 He allí el grande y anchuroso mar, En donde se mueven seres innumerables, Seres pequeños y grandes. 26 Allí andan las naves; Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él. 27 Todos ellos esperan en ti, Para que les des su comida a su tiempo. 28 Les das, recogen; Abres tu mano, se sacian de bien. 29 Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo. 30 Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra. 31 Sea la gloria de Jehová para siempre; Alégrese Jehová en sus obras. 32 El mira a la tierra, y ella tiembla; Toca los montes, y humean. 33 A Jehová cantaré en mi vida; A mi Dios cantaré salmos mientras viva. 34 Dulce será mi meditación en él; Yo me regocijaré en Jehová. 35 Sean consumidos de la tierra los pecadores, Y los impíos dejen de ser. Bendice, alma mía, a Jehová. Aleluya. Cross referencesSalmos 104: 4 : He. 1.
7. Salmos 104: 26 : Job 41.
1; Sal. 74.
14; Is. 27.
1.
NTV 1 Que todo lo que soy alabe al Señor. ¡Oh Señor mi Dios, eres grandioso! Te has vestido de honor y majestad. 2  Te has envuelto en un manto de luz. Despliegas la cortina de estrellas de los cielos; 3  colocas las vigas de tu hogar en las nubes de lluvia. Haces de las nubes tu carro de guerra; cabalgas sobre las alas del viento. 4 Los vientos son tus mensajeros; las llamas de fuego, tus sirvientes. 5 Colocaste el mundo sobre sus cimientos, así jamás se removerá. 6 Vestiste a la tierra con torrentes de agua, agua que cubrió aun a las montañas. 7 A tu orden, el agua huyó; al sonido de tu trueno, salió corriendo. 8 Las montañas se elevaron y los valles se hundieron hasta el nivel que tú decretaste. 9 Después, fijaste un límite para los mares, para que nunca más cubrieran la tierra. 10 Tú haces que los manantiales viertan agua en los barrancos, para que los arroyos broten con fuerza y desciendan desde las montañas. 11 Proveen agua a todos los animales, y los burros salvajes sacian su sed. 12 Las aves hacen sus nidos junto a los arroyos y cantan entre las ramas de los árboles. 13 Desde tu hogar celestial, envías lluvia sobre las montañas y colmas la tierra con el fruto de tus obras. 14 Haces crecer el pasto para los animales y las plantas para el uso de la gente. Les permites producir alimento con el fruto de la tierra: 15  vino para que se alegren, aceite de oliva para aliviarles la piel, y pan para que se fortalezcan. 16 Los árboles del Señor están bien cuidados, los cedros del Líbano que plantó. 17 Allí hacen sus nidos las aves, y en los cipreses las cigüeñas hacen su hogar. 18 En lo alto de las montañas viven las cabras salvajes, y las rocas forman un refugio para los damanes. 19 Creaste la luna para que marcara las estaciones, y el sol sabe cuándo ponerse. 20 Envías la oscuridad, y se hace de noche, la hora en que merodean los animales del bosque. 21 Los leones jóvenes rugen por su presa; acechan en busca del alimento que Dios les provee. 22 Al amanecer, se escabullen y se meten en sus guaridas para descansar. 23 Entonces la gente sale a trabajar y realiza sus labores hasta el anochecer. 24 Oh Señor, ¡cuánta variedad de cosas has creado! Las hiciste todas con tu sabiduría; la tierra está repleta de tus criaturas. 25 Allí está el océano, ancho e inmenso, rebosando de toda clase de vida, especies tanto grandes como pequeñas. 26 Miren los barcos que pasan navegando, y al Leviatán, al cual hiciste para que juegue en el mar. 27 Todos dependen de ti para recibir el alimento según su necesidad. 28 Cuando tú lo provees, ellos lo recogen. Abres tu mano para alimentarlos, y quedan sumamente satisfechos. 29 Pero si te alejas de ellos, se llenan de pánico. Cuando les quitas el aliento, mueren y vuelven otra vez al polvo. 30 Cuando les das tu aliento, se genera la vida y renuevas la faz de la tierra. 31 ¡Que la gloria del Señor continúe para siempre! ¡El Señor se deleita en todo lo que ha creado! 32 La tierra tiembla ante su mirada; las montañas humean cuando él las toca. 33 Cantaré al Señor mientras viva. ¡Alabaré a mi Dios hasta mi último suspiro! 34 Que todos mis pensamientos le agraden, porque me alegro en el Señor. 35 Que todos los pecadores desaparezcan de la faz de la tierra; que dejen de existir para siempre los perversos. Que todo lo que soy alabe al Señor. ¡Alabado sea el Señor!

This page was produced by
Estudia la Biblia Hoy
estudialabibliahoy.com


Australia/Sydney : 20240305-093928 : 1626149781039 : 1709590493168

104/150